No temas a las situaciones difíciles del matrimonio

De Libros y Sermones Bíblicos

Revisión a fecha de 18:24 19 feb 2016; Kathyyee (Discusión | contribuciones)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar anavegación, buscar

Recursos Relacionados
Leer más Por Elizabeth Wann
Indice de Autores
Leer más sobre Matrimonio
Indice de Temas
Recurso de la Semana
Cada semana enviamos un nuevo recurso bíblico de autores como John Piper, R.C. Sproul, Mark Dever, y Charles Spurgeon. Inscríbete aquí—es gratis. RSS.

Sobre esta Traducción
English: Do Not Fear the Hard Things of Marriage

© Desiring God

Compartir esto
Nuestra Misión
Esta traducción ha sido publicada por Traducciones Evangelio, un ministerio que existe en internet para poner a disponibilidad de todas las naciones, sin costo alguno, libros y artículos centrados en el evangelio traducidos a diferentes idiomas.

Lea más (English).
Como Puedes Ayudar
Si tú puedes hablar Inglés bien, puedes ofrecerte de voluntario en traducir

Lea más (English).

Por Elizabeth Wann sobre Matrimonio

Traducción por Susana Belvedere

La imagen en mi cabeza fue clara, la imagen de una oveja siendo guiada desde atrás por su pastor. La oveja mantenía su rumbo por la buena senda gracias a los golpecitos de la vara en su muslo. Escuché al Señor decir: “No temas, yo te guiaré y te protegeré.”

El Señor estaba hablando a mi corazón a medida que yo confrontaba mis temores acerca del matrimonio. Estaba de novia con mi esposo cuando el miedo se apoderó de mí al entrar en la relación. Tenía temor de ponerme en una posición vulnerable porque podría llevarme a una posible herida. Yo quería una vida libre de dolores personales y despecho. Yo deseaba tomar mis propias manos y proteger mi corazón, en lugar de dejarlo en manos de mi Padre.

Cuando Dios me dijo que no tema yo ingenuamente pensé que todo iba a salir bien y que nada malo me sucedería. Seguramente él me protegería de que me rompan el corazón. Mirando hacia atrás ahora, yo no estaba verdaderamente confiando en Dios mientras me encaminaba hacia el matrimonio, estaba confiando en una perspectiva optimista y en el sentimentalismo del romance. Ahora entiendo, porque la realidad del matrimonio eventualmente erosionó mi optimismo y sentimentalismo. Y mis temores se volvieron realidad.

La guía del Señor

¿No dijo el Señor que me protegería? ¿Por qué entonces me llevó directo al dolor y a la angustia en mi matrimonio? Cualquier clase de dolor es como dejar a un niño en un cuarto oscuro sin ninguna lucecita, sabiendo que hay un monstruo debajo dela cama. Solo queremos que alguien encienda la luz y que el monstruo desaparezca. Cuando Dios dice “no temas”, es porque hay cosas en este mundo maldecido que debemos temer pero él quiere que no temamos a aquello que nos da temor.

El matrimonio puede causar temor, porque representa lo desconocido. Puede ser duro porque estamos por conocer y experimentar la interacción de nuestros puntos fuertes y débiles con los de nuestro cónyuge. Y como seres egoístas tememos a cosas difíciles. Pero Dios permite las cosas difíciles de nuestra vida para exponer y quitar las capas de nuestro ser que deben morir. Mi temor al matrimonio era esencialmente un temor al valle de sombra de muerte.

El Rey David, un pastor en sí mismo, escribió las palabras: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento (Salmo 23:4). David debe haber estado familiarizado con el uso de la vara y el callado en el pastoreo. Él sabía que la vara sirve para contar las ovejas. Un buen pastor cuenta y cuida sus ovejas, él conoce a aquellas que le pertenecen. El cayado nos da confianza cuando entramos en el territorio desconocido del matrimonio porque sabemos que somos contados dentro de la manada comprada por Dios; nosotros somos preservados como propiedad misma de Dios.

La vara y el cayado son también instrumentos para guiar a las ovejas. A pesar que él nos guía hacia los valles dolorosos en el matrimonio todavía podemos confiar en el corazón de nuestro Buen Pastor. En su amor, la providencia del dolor viene a ser un regalo la cual tiene el poder de llevarnos a nuestras rodillas en dependencia de Dios. Como Charles Spurgeon dijo: ¡Es una cosa feliz el ser afligido hacia el cielo! Es bueno ser probado para estar deseosos de recibir más gracia divina.”

La disciplina del Señor

Los golpecitos de la vara del pastor no solo sirven para guiar sino también para disciplinar. Estos golpecitos no son para castigar sino para enseñarnos e instruirnos. Nos indican la senda que debemos caminar. Nos enseña a no tener miedo a lo desconocido sino a confiar en el corazón del Buen Pastor cuya protección se ve diferente a nuestra versión. Él no nos promete una vida libre de dolor y dificultades en el matrimonio pero sí nos promete que protegerá nuestras almas eternas. Porque su vara está lista para atacar a nuestros adversarios espirituales, y es su presencia reconfortante y de amor la que protege nuestros corazones y mentes a medida que caminamos por el valle de sombras. Su disciplina es una forma de protección contra nuestro corazón pecador. En mi caso, fue mi tendencia pecaminosa de temer y no confiar en Dios con mi matrimonio.

Cuando nuestro Buen Pastor nos guía a través del valle de sombra en el matrimonio, nos va guiando directo hacia el mismo. Y esto es lo más reconfortante, pertenecer a Cristo y recibir más de él a través de las pruebas, porque es Cristo mismo quien camina con nosotros por el oscuro valle. Por eso David pudo decir: “No temeré mal alguno”. A pesar que Dios podría permitir dolor y dificultades en el matrimonio, él no lo hace con gozo (aunque como Cristo hay gozo delante de nosotros). Por eso David dice: Mis huidas tú has contado; pon mis lágrimas en tu redoma; ¿no están ellas en tu libro? (Salmo 56:8).

Jesús, quien camina con nosotros lleva sus propias cicatrices testificando del dolor personal. El transitó su propio valle oscuro y ahora nos comprende e intercede por nosotros. Voluntariamente Cristo se puso bajo la maldición de este mundo, de manera que pudo protegernos de nuestra propia maldad y condenación eterna. Él pagó el precio para hacernos sus ovejas amadas y él cuidará grandemente de aquellas que le costaron su propia vida. Un Buen Pastor da la vida por sus ovejas; tenemos esa clase de pastor y con él no temeremos a las cosas difíciles del matrimonio.


Vota esta traducción

Puntúa utilizando las estrellas