Para tu gozo/¿Por qué tuvo que morir Jesús?

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Sobre esta Traducción
English: For Your Joy/Why Did Jesus Have to Die?

© Desiring God

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Por John Piper sobre El Evangelio
Capítulo 2 del Libro Para tu gozo

Traducción por Desiring God


Dios puso [a Cristo] como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados. - Romanos 3.25

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. - 1 Juan 4.10

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición. - Gálatas 3.13

SI Dios no fuera justo, no habría sido necesario que su Hijo sufriera y muriera, y si Dios no nos amara, su Hijo no habría estado dispuesto a sufrir y a morir. Sin embargo, Dios es justo y nos ama. Por eso su amor está dispuesto a cumplir lo que demanda su justicia.

Su ley decía: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6.5), pero todos hemos amado otras cosas más que a Él. En esto consiste el pecado: en deshonrar a Dios prefiriendo otras cosas en vez de a Él, y actuar conforme a esas preferencias. Por eso dice la Biblia: “Todos pecaron, y están desti- tuidos de la gloria de Dios” (Romanos 3.23). Glorificamos aquello que más nos hace disfrutar, y no es Dios.

Por consiguiente, el pecado no es algo insignificante, ya que no es una ofensa contra un Soberano insignificante. La gravedad de un insulto es directa- mente proporcional a la dignidad de la persona insultada. El Creador del uni- verso es infinitamente digno de respeto, de admiración y de lealtad. Por tanto, no amarlo no es algo trivial: es una traición. El pecado difama a Dios y destruye la felicidad de los hombres.

Como Dios es justo, no puede barrer simplemente estas ofensas bajo la alfombra del universo. Siente una ira santa contra ellas. Dios ha dejado claro que merecen castigo: “La paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6.23). “El alma que pecare, ésa morirá” (Ezequiel 18.4).

Sobre todo pecado pesa una maldición divina. Sería injusto que no hubiera castigo, pues de esa manera se mantendría la degradación de Dios y en el centro de la realidad reinaría una mentira. Por eso dice Dios: “Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas” (Gálatas 3.10; Deuteronomio 27.26).

Pero el amor de Dios no descan- sa, existiendo esa maldición sobre la humanidad pecadora. A Él no le complace mostrar ira, por muy santa que sea. Por eso envía a su propio Hijo para que absorba esa ira y cargue con la maldición por todos los que confían en Él. “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición” (Gálatas 3.13).

Este es el significado de la palabra “propiciación” que aparece en las citas bíblicas de la página -----. Se refiere al hecho de que la ira de Dios desaparece cuando se ofrece un sustituto. Dios mismo ofrece el sustituto. El sustituto, Jesucristo, no solo cancela la ira, sino que la absorbe y la desvía, de manera que no nos apunte a nosotros, sino a Él. La ira de Dios es justa; por eso no fue retirada, sino utilizada.

No trivialicemos con Dios ni con su amor. Sólo sentiremos el sobrecogimiento de ser amados por Dios cuando reconozcamos la gravedad de nuestro pecado y la justicia de su ira contra nosotros. Sin embargo, al comprender, por medio de la gracia, que somos indignos, podemos ver el sufrimiento y la muerte de Cristo y decir: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación [para absorber la ira] por nuestros pecados” (1 Juan 4.10).


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