Perseverad en la oración

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Revisión de 15:51 17 jul 2012

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Por John Piper sobre Oración

Traducción por Manuel Bento Falcón


Colosenses 4:2-4 (LBLA)

Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; (3) orando al mismo tiempo también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también he sido encarcelado, (4) para manifestarlo como debo hacerlo.

Hay algo en este pasaje que está claro como el cristal: la voluntad de Dios es que le oremos. A veces nos esforzamos por conocer la voluntad de Dios para nuestras vidas. Pero hay cosas que no tienes que esforzarte por saber. Una de ellas es que la voluntad de Dios es que le ores. El texto dice, “Perseverad en la oración.” Dios desea que le ores.

Ahora, antes de que pensemos en ninguna otra cosa -el significado de “perseverad” o la necesidad de “velar” o el tiempo y lugar y la cantidad y método para la oración- antes de todo eso, simplemente deja que penetre en ti el pensamiento de que Dios quiere que le oremos. Lo ordena.

Contenido

¿Qué es la Oración?

Para meditar en esto debemos preguntarnos que significa “orar”. Principalmente significa pedir cosas a Dios. Por “cosas” no quiero decir objetos -bienes. Quiero decir, de manera general, cualquier cosa que tu corazón desee o necesite. Y, por supuesto, lo que más necesita tu corazón es a Dios -conocerlo y confiar en él y amarle y obedecerle. Se que debemos presentarnos a Dios con algo más que peticiones. Debemos venir a él confesando pecados y dando gracias y alabanza. En un sentido amplio, la oración incluye todo eso. Pero hablando de forma precisa, la oración es requerir, pedir. Es por eso que en Colosenses 4:2 dice, “Perseverad en la oración...con (o en) acción de gracias” Agradecer a Dios siempre debe formar parte de lo que hagamos en oración. Pero la oración, en sentido estricto, significa pedir. Así que la defino como pedir cosas a Dios.

Añadamos a esto una definición de la oración grande e histórica. Existe una historia sobre como D.L. Moody hizo una visita a Escocia en los 1800 y abrió una de sus charlas en una escuela primaria local con la pregunta retórica, ¿Qué es la oración? para su asombro, cientos de niños levantaron la mano. Así que decidió dar la palabra a un chico cerca del frente, el cual se levantó prontamente y dijo, “La oración es una ofrenda de nuestros deseos a Dios, en el nombre de Cristo, por la ayuda de su Espíritu, con la confesión de nuestros pecados, y un reconocimiento agradecido de sus misericordias.” Esta es la respuesta a la pregunta Nº 78 en el Catecismo de Westminster. A esto Moody respondió diciendo, “Agradece, hijo, el haber nacido en Escocia.”1

Prestemos atención a lo principal “La oración es una ofrenda de nuestros deseos a Dios.” Ese es el significado de la oración. “Con la confesión de nuestros pecados” y “con...reconocimiento agradecido de sus misericordias” - estos acompañan a los deseos que se expresan. Pero la esencia de la oración es la expresión de nuestra dependencia a Dios a través de nuestras peticiones.

Dios Ama que le Pidan

Pensemos en esto por un momento. La voluntad de Dios es que nosotros, sus criaturas, le pidamos cosas. Y esto no es sólo su voluntad, es su deleite. Ama que se le pidan cosas. Proverbios 15:8 (LBLA) dice, “El sacrificio de los impíos es abominación al Señor, mas la oración de los rectos es su deleite.” Está tan ansioso por escuchar oraciones y responderlas que dice en Isaías 65:24 (LBLA), “Y sucederá que antes que ellos clamen, yo responderé; aún estarán hablando, y yo habré oído.” De hecho, toma medidas especiales para ser constantemente acosado. Lo digo con reverencia y creo que con veracidad en base a Isaías 62:6-7 -“ Sobre tus murallas, oh Jerusalén, he puesto centinelas; en todo el día y en toda la noche jamás callarán. Los que hacéis que el SEÑOR recuerde, no os deis descanso, ni le concedáis descanso hasta que la restablezca, hasta que haga de Jerusalén una alabanza en la tierra." Así que Dios ama tanto que se le pidan cosas que asigna gente para que “no le concedan descanso” sino que “el SEÑOR recuerde” y “jamás callen.”

Meditar en esto es muy alentador para nuestra fe y esperanza. Significa que Dios, el Creador del Universo, el que sostiene nuestra vida en sus manos y gobierna el mundo, es el tipo de Dios que ama que se le pidan cosas.

Encuentro también tremendamente fortalecedor para mi fe el meditar más profundamente en el por qué esto es así. ¿Por qué Dios no solo quiere que le pidamos cosas, sino que se deleita en ello y lo ama como el incienso (Apocalipsis 5:8) y toma medidas para que suceda?¿Qué hay detrás de este deleite por nuestras peticiones a Él? Podrías decir, “Bueno, eso es porque Dios es amor. Está en su naturaleza ser un Dador.” Esto es completamente correcto. Como dijo Pablo en Romanos 11:35-36 (LBLA), “¿o quien le ha dado a el primero para que se le tenga que recompensar? Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre.”

Dios es siempre el Dador (ver Hechos 17:25) Es lo que le encanta ser. Y la última frase de Romanos 11:36 dice por qué, “A Él sea la gloria para siempre.” Es más glorioso ser Dador que recibidor. Los que reciben se muestran necesitados. Los que dan se muestran auto-suficientes. Así que Dios ordena la oración porque quiere que lo veamos como gloriosamente auto-suficiente y a nosotros mismos como totalmente necesitados. Por eso él dice en el Salmo 50:15, “e invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás.” Dios responde nuestra llamada de ayuda para que nosotros obtengamos rescate y el obtenga el honor. “yo te libraré y tú me honrarás.” De manera similar Juan 14:13 Jesús dice, “¡Pedid cosas en mi nombre! ¿Por qué? Para que el Padre pueda ser glorificado. Para que pueda mostrarse tan glorioso como realmente es.

Deja que estas verdades tras la oración fortalezcan tu decisión de orar este año. Dios quiere que ores. El desea que le pidas cosas. Y no sólo lo desea, sino que en verdad se deleita en ello y de verdad lo quiere y da pasos para verlo realizado, porque lo disfruta mucho. ¿Por qué deberíamos confiar en esto? Porque sale de la misma naturaleza de quien Dios es. Él es amor -él es un Dador. ¿Por qué es un Dador? Debido a que es totalmente auto-suficiente y se deleita en desbordar y mostrarnos su gloriosa plenitud y fuerza y sabiduría, y en que nos dará lo que necesitemos para llevarnos al gozo eterno en él. Dios ama mostrar la plenitud de su gracia supliendo las necesidades de la gente humilde, dependiente -es decir, la que ora, porque eso magnifica sus riquezas y construye nuestro gozo.

Esto significa que la oración es tan central como es posible para el significado del universo creado. Dios nos creó, de acuerdo a Isaías 43:7, para su gloria. Lo que estamos viendo significa que él creó el universo para que personas creadas a su imagen miraran hacia él para satisfacer todos sus deseos y necesidades de forma que obtengan el gozo y Dios obtenga la gloria. Cuando expresamos este acto de mirar a Dios, lo llamamos oración.

Por tanto la oración no es cosa pequeña. No es algo marginal. No es algo incidental en la vida Cristiana. La oración es el corazón del por qué Dios creó el universo. Puedes tener la noción moderna y secular de que el universo en realidad trata de grandes sucesos galácticos y supernovas y enormes expansiones de tiempo y espacio y energía. Pero en realidad el centro del universo creado es el hombre creado a la imagen de Dios. Y el significado del hombre a la imagen de Dios es mostrar la gloria de Dios. Y la forma en que Dios se deleita en demostrar su gloria en el hombre es siendo de quien depende en oración.

No puede ser más grande. Medita en ello. Reflexiona sobre ello. Es tan rico y te dará grandes incentivos para orar en el 2000. Escuché a uno de vosotros en la oración esta semana refiriéndose a inhalar la Palabra y exhalar oración. Muy bueno eso. Vivimos por la Palabra y la oración de la misma forma que vivimos inhalando y exhalando aire. Esta es nuestra vida.

Perseverad en la Oración

Volviendo a Colosenses 4:2, “Perseverad en la oración.” Esto no nos coge por sorpresa ¿verdad? si la oración es tan grande y central en el propósito de Dios para el universo y para tu vida, no es de sorprenderse que Dios nos diga “Perseverad en la oración.” Y no es sorprendente que esta palabra “Perseverad” o “dedicaros” o “continuar en” aparezca seis veces en el Nuevo Testamento en relación a la oración. Hechos 1:14, “Todos éstos estaban unánimes, entregados de continuo a la oración.” Hechos 2:42, “[La iglesia temprana] se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración.” Hechos 6:4, los apóstoles decían que se entregarían a “la oración y al ministerio de la palabra.” Romanos 12:12, “gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración.” Efesios 6:18, “Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu...con toda perseverancia.”

¿Qué significa esto? Que oras a menudo y de forma regular. La oración no es infrecuente y no se trata de ensayo y error. Ser “dedicado a” la oración significa que no es casual y olvidadiza. Significa que tomas medidas para ver como se convierte en parte de tu vida regular, de la misma forma que lo son el comer y el dormir.

Sigo, “Tomas medidas,” porque creo que esto está implícito en las siguientes palabras en Colosenses 4:2, “Perseverad en la oración, velando en ella.” Velar en ella significa que trabajas en contra de las distracciones y los obstáculos. Haces lo que tienes que hacer para mantenerte despierto y en la tarea. Por ejemplo, Oswald J. Smith, el antiguo pastor de la Iglesia de los Pueblos en Toronto, solía levantarse de sus rodillas cuando le entraba sueño y caminaba por su cuarto para mantenerse despierto para la oración. Gordon Hamilton, un compañero músico en sus viajes, decía que lo escuchaba “caminar de un lado a otro en oración.” “Debe haber caminado millas.”

Pero si quiere decir que hay que hacer lo que sea para mantenerse despierto y alerta en la oración, también implica: haz lo que tengas que hacer para que ores. Así que dedicaremos el resto del tiempo a algunos puntos prácticos acerca de como ser perseverantes en oración.

Primero, planteemos las mismas preguntas de la semana pasada: Cuando, donde y como.

Tomando Medidas para la Oración: ¿Cuándo y Dónde?

¿Cuándo vas a orar? Puede que digas, “No quiero una vida compartimentada en la que la oración esté en un compartimiento devocional y el resto de mi vida en otros compartimentos. Quiero una vida integrada en la que la oración sature todo lo que hago.” Bueno, amén a eso. Pero es una dicotomía falsa, y no funcionará el elegir entre una temporada de oración en soledad y la oración empapando el resto de tu vida, como si esas fueran las alternativas. Si quieres caminar en oración todo el día, necesitas permanecer en oración en momentos de comunión tranquila con Dios.

¿Por qué? porque no puedes mantener profundidad con Dios a la larga si lo encajas en los distintos huecos de tu día. Pero puedes disfrutar de un compañerismo continuo con Dios si no has profundizado con Dios en la quietud de una temporada de oración. Así que sí, haz de tu objetivo el tener un día completo de conversación caminando con Dios a toda costa -con su Palabra memorizada alimentándote todo el día, y ofreciendo tus deseos a él hora a hora. Haz de ese tu objetivo. Y la manera de “perseverar” en la oración de esa forma es dedicarse a tiempos diarios regulares de soledad en oración. En momentos de concentración tranquilos puedes profundizar con él, y esta profundidad hará que Dios sea real y tenga sustancia el resto del día.

Así que decide un lugar y un tiempo para reunirte con Dios en oración.

Tomando Medidas: ¿Por Cuánto Tiempo?

¿Por cuánto tiempo? Si no estás haciendo nada, haz algo. Comienza donde estás y da un paso. Entonces pide a Dios que te convierta en una persona profunda y sabia y que de fruto. Necesitamos sabios Cristianos. Y ninguno se convierte en sabio sobre la marcha. Debe producirse una persistencia en la presencia de Dios con meditación concentrada de la Palabra y oración enfocada.

No tiene por que ser un tiempo largo. Pueden ser varios tiempos cortos planeados. Por ejemplo, está el gran ejemplo de Daniel. Era un oficial político de alto rango en Babilonia. Tenía enemigos y pasaron una ley en que nadie podía orar excepto al rey. Daniel 6:10 dice,”Cuando Daniel supo que había sido firmado el documento, entró en su casa (en su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a Jerusalén), y como lo solía hacer antes, continuó arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios.”

No solo vemos el valor y el compromiso total de Daniel por orar en una ventana abierta cuando su vida era amenazada por hacerlo, pero vemos que se “dedicaba” a ello tres veces al día. En ocasiones en mi vida he encontrado muy útil apartar un tiempo en la mañana, en el almuerzo y antes o después de la cena. Te apartas en soledad y lees una pequeña porción de la Escritura y oras y pides la ayuda de Dios para el siguiente tercio del día.

O puedes hacerlo diferente. Por ejemplo, el Salmo 119:164 dice, “Siete veces al día te alabo, a causa de tus justas ordenanzas.” Utilizando relojes de alarma, puedes establecer cualquier tipo de programa de oración. Pero no estés sin hacer nada. Persevera en la oración. Vela en ella, y haz lo que tengas que hacer para encontrarte con Dios de manera centrada, para escucharle en su Palabra y ofrecerle tus deseos en oración.

Tomando Medidas: ¿Cómo?

¿Cómo? Se podrían decir docenas de cosas. Mencionaré tres.

Primero, considera el orar en círculos concéntricos desde tu propia alma afuera hacia el mundo al completo. Esa es mi práctica regular. Primero oro por mi alma. No porque lo merezca más que otros, sino porque si Dios no despierta y fortalece y humilla y llena mi propia alma, entonces no puedo orar por la de los demás. Así que ruego al Señor cada mañana por mi propia perseverancia y purificación y poder.

Entonces paso al siguiente círculo concéntrico, mi familia, y oro por cada uno de ellos por nombre: Noel, Karsten/Shely/Millie, Benjamín, Abraham, Barnabas, Talitha y algunos de mi familia lejana.

Entonces paso al siguiente círculo concéntrico, el personal y los ancianos de Bethlehem. Menciono a todos por su nombre.

Entonces oro por vosotros, la Iglesia Bautista Bethlehem. Y después voy desde ahí a diferentes preocupaciones y grupos en diferentes tiempos: nuestros misioneros, nuestra denominación y sus escuelas, la Conferencia Bautista General, el evangelismo en general y la iglesia en todo el mundo, especialmente la iglesia que sufre. Los círculos más anchos incluyen la ciudad y el estado y la nación y los asuntos sociales y culturales del mundo.

No se puede orar por todo en todo momento. Así que tiene que haber diferencias. Y tu corazón dictará en gran medida cual es tu carga. Algunos días será un miembro de la familia o un miembro del personal o una crisis en la iglesia o en el mundo lo que consuma la mayoría de tu tiempo. Pero si tienes un patrón -como los círculos concéntricos- no harás derrapar las ruedas preguntándote por donde empezar.

Eso es lo primero que diría en respuesta a la pregunta del cómo.

La otra es orar la Escritura. El tiempo de oración y el tiempo de meditación en la Biblia no tienen por qué ser tiempos separados. Sería mejor si no los separásemos.

Si me preguntas que es lo que oro por mí mismo y por mi familia y mi iglesia y los misioneros y la ciudad y las naciones, la respuesta es que oro Escritura. La Palabra de Dios revela a Dios y su voluntad. Lo que quieres para ti mismo y para aquellos por los que oras es más de Dios y de su voluntad. Conforme lo ves a él en su Palabra, ora para que Dios haga ver y conocer y amar esto en las vidas de las personas por las que oras. Y cuando ves su voluntad, ora para que Dios cause que sea hecha en la vida de aquellos por los que ora. “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.”

Se intencional con esto, pero no seas demasiado consciente de ti mismo. Las oraciones artificiosas no parecen auténticas. Si tenemos tanta conciencia de nosotros mismos que intentamos elaborar nuestras oraciones utilizando interesantes cambios de frase, perderemos el poder y la realidad de la oración. En lugar de eso intenta orar por valores Bíblicos específicos para la gente, no por clichés gastados y generalidades banales que no tengan profundidad espiritual.

Por ejemplo, si oras por alguien, ora las bienaventuranzas: Padre, concede a John que pueda reconocer su pobreza de espíritu. Haz que gima por sus pecados y no sea indiferente o se despreocupe de su propia alma. Obra la mansedumbre en su corazón. Concédele el tener hambre y sed de justicia. Dale el corazón de un pacificador y un reconciliador. Hazlo puro y mantenlo puro, O Señor. Y si es tu voluntad que sea perseguido, dale gracia para que tome todo ello como gozo y para recordar que su recompensa es grande en el cielo.

Esta forma de orar será poderosa en el Espíritu, porque estás orando en la propia Palabra del Espíritu y en la misma voluntad del Espíritu.

La tercera cosa que diría acerca de como orar es que orar en grupos es importante para incluirlo en tu vida. Las familias, oren juntas. Los grupos pequeños, oren juntos. Los grupos de ministerio, oren juntos. Y considerad el ser parte de las siete reuniones de media hora para orar que se hacen aquí en la iglesia cada semana. Lunes, 7:00 AM, Martes, 6:30 AM, Miércoles 6:30 AM (mujeres), 5:45 PM, Jueves, 6:30 AM (centrado en el ministerio de refugiados), Viernes, 6:30 AM, Domingo 8:15 AM.

De manera practica, si seguiste la semana pasada con tu plan para encontrar un lugar y un tiempo y método para leer la Biblia, añade este: “Perseverad en la oración, velando en ella,” esto te unirá más plenamente con Dios y su propósito para el universo.


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