Por el amor de Dios, volumen 1/28 de junio

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English: For the Love of God, Volume 1/June 28

© The Gospel Coalition

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Por D.A. Carson sobre Vida Devocional
Capítulo 181 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1

Traducción por Luximar Arenas Petty


28 DE JUNIO

Deuteronomio 33-34; Salmos 119:145-176; Isaías 60; Mateo 8

¿CÓMO TERMINA EL PENTATEUCO (Deuteronomio 34)?

Hasta cierto punto, quizás uno puede hablar de esperanza o al menos de anticipación. Aún cuando a Moisés no se le permite entrar en la Tierra Prometida, los israelitas están a punto de entrar. La “tierra que fluye leche y miel” está a punto de ser de ellos. Josué hijo de Nun, un hombre “lleno del espíritu de sabiduría” (34:9), ha sido designado. Incluso las bendiciones de Moisés a las doce tribus (Deuteronomio 33) podrían ser leídas como para dar un cierre apropiado a este capítulo de la historia de Israel.

Sin embargo, tal lectura es demasiado optimista. Los énfasis convergentes dejan al lector atento con una expectativa muy pesimista del futuro inmediato. Después de todo, por cuarenta años el pueblo ha hecho promesas y las ha roto y repetidamente ha sido llamado a la fidelidad del pacto por la dura vía del juicio. En Deuteronomio 31, Dios mismo predice que el pueblo “se levantará y fornicará tras los dioses extranjeros de la tierra en la cual va a entrar, y me dejará y quebrantará mi pacto que hice con él” (31:16). Moisés, este líder increíblemente valiente y perseverante, no entró en la Tierra Prometida porque en una ocasión falló en honrar a Dios delante del pueblo. En este sentido, el sirve como contraste negativo al gran hebreo al comienzo de esta historia de Israel: Abraham muere como un peregrino en una tierra extranjera que aún no era suya pero al menos muere con honor y dignidad, mientras que Moisés muere como un peregrino a quien se le prohíbe entrar en la prometida tierra a él y a su pueblo, en soledad aislada y vergüenza. No sabemos cuánto tiempo transcurrió después de la muerte de Moisés antes que este último capítulo de Deuteronomio fuese escrito pero debe haber sido considerable, porque el versículo 10 dice, “Desde entonces [es decir, desde la muerte de Moisés], no ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés”. Apenas se pueden dejar de oír matices de la profecía de la llegada de un profeta como Moisés (18:15-18) Para el momento de la escritura, otros líderes han surgido, algunos de ellos fieles y valientes. Pero no ha surgido ninguno como Moisés y esto es lo que ha sido prometido.

Estas líneas hacen que el lector aprecie algunos puntos, especialmente si el Pentateuco se ubica dentro de la historia de toda la Biblia. (1) La ley-pacto simplemente no tiene el poder para transformar al pueblo del pacto de Dios. (2) No deberíamos sorprendernos por más casos de decadencia catastrófica. (3) La mayor esperanza radica en la llegada de un profeta como Moisés. (4) De alguna manera esto está vinculado a las promesas de la parte inicial de la historia: esperamos por alguien de la semilla de Abraham a través del cual todas las naciones de la tierra serán bendecidas.



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