Por el amor de Dios, volumen 1/8 de junio

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Sobre esta Traducción
English: For the Love of God, Volume 1/June 8

© The Gospel Coalition

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Por D.A. Carson sobre Vida Devocional
Capítulo 161 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1

Traducción por Luximar Arenas Petty


8 DE JUNIO

Deuteronomio 12; Salmos 97-98; Isaías 40; Apocalipsis 9

AUNQUE EL LIBRO DE Deuteronomio constantemente mira atrás al Éxodo y a los años de vagar en el desierto, también mira adelante: el pueblo está a punto de entra a la Tierra Prometida, y ciertas cosas cambiarán. En tiempos de transición, uno debe comprender la diferencia entre lo que debería cambiar y lo que no.

El capítulo de ayer incluía la palabra hoy: “Y comprended hoy que no estoy hablando con vuestros hijos...” (Deuteronomio 11:2). Esa palabra es importante a lo largo en este libro. Una compresión apropiada del pasado prepara el camino para los cambios de hoy, a punto de entrar en la Tierra Prometida. En Deuteronomio 12, el cambio más grande previsto es el establecimiento dentro de la tierra en el lugar donde Dios escoja “para poner allí su Nombre” y establecer su morada (12:5, 11). En otras palabras, el capítulo anticipa el momento cuando ni los sacrificios ofrecidos de manera independiente donde quiera que el adorador se encuentre (12:8), ni tampoco el tabernáculo móvil de los años de la peregrinación, serán aceptables; sino que, Dios establecerá un centro estable en la tierra. “sino que buscaréis al SEÑOR en el lugar en que el SEÑOR vuestro Dios escoja; y allí traeréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, la contribución de vuestra mano... Allí también vosotros y vuestras familias comeréis en presencia del SEÑOR vuestro Dios, y os alegraréis en todas vuestras empresas en las cuales el SEÑOR vuestro Dios os ha bendecido” (12:5-7). A su debido tiempo el tabernáculo fue situado en Silo, Betel, y finalmente en Jerusalén, donde fue reemplazado por el templo en los días de Salomón.

El cambio de circunstancias trae puntos tanto de continuidad como de discontinuidad. Moisés insiste que entonces, como ahora, no habrá tolerancia para las prácticas de adoración paganas de las naciones vecinas que son expulsados de la tierra (12:29-31). Pero la clara distancia a la que la mayor parte del pueblo vivirá del santuario central significa que no pueden esperar tener toda la carne del sacrificio en sus recintos, ni tampoco cumplir las sutiles diferencias entre lo que es la parte del sacerdote y lo que es la parte de ellos. Ahora será completamente adecuado sacrificar sus animales y comerlos como harían con los animales de caza matados en el campo (12:15-22). Aún así, tres puntos continúan en completa vigencia. (1) No deben olvidar proveer para los levitas (muchos de los cuales dependen del servicio del tabernáculo/templo para su sustento, 12:19); (2) No deben comer la sangre de los animales que ellos sacrifiquen (12:23-25); (3) Aún deben prever ofrecer los sacrificios consagrados en el santuario central en los días de altas festividades, cuando se espera que cada familia se presente al Señor (12:26-28).

Otras transiciones continúan en la historia de la redención y demandan nuestra atenta meditación (ejemplo, Salmos 95:7-11; Marcos 7:19; Juan 16:5-11; Hebreos 3:7-4:11).  



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