Por el amor de Dios, volumen 1 /26 de abril

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Sobre esta Traducción
English: For the Love of God, Volume 1/April 26

© The Gospel Coalition

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Por D.A. Carson sobre Vida Devocional
Capítulo 118 del Libro Por el amor de Dios, volumen 1

Traducción por Luximar Arenas Petty


26 DE ABRIL

Números 3; Salmos 37; Cantares 1; Hebreos 1

DESDE SINAÍ EN ADELANTE, los levitas son tratados de manera diferente de las otras tribus: ellos solos administran el tabernáculo y sus utensilios, de ellos vienen los sacerdotes, ellos no tienen una asignación aparte de tierra pero están dispersos por toda la nación, y así sucesivamente. Pero aquí en Números 3, se describe una de las distinciones más sobresalientes.

Todos los varones de un mes de edad en adelante de la tribu de Leví fueron contados. Su total fue de 22.000 (3:39). Entonces todos los primogénitos de un mes de edad en adelante del resto de los Israelitas fueron contados. Su total fue de 22.273 (3:43): la diferencia entre las dos cifras es 273. Dios declara que debido a que él consagró a todos los primogénitos de Israel en la primera pascua en Egipto, los primogénitos son especiales para él (3:13). La asunción, por supuesto, es que en cierto sentido ellos también debían haber muerto: ellos no eran intrínsecamente mejores que los egipcios que murieron. Ellos habían sido protegidos por la sangre del cordero de la pascua que Dios había ordenado. Evidentemente Dios no estaba demandando ahora la vida de los primogénitos de Israel. En cambio, el insiste que todos ellos son suyos en una manera especial -pero que el aceptará, en lugar de todos los primogénitos de todo Israel, todos los varones de la tribu de Leví. Ya que los dos totales no coinciden exactamente, los 273 primogénitos extras de Israel deben ser redimidos de alguna u otra forma, y por eso se aplicó un precio de rescate (3:46-48).

Hay algunas lecciones que aprender. Una de ellas es intrínseca de la narración y ya se ha señalado: los israelitas no eran intrínsecamente superiores a los egipcios, no fueron exonerados intrínsecamente de la ira de la destrucción del ángel. Aún más importante, aquellos salvados por la sangre pertenecen al Señor de una manera especial. Si Dios ha aceptado la sangre que fue derramada en lugar de ellos, el no demandó que ellos murieran: él demanda que ellos vivan para él y su servicio. Debido a las exigencias del pacto del código de Sinaí, una sustitución es aceptada: los levitas sustituyen a todos los israelitas quienes debían haber sido objeto de la barrida de los requisitos de la Pascua.

No es difícil encontrar el cumplimiento de estas normas bajo los términos del nuevo pacto. Somos salvos de morir por la muerte del Cordero supremo de la Pascua (1 Corintios 5:7). Aquellos salvados por su sangre pertenecen al Señor de una manera especial, esto es, no únicamente por virtud de la creación sino por virtud de la redención (1 Corintios 6:20). El demanda que vivamos para él y para su servicio, y en esto nos constituimos una nación de sacerdotes (1 Pedro 2:5-6; Apocalipsis 1:6).



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