Solo los humildes ven el cielo

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English: Only the Humble See Heaven

© Desiring God

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Por Jon Bloom sobre Santificación y Crecimiento

Traducción por Carla B.


¿Por qué la humildad es tan importante para Dios? Quiero decir que es realmente sumamente importante para El. Escuchen el tipo de cosas que dijo Jesús:

El que quiera entre vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor y el que quiera entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo (Mateo 20:26-27).
En verdad os digo que, si no os convertís y os hacéis como niños, no entrareis en el reino de los cielos. Cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos. (Mateo 18:3-4).
Bienaventurados los humildes, pues ellos heredaran la tierra. (Mateo 5:5).

Los siervos humildes ocupan el primer lugar en el reino de Dios, solo los humildes como niños entran en el reino y al sumiso se le dará el dominio sobre la tierra. Estas afirmaciones son tan extremas que parecen casi absurdas.

Contenido

¿Acaba de Decir Eso?

Me pregunto si estamos muy familiarizados con estos dichos. No sé ustedes, pero he encontrado que es inquietantemente fácil disociar las verdades teológicas de las cuales estoy de acuerdo intelectualmente, de los que funcionalmente creo (las formas en que realmente me comporto). Si las afirmaciones sobre la humildad como éstas no nos reprimen, dudo que realmente estemos escuchando a Jesús —tomando en cuenta de lo mucho que no somos así por naturaleza, dado que al servicio poco atractivo es cuando debemos realmente sacrificar nuestras propias actividades para hacerlo, teniendo en cuenta lo poco que queremos ser considerados como niños cuando se trata de cómo los demás realmente piensan de nosotros, y dado cómo no nos sentimos sumisos cuando alguien más realmente nos ofende.

¿Entendieron lo que está en juego? Si este tipo de humildad no nos caracteriza, “nunca entraremos al reino de los cielos” (Mateo 18:3). Es el mismo tipo de afirmación que Jesús hizo sobre aquellos que no nacen de nuevo (Juan 3:3). Es la misma afirmación que Pablo hizo sobre los inmorales, idolatras, los avaros, los borrachos y los difamadores (1 Corintios 6:9-10). ¿Coloca usted la arrogancia en la misma categoría de seriedad como lo hace con un pecado sexual por su comportamiento? Pienso que Dios considera la arrogancia peor que eso. En ninguna parte de la Sagrada Escritura Dios dice que los más puros sexualmente son los más grandes en el reino del cielo.

¿Qué tiene la humildad para que Dios la aprecie tanto? ¿Cuál es la grandeza sobre la humildad?

Un Principio Extraño

Esa es una pregunta que hacen muchos críticos de la Cristiandad. Algunos opinan de las afirmaciones tales como “El que quiere entre vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor, y el que quiera entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo” (Mateo 20:26-27) son tan extrañas a la vivencia humana, que son completamente irreales, sin importar como pudieran haber sido las intenciones altruistas de Jesús.

Otros van mucho más allá y llaman la humildad de Jesús como un principio maligno. Karl Marx lo consideró un opiáceo para pacificar a los proletariados masivos para que la burguesía pudiera mantener su control económico sobre los medios de producción. Friedrich Nietzsche lo aborreció como si fuera algo nada más para que debilitara a los humanos, alentándonos a todos nosotros a comportarnos precisamente de maneras que nos alejan de seguir la fuerza despiadada que necesitamos para sobrevivir en un universo brutal e indiferente.

De hecho, la humildad que Jesús encomienda aquí parece extraña, de otro mundo. Era extraño para los discípulos de Jesús cuando les hizo esa declaración. Santiago y Juan estaban en busca de los puestos de honor (Mateo 20:20-21), ocasionando que sus diez compañeros se molestaran, ya que cada uno imaginaba que tenían el derecho a esos puestos (Lucas 22:24). Esta era la grandeza que ellos conocían. Vivían en un mundo donde la grandeza era definida por posición social, donde los escribas y los fariseos amaban sus puestos de honor (Mateo 23:6) y los gobernantes amaban el señorío (Mateo 20:25). Vivian en el mundo donde vivimos. ¿En qué mundo vivía Jesús?

Recuerdos de un Mundo Perdido

Cuando Jesús llamo a los discípulos para que lograran la grandeza a través de la humildad sirviendo a otros, Él no los estaba llamando simplemente para ser contracultural; Él los estaba llamando para que fuesen antinaturales — o mejor aún, a ser sobrenatural. Ninguno de nosotros nace con esta calidad de carácter. Si el principio de humildad de Jesús parece extraño, es debido a que lo es. Es el principio de un reino desconocido (Mateo 18:1), una patria mejor (Hebreos 11:16).

En realidad, eso no es exactamente cierto. Es más adecuado decir que la humildad es el principio de un reino pasado. Porque el reino de los cielos era la administración de origen de la tierra y la humildad era el principio de Edén. El dominio de las tinieblas (Colosenses 1:13) fue el reino desconocido que preparó un golpe sobre el árbol prohibido al incitar a Adam y Eva a que dejaran de confiar totalmente en Dios y comenzaran a apoyarse en su propio entendimiento (Proverbios 3:5). Y el principio de la soberbia del reino desconocido prevaleció.

Pero la Biblia nos dice que la humildad una vez más será el principio reinante del reino futuro, cuando las fuerzas del mal desconocido sean finalmente derrotadas, y toda rodilla se arrodille al supremamente humilde Rey de reyes (Filipenses 2:5-11). Cuando finalmente lo veamos, sabremos que el más grande en el reino del cielo, verdaderamente es el servidor de todos.

El Humilde es el Único que Puede Verlo

Pero todavía no he contestado la pregunta: ¿Qué es tan grande sobre la humildad? ¿Por qué lo cataloga como una cualidad tan grande de la grandeza humana? Creo que porque la humildad es el único estado del alma que nos permite percibir con exactitud y valorar la verdad y la gloria por lo que realmente son. Solo el humilde verdaderamente lo puede ver.

Todos nosotros hemos escuchado alguna versión del dicho “la soberbia ciega.” Eso es lo que hace exactamente. El impío, en la altivez de su rostro, no busca a Dios (Salmo 10:4). La soberbia no nos permite ver nuestra inminente caída (Proverbios 16”18). La soberbia es la lampara de un corazón malvado (Proverbios 21:4), y “si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande será la oscuridad!” (Mateos 6:23).

Pero la humildad nos pone en un estado mental para poder ver. Lo cual es la razón de que Dios “Dirige a los humildes en la justicia y ensena a los humildes su camino” (Salmo 25:9). Solo el humilde puede tener un “corazón limpio,” y, por lo tanto, solo el humilde puede “ver a Dios” (Mateo 5:8).

La soberbia nos hace ver a nosotros mismos como el valor más importante y ve todos lo demás como un medio para realzarnos a nosotros mismos. Es insaciable y puede ser mortal. Pero en la humildad, uno “no piensa (de si mismo) más grande de lo que (uno mismo) debe pensar. Pero…piensa con buen juicio” (Romanos 12:3).

La persona humilde mira el lugar de Dios con exactitud, su propio lugar y el lugar de todos los otros en el mundo. La persona humilde se ve a si mismo como un pecador necesitando la misericordia de Dios desesperadamente y habiéndolo recibido a través de tan humilde servidumbre de Dios en Cristo (Filipenses 2:5-8), lo encuentra mas bendecido dar a otros que recibir para que puedan disfrutar al máximo la misericordia de Dios para siempre también (Hechos 20:35). Teniendo esto en cuenta, ve la existencia, el mundo, la belleza, la redención y juicio como algo tan incomprensiblemente más grande que si mismo y tan lleno de glorias que se abruma y no puede retenerlo todo. Su humildad le permite ver y lo que ve lo convierte humilde.

Los Ojos Abiertos al Esplendor

¿Porque Jesús dijo que solo el humilde puede entrar en el reino? Porque solo el humilde puede ver el reino. ¿Porque los más grandes en el reino son siervos? Porque mientras mas humildes seamos, realmente vemos mas la realidad, realmente vemos la gloria multifacética de Dios y por ende experimentamos más alegría, y por lo tanto deseamos más que otros sientan esa alegría. Lo que hace la humildad tan grande, es que es como Dios.

Llamándonos a la mansedumbre, Jesús nos esta invitando a abandonar la ruina de la soberbia y tener los ojos de nuestros corazones iluminados para que podamos conocer “las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” (Efesios 1:18). El nos esta invitando a compartir la misma alegría del Dios Trino, las personas mas humildes en existencia.


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