Un llamado al Ayuno por la Humildad y el Poder

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English: A Call to Fast for Humility and Power

© Desiring God

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Por John Piper sobre Ayuno
Una parte de la serie Taste & See

Traducción por Emma Ratcliffe


El Rey Artajerjes emitió un decreto para enviar de vuelta a Esdras a Jerusalén finalizado el exilio en Babilonia (Esdras 7:11 sigs.). "La mano bondadosa de su Dios estaba sobre él, ya que Esdras había dedicado su corazón a estudiar la ley del Señor, y a practicarla, y a enseñar sus estatutos y ordenanzas en Israel." (7:10).

Pero Esdras sentía miedo de hacer este viaje sin la protección del gobierno: "Tuve vergüenza de pedir al rey tropas y hombres de a caballo…pues habíamos dicho al rey: 'La mano de nuestro Dios es propicia para con todos los que le buscan, mas su poder y su ira contra todos los que le abandonan.'". (8:22). Así que Esdras proclamó un ayuno entre toda su tropa para humillarse ante Dios y buscar su ayuda (8:21). Por lo tanto "la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y de las emboscadas en el camino" (8:31).

Esdra marca un ejemplo para nosotros. Toma la promesa de 2 Crónicas 7:14 y la aplica a su situación y confía en Dios. La promesa dice: "Si se humillare mi pueblo, sobre los cuales ni nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos..." Dios realiza su trabajo de perdonar, sanar y proteger condicionado a nuestra humildad, separándonos del pecado y buscándolo en la oración. Así que Esdra y sus tropas fueron humildes (8:21) e imploraron a Dios (8:23) y Dios los oyó.

Concluyo por ende que si queremos que Dios trabaje entre nosotros debemos ser humildes y buscar su rostro con vehemencia. Debemos arrollidarnos, inclinarnos en reverencia como niños y clamar por el poder espiritual. Debemos tener un tiempo propio en nuestro hogar o en los bosques y verter nuestros anhelos ante Dios.

Pero hay algo mas que aprendí de Esdra 8:21. ("Proclamé un ayuno, para que seamos humildes"). Note la conexión. El ayuno significa ser humilde. ¿Cómo es esto posible? Una forma de presentarnos ante Dios humildemente es demostrarle que al hacer el ayuno le demostramos nuestro sobrecogedor amor al placer físico. El ayuno le dice a Dios: "Sé que no merezco mi pan diario. Mis pecados merecen ser castigados con el hambre. Pido perdón por mis pecados y reconozco a través de mi ayuno lo graves que son. Te deseo mas, Oh Dios, mas que el alimento. Lléname, Oh Cristo! Lléname con "el pan que viene del cielo".


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