Verdades difíciles y amor profundo: reflexiones sobre la soberanía, el sufrimiento y la promesa del Cielo

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English: Difficult Truths & Deep Love: Pondering Sovereignty, Suffering, and the Promise of Heaven

© Desiring God

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Por Randy Alcorn sobre Sufrimiento
Una parte de la serie Desiring God 2010 National Conference

Traducción por Ana Villoslada


Por Randy Alcorn. Reproducción de las notas tomadas durante el mensaje.


Todas las cosas cooperan para bien.


Romanos 8:28

“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito”.


Vamos a centrarnos en uno de los versículos más importantes de las Escrituras: Romanos 8:28. Sería contraproducente darle Romanos 8:28 a una persona con el fin de intentar disminuir su sufrimiento. Jesús lloró ante el sufrimiento y ante la horrible perspectiva de la muerte. Las Escrituras nunca disminuyen el sufrimiento y el dolor ante la realidad de la resurrección. No obstante, Dios hace que todas las cosas cooperen para bien para aquellos que lo aman.


Los hay que puedan decir que este versículo les parece cruel. Sin embargo, Dios es totalmente soberano y Él es capaz de cumplir esta promesa. Cuando consigamos entender el verdadero significado de este versículo, entonces podremos ver a Dios magnánimo y glorioso.


Es asombroso ver todo el sufrimiento que hay en este mundo pero, cuánto peor se ponen las cosas, mayor es la necesidad de que la historia de la redención las arregle. La historia de nuestra redención en Cristo tiene un final glorioso como puede verse en Efesios 2:7: "a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de su gracia por su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”.


¿Qué conocerías de la gracia de Dios si el mal, el pecado y el sufrimiento no hubiesen entrado en el mundo? ¿Qué conocerías de la gracia de Dios? ¿Qué conocerías de su paciencia? ¿De su misericordia? Son cualidades de Dios que nunca habríamos conocido, celebrado y por las que nunca le hubiésemos alabado durante toda la eternidad si no hubiese existido tanto sufrimiento en este mundo. Cuánto más nos volvamos como Cristo, más gloria recibirá Dios por toda la eternidad y nosotros experimentaremos mayor bondad de la que jamás hubiéramos pensado si todo lo malo no hubiese ocurrido.


Herederos con Cristo

Dios nunca se ha retractado de su idea original de que personas justas gobiernen la tierra por toda la eternidad. Romanos 8:16-17 dice que "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con Él a fin de que también seamos glorificados con Él".


Somos herederos del rey y nuestro negocio familiar está mandando. Tendremos un cuerpo resucitado, en un mundo resucitado, en una cultura resucitada en la nueva tierra. Gobernaremos la tierra para la gloria de Dios. Daniel 7:27 nos da una idea de esta futura realidad: “Y la soberanía, el dominio y la grandeza de todos los reinos debajo de todo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino será un reino eterno, y todos los dominios le servirán y le obedecerán".


Romanos 8:16-17 nos habla de que se necesita sufrir para poder reinar con Él. Una vida desahogada va en detrimento del desarrollo del carácter de Cristo en su pueblo. Dios nos ha dado muchas y buenas bendiciones, eso está claro, pero Dios no quiere que el mundo acabe siendo gobernado por personas que no tengan el carácter de Cristo. Estamos cometiendo un gran error contentándonos con pensar que Dios solo está preparando un lugar para nosotros sin prepararnos a nosotros para ese lugar. Dios nos está preparando para gobernar en justicia como reyes y siervos el mundo que tiene para nosotros. El sufrimiento está directamente ligado a gobernar su reino como herederos de Dios.


Las aflicciones nos preparan para la gloria


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