¿Qué significará el Juicio Final para ti?

De Libros y Sermones Bíblicos

(Redirigido desde ¿Qué)
Saltar anavegación, buscar

Recursos Relacionados
Leer más Por John Piper
Indice de Autores
Leer más sobre Regreso de Cristo
Indice de Temas
Recurso de la Semana
Cada semana enviamos un nuevo recurso bíblico de autores como John Piper, R.C. Sproul, Mark Dever, y Charles Spurgeon. Inscríbete aquí—es gratis. RSS.

Sobre esta Traducción
English: What Will the Final Judgment Mean for You?

© Desiring God

Compartir esto
Nuestra Misión
Esta traducción ha sido publicada por Traducciones Evangelio, un ministerio que existe en internet para poner a disponibilidad de todas las naciones, sin costo alguno, libros y artículos centrados en el evangelio traducidos a diferentes idiomas.

Lea más (English).
Como Puedes Ayudar
Si tú puedes hablar Inglés bien, puedes ofrecerte de voluntario en traducir

Lea más (English).

Por John Piper sobre Regreso de Cristo
Una parte de la serie Taste & See

Traducción por Ian Bepmale


Estoy escribiendo esto en la víspera de Año Nuevo. El final de 2007 me lleva a pensar en otros finales, como el juicio final. Reflexionen conmigo, si quieren, sobre cómo será pasar por el último gran juicio. Es bueno fijarnos en cómo será. Si pudiéramos verlo con claridad, haría que quienes confían en Cristo sean las personas más felices y valientes en 2008.

Creo que todos enfrentaremos un juicio final con el resto del mundo. “Todos compareceremos ante el tribunal de Dios” (Romanos 14:10; 2 Corintios 5:10). Cuando Jesús dice: “El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna. No vendrá a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida”, entiendo que quiere decir que no seremos condenados en el juicio final, porque nuestra sentencia ya ha sido dictada: no somos culpables. Entonces, ¿por qué estamos allí en el juicio final?

La imagen se da en Apocalipsis 20:12-15.

Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono; y los libros fueron abiertos, y luego otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él, y la Muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la Muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda, el lago de fuego. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Hay “libros” (v. 12), y hay un “libro” (vv. 12, 15). El “libro” se llama “el libro de la vida”. Los “libros” son el registro de las acciones de todas las personas. Esto se da a entender cuando Juan dice: “Los muertos fueron juzgados por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras… y fueron juzgados cada uno según sus obras” (vv. 13, 14).

Todos los muertos son juzgados en vista de lo que está escrito en los libros. Esto incluye a creyentes e incrédulos, elegidos e incrédulos. Este es un juicio de todas las personas: “Vi a los muertos, grandes y pequeños” (v. 12). “Los muertos fueron juzgados” (v. 12). “El mar entregó los muertos que había en él, la Muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados” (v. 13). Así que los creyentes y los incrédulos se enfrentan a lo que está escrito en los libros. Importa. Pero, ¿cómo importa?

Para responder a eso, necesitamos ver lo que significa tener tu nombre escrito en el “libro de la vida” (vv. 12, 15). En Apocalipsis 13:8, Juan dice: “Todos los que moran en la tierra la adorarán (a la Bestia); todos aquellos cuyos nombres no hayan sido escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado”. Aquí hay dos cosas cruciales:

Una es que los nombres han estado en el libro de la vida desde antes de la creación. Por lo tanto, esta es una referencia a los elegidos (Apocalipsis 17:4), aquellos que ciertamente creerán en Cristo y serán salvos por medio de él.

En segundo lugar, estar inscrito en el libro de la vida asegura que una persona no adorará a la bestia. Esto está implícito al decir que todos adorarán a la bestia, excepto aquellos cuyos nombres estén escritos en el libro de la vida. Si tu nombre está en el libro de la vida, no adorarás a la bestia. Eso no es una coincidencia. Estar en el libro significa pertenecer a Dios, quien guarda a sus elegidos de la adoración a los demonios. Juan dice lo mismo nuevamente en Apocalipsis 17:8: “Los moradores de la tierra cuyos nombres no han sido escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, se maravillarán al ver a la bestia”. Estar en el libro asegura que no te maravillarás de la bestia.

Así que volvemos al juicio en Apocalipsis 20. En el versículo 15, dice: “El que no se halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego”. Esto implica que estar en el libro de la vida asegura que uno no perecerá. La salvación está asegurada para todos los que están inscritos en el libro de la vida.

La razón por la que estar inscrito en el libro de la vida asegura nuestra salvación es que el libro se llama “el libro de la vida del Cordero que fue inmolado” (Apocalipsis 13:8). Los nombres en este libro no son salvos sobre la base de sus obras. Son salvos sobre la base de que Cristo fue inmolado. Él “nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su sangre” (Apocalipsis 1:5). Hemos sido rescatados por su sangre (Apocalipsis 5:9).

Entonces, ¿cómo es que el registro de nuestras vidas contenido en “los libros” tiene un papel en nuestro juicio? La respuesta es que los libros contienen suficiente evidencia de nuestra pertenencia a Cristo para que funcionen como una confirmación pública de nuestra fe y nuestra unión con él. Considere Apocalipsis 21:27: “No entrará jamás [en la Nueva Jerusalén] nada inmundo, ni nadie que practica lo que es abominable o falso, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero”. Aquí el resultado de “estar inscrito en el libro de la vida” no es solo no perecer, sino no practicar conductas detestables y pecaminosas. En otras palabras, tal como en Apocalipsis 13:8, donde estar en el libro de la vida asegura que uno está inscrito en el libro de la vida asegura que uno no adorará a la bestia, así también en Apocalipsis 21:27, estar en el libro de la vida asegura que uno no practicará acciones detestables.

Por lo tanto, nuestras acciones confirman que nuestros nombres están en el libro y deben estar en el libro, es decir, confirman que confiamos en Cristo y estamos unidos a él. Nuestras acciones son el fruto de nuestra fe y unión con Cristo.

Por ejemplo, considere al ladrón en la cruz. Jesús dijo que entraría al paraíso (Lucas 23:43). Pero, ¿cómo será el juicio para él cuando se abran los libros? El 99,9% de su vida será pecado. Y sólo las horas finales serán fruto de la fe. Creo que Dios abrirá el libro de la vida y mostrará el nombre del ladrón en la cruz. Su salvación estará asegurada por la sangre de Cristo. Entonces Dios abrirá los libros y usará el registro del pecado para glorificar el sacrificio supremo de su Hijo, y usará la última página para mostrar el cambio que se efectuó en las actitudes y palabras del ladrón. Esa última página —las últimas horas en la cruz— será la confirmación pública de la fe del ladrón y su unión con Cristo.

Por lo tanto, cuando digo que lo que está escrito en los libros es una confirmación pública de nuestra fe y de nuestra unión con Cristo, no quiero decir que el registro contendrá más obras buenas que malas. Quiero decir que allí se registrará el tipo de cambio que muestra la realidad de la fe: la realidad de la regeneración y la unión con Cristo. Habrá suficientes evidencias de la gracia para que Dios pueda hacer una exhibición pública de lo que está en los libros para verificar la realidad del nuevo nacimiento de los que están escritos en el libro de la vida. Nadie se salva sobre la base de sus obras. Pero todo aquel que se salva hace nuevas obras. No de manera perfecta, pero con un humilde anhelo de mayor santidad. Así es como entro en el 2008, confiado en que mi condenación ya pasó (Romanos 8:3), y que mi nombre está en el libro de la vida, y que el que comenzó en mí la buena obra la perfeccionará hasta el día de Cristo. Oro por ti, para que estés conmigo.

Pastor John


Vota esta traducción

Puntúa utilizando las estrellas