Alguna Raíz de Amargura
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Santificación y Crecimiento
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando ‘alguna raíz de amargura’, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” (Heb. 12:15).
- Hebreos 12:15
Una y otra vez, el autor de la epístola a los Hebreos deja claro que los que viven después de la primera venida de Cristo están mucho mejor que los que vivieron antes de Él. Los que viven después de la primera venida de Cristo, a diferencia de aquellos que vivieron antes de Él, viven en el día en que Dios ha comenzado a llevar a Su pueblo a la perfección (11:39-40).
Sin embargo, encontramos que nuestra perfección aún no ha llegado en su totalidad. Aunque las promesas de Dios son seguras debido a la obediencia de Jesús, encontramos que todavía estamos esperando la completa experiencia de la glorificación. Encontramos que todavía tenemos que esperar a que lleguen los nuevos cielos y la nueva tierra. La experiencia completa de este premio está aún por venir, convirtiendo la vida cristiana en una carrera que debe terminarse si hemos de recibir la recompensa (12:1-2).
En el pasaje de hoy, el autor continúa diciéndonos cómo podemos fortalecernos con el fin de terminar la carrera y recibir el premio. En el versículo 15, se nos dice que nos aseguremos de que nadie falle al obtener la gracia de Dios. Es decir, debemos tratar de hacer todo lo que Dios ha ordenado para que nunca retrocedamos de nuestra esperanza de la salvación.
A primera vista, esto parece problemático, ya que parece que hace de la gracia de Dios algo que puede ser resistido, ignorado, o perdido. Sin embargo, sabemos que es imposible que los elegidos posteriormente resistan o caigan de la gracia de Dios (Rom. 8:29-30). Los comentarios de John Calvin en este versículo ayudan a resolver esta dificultad aparente. Él dice que “si alguno infiere que la gracia de Dios no es eficaz, salvo que nosotros, de nosotros mismos, cooperemos con ella, el argumento es frívolo. Sabemos cuán grande es la pereza de nuestra carne; por lo que quiere incentivos continuos; pero cuando el Señor nos estimula con la advertencia y la exhortación, Él al mismo tiempo mueve y aviva nuestros corazones, para que Sus exhortaciones no sean en vano, o desaparezcan sin efecto.”
Cuando Dios advierte a sus escogidos a no retroceder, les da el poder para responder. Cuando atendemos a estas advertencias y buscamos la gracia de Dios a través de la adoración, la oración, los sacramentos, el estudio bíblico, y similares, demostramos la realidad de nuestra elección y la garantía de nuestra salvación. Por otra parte, al hacer estas cosas, la gracia de Dios nos estimula a vivir una vida de gratitud y amor, habilitándonos para evitar la “raíz de amargura” que contamina y que nos puede descalificar de la carrera (Heb. 12:15).
Coram Deo
Tome un poco de tiempo para examinar su vida, y pregúntese si existe alguna amargura en su corazón hacia Dios o hacia los demás. Si es así, vaya delante del Señor en la oración, y pídale que lo sane de tal amargura. Pídale que le ayude a vivir en gratitud hacia Él y tome medidas para reparar las relaciones dañadas por dicha amargura.
Pasajes para Estudio Adicional
Deut. 29:18
2 Cor. 6:1
Ef. 4:31
Heb. 4:1; 10:31
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