Bendita es ella que creyó

De Libros y Sermones Bíblicos

María fue "bendita entre las mujeres" (Lucas 1:42). Recibió el don santo singular de ser la madre de nuestro Señor (Lucas 1:43). Dios el Hijo moró dentro de su cuerpo en forma humana. Luego vivió en su casa y estuvo bajo su cuidado hasta la edad adulta. Esto ha tentado a algunos a adorarla.

De hecho, una mujer exaltó públicamente a María gritando a Jesús, - ¡Dichosa la matriz que te concibió y los senos que te criaron! (Lucas 11:27)!- Pero Jesús la corrigió respondiendo, - Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan. (Lucas 11:27-28)!-

¿Ves lo que Jesús está haciendo? En esta corrección Jesús está protegiendo la verdadera bendición de María y protegiéndonos de la idolatría.

Gabriel le dijo a María que -había hallado gracia delante de Dios. (Lucas 1:30).- Ciertamente, llevar y criar al Niño Cristo fue un favor increíble. Pero no fue el mayor favor que Dios le otorgó a María. Aunque le dio a María una vocación completamente única, la favoreció de una manera similar a cómo favorece a todos sus hijos.

María no estaba sin pecado. María merecía la ira de Dios junto con todos los humanos caídos. Esto significaba que el favor de Dios sobre ella era indilenited — su gracia sobre ella era de proporciones asombrosas. La mayor bendición de María era no ser madre de El Niño. Su mayor bendición fue que su Hijo la salvaría de sus pecados. Y esta bendición se da a todos los que creen en él (Mateo 1:21).

Es por eso que Jesús dirige nuestra atención lejos de María a su Palabra en Lucas 11. La mayor bendición que cualquiera puede recibir es el don del perdón de los pecados por medio de la fe en Jesús (Efesios 2:8). El llamamiento vocacional de María como madre de Jesús fue una gran bendición, pero no estaba ni cerca de la bendición de su salvación.

Dios era "Immanuel" (Isaías 7:14) a María de una manera que nadie más ha experimentado. Pero la forma más importante en que Dios moró con María fue el mismo que mora con todos sus hijos: a través de la fe (Efesios 3:17).

Y así, con su pariente, Isabel, decimos de María: - Y bienaventurada la que creyó que tendrá[ab] cumplimiento lo que le fue dicho de parte del Señor. (Lucas 1:45).- Porque la bendición más grande de Dios se da a aquellos que le creen.