Cristo Jesús Vino al Mundo para Salvar a los Pecadores

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English: Christ Jesus Came into the World to Save Sinners

© Desiring God

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Por John Piper sobre Jesucristo

Traducción por Carlos Diaz


Día de Navidad

1 Timoteo 1:12-17

El mensaje de Navidad para ti de Cristo esta mañana, es que lo que es bueno y preciado en tu vida jamás necesita ser perdido, y lo que es malo e indeseable en tu vida puede ser cambiado

Contenido

El Mensaje de Navidad para Tí

La venida del Hijo eterno de Dios al mundo como el Dios-Hombre, Jesús Cristo, es un hecho de la historia. Pero miles de Americanos llenan encuestas religiosas de Gallup Poll diciendo que creen en este hecho pero entonces viven como cualquier otro. Tienen las mismas ansiedades que se perderán las cosas buenas y las mismas frustraciones que las cosas malas no pueden ser cambiadas. Evidentemente no hay mucho poder al dar las respuestas correctas en las encuestas religiosas sobre los hechos históricos.

Eso es debido a que la venida del Hijo de Dios al mundo es mucho más que un hecho histórico. Fue un mensaje de esperanza enviado por Dios a los adolescentes, a los padres solteros, a los esposos malhumorados y a las esposas decaídas, a las mujeres con sobrepeso y a los hombres impotentes, a los vecinos retardados y a los homosexuales, a los predicadores y a los amantes, y a tí. Y durante el tiempo que el Hijo de Dios vivió, murió, resucitó, reina y está viniendo de nuevo, el mensaje de Dios a través de El es más que un hecho histórico. Es un regalo de Navidad para tí en esta mañana, Diciembre 25 de 1983, de la voz del Dios viviente. Así dice el Señor: el significado de la Navidad es que lo que es bueno y preciado en tu vida nunca está perdido, y lo que es malo e indeseable en tu vida puede ser cambiado. Los temores porque las pocas cosas buenas que te hacen feliz se deslicen entre tus dedos y las frustraciones de que las cosas malas que odias sobre ti mismo o tu situación no puedan ser cambiadas—éstos temores y éstas frustraciones son lo que la Navidad vino a destruir. Es el mensaje de Dios de esperanza esta mañana, de que lo que es bueno nunca está perdido y lo que es malo puede ser cambiado.

Lo Que Es Bueno y Preciado Nunca Necesita Estar Perdido

Hay muchos en nuestra familia de la iglesia, que por razones de edad o enfermedad inevitablemente hoy se harán a ellos mismos esta pregunta: "¿Es ésta mi última Navidad?" La vida es buena y preciada y no queremos perderla. Podemos hablar todo lo que queramos sobre las cosas buenas de la vida, pero si no tenemos vida, no tenemos nada. "¿Qué beneficio hay si ganas el mundo entero y pierdes tu vida?" Oh, cuán preciada es nuestra vida. Si no lo sientes ahora, espera hasta que estés muy enfermo. Entonces sabrás por qué Ezequías lloró amargamente con su enfermedad terminal y suplicó por unos años más (2 Reyes 20:1–7). El mensaje de Navidad para ti que ves tu muerte en el horizonte es que nunca necesitas perder tu vida. Tu vida es preciada y puede ser salvada.

El Miércoles pasado fué el quinceavo aniversario de mi matrimonio con Noël. Una de las cosas que le dije a Noël a medida que la tomaba en mis brazos el Miércoles por la tarde fué, "Seguro odiaría perderte." Y nos sentamos tranquilamente por un rato dejando que ese pensamiento intensificara nuestro amor por cada uno de nosotros. Nos gusta decir con los Puritanos, "No fue un accidente sino una ' Providencia Bondadosa' cuando nos enamoramos en 1966." Pero sabemos muy bien que tarde o temprano uno de nosotros será llevado a los cielos. También recordamos que nuestro Señor dijo, "En la resurrección ni se casan, ni son dados en matrimonio" (Mateo 22:30). ¿Debo yo, entonces, vivir en temor que perderé a Noël? El mensaje de Navidad para mí, en mi aniversario es que nunca necesito perderla—jamás! La Navidad es la garantía de Dios a sus hijos es que sea lo que la nueva era pudiera traer, no va a traer la aniquilación de todo lo bueno.

El mensaje de Dios para ti esta mañana de Navidad es que todo lo que sea bueno y valioso en tu vida jamás necesita ser perdido. Ninguna belleza, ningún placer, ningún amor, ninguna habilidad que sea buena y valiosa debe desvanecerse por siempre de ti. Todo puede ser salvado. El mensaje de Navidad es que incluso cuando sientas que se escurren entre tus dedos, Dios puede atraparlas todas y recobrarlas nuevamente a ti. Ninguno de ustedes necesita vivir en temor o ansiedad de que lo que es bueno y valioso en sus vidas estará perdido. "Palabra fiel y digna de ser aceptada por completo, que Cristo Jesús vino al mundo para salvarlo para ti, no para destruirlo."

Lo que sea Malo e Indeseable Puede Ser Cambiado

Pero no solamente eso, el mensaje de Navidad es que, lo que es malo e indeseable en tu vida puede ser cambiado. Dondequiera la gente habla acerca de sus malos hábitos, "Esa es la manera de cómo soy; tendrás que acostumbrarte," el mensaje de Navidad ha sido rechazado. Es como si la grúa levantara tu carro varado y digas, "Ah, no tiene caso, es asi cómo este carro es." E incluso no dejas enganchar sus cables. El mensaje de Navidad es el cable de puente entre Dios y tu vida. Y el poder de la energia que fluye es el poder para cambiar.

¿Realmente Quieres Cambiar?

Antes que alguien diga, "Oh, he intentado la religión y no me ayudó," déjenme preguntar esto: ¿Cuántos de ustedes alguna vez ha ayunado por tres días? ¿Dos días? ¿Un día? ¿Han tomado la Palabra de Dios, solicitado un día de vacaciones, salir desde el Viernes hasta el Domingo, y saturado sus mentes con la santidad y llenado nuestras/sus almas en el anhelo del Señor por un cambio? ¿Han reunido alrededor de ustedes mismos dos o tres hermanos o hermanas espirituales, compartido con ellos el hábito que quieren romper, buscado sus fervorosas plegarias diarias, y mantenerse responsable por ellos? Si no es así, entonces no digas que la religión no funciona. Moisés ayunó por cuarenta días. Elías ayunó por cuarenta días. Jesús ayunó por cuarenta días y pasó noches completas en oración. ¿Cuándo fue la última vez que deseaste un cambio en tu vida lo suficientemente fuerte para pasar un día completo en oración y ayuno buscándo del Señor, sin mencionar los tres días como Pablo (Hechos 9:9), o las tres semanas como Daniel (Daniel 10:2, 3), o cuarenta días como Moisés? El problema con la mayoría de nosotros no es que el mensaje de Navidad sea ineficaz, sino que realmente no deseamos ser cambiados. "Me buscareís y me encontrareís (dice el Señor, en Jeremías 29:13) cuando me busqueís con todo tu corazón. Cuando tu desees con todo tu corazón liberarte de lo que es malo e indeseable, Dios te dará de Navidad el regalo del cambio.

Dios puede dar el regalo del cambio con la excepción del esfuerzo de la oración. Pero luego nunca lo apreciaríamos como debiéramos. Si usualmente él no causó que nuestras plegarias subieran hasta lo alto con fervor y vehemencia antes que él nos cambiase, entonces seríamos como las personas que son alimentadas antes que estén realmente hambrientas. La cena de Navidad de la transformación de Dios descendería en un estómago lleno. No habrían tantos oohs y ahs para su gloria.

Es más, cuando Dios da el regalo del cambio, éste es siempre puro. Pero nuestros motivos para el cambio, incluso el mejor, no son usualmente puros al principio. Solamente cuando comenzamos a buscarlo responsablemente y saturamos nuestras mentes con dosis grandes de su Palabra pura y probamos nuestras afecciones a través de auto-negaciones, nuestros motivos se vuelven puros y listos para recibir el regalo de Navidad puro del cambio.

¿Esa es Mi Forma de Ser?

El mensaje de Navidad es que, lo que es malo e indeseable en tu vida puede ser cambiado. "Es doctrina cierta y digna de fe que: Cristo Jesús vino al mundo para salvarte de la esclavitud a pecar." Nadie sabe el mes que Jesús nació, pero es una tradición feliz que pone la semana de Navidad antes del Año Nuevo, ya que el Año Nuevo es cuando resolvemos cambiar las cosas en nuestras vidas, y la Navidad es el mensaje de Dios que el cambio es su regalo. Cada página del Nuevo Testamento tiene el título navideño: estas cosas son escritas para que tú puedas cambiar. A medida que 1983 viene a su final y miramos hacia atrás en nuestras vidas, las buenas noticias de Navidad es que podemos cambiar. Juan lo expresa de esta forma en 1 Juan 3:8–9, " El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo. Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios." (LBLA). Cristo Jesús vino al mundo para salvarnos de la esclavitud de pecar y del Diablo. Por el poder de Cristo puedes cambiar. No somos personas hermosas por naturaleza. Pero tenemos a un Salvador incomparablemente hermoso que vino al mundo para cambiarnos a su semejanza (Romanos 8:29). Preservar las buenas obras de gracia en nuestras vidas y presionarse a cambiar la maldad restante por la gracia es la vocación perdurable de cada cristiano. Las personas que no quieran cambiar son perfectas o desobedientes. Y ya que la perfección aguarda al día de la segunda venida de Cristo, la autosatisfacción es siempre desobediencia.

El mensaje navideño es que lo que es malo e indeseable en tu vida puede ser cambiado. Un espíritu crítico puede ser cambiado. El alcoholismo puede ser cambiado. La irritabilidad puede ser cambiada. El mal humor y la ingratitud pueden ser cambiados. La pereza, la alimentación excesiva, la masturbación y el fastidio pueden ser cambiados. Los hábitos de no dar limosna, ver la televisión en exceso, y las apuestas pueden ser cambiados. El temor de hablar a otros y de tener invitados en su casa pueden ser cambiados. La falta de apreciación por una estupenda música y los libros estupendos puede ser cambiada. La indiferencia a la belleza puede ser cambiada. Y tu disposición a recordarle a alguien más a tomar este sermón al corazón puede ser cambiada. Cristo Jesús vino al mundo para salvarnos de la fatalidad. Vino a detener que las personas sigan diciendo, "Esa es mi forma de ser."

Gimnasio de Cristo de la Santidad

Deseo poder decir algo para ayudarte a sentir conmigo la emoción de aceptar el reto de romper los malos hábitos en el 1984. No es extraño que los retos físicos e intelectuales capturen nuestras mentes pero los retos espirituales no lo hacen, a pesar de que si son mucho más importantes. El desafío de correr diez millas, o tener una temporada invicta, o tener un promedio de 4.0 en la universidad, o volverse el vicepresidente de la firma puede provocar esfuerzo y disciplina. Pero ofrezca a las mismas personas el desafío de cambiar sus hábitos de poca oración, o de ira excesiva, o insensibilidad en el hogar, o frialdad en la palabra, o vacilación en atestiguar, o adicción a ayudas secundarias, y comúnmente se contendrán a ellos mismo con un breve, "Dios me ayuda a hacerlo mejor," antes de ir a dormir cansados de todos los demás desafíos de la vida. Pero el significado de la Navidad es que Cristo vino al mundo para abrir un gimnasio para la santidad. Él dijo en 1 Timoteo 4:8, " Porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo. pues tiene promesa para la vidda presente y la futura." Si se siente bien correr diez millas y perder cinco libras, se siente cien veces tan bueno conquistar a Satanás por el poder de Cristo y liberarse de alguna debilidad poco cariñosa en nuestra personalidad. La tarjeta navideña de Dios para ti este año es un certificado de regalo para un programa de ejercicios personalmente dirigido en el gimnasio de Su Hijo el cual puede eliminar la grasa del pecado de los lados de tu personalidad como nunca antes habías soñado que fuese posible.

La Misericordia y el Poder de Cristo para Todos los Pecadores

1 Timoteo 1:15 es una declaración resumida estupenda de las buenas nuevas de la Navidad: "Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Crito Jesus vino al mundo para salvar a los pecadores." Su humilde nacimiento, su vida obediente, su muerte sustitutiva y su poderosa resurrección cubre los pecados de su gente y nos salva de la pérdida de cualquier cosa buena y preciada y de la esclavitud hacia cualquier cosa mala e indeseable.

Y note el contexto de esta grandiosa doctrina. Es el testimonio personal de Pablo de cómo había sido cambiado. Versículo 13: "Aun habiendo sido yo antes blasfemo y perseguidor y agresor de Cristo." ¿Por qué Cristo escogió el principal perseguidor de la iglesia para convertirlo en el misionero de la iglesia? La respuesta a esa pregunta se da muy claramente en el versículo 16: él lo hizo para que esta mañana entiendas el mensaje de la Navidad—que nadie que confíe en Cristo está más allá de alcanzar el cambio. "Sin embargo por esto hallé misericordia, para que en mí, como el primero, Jesucristo demostrara toda su paciencia, como un ejemplo para los que habrían de creer en El para vida eterna." Cristo escogió al jefe de los pecadores para demostrarte a ti hoy lo que su piedad y su poder pueden hacer en tu vida. ¡No subestimes la misericordia de Dios diciendo que no puedes ser cambiado!

Cuando Pablo llama al poder de Cristo el cual lo cambió de un estupendo pecador a un estupendo apóstol—cuando él llama este poder "misericordia," él no se enaltece a sí mismo, sino al Salvador. El regalo navideño del cambio es siempre un regalo, y nunca una paga. Nunca puede ser jactado. Puede ser buscado como un hombre hambriento busca comida; y puede ser aceptado por la fe. Pero nunca puede ser ganado. Y por tanto ninguno de los cambios que Dios da puede ser la base del orgullo. Mientras más te conviertes como Cristo, más enalteces a Cristo y no a ti mismo.

Lo que Dios hizo en la primera Navidad y lo que él hace perdonando y cambiando a las personas hoy en día lo hace y lo hizo absolutamente gratis, en su soberana misericordia, para que toda su gente finalice los párrafos de sus vidas con palabras como en el versículo 17: "Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, a El sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén." No estamos salvados del pecado y cambiados en la rectitud en nombre del orgullo, sino en nombre de la alabanza. Y cuando la obra de Dios en nosotros esté hecha y nos paremos perfeccionados ante Cristo en el último día, no nos regocijaremos en nuestro mérito pero cantaremos con millones de ángeles: " Digno es el Cordero que fue inmolado para recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, el honor y la gloria y alabanza." Alabanza a ti, Oh Señor. Amén.



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