Cómo Satanás Salva el Alma

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English: How Satan Saves the Soul

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Por John Piper sobre Disciplina de Iglesia

Traducción por Alexandra Tapia

1 Corintios 5:1-13

“1En efecto, se oye que entre vosotros hay inmoralidad, y una inmoralidad tal como no existe ni siquiera entre los gentiles, al extremo de que alguno tiene la mujer de su padre. 2Y os habéis vuelto arrogantes en lugar de haberos entristecido, para que el que de entre vosotros ha cometido esta acción fuera expulsado de en medio de vosotros. 3Pues yo, por mi parte, aunque ausente en cuerpo pero presente en espíritu, como si estuviera presente, ya he juzgado al que cometió tal acción. 4En el nombre de nuestro Señor Jesús, cuando vosotros estéis reunidos, y yo con vosotros en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús, 5entregad a ese tal a Satanás para la destrucción de su carne, a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. 6Vuestra jactancia no es buena. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? 7Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, así como lo sois, sin levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado. 8Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad. 9En mi carta os escribí que no anduvierais en compañía de personas inmorales; 10no me refería a la gente inmoral de este mundo, o a los avaros y estafadores, o a los idólatras, porque entonces tendríais que salir del mundo. 11Sino que en efecto os escribí que no anduvierais en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador; con ése, ni siquiera comáis. 12Pues ¿por qué he de juzgar yo a los de afuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro de la iglesia? 13Pero Dios juzga a los que están fuera. Expulsad de entre vosotros al malvado”.

Si tú no eres miembro de Belén y no has recibido correspondencia sobre el adulterio de pecado continuo sin arrepentimiento de uno de nuestros miembros y misioneros, necesitas saber que esta situación dolorosa es la razón de este sermón en esta mañana. Guardaré los detalles necesarios para el momento siguiente de la oración y la acción de la iglesia. Es suficiente decir ahora que no estamos lidiando en el abstracto con este texto. Nuestro propósito es el comprender y obedecer lo que enseña. Inicio esta siguiente hora con más “miedo y temor” que ninguna otra mañana de mi ministerio. No por miedo de que estemos equivocados, sino por miedo de cómo Dios lo juzgará.

Animo a todos con todo mi corazón voltear su atención ahora a lo que la Biblia dice en referencia a la presencia de la inmoralidad impenitente en el cuerpo de Cristo.

La Situación en Corintio

La situación en Corintio es la de un hombre que está teniendo relaciones sexuales con su madre o su madrastra. Verso 1: “En efecto, se oye que entre vosotros hay inmoralidad, y una inmoralidad tal como no existe ni siquiera entre los Gentiles, al extremo de que alguno tiene la mujer de su padre”. La frase “la esposa de su padre” podría insinuar que la mujer no es su madre biológica. Yo supondría que su padre es viudo o está divorciado, y se ha vuelto a casar. El padre puede estar vivo. O podría estar muerto. Pablo no dice que ninguno de estos casos podría cambiar la pecaminosidad de lo que está sucediendo: el hijo “tiene” a la esposa de su padre. Y Pablo lo llama “inmoralidad” – un tipo de inmoralidad que incluso los gentiles no Cristianos lo condenan.

La inmoralidad no fue de una noche seguida por un arrepentimiento de corazón (lo cual podría haber resultado en una muy diferente respuesta de Pablo). El versículo dice, “Alguno TIENE (no, “tuvo” – en tiempo presente y continuo) la mujer de su padre”. No existe arrepentimiento, ni huida de esta inmoralidad.

De hecho, no solo no existe arrepentimiento, hay una jactancia descarada. Lo que nos muestra el versículo 2 es cómo la iglesia respondió a la inmoralidad en la iglesia y cómo debió haber respondido. El versículo 2: “Y os habéis vuelto arrogantes en lugar de haberos entristecido, para que el que de entre vosotros ha cometido esta acción fuera expulsado de en medio de vosotros”.

La Tolerancia del Pecado es Pecaminosa

Pienso que deberíamos detenernos a pensar – incluso conmovernos – que el diagnóstico del problema en Corintio es exactamente el opuesto al diagnóstico en muchas iglesias hoy en día. Hoy cuando no se presenta una disciplina, el diagnóstico es que frecuentemente somos demasiado humildes para disciplinar a una persona: ¿Quiénes somos para apuntar con nuestro dedo? ¿Quiénes somos para juzgar? ¿Quiénes somos para tirar la primera piedra? Y por ello una supuesta humildad ha constituido la base de tolerancia de una inmoralidad impenitente en la iglesia.

Por otro lado, si hoy en día la iglesia sigue a través de una disciplina es con frecuencia interpretada como orgullo farisaico. Una indignación contra el pecado es generalmente descrita como un encubrimiento de inseguridad y un velo sobre las tentaciones sexuales de los propios Fariseos. Un tipo de actitud “ser más santo que tú” se dice que es la base de la indignación, y la arrogancia se dice ser la base de la excomunión.

Eso puede ser verdad. Cuando leíste en el versículo 2, que el diagnóstico de Pablo sobre el problema en Corintio fue exactamente lo opuesto, ¿esto te hizo detenerte y pensar fuerte y examinar tu corazón (como yo lo hice)? Allí, la arrogancia fue la base la tolerancia, y la humildad de corazón partido debió haber sido la base de excomunión.

Él dijo, “Te has vuelto arrogante”. La gente en la iglesia estaba realmente ostentando en esta inmoralidad. ¿Cómo pudo esto suceder? ¿Qué tipo de teología podría dar margen a la ostentación de la inmoralidad? Lo hemos visto en otra parte de las cartas de Pablo. Dice, “Continuaremos en pecado para que la gracia abunde” (Romanos 3:8; 6:1). Por tanto es una teología que malinterpreta el poder de la misericordia, y lo transforma en licencia. Es una teología que malinterpreta la libertad y la utiliza como “una oportunidad para la carne” (Gálatas 5:13), y dice (tal como decían en Corintio) “todas las cosas me son lícitas” (1 Corintios 6:12; 10:23). Y entonces ellos estaban ostentando en su libertad y en la tolerancia de la misericordia. El orgullo fue la base de la tolerancia pecaminosa no del juicio farisaico.

La Verdadera Humildad Realiza el Duro Trabajo

Y la humildad, tal como Pablo lo presentó, fue la base de la excomunión mas no de la tolerancia “…en lugar de haberos entristecido, para que el que de entre vosotros ha cometido esta acción fuera expulsado de en medio de vosotros”. “Bendecidos son aquellos quienes lloran”, dijo Jesús. Bendecidos son los sumisos y de corazón partido quienes saben del horror del pecado y de sus propias debilidades y fracasos y ofensas contra Dios. Estos son, dijo Pablo, quienes removerán al impeninente de la iglesia. El verdadero quebranto y el dolor son la base de la excomunión.

El verdadero quebranto Bíblico no dice, “Yo nunca juzgaré a un hermano así”. El verdadero quebranto Bíblico cree en los versículos 9-13 y los entrega a la autoridad del apóstol.

9En mi carta os escribí que no anduvierais en compañía de personas inmorales; 10no me refería a la gente inmoral de este mundo, o a los avaros y estafadores, o a los idólatras, porque entonces tendríais que salir del mundo. 11Sino que en efecto os escribí que no anduvierais en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador; con ése, ni siquiera comáis. 12Pues ¿por qué he de juzgar yo a los de afuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro de la iglesia? 13Pero Dios juzga a los que están fuera. Expulsad de entre vosotros al malvado”

El quebrando Bíblico se somete al proceso doloroso, arriesgado, demorado, frecuentemente opresivo de la disciplina de la iglesia. Dice, “Sacaré la viga de mi ojo para que pueda ver claramente, y poder hacer cualquier cirugía de ojo que la Biblia me pida hacer”. Dice, “Yo me miraré a mi mismo para también no ser tentado y procurar seguir los consejos de Dios excluyendo a otra persona en la esperanza de la reconciliación”. La humildad no le dice a Dios cómo ser misericordioso. Escucha y trata de obedecer con miedo y temor.

Purificando a la Vieja Levadura

Uno de nuestros hombres me dijo el viernes en la mañana que cuando estuvo orando por Daryl, él simplemente rompió en llanto. Él no es el único. Ese es el espíritu con el cual venimos esta mañana: el medio para remover a alguien de la iglesia es el luto de humildad, no de orgullo. La humildad Bíblica no dijo, “Nunca podemos hacer eso”. Por el contrario, Pablo dice que es el orgullo el que se resiste en poner al hombre inmoral afuera.

Miren al versículo 6: “Vuestra jactancia (allí está el orgullo) no es buena”. ¿Por qué no? Primero, porque estaba enraizada en la ignorancia. El versículo continua: “¿No sabéis (allí está la ignorancia) que un poco de levadura fermenta toda la masa?” En otras palabras, “En tu supuesto conocimiento de misericordia y libertad tú estás destruyendo la iglesia”. Nunca pudieron haber soñado que al jactarse en gracia y libertad ellos estaban corrompiendo y destruyendo a la iglesia de adentro hacia afuera.

Entonces Pablo dice en el versículo 7, “Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, así como lo sois, sin levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado”. Una semana después que el Cordero pascual fuera sacrificado en Israel, la casa debía estar libre de todo fermento, toda levadura. Pablo lo toma como una imagen del pecado en la iglesia. Cristo es ahora nuestro Cordero Pascual. Y nuestra celebración de Pascua no dura una semana sino toda la vida. El fermento del pecado debe ser removido permanentemente. Nunca haremos la paz con el pecado nuevamente. Lo combatimos, reconocemos y huimos de él y nunca nos jactamos en su presencia.

Mas el orgullo en Corintio decía, “Cristo ha sido sacrificado por nuestros pecados, por ello podemos pecar para que la misericordia abunde”. Pero Pablo dijo, “Cristo nuestro Cordero Pascual ha sido sacrificado, por tanto limpien la vieja levadura”.

Cuando hablé con Daryl por teléfono para rogarle que se arrepienta y regrese con su esposa y su iglesia y su Salvador, el último texto que utilicé fue de Tito 2:14, “[Cristo] quien se dio a sí mismo por nosotros, que Él puede… redimirnos de toda iniquidad y purificar para si un pueblo para posesión suya, celoso de buenas obras”. En otras palabras, Cristo murió para limpiar el fermento del pecado fuera de nuestras vidas y fuera de la iglesia, Y yo dije, “Daryl, el escoger la impureza semana tras semana, sin arrepentimiento, es escoger contra el propósito de la cruz y enterrar una espada en el costado de Jesús con cada nuevo acto de inmoralidad. El no sólo murió para perdonar tus pecados, sino que murió para fortalecerte contra el pecado. Y aquellos que no abrazan el poder de la cruz para combatir su pecado, no obtendrán el perdón de la cruz para perdonar su pecado”.

El orgullo de Corintio fue el que ellos presumían cortar a Cristo en pedazos. Ellos pensaban que podrían tenerlo como quien los perdona y rechazarlo como aquel que purifica.

Ante aquello Pablo da una respuesta clara en el versículo 7: No. Pero “limpiad la levadura vieja que puedas ser” lo que tú verdaderamente eres en Cristo – sin fermento y puro. Ya que si tú no actúas como lo que eres, no eres. La prueba de tu perdón es tu pasión por la pureza.

¿Qué podrían entonces hacer? ¿Qué deberíamos hacer?

Dios Puede Usar a Satanás para Santificar

Pablo dice en los versículos 2, 7 y 13, que el hombre que es culpable de este inmoralidad impenitente debe ser removido de la iglesia: “Expulsad de entre vosotros al malvado” (v. 13). Pero él da su respuesta más completa en los versículos 3-5: “Pues yo, por mi parte, aunque ausente en cuerpo pero presente en espíritu, como si estuviera presente, ya he juzgado al que cometió tal acción”. En otras palabras, Pablo no puede estar allí en persona, pero dice que él ejercerá la influencia que pueda a distancia (tal vez a través de la plegaria) para garantizar que la disciplina sea efectiva.

Continúa en el versículo 4: “En el nombre de nuestro Señor Jesús, cuando vosotros estéis reunidos [razón por la cual no estamos haciendo esto en privado, sino en la asamblea de la iglesia], y yo con vosotros en espíritu [en otras palabras, pueden contar con la aprobación de Pablo y la presencia de su influencia a través de la plegaria], con el poder de nuestro Señor Jesús, 5he decidido [que ustedes deben] entregar a ese tal a Satanás para la destrucción de su carne, a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús”.

Puede ser así de simple, que expulsando a una persona fuera de la comunidad, sea lo mismo que entregarla a Satanás, yo no lo creo. Cuando Pablo dijo al final del versículo 4, “con el poder de nuestro Señor Jesús”, yo creo que nos muestra que algo más está sucediendo – algo que toma el poder de Jesús para ser realizado. Pablo lo menciona una vez más (1 Timoteo 1:20): “Entre los cuales están Himeneo y Alejandro, a quienes he entregado a Satanás, para que aprendan a no blasfemar”.

Lo que parece estar a la vista es algo que sucedió en el libro de Job. El único otro lugar en la Biblia fuera de las cartas de Pablo donde “el entregar a alguien a Satanás” con estas mismas palabras está presente en Job 2:6, que dice, literalmente, “Y el Señor dijo a Satanás: He aquí, él [Job] está en tu mano; pero guarda su vida”.

El siguiente versículo dice, “Satanás salió de la presencia del Señor, e hirió a Job con llagas malignas desde la planta del pie hasta la coronilla”. ¿Y el resultado de la finalidad de la misericordia de Dios? Job 42:6-7: “Ahora mis ojos te ven [Oh Señor] Por eso me retracto, y me arrepiento en polvo y ceniza”.

Entonces Satanás se convirtió en un recurso bajo el soberano control de Dios para purificar el corazón de Job y llevarlo más cerca de Dios de lo que jamás estuvo. Este no es el único lugar donde Dios utiliza a Satanás para hacer eso. En 2 Corintios, 12 Pablo describe su espina en la carne como mensajero de Satanás, el cual Dios lo nombra para la humildad de Pablo y la gloria de Cristo. Versículo 7: “Para impedir que me enalteciera, me fue dada una espina en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca!”.

Cuando Pablo oró para que Jesús lo alejara de allí, la respuesta que obtuvo fue, “Mi misericordia es suficiente para ti, el poder es perfeccionado en la debilidad”. Note que aquel que controla si el “mensajero de Satanás” se queda o se va, es Cristo. Es por ello que es tan significativo en nuestro texto (v. 4) cuando Pablo dice que el enviar a alguien a Satanás es “con el poder del Señor Jesús”. No tenemos el poder o la autoridad en nosotros mismos para hacerlo.

Termino con lo que espero que contenga tanta esperanza para ustedes como para mí. Jesús es el gobernador de Satanás. Y utiliza a Satanás, nuestro archienemigo, para salvar y santificar a su gente. Llevó a Job hacia la penitencia y prosperidad. El llevó a Pablo al punto donde él podía regocijarse por tribulación y hacer manifiesto el poder de Cristo.

Y Pablo espera que el resultado de enviar a este hombre a Satanás será la salvación de su espíritu en el día de Cristo. En otras palabras, el objetivo de Pablo – nuestro objetivo- al enviar a alguien a Satanás es que la miseria viva en tal forma que la personal diga con Job, “Mis ojos han visto al Señor, y me desprecio a mí mismo y me arrepiento en polvo y cenizas”.

Podrían ser llagas. Podría ser ceguera, Podría ser VIH. Y podría no ser nada, si eso pudiera salvar al espíritu de Daryl del infierno. Que Jesús venga y nos ayude.


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