Dejen que los niños vengan a Mí
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper sobre Niños
Traducción por Carina Alejandra Rojas
Lucas 18:15-17 Y le traían aun a los niños muy pequeños para que los tocara, pero al ver esto los discípulos, los reprendían. Mas Jesús, llamándolos a su lado, dijo: “Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el reino de Dios. En verdad os digo: el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.”
La enseñanza que quisiera resaltar en este texto esta noche es la siguiente: Los discípulos de Jesús deben eliminar todos aquellos obstáculos que impidan que los niños vayan a Jesús. Los discípulos obstaculizaron a los niños y por esto Jesús reprendió a los discípulos e invitó a los niños. La lección es clara: Los discípulos de Jesús deber quitar todo estorbo que no permita a los niños ir a Jesús.
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Cinco obstáculos que impiden que los niños vengan a Jesús
Para aplicar esta enseñanza a nuestra situación me gustaría explicar cinco obstáculos que debemos tratar de eliminar de nuestros niños aquí en Belén y de los niños de nuestros vecindarios. El primero de ellos proviene de este texto. Los otros cuatro están basados en nuestra experiencia en el ministerio con los niños dentro del hogar y la iglesia.
1- Orgullo
El primer obstáculo para los niños es algo que está presente en nosotros los adultos, esto es, el orgullo.
En la parábola que se relata justo antes de este evento, Jesús terminó con esta frase: “Os digo que éste descendió a su casa justificado pero aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado.” Por lo que es especialmente oportuno que Lucas complemente esa parábola con un relato sobre los niños que termina con las palabras, “En verdad os digo: el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.”
Humildad e inocencia
Creo que estas dos frases significan lo mismo. “todo el que se ensalza será humillado,” es igual a decir, “el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.” Y “el que se humilla será ensalzado,” es igual a, “Todo aquel que recibe el reino de Dios como un niño entrará en él.” Así que la inocencia de los niños es vista como humildad.
Pero esta historia en Lucas 18:15-17 no sólo tiene que ver con adultos que deben ser como niños en la forma de recibir el reino, sino también con los niños que eran traídos a Jesús para ser tocados por El. Así que, para ver todo lo que Jesús nos quiere enseñar aquí, tenemos que descubrir cómo los niños se relacionan con los infantiles-o no tan infantiles-adultos.
La humildad y su capacidad para ministrar a los niños
En el versículo 15 vemos que los padres llevan a sus infantes a Jesús. Los discípulos los reprenden. Jesús desaprueba esa reprensión y anima a los padres a que traigan a sus hijos hacia El. Luego dice, como advirtiendo a sus discípulos, “El que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.” Dicho de otra manera, cuando Jesús ve a un discípulo poniendo obstáculos a un niño para que llegue a El, el está viendo a alguien que está en peligro de perder el reino por causa del orgullo.
Si usted mismo recibe el reino como un pequeño niño, entonces no hará nada para impedir que los niños vengan a Jesús. Pero si usted está tratando de entrar en el reino de alguna otra manera diferente a ésta, entonces es probable que usted sea un obstáculo para los niños. Si no es como un niño en su relación con Dios, los niños probablemente estén por debajo de usted y no serán dignos de su tiempo. Así que hay una relación muy estrecha entre su propia humildad y su capacidad para llevar a los niños a Jesús.
El gran obstáculo para un ministerio eficaz con los niños es el orgullo, y el gran don para este ministerio es la humildad.
Pero hay muchos otros obstáculos que ponemos en el camino de los niños a medida que éstos van hacia Jesús. La mayoría de ellos, y a pesar de que exteriormente no lo parezcan, son de alguna manera u otra el resultado del orgullo. Vamos a mencionar algunos y ver cómo podemos trabajar para eliminarlos.
2- Incredulidad paternal
Después del orgullo me gustaría mencionar el segundo obstáculo que es la falta de fe de los padres.
Cuando los padres de un niño no son creyentes, el niño está en una situación de desventaja extraordinaria. No hay nadie en casa que lo lleve a Jesús. Hay algunos niños en nuestra iglesia y muchos en nuestros barrios que viven en estas trágicas circunstancias.
Hay dos formas de eliminar este tipo de obstáculo. Uno de ellos es tratar de llegar al niño y llevarlo a Jesús, aun si sus propios padres no quieran venir. Muchos padres están dispuestos a permitir que otra persona guíe a sus hijos a la presencia de Jesús. Si ellos nos dan el permiso, debemos hacerlo.
Pero sería mucho más efectivo para el niño y beneficioso para los padres si se pudiera traer a los padres a la presencia de Jesús, al mismo tiempo que a sus niños. Si la incredulidad de los padres es el principal obstáculo para los niños, entonces la mejor manera de eliminar el obstáculo es buscar la conversión de sus padres. Así que usted puede ver cuán estrechamente relacionados están el ministerio con los niños y el gran ministerio de evangelismo de nuestra iglesia.
3- La carencia de una teología profunda y precisa
Un tercer obstáculo que mantiene a los niños fuera del reino o que debilita su utilidad en él, es la falta de una teología profunda y precisa entre los padres y maestros.
Se requiere una comprensión tanto más profunda de la doctrina bíblica para enseñarla a un niño que para enseñarla a un adulto. Si usted entiende bien una cosa va a poder explicarla de manera sencilla a la gente común y a los niños. Pero si usted mismo no tiene las cosas bien en claro, por lo general, su explicación va a ser bastante compleja.
Un gran obstáculo para la salvación y el crecimiento de nuestros niños es la debilidad en nuestra propia comprensión de la totalidad de la verdad bíblica y de la unidad de todo el consejo de Dios. Me siento abrumado por lo que los niños pueden absorber y retener cuando, de forma repetida, sistemática y progresiva, son instruidos en las grandes doctrinas de la Biblia.
La mejor manera de eliminar este obstáculo es ayudando a todos los adultos de nuestra iglesia a entusiasmarse con la dicha de conocer a Dios y crecer en la comprensión de Su carácter y Sus caminos. Tenemos que desarrollar aquí nuestro pequeño instituto de estudios bíblicos para quizá poder enseñar y entrenar en las grandes verdades de la Escritura y en cómo compartirlas, a todos aquellos que estén dispuestos.
4. La falta de una planificación disciplinada
El cuarto obstáculo para los niños es la falta de una planificación disciplinada, especialmente en nosotros los padres.
Lo que tengo en mente es el hecho de que a menudo dejamos de enseñar a nuestros hijos, no sólo porque nos falta la comprensión de lo que debe ser enseñado, sino porque no nos tomamos el tiempo de planificar para enseñar. Periódicamente nos sentimos culpables al ver que nuestros hijos crecen tan rápido, pero nunca nos sentamos quince minutos y planificamos una estrategia para dedicar diez minutos al día para enseñarles las verdades más importantes del mundo.
Un llamado especial para los padres
Padres, es su deber enseñar a sus hijos acerca de las verdades gloriosas de la justificación, santificación, redención, regeneración, adopción, salvación, reconciliación, el pecado original, la deidad de Cristo, la expiación vicaria, la resurrección, la segunda venida, la obra del Espíritu Santo, la naturaleza e importancia de la iglesia, la inspiración y autoridad de la Biblia. Es un gran obstáculo para nuestros hijos el que no nos tomemos el tiempo para planificar una presentación sistemática de estas cosas y poder compartirlas con ellos durante los devocionales familiares de cada día.
La responsabilidad no es sólo de la iglesia
La forma de eliminar este obstáculo consiste en cultivar una iglesia en la que los padres no descuiden su deber pensando que es sólo responsabilidad de la iglesia el enseñar esas cosas. Tenemos que hacer llegar a las manos de todos nuestros padres algo como un buen catecismo anticuado con preguntas y respuestas y textos sobre estos temas tan importantes. Muchos padres estarían dispuestos a pasar diez minutos al día enseñando a sus hijos de forma sistemática si tuvieran un poco de ayuda y un buen material para usar en casa. Espero que pronto podamos acercarles ese material.
5- La falta de espacio
La importancia del quinto obstáculo para nuestros niños dependerá de la apreciación que usted le de al valioso ministerio de la Escuela Dominical en su totalidad. El obstáculo es la falta de espacio.
Si el ministerio de la Escuela Dominical es fundamental en las vidas de nuestros hijos (así como en la de nuestros adultos), aquí en la iglesia de Belén estamos llegando a un punto en donde la falta de espacio será un obstáculo significativo para nuestros hijos y para los niños que aún están por venir.
Con la ayuda del equipo de trabajo encargado de la construcción de un nuevo lugar, dirigido por Justus Cavour, el Consejo de diáconos está reuniendo los datos necesarios para presentar a la iglesia en un foro abierto después del servicio del domingo a la noche del día 30 de septiembre. Es hora que nos adentremos en algunas discusiones muy serias con respecto a la probabilidad de tener dos turnos de Escuela Dominical y la eventual posibilidad de construir más espacio. Espero que ya estén orando para que haya entre nosotros un maravilloso espíritu de entusiasmo y unidad respecto a la forma en que el Señor nos guíe a hacer frente al crecimiento que nos está dando aquí en Belén.
No pongamos estorbo para que los niños vengan a Jesús
Así que la enseñanza de este pasaje es clara: Los discípulos de Jesús deben eliminar todos los obstáculos que impiden que los niños vayan a Jesús. Debemos eliminar el obstáculo de la soberbia, el obstáculo de la incredulidad de los padres, el obstáculo de la falta de una teología profunda y precisa entre los padres y los maestros, el obstáculo de la falta de una planificación disciplina de los padres, y el obstáculo de la falta de espacio que debemos hacer frente en una Escuela Dominical en continuo crecimiento.
Creo que Dios ha enviado a Char Ransom a Belén en medio de un importante acontecimiento de crecimiento. Si oramos por ella y colaboramos con ella Dios hará una poderosa obra a través de ella para atraer a los niños a Sí mismo y levantar una nueva generación de discípulos que pongan su esperanza en el Señor.
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