¿Por qué tener hijos desobedientes inhabilita a un hombre para el liderazgo en la iglesia?
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre El Ministerio de Ancianos
Una parte de la serie Ask Pastor John
Traducción por Ian Bepmale
Lo siguiente es una transcripción editada del audio.
¿Por qué tener hijos desobedientes inhabilita a un hombre para el liderazgo en la iglesia?
Mientras los hijos son pequeños, el padre es responsable de lo que hacen.
No creo que un pastor deba ser completamente responsable de lo que hagan sus hijos adultos, porque Dios mismo tiene hijos rebeldes. Sin embargo, una crianza adecuada puede producir un hogar bien organizado, respetuoso y obediente mientras los hijos son pequeños.
Entonces, lo que una iglesia debe buscar al evaluar a un hombre para el cargo de anciano o pastor es evidencia, en sus hijos y en su matrimonio, de que es un administrador bueno, amoroso, fuerte, organizado y reflexivo. Se quiere ver que sabe tanto bendecir, amar, besar y abrazar a un hijo como también disciplinarlo para que aprenda el respeto y la obediencia adecuados.
Y eso se puede ver en los niños. ¿Corren desenfrenados y él parece impotente ante ellos? ¿O tienen un sentido de respeto y obediencia tal que, cuando su padre los mira y mueve un dedo, dejan de hacer lo que están haciendo? Se puede notar si un hombre es incapaz de lograr esto en su hogar o no.
Quiero ser honesto y decir que, con hijos mayores, por supuesto, no se puede tomar plena responsabilidad por toda la rebeldía que pueda surgir en sus corazones. Pero cuando son pequeños, ciertamente se puede detectar si un hombre está aplicando una disciplina paterna adecuada, responsable y firme que mantiene a su hijo respetuoso, obediente y sumiso.
No negamos a un hombre un puesto en el pastorado o en el consejo de ancianos solo porque parece incapaz de guiar a una congregación si no puede liderar a su familia. También es porque necesita volver a su hogar, pasar más tiempo allí y ponerlo en orden. Así que, si encontramos a un hombre que parece tener las cualidades para ser un buen anciano, pero hay dificultades en su familia, decimos: "Acompañémoslo y ayudémoslo a hacer de su hogar lo que debería ser". Y, con el tiempo, eso podría cambiar y él podría convertirse en un gran líder.
Lo mismo se aplica a su matrimonio. Si está en dificultades, queremos acercarnos a él y ayudarle a corregirlo, no simplemente decir: "De acuerdo, no puedes ser líder. Adiós". Más bien, queremos decir: "Hemos detectado algo de dolor y de decepción aquí. Permítenos acompañarte y trabajar contigo para que este matrimonio sea lo que debe ser".
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