El Pacto de Moisés I
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Los Pactos
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres” (Deut. 7:7-8).
- Deuteronomio 7:6-8
Hoy llegamos a uno de los pactos más complejos que se encuentran en las Escrituras, es decir, el pacto de Moisés. Antes de hablar de este pacto en detalle, será útil para nosotros recordar varias cosas. En primer lugar, el pacto de Moisés está bajo el pacto más amplio de la gracia. Como tal, sería un error para nosotros pensar que la gente que vivió bajo el pacto de Moisés fue salva por obras en lugar de la gracia. En segundo lugar, también debemos recordar el principio de la revelación progresiva. Los pactos posteriores no sustituyen a la revelación anterior. Más bien, ellos vienen conjuntamente con los pactos anteriores y ayudan a revelar más plenamente las intenciones de los pactos anteriores. El pacto de Moisés desarrolla el pacto de Abraham con más detalle, y ambos se desarrollan por el pacto de David. Por último, los tres se desarrollan y cumplen por el nuevo pacto.
Bajo el pacto de Moisés, las promesas del pacto de Abraham (Génesis 12:2) comienzan a cumplirse. La promesa de numerosos descendientes comienza a hacerse realidad al constituirse como nación un gran número de familias en el Éxodo y luego al ser llevadas a la Tierra Prometida. La promesa de la bendición comienza a cumplirse cuando Dios comienza a mantener Su presencia en medio de Israel en el Tabernáculo. Y la escritura de la Ley comienza el cumplimiento de bendición para todas las naciones.
El pacto de Moisés se compone de cuatro elementos principales: el Éxodo, la realización del pacto de Moisés, la promulgación de la Ley y el ritual de la Ley. Hoy veremos al Éxodo para demostrar que, ante todo, el pacto de Moisés es un pacto de gracia.
Deuteronomio 7:6-8 nos dice que no es nada en el pueblo lo que causó que Dios los escogiera y sacara de Egipto. Más bien, era simplemente porque Dios eligió amarlos. Él los amaba no por algo que habían hecho o por lo que Él podía prever que podían hacer. Los amaba porque Él así lo escogió y porque Él había jurado votos a los patriarcas. Así obra la gracia selectora de Dios.
Observe también que Dios no requería que la gente guardara la ley antes de que Él los salvara. Más bien, como dice la historia, Dios redimió a Su pueblo de la esclavitud antes de que Él les diera la ley. Bajo este pacto, al igual que el nuevo, la salvación era totalmente del Señor, mucho antes de que cualquier buena obra pudiera estar presente.
Coram Deo
Dios no esperó a que Su pueblo fuera perfectamente santo o para que conociera toda Su ley antes de que Él los redimiera de la esclavitud en Egipto. Este mismo patrón se aplica en la actualidad. Siendo aún pecadores, Dios bajó y nos redimió de nuestra esclavitud al pecado. Dele gracias a Dios por Su gracia que nos salva incluso antes de que podamos ser obedientes a Él.
Pasajes para Estudio Adicional
Ex. 15:1-21
Isa. 41:8-10
Ef. 2:8
Ap. 15:2-4
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