El Secreto Mesiánico
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Jesucristo
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que Él era Jesús El Cristo” (v. 20).
- Mateo 16:13-23
“Hijo del Hombre” es el título que Jesús usó de Él Mismo más frecuentemente que cualquier otro, pero “Cristo” o “Mesías” es el título que los autores del Nuevo Testamento utilizan con más frecuencia para nuestro Señor. Esto plantea una pregunta importante para nosotros. Si Jesús es, de hecho, el Mesías, ¿por qué no utilizó regularmente el título para Sí Mismo?
Las cosas se complican más cuando vemos en el pasaje de hoy que en algunas ocasiones durante su ministerio terrenal, Jesús prohibió a sus discípulos decirle a los demás Él era el Cristo (Mateo 16:20). Algunos eruditos liberales dicen que este hecho, sumado a la ausencia relativa del título “Cristo” en labios de Jesús en comparación con los autores del Nuevo Testamento, indica que Jesús no se vio a Sí Mismo como el Mesías. A cambio, sugieren que la idea de que Jesús es el Mesías fue impuesta sobre el Jesús histórico por la iglesia.
Esta afirmación es fácil de refutar. Puede ser cierto que Jesús no utilizó a menudo el título “Cristo” para Sí Mismo, pero también es cierto que Jesús nunca negó que Él era el Mesías. Vemos en los versículos 17-19 del pasaje de hoy, por ejemplo, que Jesús estuvo de acuerdo con la confesión de Pedro de Él como el Cristo. Después de todo, ¿por qué Jesús habría pronunciado bendiciones sobre su discípulo si Pedro estaba equivocado acerca de Su identidad?
Sin embargo, Jesús era claramente cauteloso acerca de quién conocería su oficio mesiánico, y Él reveló su identidad claramente sólo a unos pocos elegidos (ver Marcos 3:12; 5:43, 8:30; Lucas 8:56, 9:21; Juan 4:25-26). El entender las realidades políticas de la Palestina del primer siglo nos ayuda a entender por qué nuestro Señor guardó este supuesto “Secreto Mesiánico.” En ese día, la mayoría de la nación estaba buscando un Mesías que sería un revolucionario político, un rey que liberaría la nación del dominio romano. Su preferencia por Barrabás sobre Jesús demuestra esta realidad, porque Barrabás era un fanático político que estaba en la cárcel por rebelarse contra Roma (Marcos 15:6-15).
El Antiguo Testamento predijo un Mesías rey y conquistador, pero también dijo que el Mesías debe sufrir y morir por su pueblo (Is. 53, Amós 9:11-12). Si Jesús hubiera declarado su oficio mesiánico claramente, habría atizado el fuego de la rebelión, alentando a las autoridades romanas a matarlo antes de tiempo. Roma se hubiera hecho soberana sobre el tiempo de Su muerte, algo que no podía ser, porque Jesús eligió cuando entregaría Su vida (Lucas 22:47-53, Juan 10:17).
Coram Deo
El que Jesús no actuó de la manera precisa en que Sus contemporáneos esperaban sólo indica que Dios no está obligado a cumplir con nuestras falsas expectativas de Él. Las únicas expectativas que legítimamente podemos tener de Él son aquellas que son definidas por Su Palabra. Pero todo el canon de la Escritura, en su conjunto, es nuestra fuente de estas expectativas, no sólo las partes de la Palabra que nos gustan más. Tengamos cuidado de definir nuestra visión de Dios con toda la Escritura.
Pasajes para Estudio Adicional
2 Samuel 7:14-15
Isaías 6:8-10; 53
Marcos 5:1-20
Juan 4:1-42
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