¿Es la gratitud una mala motivación para obedecer a Dios?
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Gratitud
Una parte de la serie Ask Pastor John
Traducción por María Veiga
A continuación, se incluye una transcripción editada del audio.
¿Es la gratitud una mala motivación para obedecer a Dios?
Puede ser algo malo si concebimos que actuar por gratitud es devolver favores, como cuando alguien te invita a cenar y, por gratitud, sientes la necesidad de invitarlo a cenar. Si esa es la forma en que pensamos sobre nuestra relación y obediencia a Dios, es malo.
Será legalista y devastador. Y deshonrará a Dios, porque dice: "Está bien, Dios depositó en mi vida algo bueno y algo de bondad. Ahora, mientras enfrento el futuro y reflexiono sobre cuál es mi motivación para agradar a Dios o para hacer las cosas buenas que él ordena, ahora debo hacer algo bueno por Él debido a lo que ha hecho por mí en el pasado".
Creo que esa estructura de pensamiento es la que deshonra tanto a Dios, porque cuando me dispongo a hacer algo bueno por Dios, cuando me dispongo a dar otro paso en el camino de la obediencia, no tengo que decir: “Dios me ayudó en el pasado; ahora debo hacer algo por él en el futuro”. Más bien, tengo que decir: “Dios me ayudó en el pasado y ahora necesito su ayuda para el próximo momento de mi vida”.
No le damos nada a Dios, según Hechos 17:25, pero Dios nos da vida y aliento y todo.
Por eso, cuando una persona da un paso de obediencia y piensa: “Estoy devolviendo a Dios lo que me ha dado”, está cometiendo un profundo error. No está devolviendo nada si está viviendo como debería. Depende de una nueva gracia para dar ese paso y, por lo tanto, se endeuda aún más.
Es por eso que a veces llamo a la obediencia basada en la gratitud “la ética del deudor”. No debemos pensar en la obediencia como en el pago de una hipoteca, tratando de pagarle a Dios mes a mes hasta que logramos saldar la deuda. Más bien, debemos pensar que la obediencia es endeudarnos más con Dios a cada momento, porque se necesita más gracia para ser obediente esta tarde que ayer.
Así que recibo más y más de Dios. Me endeudo cada vez más, y esa es la mejor y más feliz manera de vivir.
Nunca saldaremos la deuda con la gracia. Y entonces, la idea de la ética de la gratitud como una especie de ética de la retribución es devastadora para aumentar la gloria de la gracia de Dios en nuestras vidas. Nos endeudamos más en la gracia, no la pagamos.
Entonces, ¿el mejor cristiano es el que llega a la meta con la mayor deuda con Dios?
Exactamente, la deuda más consciente con Dios. Quiero decir "consciente" para enfatizar que es correcto depender de Dios momento a momento. Y si dependemos de Dios momento a momento para que nos suministre gracia, capacidad y todo lo que necesitamos espiritual, emocional y materialmente, entonces sacaremos de nuestra cabeza de una vez por todas la noción de que alguna vez llegaremos más allá de la dependencia total y radical de Él para asumir una posición de retribución.
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