La Soberanía de Dios Sobre el Mal en Mi Vida

De Libros y Sermones Bíblicos

Transcripción de Audio

Pastor John, asumiendo que alguien haya sido persuadido por el último podcast de que Dios puede permitir que el pecado exista sin pecar Él mismo, ¿cómo trae consuelo a la vida del cristiano una convicción como esa?

La verdad de la soberanía de Dios sobre el pecado — mi pecado, el pecado del mundo — y sobre todo el mal en el mundo crea un problema para algunas personas. Al final, para aquellos que descansan en ella, la ven en la Biblia y creen que Dios es su Padre a través de Jesucristo, para ellos, para mí, encontramos que esta doctrina es de enorme consuelo. Encontramos que esto es de enorme utilidad frente a las peores cosas del mundo debido a varias razones.

Tu Vida Tiene un Propósito

Si él no está allí y las cosas suceden al azar, entonces somos víctimas de la falta de sentido en el núcleo de todas las cosas. Sé que hay personas que prefieren vivir con eso que vivir con un Dios de propósito, pero yo no lo haría.

Creo que se da una esperanza mucho más profunda a aquellos que han perdido a sus seres queridos y a aquellos que son derribados por alguna terrible calamidad. Da una esperanza mucho más profunda decir: “Esto no fue al azar. Esto demostrará hacer algo más allá de toda tu imaginación para tu bien si confías en el Dios viviente y recibes a su Hijo como tu Señor y Salvador.” Eso es lo primero.

Dios Puede Ayudarte

La segunda cosa es, justo en principio, si Dios es tan débil o tan malvado o tan tonto que no puede hacer que un terremoto no suceda o que un avión no choque con el costado de un edificio, entonces su debilidad o su ignorancia o su malevolencia nunca será un consuelo para mí en todos los desafíos que enfrento en la vida. En otras palabras, al sacar a Dios de la causa de todas las cosas, nos ahorcamos en la impotencia.

Así que creo que si las personas se quedan con este Dios, meditan largo y duro, ven su rostro en el rostro de Jesucristo amándolos y muriendo por ellos, al final encontrarán que su soberanía es una de las comodidades más dulces que jamás hayan conocido.