La tensión entre los ministerios locales y los puntos de misión
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Misiones
Una parte de la serie Western Seminary Missions Conference
Traducción por Pablo Contreras
Necesitamos definir puntos de misión y ministerios locales antes de poder hacer una distinción entre ellos y hablar acerca de la tensión y de la relación que hay entre ellos. El descubrir qué es lo que significa punto de misión es uno de los descubrimientos más importantes que he hecho en los últimos cinco años. Para ayudarte a entender, te hago la misma pregunta que yo me hice:
¿Es la única tarea bíblica de la iniciativa misional de la iglesia
- el ganar el mayor número de individuos para Cristo como sea posible antes de Su venida; o
- el ganar algunos individuos (esto es, plantar una iglesia) de entre todos los pueblos de la tierra antes de Su venida?
Supongamos que hay dos cruceros en el mar y los dos empiezan a hundirse al mismo tiempo, y a bordo de ellos hay mucha gente que no sabe nadar. Y supongamos que eres el encargado de un equipo de diez rescatadores distribuidos en dos botes grandes.
Al llegar al lugar donde se está hundiendo el primer barco, te encuentras rodeado de cientos de personas gritando, algunas de ellas hundiéndose delante de tus ojos, otras peleándose por poder aferrarse a algún resto del naufragio, otras dispuestas a saltar al agua desde el barco que se hunde. A varios cientos de metros más allá, la misma situación ocurre con la gente del otro barco.
Tu corazón se quebranta por la gente que está muriendo. Tu anhelo es salvar a tantas personas como puedas, así que ordenas a tus dos cuadrillas que den todo lo que tienen para sacar al mayor número posible de personas del agua sin importar ni el dolor ni el esfuerzo.
Hay cinco rescatadores en cada bote y éstos trabajan con todas sus fuerzas salvando a muchos. Entonces alguien grita desde el otro barco: “¡Venid a salvarnos!” ¿Qué es lo que haría el amor?
No puedo pensar en ninguna razón por la cual el amor dejaría de hacer su labor y se iría, si en verdad está completamente comprometido con salvar vidas allí donde está. El amor no le concede más valor a las almas que están lejos que a las que están cerca.
De hecho, el amor podría perfectamente razonar que el tiempo que se tardase en remar esos cientos de metros para llegar al otro barco resultaría en la pérdida neta del total de almas salvadas.
También podría razonar que la energía de los rescatadores se agotaría, lo cual posiblemente conllevaría a un menor número de personas salvadas.
No sólo eso, sino que pudiera ser que por tu experiencia sepas que probablemente la gente del otro barco estuviese borracha a esas horas de la noche y sería menos receptiva a tus esfuerzos de rescate.
Por lo tanto bien pudiera ser que el amor por si mismo se negase a dejar la operación de rescate que está llevando a cabo. Pudiera ser que se quedase allí mismo para salvar al mayor número de personas posible.
El objetivo de la ilustración (tan artificial e imperfecta como es, ya que la mano de obra de la iglesia NO está completamente comprometida) es simplemente el sugerir que sólo el amor, la compasión por las personas perdidas (desde nuestra limitada perspectiva humana) puede que no conciba la tarea misional de la manera como Dios la concibe.
Dios puede tener en mente que el objetivo de la operación de rescate debe ser una concentración de pecadores salvados de cada pueblo en el mundo (personas de los dos cruceros), incluso si algunos de los rescatadores que han tenido fruto deben dejar un pueblo que ha sido alcanzado (o semi-alcanzado) con éxito para ir a trabajar en un pueblo sin alcanzar y posiblemente menos fructífero.
Los textos bíblicos que me respondieron a la pregunta y me definieron “puntos de misión.”
Apocalipsis 5:9-10
Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.
Genesis 12:1-3
Y el SEÑOR dijo a Abram: “Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.”
Salmo 67:1-3 es representativo de varios salmos:
Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga, y haga resplandecer su rostro sobre nosotros; para que sea conocido en la tierra tu camino, entre todas las naciones (pasin eqnesin) tu salvación. Te den gracias los pueblos, oh Dios, todos los pueblos (laoi pantes) te den gracias.
Romanos 15:18-21
Porque no me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles (ethnon), en palabra y en obra, con el poder de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén y por los alrededores hasta el Ilírico he predicado en toda su plenitud el evangelio de Cristo. De esta manera me esforcé en anunciar el evangelio, no donde Cristo era ya conocido, para no edificar sobre el fundamento de otro; sino como está escrito: “Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de Él, verán, y los que no han oído, entenderán.”
Literalmente Pablo dice: “Desde Jerusalén y por los alrededores he cumplido (peplerokenai) el evangelio.
¿Qué puede significar esto?
Sabemos que había miles de almas todavía por salvar en aquella región porque esta es la suposición de Pablo y Pedro cuando escribieron cartas a las iglesias de aquellas regiones.
Esta es un área enorme que abarca desde el sur de Palestina hasta el norte de Italia, y Pablo dice que ha cumplido con el evangelio en toda aquella región, incluso cuando la tarea del evangelismo sólo tenía, como mucho, 25 años, y algunas de las iglesias son mucho más jóvenes.
Sabemos que Pablo creía que a la iglesia le faltaba hacer mucho trabajo porque dejó a Timoteo en Éfeso (1 Timoteo 1:3) y a Tito en Creta (Tito 1:5) para que lo hicieran. Sin embargo, dice que ha cumplido con el evangelio en toda la región.
De hecho, Pablo llega incluso a decir en Romanos 15:23: “pero ahora, no quedando ya más lugares [para trabajar] para mí en estas regiones… espero veros cuando vaya a España”. ¡Qué no tiene más sitios donde trabajar! Esta es una afirmación verdaderamente extraordinaria cuando piensas en el corto espacio de tiempo desde la introducción del evangelio en Asia, Macedonia, Grecia y el Ilírico y cuánto quedaba por hacer en estas regiones.
Sin embargo, Pablo ha terminado y se va a España. ¡El evangelio ha sido cumplido!
¿Qué significa esto?
Creo que significa que la concepción que tenía Pablo acerca de la tarea misionera no es meramente la de ganar más y más personas para Cristo (cosa que pudiera haber hecho muy eficientemente en estas naciones que le eran conocidas), sino la de alcanzar a más y más pueblos. No hay ninguna indicación en las enseñanzas de Pablo de que tuviera ansias de conocer mundo e ir a predicar a nuevas regiones geográficas. Pero hay una indicación clara de que estaba convencido por la visión de los pueblos sin alcanzar.
Por ejemplo, Romanos 15:11 (citando al Salmo 117): “Alabad al Señor todos los gentiles, y alábenle todos los pueblos.”
Conclusión de este estudio:
La única tarea misionera de la iglesia no es:
- El ganar el mayor número posible de personas para Cristo antes del fin del mundo, sino;
- El ganar algunas personas (es decir, plantar una iglesia) de entre todos los pueblos de la tierra antes del fin del mundo.
O dicho de otra forma, debe haber algunas personas en cada generación que recojan el manto de Pablo y Timoteo. Timoteo se quedó en Éfeso para ministrar a la iglesia, mantenerla en orden y hacer el trabajo de un evangelista en aquella área ya alcanzada. Pero Pablo estaba llamado a alcanzar a los pueblos que no tenían iglesia. Esto es lo que significa puntos de misión. No es el hecho de ir a ningún sitio en particular, sino la penetración en pueblos que todavía no han sido alcanzados.
Algunas estadísticas acerca de los pueblos sin alcanzar:
Hoy en día, hay millones de personas que viven en grupos así. David Barrett, editor de la Enciclopedia Cristiana del Mundo (Oxford University Press, 1982) habló en 1980 de 636 grupos de personas “que no cuentan con una iglesia evangelizadora significativa.” (pág. 19)
Patrick Johnstone, autor de Operación Mundo (1986), dice que hay 3.000 grupos que necesitan todavía ser penetrados.
Ralph Winter habla de 17.000, porque piensa que se necesitan menos diferencias para definir a cada grupo.
En cualquier caso, la tarea no ha sido completada en relación al llamado bíblico de alcanzar a cada pueblo, tribu, lengua y nación.
Ahora, dejadme dar una definición sumaria de lo que son puntos de misión y ministerios locales y analizar las tensiones y cómo se relacionan.
Por puntos de misión me refiero al esfuerzo que hace la iglesia por penetrar en un pueblo que no ha sido alcanzado con el evangelio y establecer allí una iglesia autóctona y permanente, la cual pondrá en práctica el amor y la justicia de Cristo en esa cultura. Por ministerios locales me refiero a los diversos esfuerzos de una iglesia local por suplir el amor y la justicia de Cristo a su propia cultura. En estas dos definiciones he incluido a la persona y su propia conversión a Cristo como parte del objetivo.
Si tenéis semanas misionales en vuestras iglesias como las tenemos nosotros, no deberíais nunca decir que la razón por la cual las haceis es porque son el máximo objetivo de la iglesia. El máximo objetivo de la iglesia es el reflejar y mostrar la gloria y el valor de Dios. Y las misiones son un medio absolutamente crucial para conseguir este objetivo.
Pero hay otros medios para conseguir este fin. Ciertamente, hay tantos medios diferentes como hay gente diferente. Si tu corazón está completamente sumergido por el amor de Cristo y tu sentido de justicia está moldeado por la voluntad de Dios, entonces hay innumerables formas de aplicar Su amor y Su justicia a nuestra propia cultura enferma para mostrar la gloria y valor de Dios. Formas que no son puntos de misión sino que son cruciales para alcanzar nuestra máxima meta que es la de glorificar a Dios.
Sólo unos cuantos ejemplos. El amor y la justicia de Cristo puede que te hagan tener la carga por los sin techo, o por las víctimas y perpetradores de crímenes, o por los desempleados y aquellos que no encuentran trabajo con facilidad.
Puede que Jesús te empuje a involucrarte en problemas con la pobreza, la falta de atención médica, el hambre, el aborto, las madres solteras, los niños que han huído de sus casas, la pornografía, la desintegración de la familia, el abuso infantil, el divorcio, la higiene, la educación en todos sus niveles, la drogadicción y el alcoholismo, los problemas medioambientales, la proliferación nuclear, el pacifismo, el terrorismo, la reforma del sistema de prisiones, los abusos morales en los medios de comunicación, los negocios y la política.
El Señor puede llevarte a darte a ti mismo a un ministerio para promocionar y para animar en la oración o un estudio bíblico o evangelismo personal. Puede que te lleve a entregar tu vida con los niños más pequeños en la escuela dominical o a clubs de niños o ministerios musicales o a visitar a gente que no puede salir de su casa o a madres con niños en edad preescolar. Y éstas son sólo algunas ideas de los tipos de ministerios locales en los cuales un creyente puede demostrar el amor y la justicia de Cristo para la gloria de Dios.
Ahora, ¿cuál es la relación entre estos cruciales ministerios locales y la causa de los puntos de misión? ¿Es acaso el uno más importante que el otro? ¿Es uno un medio para llegar al otro?
Déjame intentar contestar esta primera pregunta en relación a la iglesia en su conjunto, y luego en relación a tu vida individual.
Primero, en relación a la iglesia en su conjunto, mi respuesta sería que los ministerios locales son un medio y un objetivo de los puntos de misión. Esto es lo que quiero decir: Ralph Winter estaba sentado el domingo por la noche en la cocina y mientras miraba por la ventana la ciudad dijo: “¿Sabes qué? Lo mejor que podrías hacer por los puntos de misión es volver a hacer Minneapolis.”
Lo que quiso decir es que es muy difícil llevar el mensaje del evangelio desde América a un pueblo sin alcanzar si América tiene la reputación de ser igual de corrupta que otros países. El hecho de que la iglesia se involucre en la transformación de su área local puede que ayude mucho a la hora de darle credibilidad a los mensajeros que mandemos a esos puntos de misión con el evangelio que decimos que es transformador. Por lo tanto, los ministerios locales son un medio para darle credibilidad a los puntos de misión.
Los ministerios locales son también medios a los puntos de misión en otros dos sentidos:
- Si vieses tu trabajo secular como un tipo de ministerio local, como espero que lo hagas, porque en él puedes glorificar a Cristo y aplicar Su amor y justicia allí, entonces el ministerio de tu trabajo en un medio para los puntos de misión porque con él ganas el dinero sin el cual los misioneros no podrían ir.
- Los ministerios locales son un medio a los puntos de misión ya que éstos traen nuevos reclutas para la causa de Cristo y les da un entrenamiento impagable.
Por lo tanto, los ministerios locales sirven a los puntos de misión al crear los fondos, el personal y la credibilidad cultural necesarios para que los puntos de misión tengan éxito.
Si parásemos aquí, habría un malentendido fundamental. Los puntos de misión podrían aparecer ser el objetivo de los ministerios locales. Esto podría parecer que los ministerios locales se subordinasen a ser los siervos de los puntos de misión. Pero esta no sería la mejor forma de presentarlo.
¿Recordáis cuál es el objetivo de los puntos de misión? Los puntos de misión son el esfuerzo de la iglesia para penetrar con el evangelio en los pueblos sin alcanzar y establecer allí una iglesia autóctona y permanente que implementará en su propia cultura todos los ministerios locales que cambian las vidas y transforman la cultura, de la misma manera que la iglesia de América debería estar haciendo aquí.
Por ponerlo de otra manera, los puntos de misión son como poner la base para ministerios locales en grupos de personas donde no existen porque Cristo no es conocido. La sorprendente conclusión es que en realidad son los puntos de misión los que son los siervos de los ministerios locales.
Esta es un arma de doble filo. Significa que los jóvenes apasionados por la causa de los puntos de misión no deben menospreciar los ministerios locales, ya que los puntos de misión son simplemente los siervos y promotores de los ministerios locales en nuevos sitios.
Pero también significa que la gente que está realmente involucrada en los ministerios locales en América debe ser la que esté entre los mayores partidarios de los puntos de misión si son realmente consistentes. Sin duda, el mismo impulso cristiano que quebranta los corazones por las necesidades de la gente local, también quebrantará cuando se consideren a los pueblos no alcanzados que no tienen defensores de estos mismos ministerios. El mismo amor de Cristo y el mismo sentido de justicia que carga a una persona por los problemas de alojamiento, empleo, hambre y sanidad en Minneapolis debe también cargar a una persona por éstas mismas necesidades en grupos de personas allí donde no existe ningún tipo de impulso cristiano.
En resumen, los ministerios locales no son meramente los siervos de los puntos de misión; son también el objetivo. Los puntos de misión existen para el beneficio de los ministerios locales, es decir, para el beneficio de hacer que estos florezcan en grupos de personas donde no pueden florecer todavía porque no hay una iglesia autóctona que los administre.
Esta forma de ver como se interrelacionan los ministerios locales y los puntos de misión ha contribuido en gran manera para que nuestra iglesia de libertad a los apasionados de ambos lados a afirmar el valor del trabajo que hacen los otros. Ahora pueden identificarse a si mismos como un equipo con un máximo objetivo: la futura glorificación global de Dios por miembros de cada lengua y tribu y pueblo y nación como resultado de los puntos de misión y de los ministerios locales que han autentificado la realidad y suficiencia de Cristo.
Mi oración es que ese mismo espíritu de equipo pueda existir en tu facultad también mientras buscas la voluntad del Señor para tu propia vida en este gran diseño que Dios tiene para Su gloria y la redención del mundo.
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