Las devociones no son mágicas

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English: Devotions Aren't Magic

© Desiring God

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Por Jon Bloom sobre Santificación y Crecimiento

Traducción por Harrington Lackey

Lo sabemos, en su mayor parte. Pero aún así, podemos sentirnos tentados a pensar que si sólo descubrimos la fórmula secreta —la mezcla correcta de meditación bíblica y oración— experimentaremos momentos eufóricos de comunión epífica con el Señor. Y si eso no sucede, nuestra fórmula debe estar equivocada.

El peligro de este concepto erróneo es que puede producir decepción crónica y desánimo. El cinismo se pone en marcha y nos damos por ventosos porque las devociones no parecen funcionar para nosotros.

El anhelo de comunión íntima con Dios es dado por Dios. Algún día lo satisfará plenamente. Y el Espíritu nos da gustos ocasionales. Pero Dios tiene otros propósitos para nosotros en nuestra meditación y oración bíblica diaria. Estos son algunos:

  1. Ejercicio del alma (1 Corintios 9:24, Romanos 15:4): Ejercemos nuestro cuerpo para aumentar la fuerza, la resistencia, promover la salud general y mantener el peso innecesario. Las devociones son como el ejercicio para nuestras almas. Obligan nuestra atención a las distracciones y actividades autoindulgentes y a los propósitos y promesas de Dios. Si descuidamos este ejercicio nos deterioramos.
  2. Dar forma al alma (Romanos 12:2): El cuerpo generalmente tomará la forma de cómo lo ejercitamos. Correr formas de una manera, el entrenamiento de peso da forma de otra manera. Lo mismo es cierto para el alma. Se ajustará a cómo lo hacemos (o no hacemos ejercicio).
  3. La abundancia bíblica (Salmos 119:11, Salmos 119:97, Proverbios 23:12): Un minucioso, repetido, empapado en la Biblia a lo largo de los años aumenta nuestro cuerpo de conocimiento bíblico, proporcionando combustible para el fuego de adoración y aumentando nuestra capacidad de extraer de todas las partes de la Biblia al aplicar la sabiduría de Dios a la vida.
  4. El entrenamiento de lucha (Efesios 6:10-17): Los marines se someten a un entrenamiento riguroso para arraimar así sus conocimientos de armas que cuando de repente se enfrentan al caos del combate saben instintivamente qué hacer. Del mismo modo, las devociones nos hacen guerreros más hábiles.
  5. Cultivar el placer (Salmos 37:3-4, Santiago 4:8, Salmo 130:5): Cuando una pareja se enamora hay fuegos artificiales hormonales. Pero en el matrimonio deben cultivar el placer el uno en el otro. Es la búsqueda constante, persistente, fiel, intencional y afectuosa de los demás durante tiempos mejores y peores, más ricos y pobres, de enfermedad y de sano, lo que cultiva una capacidad de placer entre sí mucho más profundo y rico que la fase de fuegos artificiales. Del mismo modo, las devociones son una de las formas en que cultivamos el placer en Dios. Muchos días pueden parecer mundano. Pero nos sorprenderá el poder acumulativo que tienen para profundizar nuestro amor y conciencia de El.

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