Pañales, amamantar y aferrarse a Cristo
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Rachel Pieh Jones sobre Santificación y Crecimiento
Traducción por Adriana Blasi
No sé qué sucede a otras mamás, pero algo le sucede a mi cerebro cuando estoy embarazada o amamantando. Cuanto más crece me panza, más vacía se vuelve mi cabeza. O bien, los días en que estoy amamantando, esas células se eliminan a través de la leche. Me vuelvo olvidadiza y me cuesta concentrarme.
Al parecer ahora, luego de seis años desde mi último embarazo, las células están retornando, pero aún no sé si alguna vez estaré nuevamente a toda máquina.
Recuerdo muy claramente la pérdida, durante el embarazo de los mellizos, mis hijos mayores. Durante mi primer trimestre y primeras semanas de mi embarazo, nuestro pastor estaba predicando sobre Romanos 7.
Caramba.
Romanos 7 es denso, un material muy potente, y yo no tenía la mente despejada. Habría sido más fácil estar embarazada durante Romanos 12. Confieso que, a pesar de estar presente en cada prédica, me perdí la mayor parte de Romanos 7. Traté de esuchar, pero la mayor parte del tiempo quería dormir. Traté de asimilar aquellas partes que escuchaba, pero en lo único que podía pensar era en el horario de amamantamiento de los mellizos y si el servicio terminaría en su horario o no.
Ahora que los mellizos tienen once años y algunas de mis célular neuronales han regresado, pensé que era tiempo de averiguar qué me había perdido. En aquel momento necesitaba que me recuerden, de la misma manera que hoy, que debía aferrarme a Cristo. Así que fui en la búsqueda de estas verdades profundas.
Ten en cuenta los siguientes puntos sobre Romanos 7:
- De cierto sentido, estamos obligados a obedecer toda la ley, y obedecerla de manera perfecta.
- Nuestras fuerzas son insuficientes para hacer el bien que debemos.
- Aún peor, en lugar que la ley nos acerque a Dios, nuestros pecados tuercen la ley en nuevas oportunidades para pecar, apartándonos más y más de Dios.
- ¡Qué mujer miserable soy! ¿Quién me va a librar de mi autodestrucción?
- Por fe en el evangelio, estamos unidos Cristo, hemos muerto con Cristo, por lo tanto, estamos muertos a la ley, y por la gracia de Dios y el poder del Espíritu Santo, ahora somos ricos en Cristo.
- Por fe en el evangelio, estamos unidos a Cristo, hemos resucitados con Cristo, por lo tanto, podemos comenzar a producir frutos.
- Gracias a Dios, somos justificados de la culpa del pecado, ¡a través de Nuestro Señor Jesucristo!
- Gracias a Dios, se quebranta el poder del pecado sobre nuestras vidas, ¡a través de Nuestro Señor Jesucristo!
- A pesar de ello, mi vida está dividida entre la tensión de lo que quiero hacer, lo que amenudo hago y lo que no logro hacer.
- Gracias a Dios, quien un día me librará de la presencia del pecado, ¡a través de Jesucristo Nuestro Señor!
En otras palabras, nuestra nueva vida es acerca de Jesús.
«Abraza a Jesús», predicaba nuestro pastor. «Sujétate con todas tus fuerzas a Jesús. Confía en Jesús. Atesora a Jesús. Tu hermandad es con Jesús. Ama a Jesús. Jesús se convierte en la pasión de tu vida. Esto es lo que indica Romanos 7:4: Hay que liberarse de la ley y darse por completo a la unión con Cristo Jesús».
¿Te sujetas a Cristo? ¿Eres agradecido, durante el embarazo, amamantamiento, pañales y horarios?
Los detalles de la prédica del domingo pueden resultar borrosa o bien perderse por completo. Cuánto más, cuando se trata de enseñanzas de hace unos años o de más tiempo. No dejes que esto te preocupe. Si no llegas a retener nada, al menos recuerda esto: Aférrate a Cristo.
Estás unido a Él.
Aférrate a Él.
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