Sepultados y Resucitados en el Bautismo a Través de la Fe
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Bautizo
Una parte de la serie What is Baptism?
Traducción por Johan Jair Estrada López
Colosenses 2:8-15 8
Mirad que nadie os haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo. 9Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en El, 10y habéis sido hechos completos en El, que es la cabeza sobre todo poder y autoridad; 11en El también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión de Cristo; 12habiendo sido sepultados con El en el bautismo, en el cual también habéis resucitado con El por la fe en la acción del poder de Dios, que le resucitó de entre los muertos. 13Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con El, habiéndonos perdonado todos los delitos, 14habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. 15Y habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de El.
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¿Es el Bautismo Cristiano Paralelo a la Circuncisión del Antiguo Testamento?
Ésta es la segunda de una serie de cuatro partes sobre el bautismo cristiano. Déjame decirte un poco sobre cómo estoy escogiendo los textos que voy a predicar. En mis días de seminario y escuela de graduados descubrí que mis viejas maneras de defender el bautismo de creyentes no eran convincentes. Solía pasar tiempo señalando que todos los bautismos descritos en el Nuevo Testamento son bautismos de creyentes y que todos los mandatos de ser bautizado eran dados a los creyentes. Solía señalar que el bautismo de infantes simplemente no se menciona en la Biblia y que es cuestionable edificar una práctica crucial de la iglesia sobre una inferencia teológica, sin una enseñanza Bíblica explícita cuando todos los ejemplos van en la dirección opuesta.
Pero descubrí que aquellos que bautizan infantes (“paidobautistas”) no se tambaleaban por estas observaciones, dado que señalaban que, por supuesto, solamente vemos bautismo de creyentes en el Nuevo Testamento debido a que en todos estos escenarios estamos tratando con evangelismo de primera generación, no con la crianza de los hijos de segunda generación. Todos están de acuerdo en que los únicos adultos que deben ser bautizados son adultos creyentes. La cuestión es, ¿qué sucede cuando estos adultos Cristianos bautizados tienen hijos?
Así que ellos señalaban que todas mis estadísticas son irrelevantes y la cuestión se reduce a una de inferencia teológica. Específicamente, ¿es paralelo el bautismo Cristiano con la circuncisión del Antiguo Testamento como la señal de aquellos que se unen al pueblo del pacto de Dios, y si es así, no deberían los hijos de Cristianos recibir el bautismo de la manera en que los hijos de Israel recibían la circuncisión?
Por ejemplo, el Catecismo de Heidelberg fue escrito en 1562 como una expresión de la fe Reformada. Algunos dicen que tiene la intimidad de Martín Lutero y la caridad de Philip Melanchthon y el fuego de Juan Calvino: tres grandes Reformadores en el siglo 16. Al final de la sección sobre el bautismo, la pregunta #74 es: “Se ha de bautizar también a los niños”. La respuesta va así: Naturalmente, porque están comprendidos, como los adultos, en el pacto, y pertenecen a la iglesia de Dios. Tanto a éstos como a los adultos se les promete por la sangre de Cristo, la remisión de los pecados y el Espíritu Santo, obrador de la fe; por esto, y como señal de este pacto, deben ser incorporados a la Iglesia de Dios y diferenciados de los hijos de los infieles, así como se hacía en el pacto del Antiguo Testamento por la circuncisión, cuyo sustituto es el Bautismo en el nuevo pacto.
Esta ha sido la típica forma de entender el bautismo entre Presbiterianos y Congregacionalistas y Metodistas y muchos otros por cientos de años. Luteranos y Católicos defienden la práctica del bautismo de infantes de manera diferente, poniendo más énfasis que lo que estas otras iglesias tienen sobre el mismo efecto regenerativo del acto.
¿Se Revelan Nuevas Verdades en el Nuevo Pacto?
Así que una de las preguntas más cruciales que usted debe enfrentar mientras considera el mandato del Nuevo Testamento a ser bautizado es si piensa o no que este paralelo con la circuncisión resuelve el problema. Es decir, ¿es la voluntad de Dios revelada en el Nuevo Testamento que el Bautismo y la circuncisión se correspondan tan cercanamente que lo que la circuncisión significó, el bautismo significa? ¿O hay nuevas verdades sobre la creación y naturaleza del pueblo de Dios en el Nuevo Pacto que apuntan hacia una discontinuidad así como también continuidad entre la circuncisión y el bautismo?
Bueno, en mis luchas con este asunto a lo largo de los años, especialmente los años en la escuela de graduados cuando estudiaba principalmente con paidobautistas, tres o cuatro textos, más que cualquier otro, me mantuvieron de abrazar el argumento de la circuncisión. Uno es Colosenses 2:11-12. Otro es 1 Pedro 3:21. Otro es Romanos 9:8. Y otro es Gálatas 3:26-27. El día de hoy tomaré el texto de Colosenses y edificaré sobre los otros en las próximas semanas.
Pero primero asegurémonos de no perder el bosque por los árboles. Este texto (Colosenses 2:10-15) es un bosque tropical con madera fuerte de evangelio. Haga una mirada a vuelo de pájaro de él conmigo. Todo es sobre lo que Dios ha hecho por nosotros (en la historia, objetivamente a través de Cristo), y lo que él ha hecho en nosotros de manera que en verdad heredaremos lo que él ha comprado.
Lo que Dios ha Hecho por Nosotros
Considere primero la obra objetiva, histórica, externa de Dios en los versículos 14-15. En esencia, lo que estos dos versículos nos dicen es que nuestros dos mas grandes enemigos fueron derrotados en la muerte de Cristo. Nada más poderoso que la muerte de Cristo ha ocurrido alguna vez.
El primer enemigo derrotado fue el “documento de deuda” archivado en contra nuestra en la corte del cielo. En otras palabras, debido a nuestro pecado y rebelión, las leyes de Dios se han vuelto testigos mortales contra nosotros y estábamos en tan profunda deuda a Dios que no había forma de escapar. El versículo 14 dice que Cristo canceló completamente la deuda al pagarla toda en la cruz. “habiendo [Él] cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz”. Así que el gran enemigo de nuestro pecado y culpa y deuda, lo derrotó Cristo. Eso ocurrió en la historia, de manera objetiva, fuera de nosotros.
El segundo enemigo derrotado fue la horda de seres espirituales malignos: el diablo y sus fuerzas: Versículo 15: “Y habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de El”. Es verdad que aún debemos luchar “contra principados, contra potestades” (Efesios 6:12), pero si luchamos en el poder de Cristo y su sangre derramada, están completamente derrotados, porque el golpe que Él asestó fue letal. Apocalipsis 12:11 dice que los creyentes “lo vencieron [al diablo] por medio de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte”. Debemos pelear. Pero la batalla pertenece al Señor y el golpe decisivo ha sido asestado en el Calvario. Satanás no puede destruirnos.
Lo que Dios ha Hecho en Nosotros
Ahora aparte de estos dos grandes, externos, históricos triunfos sobre nuestros peores enemigos (la deuda de pecado delante de Dios y las huestes del diablo sobre la tierra), este bosque también describe lo que Dios ha hecho en nosotros: no sólo por nosotros y fuera de nosotros pero en nosotros por lo que nos beneficiamos de lo que fue hecho fuera de nosotros. Él utiliza dos imágenes: una es la circuncisión y la otra es la resurrección. El versículo 13 se enfoca principalmente en nuestra resurrección: “Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con El, habiéndonos perdonado todos los delitos”. Así que puede ver lo que Él hace en nosotros: nosotros estábamos muertos espiritualmente, y el nos hizo vivir. Este es el milagro del nuevo nacimiento. Fueron salvos debido a que Dios habló una palabra dadora de vida, resucitante dentro de su corazón (2 Corintios 4:6).
La otra imagen de lo que Dios hace en nosotros es la imagen de la circuncisión: Versículo 11: “en El también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión de Cristo”. Ahora, esto es más difícil de entender porque las ideas son más ajenas a nosotros. Pablo compara la obra salvadora de Dios en nosotros con la práctica de la circuncisión. Dice que es semejante, solamente que esta es una circuncisión “no hecha por manos”: está habalando de una cosa espiritual, no una física. Y él dice que lo que es quitado no es el prepucio masculino, sino “el cuerpo de carne”. En el lenguaje de Pablo probablemente eso es una referencia a un uso del cuerpo dominado por el pecado y por el ego. Lo que es quitado en esta circuncisión espiritual “no hecha por manos” es el yo incrédulo, ciego, rebelde y su uso del cuerpo para pecar. Y de esa manera, dice Pablo, Dios hace de su propiedad a una persona.
Así que hemos visto dos imágenes de lo que Dios hace por nosotros, objetivamente, históricamente, fuera de nosotros mismos para salvarnos: Él derrota al enemigo del pecado y al enemigo de Satanás. Y hemos visto dos imágenes de lo que Dios hace en nosotros para hacernos parte de esa salvación: Él nos resucita de entre los espiritualmente muertos y Él circuncida nuestros corazones y nos desviste del viejo yo rebelde y nos hace nuevos.
Bautismo y Circuncisión
Ahora, en ese bosque de gloriosas buenas nuevas, aquí está la pregunta acerca del árbol del bautismo: ¿es el bautismo en agua la contraparte Cristiana de la circuncisión del Antiguo Testamento? ¿La continuidad es tal que, así como la circuncisión fue dada a los hijos del pueblo del pacto de Dios, también el bautismo ahora debe ser dado a los hijos del pueblo del pacto de Dios?
Los versículos clave son los versículos 11-12. Note el enlace de las dos ideas de circuncisión y bautismo: “en El [Cristo] también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión de Cristo; habiendo sido sepultados con El en el bautismo, en el cual también habéis resucitado con El por la fe en la acción del poder de Dios, que le resucitó de entre los muertos”.
Está claro que hay un enlace entre el bautismo y la circuncisión. Pero no es, pienso yo, lo que muchos bautistas de infantes piensan que es. Note que clase de circuncisión es de la que se habla en el versículo 11: es precisamente una circuncisión “sin manos”. Eso quiere decir que Pablo está hablando acerca de una contraparte espiritual del ritual físico del Antiguo Testamento. Luego el bautismo es enlazado en el versículo 12 a esa contraparte espiritual de la circuncisión del Antiguo Testamento. Esto es extremadamente importante. Trata de entenderlo.
¿Cuál es la contraparte o paralelo del Nuevo Testamente al ritual de la circuncisión del Antiguo Testamento? Respuesta: no es el ritual del bautismo del Nuevo Testamento; más bien es el evento espiritual del Nuevo Testamento de la circuncisión de Cristo quitando “el [viejo y pecaminoso] cuerpo de la carne”. Luego, el bautismo es presentado como la expresión externa de esa realidad espiritual. Eso es precisamente lo que el eslabón entre los versículos 11 y 12 dice. Cristo hace una circuncisión sin manos: ese es el cumplimiento espiritual del Nuevo Testamento de la circuncisión del Antiguo Testamento. Luego el versículo 12 bosqueja el paralelo entre ese cumplimiento espiritual y el ritual externo del bautismo.
Note lo que el versículo 11 resalta sobre la nueva obra de Cristo en circuncidar: es una circuncisión “no hecha por manos”. Pero el bautismo en agua es enfáticamente un ritual hecho “con manos”. Si simplemente decimos que esta ordenanza del bautismo del Nuevo Testamento hecho con manos corresponde al ritual de la circuncisión del Antiguo Testamento hecho con manos, entonces perdemos la verdad más importante: algo nuevo está sucediendo en la creación del pueblo de Dios llamado la iglesia de Cristo. Ellos están siendo creados con una “ circuncisión no hecha por manos” por Dios. Están siendo levantados de entre los muertos por Dios. Y el bautismo es una señal de ello, no una repitición de la señal del Antiguo Testamento. Hay una nueva señal del pacto porque el pueblo del pacto está siendo constituido en una nueva manera: por nacimiento espiritual, no nacimiento físico.
“A través de la fe”
Y una de las evidencias más claras para esto es la pequeña frase “por la fe” en el versículo 12. Observa esto cuidadosamente. Esto es lo que me apartó del paidobautismo a través de años de lucha, hasta que vi más y más razones para no unirme. El versículo 12 enlace la circuncisión espiritual “no hecha por manos” del Nuevo Testamento del versículo 11 con el bautismo, y luego enlaza el bautismo con la fe: “habiendo sido sepultados con El en el bautismo, en el cual también habéis resucitado con El por la fe en la acción del poder de Dios, que le resucitó de entre los muertos”.
Si el bautismo fuera meramente un paralelo al ritual del Antiguo Testamento de la circuncisión no tendría que pasar “por la fe” dado que los infantes no tomaron la circuncisión “por la fe”. La razón por la que la ordenanza del bautismo del Nuevo Testamento debe ser “por la fe” es que no representa el ritual externo del Antiguo Testamento, sino la experiencia interna, espiritual de la circuncisión “no hecha por manos” del Nuevo Testamento.
Aquellas tres palabras “por la fe” en el versículo 12 son la explicación decisiva y definitiva de cómo fuimos sepultados con Cristo en el bautismo y cómo fuimos resucitados con Él en el bautismo: fue “por la fe”. Y esto no es algo que los infantes experimenten. Fe es una experiencia consciente del corazón dando paso a la obra de Dios. Los infantes no son capaces de esto, y por lo tanto los infantes no son sujetos apropiados del bautismo, que es “por la fe”.
Así que insto a aquelos de ustedes que aún no han venido a la fe en Cristo a considerar el bosque de buenas nuevas en estos versículos: que Cristo murió y se levantó de nuevo para cancelar nuestra deuda con Dios y para triunfar sobre Satanás; y que el resucita de la tumba gente muerta espiritualmente y circuncida corazones pecaminosos: Él hace todo esto a través de la fe. El nos trae a que confiémos en Él, mostrándonos lo verdadero y hermoso que Él es. Mira a Él y cree.
Y entonces Él nos empuja a expresar esa fe en el bautismo. Si quieres prepararte para este paso de obediencia, puedes subir después del servicio, o lo puedes marcar en la hoja de la carpeta de adoración, o puedes venir a la clase de preparación bautismal que comienza el próximo domingo por dos semanas.
Que el Señor traiga a muchos de ustedes al disfrute de esta completa obediencia “por la fe”.
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