Señor
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Jesucristo
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Filipenses 2:10-11)
- Filipenses 2:5-11
El Nuevo Testamento está lleno de muchos títulos para Jesús. En los últimos días hemos estado viendo el título de “Cristo”, o “Mesías.” Hoy examinaremos el segundo título comúnmente usado para Jesús por los autores del Nuevo Testamento: “Señor.”
El uso de este título puede ser un poco ambiguo. Esto se debe a que “señor” puede tener por lo menos tres significados diferentes en el griego original. A veces puede significar simplemente “Don”, como una forma cortés y ligeramente exaltada de referirse a otro ser humano. A veces puede hacer referencia al amo de los esclavos o a alguien que tiene muchos sirvientes.
Si bien algunas de las personas mencionadas en el Nuevo Testamento pueden haber tenido estos significados en mente cuando hablaron con Jesús, es el tercer significado que el título “señor” puede tener con el cual se interesa la mayoría. En la traducción griega del Antiguo Testamento, la Septuaginta, la palabra griega kurios (“señor”) se utiliza para traducir el hebreo Yahvé, o Adonai. Ambas palabras hebreas se refieren al Señor Dios, y entonces el griego kurios, “señor”, se convirtió en el título más importante para Dios en la traducción griega del Antiguo Testamento.
Cuando kurios se utiliza en este sentido, transmite la idea de “uno que es absolutamente soberano.” Es un título majestuoso, transmitiendo la soberanía y el poder divino de Dios. La pregunta ahora para nosotros es: “¿El Nuevo Testamento utiliza la palabra kurios en esta manera para referirse a Jesús?” La respuesta es sí. El pasaje de hoy nos da uno de los ejemplos más claros de este uso. En Filipenses 2, Pablo está hablando de la humillación temporal que Dios Hijo sufrió para llegar a ser encarnado y cargar con nuestro pecado. Como resultado, Dios Padre lo exaltó hasta lo sumo, dándole el nombre que es sobre todo nombre (v. 9).
Debemos notar que el nombre dado a Jesús aquí no es su nombre de nacimiento “Jesús.” Al contrario, el nombre dado a Jesús refleja la soberanía y el poder que se debe a Dios y a Él solamente. Esta soberanía se transmite por el título “Señor”, que se menciona en el versículo 11. El punto no es que el Hijo no era digno de llevar este título antes de la encarnación. Al contrario, el punto es que ahora, en Su encarnación, el Hijo está permanentemente unido con una naturaleza humana en la persona de Jesucristo, y Él se ha hecho aún más digno de llevar el título divino después de temporalmente dejar a lado Su gloria con el fin de cargar con nuestro pecado.
Coram Deo
Los primeros cristianos sufrieron martirio antes de confesar: “César es el señor.” Ellos sabían que sólo Jesús era divino, y no estaban dispuestos a permitir que nadie usurpara Su estatus. Nuestra cultura moderna ofrece muchos señores que compiten para ser adorados. Ore para que usted se mantenga firme como los primeros cristianos y confiese que Jesucristo es el Señor.
Pasajes para Estudio Adicional
Sal. 110
Prov. 18:10
Isa. 6:3
Juan 20:24-29
Rom. 10:9
Vota esta traducción
Puntúa utilizando las estrellas