Superior a los Ángeles
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Ligonier Ministries Staff
sobre Jesucristo
Una parte de la serie Tabletalk
Traducción por Javier Matus
“Adórenle, todos los ángeles de Dios.” (Heb. 1:6).
- Hebreos 1:5-6
Después de haber establecido la supremacía de Jesucristo como Profeta, Sacerdote y Rey, el autor de Hebreos comienza a hacer el caso de que Cristo es superior a los ángeles. El testimonio de la Escritura es usado para comprobar que Cristo es superior a los ángeles. El autor “insiste,” John Owen escribe, “que los testimonios relativos a la fe deben ser de la Escritura.” Las reglas de los hebreos de la fe y la adoración, el Antiguo Testamento, no podían ser cuestionadas. Por lo tanto, el autor depende en gran medida del testimonio del Antiguo Testamento, sabiendo que sus destinatarios no ignorarían su autoridad.
El método que el autor utiliza para hacer su caso es intrigante. Argumenta “negativamente desde la autoridad de las Escrituras en asuntos relacionados con la fe y la adoración de Dios,” escribe Owen. En el versículo 5, el autor escribe: “Porque, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás…?” Este tipo de argumento retórico es un método válido para producir una respuesta negativa. El autor cita al Salmo 2:7, “Mi Hijo eres Tú, Yo Te he engendrado hoy,” y también de 2 Samuel 7:14, “Yo seré a él padre, y él me será a mí hijo.”
El citar del segundo Salmo sin duda fue deliberado —era conocido en la iglesia primitiva y en el judaísmo como un salmo mesiánico. Y si bien es cierto que a los ángeles se les refería como hijos de Dios en una forma general, tal título nunca fue atribuido a ningún ángel personalmente. Es más, Dios nunca dijo a un ángel: “Yo seré a él padre.” Estas descripciones no son títulos generales que se le pueden asignar a cualquier criatura. Más bien, son descripciones supremas del divino Hijo de Dios —la segunda persona de la Trinidad. Porque Él es el primogénito del mundo, el de más alta honra, el Escogido del Padre, el Heredero asignado de todas las cosas que está sentado a la diestra de la majestad en las alturas. Él es quien debe ser adorado —no los ángeles. Cristo es el Rey, y, como vemos en la cita del autor del segundo Salmo, el reino del Mesías es fundamental para la visión del mundo de los hebreos. De hecho, como John Calvin escribe en su comentario sobre Hebreos, Cristo fue comisionado para tomar posesión de Su reino, y es por esta razón que Su identidad debe ser establecida. Él es el Prometido, y el autor de Hebreos afirma, Él debe ser adorado por aquellos a quien Él creó (1:2).
Coram Deo
Lea el segundo Salmo y considere las muchas maneras en que el Salmista describe el triunfo y el reino del Mesías. La última línea del Salmo 2 dice: “Bienaventurados todos los que en él confían.” Recuerden siempre que Él es el Hijo unigénito de Dios, en quien hay vida eterna para todos los que creen en Él.
Pasajes para Estudio Adicional
Salmo 89:26-27
Salmo 97:7
Juan 3:16
Rom. 8:29
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