Una nota a los padres de niños pequeños
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Crianza de los Hijos
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Paige Ryan
El departamento que está creciendo más rápido en la Iglesia Bautista de Belén es la guardería - y no hay final a la vista. Mi esposa conoce diez madres embarazadas en IBB. Verdaderamente hay algunas preguntas duras a las que nos enfrentamos como padres de niños pequeños. ¿A qué edad debemos tratar de ayudarle a nuestros hijos comprometerse decisivamente con Jesús como Salvador y Señor? ¿Cómo hacerlo de una manera que tenga sentido para él y lo recuerde bien? Y ¿qué del bautismo y la comunión?
Todo lo que hacemos desde el nacimiento de un niño, debe tener la intención de llevarlo a la fé. Nuestro cariño, nuestros abrazos, nuestra risa, el estabelecer nuestros límites, nuestras miradas rígidas, nuestra disciplina severa, nuestra compasión - todo debe comunicar quién es Dios y que Él es digno de confianza. Debemos confiar que nuestros niños no pierdan su creencia sino que por el contrario crezcan poniendo su confianza en el Cristo de nuestra familia.
Hasta ahora, eso ha pasado con uno de nuestros hijos. Lo que hice cuando sentí que Karsten comprendió bastante bien el evangelio (justo antes de su séptimo cumpleaños) fue llevarlo a mi estudio una noche y orar con él en la que él expresó su fé en Jesús. Tomamos la Biblia que él recibió esa Navidad, y él escribió en ella estas palabras: “El 18 de septiembre de 1978, yo oré con papá y le dije a Jesús que estoy poniendo mi confianza en El para el perdón de mis pecados. Y que quiero ser un Cristiano.” No tratamos de decir que esto fue el principio de su vida cristiana. No sabemos justo cuando empezó. Pero esto era un compromiso decisivo hecho con papá para plantar un hito definitivo que él pueda recordar bien.
La experiencia de Benjamín era diferente. Hubo una vez, hace más o menos un año, cuando le pregunté a Benjamín si él quería orar e invitar a Jesús en su corazón. El dijo que no. Eso realmente me hizo orar. Esto era una batalla diferente en comparación con el hijo número uno. Recientemente sentí una mayor comprensión y una mayor seriedad y sinceridad. Entonces, lo intenté una vez más. Él mostró más que una buena disposición. Esto es lo que escribió en su nueva Biblia: “El 30 de octubre, 1982, a las 8:25 de la noche. Oré con papá e invité a Jesús a entrar en mi corazón y ser mi Salvador. Sé que soy pecador, pero Dios me ama y envió a Jesús a morir por mí. Quiero que Él sea mi Señor. Creo que ahora está en mi corazón.” Esto ocurrió hace dos meses después de su séptimo cumpleaños.
Los niños son diferentes. No sé cómo será con Abraham (o con Halleluja). No considero tampoco que he completado mis esfuerzos con Karsten y Benjamín. Aconsejo orar con seriedad diariamente por la fé de sus niños. Y cuando comprendan el Evangelio, pregúntele a ellos si quieren orar con usted, ya sea para empezar recibiendo a Cristo o para dejar claro y decisivo que ellos ya lo han recibido y ahora están poniendo su confianza en El. Escríbalo en su Biblia y refiérase a ella como un evento significativo.
Mi convicción es que tan pronto como un hijo ha hecho una profesión decisiva de su fé, los padres deben asegurar que él entienda la Cena del Señor y ayudarlo a participar. Con respeto al bautismo todavía no he decidido que hacer. Por un lado, parece basado en la Biblia que el bautismo debe inmediatamente seguir la profesión de fé. Por otro lado, es tan difícil para un niño de siete años expresar el bautismo en su significado verdadero. Nuestra práctica común es dejarlos (a los estudiantes que están más o menos en su cuarto a sexto año escolar) asistir a una clase con el pastor a preparar para el bautismo y membresía de la iglesia. Yo voy a orar y pensar más en esto.
Pero, más que todo, oremos y trabajemos como padres para llevar a nuestros hijos a la fé y saturarlos en la Palabra.
Como un padre,
Pastor John
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