Una oración para celebrar la redención de la Creación

De Libros y Sermones Bíblicos

Y a toda cosa creada que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Y los cuatro seres vivientes decían: Amén. Y los ancianos se postraron y adoraron. Ap. 5:13-14

Querido Señor Jesucristo, la visión de Juan de la Creación que te alaba, cautiva mi corazón y me llena de esperanza esta mañana. Aunque mi corazón se aflige por varios desastres medioambientales de nuestro mundo, incluyendo el tornado más reciente en Oklahoma; me siento agradecido de que un Día disfrutaremos del perfecto e irrompible mundo de un nuevo cielo y una nueva tierra.

De hecho, Señor Jesucristo, estoy lleno de esperanza por tu promesa de un nuevo mundo creado de belleza inmaculada, bondad irreprensible y perpetua prosperidad. Espero con ansias el Día cuando la Creación en sí misma sea liberada de la atadura de la decadencia y disfrute de la gloriosa libertad de los hijos de Dios (Ro. 8:18-25). ¡Que venga ese día!

Por fe puedo ya escuchar el débil, pero firme, cántico de toda criatura "que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay" (Ap. 5:13) alabándote Señor Jesús, el Creador y Redentor. ¿Pero cómo sería ese coro y sinfonía de todas las criaturas libres de frustración, plenamente unidas y a pleno pulmón? Difícilmente puedo esperar a verlo y oírlo.

Hasta ese Día, concédeme un corazón conforme al Evangelio para estar presente y comprometido con tu historia de "hacer todas las cosas nuevas". No hay gente insignificante, lugares sin sentido o cosas irrelevantes; ya que todas las cosas te importan. El Evangelio de tu reino es así de grande y tu eres ese Rey glorioso.

Y si un huracán, terremoto, inundación, tornado, o lo que sea lleva a cabo tu propósito de salvación (Ap. 8:9), me someto humildemente a tu incuestionable sabiduría e indiscutible bondad. Las cosas no son lo que parecen a simple vista. Obras de maneras que exige tener los ojos de la fe y un corazón lleno de gracia para discernirlo.

Señor Jesús, también seguiré buscando ser un buen administrador del "primer cielo y la primera tierra" (Ap. 21:1) hasta que regreses para hacer todas las cosas nuevas. No estamos sólo "de paso" por este mundo. Todavía no es el hogar, pero algún Día lo será. ¡Aleluya, muchas veces! Así oro, con esperanza y deseo, en tu nombre amado y lleno de gracia, amén.