¡Ayuda! Mi hijo se está alejando de Dios

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English: Help! My Teen Is Abandoning Christ

© Desiring God

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Por John Piper sobre Crianza de los Hijos

Traducción por Marta Hernandez de Mera


Transcripción de audio:

La pregunta de hoy es de una madre que tiene una hija adolescente y nos pregunta lo siguiente:
“¿Que harías si tu hija de 14 años te dice que ya no quiere orar porque ya no es creyente, duda de la existencia de Dios y no cree que el cristianismo sea mejor que cualquier otra religión? Mi hija considera que la Biblia solo es verdad para los cristianos y que la iglesia no es esencial, aunque ella viene porque forma parte de una familia que valora a Dios y las cosas de Dios y tiene que venir con nosotros. Como padres, ¿cómo podemos actuar de la forma más sabia?

En mi opinión, lo más útil es recomendarte un libro que fue muy importante para mí cuando uno de mis hijos se encontró exactamente en la misma situación. El libro se llama “Come Back, Barbara” de John Miller y su hija Barbara Juliani[1]. Creo que su hija tenía 18 años cuando se fue de casa, se mudó, empezó a salir con un chico y ya no quiso tener nada que ver con la fe de su familia. El libro describe lo que sintieron e hicieron sus padres y luego Barbara, quien al final volvió, escribe respuestas a cada uno de los capítulos, lo cual aporta un realismo inusual al libro sobre el efecto que tuvieron los intentos de los padres de Barbara.

Otra cosa que recomiendo a esta madre es que lea un artículo que escribió mi hijo cuando volvió a casa después de un tiempo alejado de Dios. Está publicado en la página web Desiring God y se titula: “12 formas de amar a su hijo rebelde”[2]. En este artículo, explica lo que sintió cuando estuvo alejado, lo cual fue muy importante para su vida.

Estas son mis ideas principales de momento:

1. Date cuenta de que esto es algo sobre lo que no tienes ningún tipo de control. La fe es un don de Dios. Otra forma de ponerlo sería que para que crea en Dios, tendrá que ver a Jesús de verdad, no solo con los ojos, sino con su corazón, y solo Dios puede abrir su corazón. Precisamente eso es lo que explica Efesios 1:18, 2 Corintios 4:6, 1 Corintios 2:13-14 y Efesios 2:8. Dios usa a padres, pastores y amigos para que lleven a nuestros hijos a Jesús, pero nada de lo que hagamos será decisivo. Dios es decisivo. Es totalmente crucial que tú, como madre, no lleves más carga de la que puedas o debas llevar, eso es lo principal.

2. Por lo tanto, ya que Dios es el único que puede conseguirlo, la oración es totalmente indispensable. Una opción sería incluir momentos de ayuno de forma periódica en tu vida y pedir a algún amigo o familiar que lo haga contigo. Yo lo sigo haciendo a día de hoy cuando hay problemas graves en mi familia.

3. Una de las cosas más importantes por las que orar es por equilibrio entre la preocupación por tu hija, y por gozo indomable ante este sufrimiento; gozo, gracia, poder y la bondad de Dios. Sé que suena imposible, porque es humanamente imposible, pero nada es imposible para Dios (Mateo 19:26, Lucas 1:37). Tu hija tiene que ver que no tiene el poder de negar la esperanza y el gozo que se siente en Jesucristo. No debe sentir que tiene ese poder; si así fuera, sería totalmente incierto. Tiene que sentir que es importante y que te preocupas grandemente por su condición espiritual, pero también tiene que ver la realidad de lo que se está perdiendo: concretamente el disfrute indomable de la gracia de Dios, la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7), la bondad de Dios y el poder de Dios en tu vida. Eso es lo que necesita, y tiene que verlo. Es un milagro y solo Dios puede ayudarte a hacerlo.

4. Es perfectamente apropiado establecer que mientras viva bajo tu techo y tu autoridad, tendrá que vivir acorde a las reglas de tu casa, y debería aceptar esas condiciones. Pero debes asegurarte de que su conformidad no es lo que realmente anhelas. Muchos hijos creen que ser obedientes y estar conformes es lo que sus padres realmente quieren de ellos para que los padres no queden en evidencia en la iglesia o delante de sus amigos; así que fingen. Tu hija tiene que darse cuenta de que eso no es lo que más te preocupa, lo que más te preocupa es el evangelio de la gracia. Intenta no hacerle pensar que su comportamiento es lo principal. Lo principal es ver a Jesús como alguien imprescindible y disfrutar de su perdón y la esperanza de la vida eterna. Así que, haz que el evangelio sea el centro y comunica siempre que hay esperanza para su futuro en Jesús.

5. No la bombardees cada día sobre su fe y ten cuidado de no explotar en momentos de discusiones con las emociones a flor de piel, ya que no es el momento más adecuado para hablar de Dios. En lugar de eso, queda con ella para tomar algo un sábado y pregúntale con antelación si le importa que habléis de cosas espirituales. Probablemente no le importe; dirá que no sirve de nada tener la conversación, pero aun así, pregúntale. Esta es una ocasión para escuchar lo que hay en su corazón y pedirle a Dios que te ayude a saber qué preguntar y qué decir. Especialmente sobre su corazón, sus emociones, sus problemas en el colegio y en sus relaciones. Indaga en profundidad, en las decisiones que está tomando.

6. Alimenta tu propia alma con verdad bíblica, especialmente historias en las que la tristeza y desesperación presentes preceden al gozo. Hay muchas historias, como Abraham y Sara, quienes eran demasiado viejos para tener hijos y, de repente, vino Isaac. También está Job, quien lo perdió todo y aun así vio a Dios y Él restauró su familia. José, quien sufrió de desesperación en Egipto durante años y, un día, acaba siendo el salvador de Israel. Rut era viuda, pobre, pensaba que todo estaba perdido y se dedicaba a recoger las sobras de un campo de cebada sin saber que el día de mañana tendría un marido y un hijo. Ester estaba preparada para la destrucción del pueblo judío y, de repente, Amán, su archienemigo, estaba colgando en una horca que era para Mardoqueo. Y, por encima de todos, está Jesús: el viernes parecía una causa totalmente perdida, como tu hija, y, en días, fue exaltado como Rey del universo. Eso es una de las cosas que podemos aprender de la Biblia, que la situación en la que te encuentras ahora mismo no tiene la última palabra.

7. Así que sigue teniendo devocionales con tu familia como siempre, pero no la pongas en una situación incómoda. Todos sabemos que esto no es algo que se pueda forzar, ella no es partícipe total de lo que hacéis, ese es el acuerdo; pero tiene que ver a sus padres amar a Jesús y su palabra. Que esos momentos sean ocasiones en que os regocijáis en Jesús y el evangelio. Que vea vuestra fe y vuestra preocupación por los problemas mayores del mundo además de preocuparos por vuestra familia. Orad por Siria, por las personas de Oriente Medio que no conocen a Jesús, por el ébola, por el SIDA, por el gobierno; que vea que el cristianismo alcanza a muchos y te hace noble.

8. Y por último, no desesperes. A Dios le encanta oír tus oraciones y pone tus lágrimas en un frasco (Salmos 56:8), el cual derrama con su gracia en el momento adecuado.


  1. Por desgracia este libro no existe en español, solo está disponible en inglés.
  2. http://es.gospeltranslations.org/wiki/12_Formas_de_Amar_a_Su_Hijo_Rebelde

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