¡Ten Cuidado Cómo Escuchas!
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Alabanza
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Desiring God
Diez Preparativos Prácticos para Escuchar la Palabra de Dios el Domingo por la Mañana
1. Ora para que Dios te de un corazón bueno y honesto.
El corazón que necesitamos tener es obra de Dios. Es por eso que tenemos que orar por él. Ezequiel 36:26 "os daré un corazón nuevo." Jeremías 24:7, "Y les daré un corazón para que me conozcan." Oremos "Oh Señor, dame un nuevo corazón para ti. Dame un corazón bueno y honesto. Dame un corazón suave y receptivo. Dame un corazón humilde y manso. Dame un corazón que de fruto."
2. Medita en la Palabra de Dios.
Salmos 34:8, "Probad y ved que el SEÑOR es bueno." El Sábado por la noche lee alguna porción deliciosa de tu Biblia con la visión de despertar el hambre por Dios. Esto será un aperitivo para la comida del Domingo por la mañana.
3. Purifica tu mente alejándote del entretenimiento del mundo.
Santiago 12:1, "Desechando toda inmundicia y todo resto de malicia, recibid con humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas." Me deja atónito cuantos Cristianos ven los mismos programas de TV banales, vacíos, tontos, triviales, excitantes, sugestivos e inmodestos que ven la mayoría de los no creyentes. Esto nos hace pequeños, débiles, mundanos y poco auténticos en la adoración. En lugar de eso, apaga la televisión el Sábado en la noche y lee algo verdadero, grande, hermoso, puro, honorable, excelente y digno de alabanza (Filipenses 4:8). Tu corazón se desmarchitará y podrá sentir de nuevo la grandeza.
4. Confía en la verdad que ya tienes.
La forma de escuchar la palabra de Dios que falla durante la prueba no tiene raíz (Lucas 8:13) ¿Cuál es la raíz que necesitamos? es la confianza. Jeremías 17:7-8 dice, "Bendito es el hombre que confía en el SEÑOR, cuya confianza es el SEÑOR. Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente;" Confiar en la verdad que ya tienes es la mejor forma de prepararse para recibir más.
5. Descansa lo suficiente el Sábado por la noche para estar esperanzado y alerta la mañana del Domingo.
1 Corintios 6:12, "Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna." No estoy imponiendo ninguna ley. Lo que digo es que hay costumbres del Sábado por la noche que arruinan el culto del Domingo por la mañana. No te dejes dominar por ellas. Sin dormir lo suficiente, nuestras mentes están poco afiladas, nuestras emociones están planas, nuestra inclinación hacia la depresión es más alta, y somos más propensos a enfadarnos. Mi consejo es que decidas a qué hora te tienes que levantar el Domingo para tener tiempo para comer, vestirte, orar y meditar en la Palabra, preparar a la familia y trasladarte a la iglesia y que luego calcules ocho horas hacia atrás y te asegures el estar en la cama 15 minutos antes de esa hora. Lee la Biblia en la cama y quédate dormido con la palabra de Dios en tu mente. Exhorto especialmente a los padres a enseñar a los adolescentes que el Sábado NO es una noche para quedarse hasta tarde con los amigos. Si hay una noche especial para quedarse hasta tarde, que sea el Viernes. Es algo terrible enseñar a los hijos que el culto es algo tan opcional que no importa si llegas cansado.
6. Sopórtense unos a otros el Domingo por la mañana sin murmuraciones ni críticas.
Salmos 106:25, "sino que murmuraron en sus tiendas, y no escucharon la voz del SEÑOR." La murmuración, controversias y peleas el Domingo por la mañana pueden arruinar un servicio de culto a la familia. Cuando haya algo sobre lo que estén enfadados o algún conflicto del que pienses que es verdaderamente necesario hablar, sopórtalo. Por supuesto si el problema eres claramente tú y tienes que disculparte, hazlo tan rápido como puedas (Mateo 5:23-24). Pero si estás humeando por el comportamiento de los niños o tu cónyuge, soporta, es decir, se tardo para la ira y pronto para oír (Santiago 1:19). En la adoración, ábrete a Dios exponiendo la viga en tu propio ojo. Bien puede ser que seas humillado y disciplinado de tal forma que ningún conflicto sea necesario.
7. Se manso y educable cuando vengas
Santiago 12:1 "recibid con humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas." La mansedumbre y disposición a ser enseñado no es creerse cualquier cosa. Tienes la Biblia y tu cerebro. Utilízalos. Pero si venimos con una predisposición negativa y escepticismo sobre la predicación semana tras semana, no escucharemos la Palabra de Dios. La mansedumbre es abrirse humildemente a la verdad de Dios con anhelo de ser transformado por ella.
8. Mantén el silencio al entrar al salón y centra la atención de tu mente y el afecto de tu corazón en Dios.
Salmos 46:10, "Estad quietos, y sabed que yo soy Dios" Mientras entramos al santuario, "entremos buscando a Dios y salgamos buscando a la gente." Ven con una pasión callada de buscar a Dios y su poder. No vamos a ser una iglesia poco amigable si buscamos con firmeza a Dios durante el preludio y buscamos con firmeza a los visitantes durante el postludio.
9. Piensa seriamente en lo que se está cantando, orando y predicando.
1 Corintios 14:20, "Hermanos, no seáis niños en la manera de pensar; más bien, sed niños en la malicia, pero en la manera de pensar sed maduros." Así dice Pablo a Timoteo "Considera lo que digo, pues el Señor te dará entendimiento en todo" (2 Timoteo 2:7). Cualquier cosa que valga la pena oír, también valdrá la pena pensar. Si prestas atención a como oyes, piensa acerca de lo que oyes.
10. Desea la Verdad de la Palabra de Dios más de lo que deseas las riquezas o la comida.
1 Pedro 2:2 "desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación." Mientras te sientas en calma y oras y meditas en el texto y en los cantos, recuerda lo que dice el Salmo 19:10-11 acerca de las Palabras de Dios "deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, más dulces que la miel y que el destilar del panal."
Pastor John
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