¿Cuál es el propósito de Dios con la enseñanza falsa?

De Libros y Sermones Bíblicos

La siguiente es una transcripción editada del audio.

¿Por qué un Dios soberano permitiría que las falsas creencias aparentemente prosperen? ¿Qué se puede aprender de su existencia?

Ante todo, aprendemos que hay pecado en el mundo. El pecado está en cada uno de nosotros, y uno de sus afloramientos es el efecto que causa en nuestras mentes. Afecta nuestras habilidades para percibir, comprender, y comunicar. También afecta nuestros corazones que están constantemente en rebelión contra la verdad. Por lo tanto, Dios ha visto conveniente no eliminar nuestro pecado instantáneamente.

Más bien, Dios ha visto bueno el tener una historia de redención, con Israel y la iglesia, a través de la cual los hombres crecen progresivamente en su entendimiento de Dios. Ambos, en vidas individuales y de manera corporativa ha escogido no destruir el pecado de un momento a otro, sino utilizar el conducto de la gracia para santificar progresivamente a su pueblo.

Una de las evidencias del pecado es que pensamos erróneamente; y Dios incluye en su propósito más grande de santificar gradualmente a su pueblo, el dejar que el pecado tenga este efecto de alterar la mente. El resultado es que aprendemos la abundante maldad del pecado en la manera cómo abrazamos más fácilmente la enseñanza falsa que la verdad bíblica. De la misma manera, aprendemos que la providencia de Dios no intenta solucionar instantáneamente el pecado sino a través del tiempo.

Entonces se formula la pregunta, “¿Por qué Dios hace eso? ¿Por qué no truena sus dedos y hace a todos instantáneamente santos, los lleva de inmediato al cielo, y termina esto? Y ¿Por qué no toma a Satanás fuera de la existencia?” Sabemos que el puede hacer estas cosas, porque las hará en la segunda venida. El nos va a hacer perfectos. Pero ¿por qué no lo hace ahora? ¿Cuáles son los propósitos a largo tiempo de Dios al permitir el error y el pecado en el mundo?

Probablemente no podríamos probar y apreciar la paciencia de Dios-y algunos de sus otros atributos-si no tuviéramos que batallar con nuestro pecado de la manera que lo hacemos, hasta el fin de nuestras vidas. No nos ampararíamos en la gracia de la manera que lo hacemos o apreciaríamos su paciencia de la manera en que lo hacemos.

Pablo dijo que Dios lo escogió a él, el más grande de los pecadores, para demostrar su paciencia perfecta, haciendo de Pablo un ejemplo a los que podrían creer en Dios a través de su testimonio (1 Timoteo 1:16). Claramente Pablo sabía que Cristo lo escogió a él, un pecador, para demostrar algo de su carácter, como su gracia y su paciencia.

La respuesta definitiva es que Dios maneja el mundo de la manera que lo hace, porque, al final, más de sus gloriosos atributos serán completamente vistos y alabados que si el hubiera hecho todo instantáneamente y no tolerara el error y el pecado en el mundo y en la iglesia.