¿Cuáles son algunos ejemplos de malas prácticas de evangelización?
De Libros y Sermones BÃblicos
Por 9Marks
sobre el Evangelismo
Una parte de la serie 9Marks Essentials
Traducción por Laura Coloma
- Fracasar a la hora de compartir el evangelio. Dado que evangelizar es compartir el evangelio, la principal forma de fallar es fracasar en transmitir el mensaje completamente. En ocasiones las personas que realizan trabajo social piensan que al preocuparse por los pobres o al ayudar a los oprimidos están “compartiendo el evangelio sin palabras.” No lo están. Pueden estar haciendo cosas increíblemente generosas y altruistas por otros, pero evangelizar significa transmitir a los demás el mensaje de Cristo.
- Distorsionar el mensaje. Evangelizar fielmente significa transmitir el mensaje en su totalidad (Hechos 20:27), aun las verdades menos populares sobre el pecado y el juicio de Dios.
- Enseñar un mensaje equivocado en su lugar. Algunas personas quienes dicen predicar el evangelio en realidad predican lo contrario, con terribles consecuencias para ellos mismos y para sus oyentes (Gálatas 1:6-9, 2 Pedro 2:1-3).
- Presentar el evangelio como una simple opinión. Es una distorsión del evangelio presentarlo como una opinión personal que alguien puede rechazar sin consecuencias reales. Evangelizar significa llamar a las personas al arrepentimiento de sus pecados y a confiar en Cristo para ser salvados de la ira de Dios. El evangelio no es una simple opinión y nuestro evangelio debe comunicar fielmente la veracidad universal y las exigencias requeridas del evangelio.
- Presionar a alguien a tomar una decisión. Sólo Dios puede dar fe y arrepentimiento. Si presionamos a las personas a que tomen una decisión, pueden tomar una decisión que no contará para nada en la eternidad. Esto puede erróneamente llevar a alguien a creer que por su “decisión” se ha convertido en cristiano cuando no se ha arrepentido de sus pecados ni confiado en Cristo.
- Concentrarse en lo secundario. Aun cuando queremos abordar de forma justa las preguntas de los incrédulos, pasar horas discutiendo el problema del mal no es lo mismo que predicar a Cristo. No dejen que senderos confusos los distraigan de presentar el mensaje de la cruz.
- Despreciar groseramente las preguntas y objeciones de los incrédulos. Esta es una forma seria de ofender y de concluir rápidamente conversaciones evangelistas. Pedro nos enseña cómo debemos responder las preguntas de los incrédulos cuando escribe, “Hacedlo con mansedumbre y reverencia; teniendo buena conciencia” (1 Pedro 3:15-16 LBLA).
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