¿Cómo realiza el Pastor John el entrenamiento espiritual en casa?
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Crianza de los Hijos
Una parte de la serie Ask Pastor John
Traducción por Laura Coloma
La siguiente es una transcripción editada del audio
¿Cómo realiza el Pastor John el entrenamiento espiritual en casa?
Dando una mirada retrospectiva a 31 años de criar hijos las constantes están relacionadas con que siempre supimos que la Biblia y las oraciones tenían que entrelazarse en la vida de nuestra familia, tanto en privado entre Noel y yo, como junto con nuestros hijos.
Déjenme mencionar lo que aspirábamos a hacer diariamente:
1. Motivamos a nuestros hijos desde el principio a estar solos con el Señor en la mañana. Esto puede empezar tan pronto como puedas sostener a un niño en la almohada para que no se caiga y se golpee la cabeza. Pueden colocar una grabadora a su lado con una canción sobre “Jesús me quiere, yo lo sé” o una historia de la Biblia.
Un niño puede tener devociones desde su primer año, por extraño que parezca, si se le entrena a pasar un poco de tiempo a solas con Dios. Obviamente no podrá leer, y no estará listo para hacerlo por unos 4 ó 5 años más. Pero puede escuchar y disfrutar ese momento. Así que hicimos eso, y luego pasamos a historias de la Biblia. Luego pasamos a darles sus propias Biblias para que pudieran leerlas, lo que continuó hasta convertirse en devociones de adolescentes.
2. Estábamos juntos en la mesa cada mañana, y yo llevaba las devociones en el desayuno con los niños. Si el niño es pequeño dirá “Jesús” y eso es todo. Pero solíamos trabajar con el Global Prayer Digest (Guía Mundial de Oración) para que hubiese un componente misionario. Y luego leíamos un pasaje corto de la Escritura, y yo rezaba. Puede no tomar más de 5 minutos porque los niños son pequeños.
3. Luego en la tarde teníamos devociones familiares, que eran un poco más largas. Leíamos una parte más larga de Escritura, y todos los niños – si podían- rezaban, no sólo yo. Noel rezaba, yo rezaba, y cada uno de los niños rezaba. Y tan pronto como empezaban a hablar, les enseñábamos a rezar.
4. Y luego los llevábamos a la cama, los acostábamos, los bendecíamos con
El Señor te bendiga y te guarde
El Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia
El Señor alce sobre ti su rostro y te de paz,
y alegría, y esperanza, y amor, y un buen descanso,
y algún día un esposo devoto. (Talitha siempre reirá cuando yo diga esta última línea.)
Y luego cantaba una canción para Talitha y le daba un fuerte abrazo. Es una rutina muy definida la que llevamos. Y hay un componente oral aun mientras acuestan a los niños en la cama por la noche.
Esa ha sido la rutina por 31 años, básicamente, pero no quiero dar la impresión de que es perfecta o que no nos faltó hacerla una mañana o una tarde. Sí nos faltó, pero esta era la meta y la rutina. Y prácticamente hemos sido capaces de mantenerla.
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