¿Dios Está Enojado con Nosotros?

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English: Is God Mad at Us?

© Desiring God

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Por John Piper sobre Satanás y Demonios
Una parte de la serie Message Excerpt

Traducción por Melanie Corbo


Cómo Responder al Mal

Transcripción de Audio

¿Qué se supone que debemos hacer con el mal? Esto es muy importante porque me han dicho que hay personas como yo, que cree en la soberanía absoluta de Dios sobre el diablo, de modo que el diablo nunca tiene ventaja, y Dios sigue siendo totalmente soberano en todo momento y lugar, permitiendo lo que permite, haciendo lo que hace con propósitos sabios.

Hay personas como yo que sacan esta conclusión: Entonces, el mal no es tan grave, y seguramente uno no querría luchar contra el mal porque podría terminar luchando contra Dios. Me gustaría dar ocho cosas que deberías hacer con el mal y cuatro cosas que nunca deberías hacer.

Ocho Maneras de Responder de Forma Correcta al Mal

  1. No te sorprendas del mal. «No os sorprendáis del fuego de prueba que en medio de vosotros ha venido para probaros» (1 Pedro 4: 12)
  2. Soporta el mal. «El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser» (1 Corintios 13: 7-8).
  3. Da gracias por el efecto purificador del mal. «Dando siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre» (Efesios 5: 20).
  4. Aborrece el mal. «El amor sea sin hipocresía. Aborrece lo malo» (Romanos 12: 9).
  5. Ora para librarte del mal. «No nos metas en tentación, más líbranos del mal» (Mateo 6: 13)
  6. Desenmascara el mal. «Y no participéis en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascaradlas» (Efesios 5: 11).
  7. Vence el mal con el bien. «No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal» (Romanos 12: 21).
  8. Resiste al mal. Lucha contra el mal. «Resistid, pues, al diablo y huirá de vosotros» (Santiago 4: 7).

Cuatro Maneras de Responder de Forma Errada al Mal

Por otro lado, también hay cuatro cosas que nunca deberías hacer con el mal.

1. Nunca desesperes pensando que el mal está fuera del control de Dios. «Aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad» (Efesios 1: 11).

2. Nunca te dejes llevar por la sensación de que, por causa del mal impredecible, la vida no tiene propósito ni significado. Es una fuerte tentación al leer la historia universal. La historia universal es una cinta transportadora de cadáveres, horriblemente asesinados. No somos ingenuos respecto a la cantidad de maldad que hay en mundo, o al menos, intentamos no serlo.

«¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!... Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre.» (Romanos 11: 33, 36) Nunca te dejes llevar por la sensación de que, por causa de lo que parece un mal impredecible, la vida no tiene propósito.

3. Nunca cedas al pensamiento de que Dios peca, o que es injusto, o que actúa sin rectitud al gobernar el mundo. «Justo es el Señor en todos sus caminos» (Salmo 145: 17)

4. Nunca dudes de que Dios está en cada momento para ti en Cristo Jesús. Espero que esto sea una realidad para cada uno. Nunca dudes de que Dios está en cada momento para ti en Cristo Jesús. Si confías en Él, estás en Cristo. Y si estás en Cristo, no te sucederá ningún mal más que el que Dios ordena para tu bien, por difícil que parezca.

Cuando Él quitó la condenación de las manos del diablo, y clavó sus pecados en la cruz, ¿sabes lo que pasó por la mente de Dios en ese momento, lo cual planeó que sucediera? Jesús absorbió toda la ira del diablo hacia ti. Por completo. Si te da cáncer, si estás en un puente colapsando, si te ataca un perro, si estás atrapado bajo tierra en una mina, podrías sentirte tentado a pensar: «Dios está enojado conmigo. No hay otra explicación. Está enojado conmigo». Y no lo está. No está para nada enojado si te estás en Cristo.

Él solo quiere que todos, tanto jóvenes como mayores, estemos en casa en este momento. Somos suyos. Somos suyos. Puede llevarnos a donde y como Él quiera llevarnos. No tenemos ningún derecho sobre esta vida. Él sí tiene derecho sobre nosotros. Y te prometo que, los que esta misma semana perecieron en Cristo, están muy contentos.

Espero que todos estén renunciando a los designios del diablo en su corazón en este momento. Espero que digan en su corazón: «Renuncio al diablo en todas sus formas y todas sus obras». Renuncio a él. No le pertenezco. Le digo que No al mal. Espero que todos lo estén haciendo en sus mentes y sus corazones ahora mismo.

Cuando renuncias a los designios del diablo, y confías en el poder, la sabiduría y el amor y la bondad de Dios, ¿Sabes lo que sucede? El valor supremo de Cristo se pone de manifiesto. Se pone de manifiesto para los principados y potestades. Se pone de manifiesto para el mundo. Y el propósito de Dios al tolerar a este ser demoníaco, asesino y engañoso se cumple en tu fe, en tu amor y en tu sacrificio por las personas.


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