¿Es posible no adorar a Jesús y aun así ser moral?

De Libros y Sermones Bíblicos

Lo siguiente es una transcripción editada del audio.

Si no valoramos a Dios por quien realmente es, entonces nuestro comportamiento, que debería ser la expresión de nuestra valoración de Dios, reflejará esa comprensión distorsionada de Él.

La esencia misma de la moralidad no es la acción que realizamos—por ejemplo, no robar o ayudar a alguien a cambiar una llanta en una fría noche de invierno. La esencia de la moralidad no está en el acto en sí. Su esencia radica en la mentalidad de la que surge ese acto. Es la acción junto con la mentalidad. Si la mentalidad tiene sus raíces en una percepción equivocada de Dios, entonces el Dios que se refleja a través de esa acción será un Dios distorsionado. Será un reflejo defectuoso.

La razón por la que solemos pensar que la moralidad no se ve muy afectada por una visión errónea de Dios es porque no entendemos que la esencia de la moralidad radica en la mentalidad, la motivación y la manifestación de Dios.

Por esta razón, por cierto, tengo un pequeño problema al hablar de una "ética judeocristiana". Si al decir "judeo" nos referimos a los judíos que no creen en Jesucristo pero siguen los Diez Mandamientos, entonces estamos introduciendo un defecto en la adoración que es profundamente grave. El Nuevo Testamento enseña que aquellos que no honran al Hijo no honran al Padre. Por lo tanto, la idea de una ética judeocristiana como meta es un error fundamental.

La ética debe surgir de una visión verdadera de Dios, y rechazar a Jesucristo implica tener una visión absolutamente equivocada de Dios. En consecuencia, la moralidad que se deriva de esa ética también será defectuosa.

Incluso si ciertas conductas son las mismas, el punto central de la ética no es simplemente la apariencia externa del comportamiento, sino las convicciones internas de la mente, la disposición del corazón y el propósito de lo que se está manifestando. Y si Jesucristo es omitido de esa ecuación, entonces no creo que podamos hablar de ética o moralidad cristiana.