¿Por qué seguir a Jesús?

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English: Why Follow Jesus?

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Por Jonathan Dodson sobre Santificación y Crecimiento

Traducción por Yiting Lee Pacheco


Hoy en día las personas son más prácticas que reflexivas. Obsesionadas con saber qué funciona y cómo funciona, luchan por repetir el mismo camino. Se despreocupan del porqué del funcionamiento de las cosas. El discipulado no es la excepción. Muchos han intercambiado el porqué por el cómo, la motivación para la mejor práctica. Esto es desconcertante. La razón para esto es que la práctica nos puede llevar hasta cierto punto. Cuando llegan los tiempos difíciles, la práctica necesita motivación para continuar.

¿Qué lo motiva a seguir a Jesús? Si usted no se plantea ni responde esta pregunta continuamente, en vez de seguir a Jesús se alejará de él.

El discípulo pragmático

Con la inclinación pragmática de nuestra cultura, el mantra del discipulado moderno es "hacer discípulos que hagan discípulos". Este mantra es pragmático y reproductivo. ¿Es la reproducción pragmática la principal preocupación de Jesús? Cuando Jesús vino proclamando el Evangelio del reino, ¿dio un mensaje inspirador y prosiguió con las tres acciones sobre cómo hacer discípulos? Desde luego, Jesús demostró, enseñó y envió (Lucas 9-10). El reino de Dios contiene ADN reproductivo (reflejado en algunas parábolas agrícolas de Jesús). Pero el reino de Dios también es lento y profundo. Se extiende a lo largo de la difícil vida y hasta lo profundo del corazón humano. El reinado de Cristo penetra en nuestro ADN y nos motiva continuamente.

En lugar de centrar su enseñanza en el cómo, Jesús se centró inexorablemente en el porqué. Es por esto que muchas de sus expresiones son inquietantes. Como gran maestro, provocó reflexión, no solo acción:

"Y mientras ellos iban por el camino, uno le dijo: Te seguiré adondequiera que vayas. Y Jesús le dijo: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza". (Lucas 9:57-58)

"También otro dijo: Te seguiré, Señor; pero primero permíteme despedirme de los de mi casa. Pero Jesús le dijo: Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios". (vv. 61-62)

Jesús nos obliga a reflexionar sobre nuestras razones para seguirlo. Si vivimos por comodidad y facilidad, no renunciaremos a nuestra cama, ni a nuestro dinero ni a nuestro entretenimiento para seguirlo. Si la comunidad idílica es lo que motiva nuestras decisiones, no renunciaremos a nuestros amigos cercanos ni a nuestros familiares. Jesús es muy claro: si queremos ser sus discípulos, tenemos que ser motivados por algo más grande que la comodidad y la comunidad. Su reino debe motivarnos, y ese reino viene con un precio.

Los verdaderos discípulos considerarán y aceptarán una y otra vez el precio. Ellos perdurarán porque al encontrar el reino encuentran a un rey digno de su sacrificio. En búsqueda del porqué de su existencia, descubren una perla de gran valor. Los discípulos motivados únicamente por el pragmatismo pueden considerar el precio y aceptar la causa de hacer discípulos que hagan discípulos, pero cuando las circunstancias sean difíciles se alejarán de Jesús en lugar de ir tras él. Necesitamos más que el cómo cumplir la gran comisión, para superar la adversidad de buscar primero el reino de Dios.

El discípulo Jesús

Cuando Jesús encargó la comisión en el monte, la llenó de la motivación del reino. La directiva principal para hacer discípulos está precedida por la imagen de un rey resucitado y radiante, lleno de poder y autoridad en el cielo y en la Tierra (Daniel 7:9-14; Mateo 28:17). Jesús es sumamente fuerte para deponer naciones y sumamente glorioso para suscitar su adoración. Somos enviados bajo esa protección. No somos enviados en la autoridad de nuestra propia experiencia, sino en la autoridad de la señoría de Jesús. Nuestra historia no es idónea para "hacer discípulos", pero la de Jesús sí. ¿Para qué partimos? Para bautizar en su nombre, no en el nuestro. Hacer discípulos de todas las naciones no es causa personal; es el programa redentor de Dios Mismo. Nuestra motivación, por lo tanto, surge de estar sumergidos en la gracia de Dios, no de lograr que los demás hagan las cosas a nuestro modo.

¿Cómo seguimos haciendo discípulos cuando estamos hasta el cuello de pecados? Tenemos que recordar que el éxito de nuestra misión requiere no solo la autoridad del rey, sino también la misericordia del Mesías. Él es el Discípulo que triunfa en perfecta obediencia a Dios cuando nosotros fallamos. Extendemos misericordias de sus misericordias, las cuales son nuevas cada día.

¿Y si el campo de misión es muy difícil? El Señor está con nosotros todos los días, incluso hasta el fin del mundo. Contamos no solo con la obediencia del pasado del Discípulo Fiel, sino también con la presencia actual del Señor resucitado. Hacemos discípulos en la autoridad de Jesús, sumergidos en la gracia de Jesús, persistiendo en la misericordia de Jesús y con la promesa eterna de la presencia del Rey Jesús. Los discípulos necesitan recuperar una motivación única para soportar todo el precio, el cual es la infinita suficiencia y esplendor de nuestro Señor.

¿Por qué seguimos a Jesús? Lo seguimos por quien es él. Si tenemos a Jesús, tenemos más que suficiente para hacer discípulos.

Citas bíblicas tomadas de LBLA.


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