¿Qué fue lo que Cristo compró con Su sangre para nuestros hijos?
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Niños
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Carina Alejandra Rojas
Afortunadamente la sangre de Cristo divide y une familias. "¿Pensáis que vine a dar paz en la tierra? No, os digo, sino más bien división…Estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre" (Lucas 12:51-53, LBLA). "El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí" (Mateo 10:37, LBLA). Estas son buenas noticias. Significa que no es una maldición venir de una familia de incrédulos. Una familia puede ser quebrantada por Su gracia, debido a la fe de un niño.
Cuando Pablo le dijo a los gentiles convertidos, "Por precio habéis sido comprados" (1 Corintios 6:20; 7:23), el sabía que la sangre de Cristo había roto todo un linaje familiar de incredulidad. Si es descendiente de incrédulos lo que Pablo declara aquí es una buena noticia para usted, "Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la promesa son considerados como descendientes" (Romanos 9:8, LBLA).
La Biología no asegura ninguna maldición ni garantiza ninguna bendición. Esto es una advertencia contra la falta de esperanza de los hijos de los paganos y contra la presunción por los padres Cristianos.
¿Pero, acaso la sangre de Cristo no compra ningún privilegio para los hijos de creyentes? ¿Acaso no ha logrado unir familias a través de las generaciones? ¿Qué me dice de Hechos 2:39? "Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame." ¿Y qué sobre el Salmo 103:17-18? "Mas la misericordia del SEÑOR es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen, y su justicia para los hijos de los hijos, para los que guardan su pacto y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos." ¿O Éxodo 20:5-6? "porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos."
Sí. Cristo sí ha adquirido privilegios para los hijos de creyentes. Sin embargo Él no garantiza su salvación. Cada uno de estos tres textos deja en claro que la bendición que viene a las futuras generaciones de creyentes viene sólo a aquellos que son "llamados por Dios" (Hechos 2:39), "guardan Su pacto" (Salmo 103:18), y que "le aman" (Éxodo 20:6). ¿Acaso todos los hijos de creyentes aman a Dios y guardan Su pacto con Él por medio de la fe en Cristo? No. Existen numerosos ejemplos en la Biblia de creyentes cuyos hijos no lo son, y que nos muestran que la fe de un padre no garantiza la del hijo.
En Romanos 9:7-13 el objetivo es mostrar que fueron Isaac, no Ismael, y Jacob, no Esaú, los que recibieron la bendición completa de nacer de padres creyentes. La sangre de Cristo divide no sólo cuando los padres son incrédulos sino también cuando los hijos son incrédulos. Esto mismo tenía Jesús en mente cuando dijo, "Los enemigos del hombre serán los de su misma casa . . . y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí." Un padre cristiano quizá tenga que enfrentar esta elección: ¿fidelidad a Cristo o fidelidad al hijo?
Pero repito, sí, Cristo sí adquirió privilegios para los hijos de padres creyentes. Parecería inútil decir, "Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos" (Hechos 2:39), y decir, "y su justicia para los hijos de los hijos" (Salmo 103:17), si no hubiera algo más trascendente para un ancestro cristiano que para uno pagano. Hay un bien que viene a los hijos de los creyentes.
Dios declara en Jeremías 32:39, "y les daré un sólo corazón y un sólo camino, para que me teman siempre, para bien de ellos y de sus hijos después de ellos." Este "bien" al que se refiere no es una garantía de que tendrán fe, sino la dádiva de la Palabra de Dios (Deuteronomio 6:6-7), la contención de la disciplina de Dios (Efesios 6:4), la demostración del amor de Dios (Colosenses 3:21), y el poder de la oración (Job 1:5). Dios ha dispuesto trabajar con regularidad y normalmente a través de estos medios para la salvación de los hijos de padres creyentes.
Para esto Cristo murió. Los padres cristianos honran la sangre de Jesús cuando siguen en Sus caminos por el bien de sus propios hijos.
Pastor John
Vota esta traducción
Puntúa utilizando las estrellas