Ser madre es un llamado a sufrir

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English: To Be a Mother Is a Call to Suffer

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Traducción por Luximar Arenas Petty


Contenido

Cambio de planes para esta mañana

Me disculpo por anunciar un texto y título para este mensaje y postergarlo hasta la semana que viene e ir en una dirección diferente. Todo dentro de mí se ha estado moviendo en una dirección diferente en los últimos días. Casi todos mis pensamientos y toda mi energía emocional se ha consumido en reflexionar y aferrarme con firmeza a la gran realidad de la bondad soberana de Dios en la providencia amarga de nuestras vidas.

Hay al menos cinco cosas que han conspirado para materializarse lo que yo creo que Dios quiere decirnos a todos esta mañana, pero especialmente a las madres. Primero, el día de las madres cada año trae a mi memoria la muerte de mi madre el 16 de diciembre de 1974. Fue en una colisión de autobuses en Israel, y lo más extraño es que mi padre estaba sentado junto a ella. El era de mi edad cuando ella murió.

Segundo, yo he tenido que pensar y orar bastante acerca de la realidad de los 6,5 millones de dólares en lugar de los 9 millones para nuestro nuevo edificio educacional. Y agradezco al Señor por cada sueño y cada sacrificio en sus corazones.

Tercero, la votación del miércoles por la noche no fue como yo esperaba, y desde entonces he estado sujetando mi corazón con la bondad soberana de Dios.

Cuarto, la publicación de «Christianity Today» (El Cristianismo de hoy) llegó a mi buzón el viernes, y el artículo de la portada trata acerca del debate de “La transparencia de Dios”. La introducción dice, “Unos pocos teólogos ahora están enseñando que Dios no conoce exactamente el futuro debido a que el futuro aún no existe. De esta manera, mientras Dios es muy bueno en calcular las probabilidades, Él todavía asume riesgos - especialmente en tratar con sus criaturas libres”. Es una gran tristeza para muchos de nosotros que los líderes de nuestra universidad y seminario no ven este punto de vista de Dios poco convencional lo suficientemente grave para excluirlo de lo que será promocionado como evangélico por al menos uno de nuestros profesores. Y lo que hace el asunto relevante esta mañana es que «Christianity Today» (El Cristianismo de Hoy) está en lo correcto al decir, “Estos debates teológicos tienen una repercusiones enormes para la piedad y el cuidado pastoral - especialmente por como nosotros respondemos a las tragedias que invaden nuestras vidas” («Christianity Today» (El Cristianismo de Hoy), vol. 45, No. 7, 21 de Mayo, 2001, pp. 39-40).

Por último, lo que me puso al límite en planificar para hoy fue leer el artículo cínico del Washington Post en el Star Tribune ayer (sábado 12 de mayo, 2001. Sección Fe y Valores) sobre otra madre que fue asesinada, con su bebé, mientras estaba sentada con su esposo en un hidroavión Cessna 185 de un solo motor sobre la selva de Perú hace cuatro semanas. La fuerza aérea de Perú confundió el avión misionero con un avión de drogas y abrieron fuego. La misionera Verónica Bowers, de 35 años de edad, estaba sosteniendo a su hija de siete meses de edad Charity en su regazo detrás del piloto de «Mission Aviation Fellowship» (Comunidad de Aviación Misionera, MAF por sus siglas en inglés), Kevin Donaldson. Con ellos estaba el esposo de Verónica Jim y su hijo de seis años Cory. El piloto fue herido en las piernas y el puso el avión en zambullida de emergencia y sorprendentemente aterrizó en un río donde se hundió poco después que todos salieron. Una bala alcanzó la cabeza de Jim e hizo un agujero en el parabrisas. Otra bala paso a través de la espalda de Verónica y se detuvo dentro de su bebé, causándole la muerte a ambos.

¿Cómo afrontar las providencias amargas?

Así que la pregunta es: ¿Cómo afrontar los contratiempos, las decepciones, los abusos, las penas, las calamidades, las providencias amargas de su vida? Y les pregunto específicamente a las madres, debido a que ser madre es un llamado a sufrir. Cuando Jesús busco una analogía de sufrimiento seguida por el gozo, el dijo (en Juan 16:21), “Cuando la mujer está para dar a luz, tiene aflicción, porque ha llegado su hora; pero cuando da a luz al niño, ya no se acuerda de la angustia, por la alegría de que un niño haya nacido en el mundo”.

Ser madre es un llamado a sufrir. No sólo es el comienzo de una vida, sino también el fin. “Simeón... dijo a su madre María: He aquí, este niño ha sido puesto para la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción (y una espada traspasará aún tu propia alma)...” (Lucas 2:34-35). Las madres sufren cuando sus hijos nacen. Las madres sufren cuando sus hijos las dejan y van al campo misionero. Las madres sufren cuando sus hijos mueren. Las madres sufren cuando sus hijos son insensatos. “El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza para su madre” (Proverbios 10:1). Ser madre es un llamado a sufrir. Oh sí, aún más. Pero no menos.

Entonces, ¿Qué hacemos? Vamos por el camino de la teología abierta para afrontar las decepciones y las penas y las calamidades de la vida, y decir como un popular escritor, “Cuando un individuo causa dolor a otro individuo, [no debería] va buscando “el propósito de Dios” en la prueba... Los cristianos con frecuencia hablan de “el propósito de Dios” en medio de una tragedia causada por alguien más... Pero a esto lo considero simplemente una manera de pensar piadosamente confundida. “En otras palabras, Dios no tiene un propósito particular para tomar a Roni y a Charity Bowers y dejar a Jim y a Cory. ¿Fueron todas las palabras de Elisabeth Elliot y Steve Saint y Jim Bowers en el servicio fúnebre de Roni una “manera de pensar piadosamente confundida”, y sin fundamento verdadero para el consuelo y la fortaleza?

Una base bíblica

Le diré lo que ellos dijeron en breve. Pero primero permítame presentar una base bíblica, porque al final no es el testimonio de un hombre lo que nos calma, sino el testimonio de Dios en su Palabra, a través de Jesucristo.

Considere dos pasajes de las Escrituras, uno de los Salmos, y uno del Evangelio según Mateo.

En el Salmo 105 tenemos una interpretación inspirada de una historia inspirada del Antiguo Testamento, la historia de Israel descendiendo a Egipto precedidos por José, quien fue vendido como esclavo por sus hermanos. Aprendemos dos cosas decisivas de los versículos 16-17, “Y [Dios] llamó al hambre sobre la tierra, quebró todo sustento de pan. Envió a un hombre delante de ellos, a José, vendido como esclavo”. Observe dos cosas: el gobierno de Dios sobre las calamidades naturales, y el gobierno de Dios sobre las acciones pecaminosas de los hombres. Dice, “Dios llamó al hambre” - eso es una calamidad natural que vino al mundo. Y dice, Dios “envió a un hombre delante de ellos, a José, vendido como esclavo”.

Hacer eso fue pecaminoso de sus hermanos, y en ese hecho pecaminoso Dios tuvo un propósito - tanto así que el salmista lo llamo sus pecados enviados por Dios - como dice en Génesis 50:20 (José a sus hermanos), “Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente”. Cuando dice, “Dios lo tornó”, más bien dice que, “Dios lo usó”. Esto es exactamente lo contrario de lo que la teología abierta enseña. Dios tiene buenos propósitos (buenas intenciones, buena voluntad) en el dolor que otras personas nos causan. Y podemos y debemos tener gran consuelo en esta bondad soberana en los contratiempos y en las decepciones y en las penas y en las calamidades y en las providencias amargas de nuestras vidas.

Ahora considere las palabras de Jesús en porque los candidatos a misioneros no deben temer ir a lugares difíciles y peligrosos, y porque madres no deben temer en dejar ir a sus hijos e hijas - o aún llevarlos. En Mateo 10:28-31 Jesús dice a sus discípulos que estén preparados para sufrir:

“Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno. (29) ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo vuestro Padre. (30) Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. (31) Así que no temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos.

Observe tres cosas: Primero, Jesús sabe que la gente va a matarlos cuerpos de sus misioneros. Eso va a suceder. Pero, él dice, no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma (versículo 28). Segundo, el dice que no necesitamos temer esa hostilidad porque ningún pajarillo cae a tierra si Dios no lo permite. Y ustedes, sus discípulos, valen más que muchos pajarillos. ¡Así que cuánto menos será una balacera del cielo permitida por Dios! Dios gobierna el vuelo de los pajarillos, y Dios gobierna el vuelo de las flechas y las balas. Esta es la base de cada historia en la Biblia acerca de la victoria de Dios. “Se prepara al caballo para el día de la batalla, pero la victoria es del Señor” (Proverbios 21:31). Porque el vuelo del pájaro y el vuelo de la flecha y el vuelo de la bala pertenecen al Señor. Esta es la base sólida de nuestro consuelo en la calamidad. La bondad soberana de Dios para todos los que confían en Él.

El testimonio de Jim Bowers

Ahora, escuche el testimonio del esposo Roni Bowers en el servicio fúnebre de su esposa - y las palabras de Steve Saint y Elisabeth Elliot. Estos testimonios no aumentan la autoridad de la Biblia. Pero muestran el poder de la Biblia en sustentar en una forma radicalmente diferente de la manera de la teología abierta trata de consolar.

Hace dos semanas (27 de abril) Jim Bowers se paró en frente de mil doscientas personas en la Iglesia Calvary de Fruitport, en Michigan y dijo, “Sobre todo quiero agradecer a mi Dios. El es Dios soberano. He descubierto más eso ahora... ¿Podría ser realmente este el plan de Dios para Roni y Charity; el plan de Dios para Cory y para mí y para nuestra familia? Me gustaría decirle porque creo que si, por que voy a creer que si”.

Y luego él dio una lista larga de acontecimientos poco probables durante y después del tiroteo, y aluden a Dios enviando a su hijo a la cruz. Esta son algunas de las frases clave que solamente aquellos quienes confían en el cuidado soberano de Dios van a entender. El dijo, “Roni y Charity murieron instantáneamente por la misma bala”. (¿Usted diría que esa fue una bala perdida?) Y no alcanzo a Kevin [el piloto] quien estaba justo en frente de Charity; se alojó en Charity. Esa fue una soberana bala...”

El habla de su perdón a aquellos quienes abrieron fuego al avión. “¿Cómo no podría, dice, cuando Dios me ha perdonado? Luego agrega, “Esas personas que hicieron eso, simplemente fueron usadas por Dios. Quiera usted creerlo o no, yo lo creo. Fueron usados por Él, por Dios, para llevar a cabo Su propósito en esto, quizás semejante a los soldados romanos a quienes Dios usó para poner a Cristo en la cruz.

El testimonio de Steve Saint

Steve Saint estuvo en el servicio fúnebre. En 1956, cuando Steve era un muchacho, su padre fue alcanzado por una lanza hasta morir por los indios Auca de Ecuador. Steve vino hasta el micrófono y miró a Cory, al niño de seis años de edad cuya madre y hermana habían sido asesinadas.

Cory, mi nombre es Steve. ¿Sabes qué? Hace tiempo cuando yo era más o menos de tu tamaño, yo estuve en una reunión así como esta. Estaba sentado allí y en realidad no sabía exactamente lo que estaba sucediendo... Pero sabes, ahora yo lo entiendo mejor. Muchos adultos utilizaron una palabra que para ese entonces yo no entendía. Usaron una palabra llamada tragedia... Y sabes, ahora estoy un poco viejo, y ahora cuando las personas vienen a mí y me dicen, “Oh recuerdo cuando la tragedia ocurrió hace tanto tiempo”. Yo sé, Cory, que ellos estaban equivocados.

Verás, mi papá, quien fue un piloto como el hombre al cual tú probablemente llamas tío Kevin, y cuatro de sus muy buenos amigos acababan de ser enterrados en las afueras de la selva, y mi mamá me dijo que mi papá no volvería a casa de nuevo. Mi mamá en realidad no estaba triste. Así que, le pregunté, “¿A dónde fue mi papá?” Y ella me dijo, “Se fue a vivir con Jesús”. Y tú sabes, allí es donde mi mamá y mi papá me habían dicho que todos quieren ir a vivir. Bueno, pensé, ¿No es fabuloso que papi tuviera que irse antes que el resto de nosotros? ¿Y sabes qué? Ahora cuando las personas dicen, “Esa fue una tragedia”, yo sé que ellos están equivocados.

Luego Steve Saint miró a las mil doscientas personas y les dijo la diferencia entre el mundo incrédulo y los seguidores de Cristo. El dijo, “Para ellos, el dolor es fundamental y el gozo es superficial porque no durará. Para nosotros, el dolor es superficial y el gozo es fundamental”.

Las palabras de Elisabeth Elliot

Por último, quiero mencionar lo que Elisabeth Elliot le dijo a la familia.

Usted se pregunta lo que Dios está haciendo, y por supuesto, sabemos que Dios nunca comete errores. Él sabe exactamente lo que está haciendo, y el sufrimiento nunca es en vano... Él te ha dado a ti, Jim, la copa del sufrimiento, y puedes compartir eso con el Señor Jesús quien dijo, “La copa que el Padre me ha dado, yo la recibo”.

Ella terminó con un poema de Martha Snell Nicholson (un “mendicante” es un mendigo)

He puesto un mendigo de Dios ante su trono real
Y le he rogado por un regalo invalorable, que propio podría llamar.
Tome el regalo de su mano, pero mientras me he alejado
Lloro, “Pero Señor esto es una espina y mi corazón ha traspasado.
Este es un extraño, y doloroso regalo, que me has dado”.
El dijo, “Hija mía, yo doy buenos regalos y mi mejor regalo he dado”.
La lleve a casa y aunque al principio de la espina cruel su dolor sentí,
Los años pasaron y al menos a amarla más y más aprendí.
He aprendido que Él nunca da una espina sin su gracia añadir,
Ocultando su rostro toma la espina para aparte el velo asir.

Allí es donde hemos estado en Romanos 7. No es el guardar la ley lo que nos justifica ante Dios. No es guardar la ley lo que nos santifica. Es el levantar el velo para que podamos ver a Jesús por lo que es, muriendo en nuestro lugar y naciendo de nuevo de tal manera que lo recibamos como el tesoro de nuestras vidas.

Y si tomamos una espina para sujetar aparte el velo - si tomamos las decepciones y las pérdidas y las penas y las calamidades y las providencias amargas - entonces, por amor a Cristo, y por el bien de nuestro gozo eterno lo veremos y disfrutaremos de él, que venga. Amén.


Greg Boyd, «Letters from a Skeptic» (Cartas de un escéptico) (Colorado Springs: Editorial Chariot Víctor, 1994), pp.46-47.

[2] Todas las citas del servicio fúnebre fueron tomadas de Internet el 12-05-2001,

http://www.abwe.org/family/memorials/service_michigan.htm


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