Cómo ser un padre espiritual

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English: How to Be a Spiritual Father

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Por Desiring God Staff sobre Santificación y Crecimiento

Traducción por Oscar Felipe Núñez Alfaro


Contenido

Tres cualidades que los hombres pueden imitar

Me convertí a la edad de 22 años. Como mi padre no compartía mi fe, fue difícil ir con él por algún consejo espiritual. Me disciplinó y me amó. Por tal razón, estaré eternamente agradecido. Está muerto ahora y lo extraño. Era mi padre biológico, pero no era un padre espiritual.

Un pastor local me contactó, pasó tiempo conmigo, me disciplinó en la vida cristiana. Hoy, pienso en él con cariño y gratitud. Aunque no era mi padre biológico, era un padre espiritual para mí.

Aún como creyentes, es posible ser un padre biológico pero no un padre espiritual para nuestros hijos. Este no es el ideal bíblico. Si naciéramos de nuevo, quisiéramos ser tanto padres espirituales como biológicos de nuestros hijos. Espero, por gracia de Dios, equipar y motivar a padres biológicos para que encantados asuman la responsabilidad y el privilegio de ser los padres espirituales de sus hijos.

Hijo primero, luego padre

Dios es eminentemente un padre. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” (LBLA, efesios 1:3). Vosotros, pues, orad de esta manera: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” (Mateo 6:9). A través del milagro de un nuevo nacimiento, Dios nos adopta en su familia. Llegamos a ser sus hijos y él llega a ser nuestro padre.

Dios creó los padres y las familias para glorificar esta realidad eterna y los padres biológicos llegan a ser padres espirituales conociéndolo e imitándolo. “Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que ha sido desde el principio” (1 Juan 2:13). Es más que lo académico. Es también vivencial. No hay un camino corto a este conocimiento. Es el resultado de una vida de esfuerzo mental y espiritual.

Padres, imiten a un celestial

El Espíritu Santo es el agente de nuestro padre celestial. Él nos revela a nuestro padre. En la medida que él hace esto, nos convertimos en padres espirituales. Elías, Eliseo, Juan el Bautista y Pablo son ejemplos. Cada uno fue llenado con el Espíritu Santo. Cada uno era soltero. Ninguno tenía hijos biológicos y, sin embargo, la gente de Dios irónicamente los llamaban “padre”.

¿Qué convirtió a estos hombres en padres espirituales prototípicos? Ellos conocían a Dios nuestro padre y lo imitaban. Aquí hay tres dimensiones de la paternidad de Dios que estos hombres vieron e imitaron.

Disciplina con afecto

Primero, Dios, nuestro padre, es un disciplinador con afecto y, por eso, son los padres espirituales quienes lo imitan. No es ni uno ni el otro. Son siempre ambos. Hacen esto porque es esto lo que hace nuestro padre celestial. Disciplina a los hijos que ama.

Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. (Hebreos 12:7-8)

De la misma forma, Elías disciplinó a Israel. Como consecuencia de su idolatría, hizo caer una sequía en Israel (1 Reyes 17). A través de su discípulo Eliseo, Dios juzgó la avaricia de Guejazi. Juan El Bautista predicó el juicio venidero de Dios (Mateo 3:8-12) y Pablo advirtió repetidamente a su hijo espiritual que, si fuera necesario, él usaría su poder para disciplinar al impenitente (1 Corintios 4:18, 5:5, 2 Corintios 1:23-24)

Pero nuestro padre celestial es también afectivo. Dios se llamó a sí mismo como un padre para los huérfanos (Salmos 68:5). Él es “compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad” (Éxodo 34:6). Por lo tanto, aunque eran solteros y sin hijos, Elías y Eliseo resucitaron niños de la muerte (1 Reyes 17:17-24, 2 Reyes 4).

De hecho, Dios mandó a Juan El Bautista “en el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a sus hijos” (Lucas 1:17). El espíritu y el poder de Elías cuida de las viudas, huérfanos y niños. De la misma forma, Pablo habló elocuentemente de su afecto por las iglesias que plantó (Filipenses 1:8).

La disciplina sin afecto puede ser tiránico. El afecto sin disciplina estropeará a los niños, pero combina estas dos virtudes en el mismo hombre y está en el camino hacia la paternidad espiritual.

Enseña, luego sé un modelo

Dios enseñó y luego fue un modelo para su hijo. Miramos a través de Jesucristo para ver a Dios, nuestro Padre (Juan 14:9). Fue tan extensa la enseñanza del hijo que el apóstol Juan lo llamó la palabra de Dios, y Jesús fue un modelo en carne y hueso de todo lo que enseñó. Elías, Eliseo, Juan el Bautista y el apóstol Pablo fueron lo mismo.

No estoy sugiriendo que los padres espirituales son ejemplos perfectos. Muy lejos de eso. Estoy sugiriendo que efectivamente enseñaron a sus hijos de la Biblia, y luego intentaron sinceramente ponerlo en práctica. Para la mayoría de los papás, el mejor momento para hacer esto es en la hora de la cena. En la presencia de tu esposa e hijos, puedes abrir la Biblia por 10 o 15 minutos cada noche para explicar y aplicar lo que has leído, y luego hablar con los demás.

La sinceridad y la fe genuina se manifestará cuando un hombre esté interesado en admitir que él está mal. si tratas a tu esposa de una forma irrespetuosa, pídele perdón en frente de tus hijos. Si tú disciplinas de manera injusta, pídele a tu hijo que te perdone. Tus disculpas les hará entender a ellos que te tomas muy en serio la obediencia, que no estás contento de continuar en el pecado y qué estás intentando poner en práctica lo que enseñas.

Combina la iniciativa con la humildad

Dios, nuestro padre es una combinación de humildad e iniciativa. La humildad es la habilidad de verme como que estoy apartado de la gracia del Evangelio. En las palabras de Apocalipsis 3:18, “miserable, lamentable, pobre, ciego y desnudo.” Un hombre humilde no se hace ilusiones sobre esto. Él sabe que se ha quedado corto de la gloria de Dios, y él no espera que su actuar tenga mérito en su relación con Dios. Alegremente vive por gracia, no por sus virtudes. Él está en paz con su Dios y sus circunstancias. A pesar de sus debilidades, se regocija en un amor inaudito que le ha regalado un padre bondadoso.

Muchos piensan que la gente humilde es débil y pasiva. La verdad es exactamente lo opuesto. La humildad es el resultado de una gran fe y la fe siempre actúa. ¡Esto significa que inicia! C.S Lewis sugirió que la masculinidad es la voluntad de iniciar. Dios es el gran iniciador. Él inició la creación, la redención y nuestra salvación. De la misma manera, los padres espirituales iniciaron. Esto es especialmente importante en cosas espirituales como la oración familiar, el estudio de la Biblia, la asistencia a la iglesia, y las discusiones sobre las cosas espirituales.

Paternidad magnética

Todo esto necesita ser aplicado con gracia. Un padre podría hacer todo correctamente y a pesar de esto, puede que uno de sus hijos nunca lo relacione a él como un padre espiritual. Aquí necesitamos descansar en el misterio de la soberanía de Dios. Nunca se debe desanimar a las madres solteras y fieles. Dios es un padre para los que no tienen uno. Esto significa que él compensará la ausencia de un padre biológico.

El efecto de estas tres dimensiones - la disciplina acompañada con afecto, la enseñanza modelada con sinceridad y humildad que inicia - es magnético. Convierte a los padres biológicos en padres espirituales, y como metal a un imán, los hijos son atraídos.

Este principio es también crucial para liderar a las iglesias locales. Empieza en casa. A tal grado que los pastores y las personas mayores llegan a ser padres espirituales para sus hijos biológicos, sus iglesias, e igualmente sus familias biológicas, se convertirán en familias espirituales. “Pues si un hombre no sabe cómo gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?” (1 Timoteo 3:5). Las personas mayores capacitadas comienzan por convertirse en padres espirituales para sus hijos. Luego, llegan a ser padres espirituales para la iglesia local.

Un resultado del Evangelio en la vida del hombre es que un padre biológico también se convertirá en un padre espiritual para sus hijos. Aunque vivimos en un mundo caído, y a menudo nos quedamos cortos en este ideal, trabajemos de todo corazón por este fin.


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