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English: You Were Bought with a Price

© Desiring God

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Por John Piper sobre La Naturaleza de la Iglesia
Una parte de la serie The Church: Living Together When Christ is All in All

Traducción por Silvana Enriqueta Mellino


Glorificad a Dios con Vuestros Cuerpos

1 Corintios 6:20

Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo.

Una de las cosas que todos tenemos en común esta mañana es que todos tenemos cuerpos. Quiero hablar de lo que nuestros cuerpos tienen que ver con Dios. Pero hay algo más que todos tenemos en común y es allí donde quiero comenzar.

Todos Tenemos Sentido de la Justicia

Todos tenemos sentido de la justicia cuando nos equivocamos o cuando alguien a quien queremos se equivoca. Si alguien, intencionalmente, con malicia, sin provocación alguna, miente sobre ti o te roba o te empuja con dureza o golpea a tu hijo, hay algo en ti que pide por justicia. Y una de las formas más comunes en la que expresamos ese sentimiento es con estas palabras: “¡Pagarás por esto!”

En otras palabras, nuestro sentido de la justicia automáticamente exige un pago de aquella persona que nos hace un mal.

La Orden de Jesús es Amar a Nuestros Enemigos

Pero Jesús enseñó a sus seguidores que debemos amar a nuestro enemigo, que a menudo debemos ofrecer la otra mejilla y que no debemos devolver el mal con el mal, sino, bendecir a aquellos que nos persiguen. Entonces, ¿eso quiere decir que el Cristianismo reniega de este sentido fundamental de la justicia que al parecer todos nosotros poseemos? ¿Enseña el Cristianismo que los errores no deben pagarse? ¿Además enseña que la justicia es barata y que no existe precio alguno que deba pagarse por la injusticia?

No, eso no es lo que Jesús quiere decir. Cuando Jesús nos dice que devolvamos el bien por el mal, no quiere decir que no se necesita precio alguno para el mal; lo que quiere expresar es que Dios lo hará pagar para que nosotros no tengamos que hacerlo. La Biblia dice: “Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: MIA ES LA VENGANZA, YO PAGARÉ, dice el Señor.” (Romanos 12:19). Dios es un Dios de justicia perfecta. Ve todas las injusticias. Su memoria es infalible y lo hará pagar con justicia perfecta.

Entonces cuando Jesús dice: “Haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen” (Lucas 6:27), no quiere decir que no habrá justicia, sino que Dios lo hará. Confíen en él. Déjenlo a él. Demuéstrenle que creen en la existencia de un Dios justo en el cielo dejando a un lado el resentimiento y la venganza.

Nuestro Sentido de la Justicia Satisfecho….Por un Rato

Esto puede satisfacer nuestro sentido de la justicia por un rato. Hasta puede darnos una sensación de alivio saber que con el tiempo la justicia caerá sobre aquellos que han sido injustos con nosotros. Y todos los males atroces del mundo (millones de asesinos a través de la purga estalinista en las décadas del 30 y del 40, seis millones de judíos eliminados en la Alemania Nazi, un millón de personas ejecutadas por Khmer Rouge (Jemeres Rojos), decenas de miles de famélicos a la fuerza por los jefes de tribus en Somalia, aldeas masacradas por Sendero Luminoso en Perú e innumerables asesinos en nuestro propio país, como Tim White, quien jamás fue a juicio) ─ todos esos malvados comparecerán ante el tribunal del universo.

Todos Tenemos Cargo de Conciencia

Por un rato, digo, se siente perfecto porque todos tenemos este sentido de la justicia. Pero luego algo nos hace darnos cuenta ─ a todos nosotros. Ya que hay algo más que tenemos en común, es decir, un cargo de consciencia. Justo en el momento en que nos sentimos muy bien en cuanto a la justicia que tendrán aquellos que nos hicieron mal, nos despertamos ante el hecho de que nosotros mismos hemos obrado mal. Y nuestra consciencia pregunta: “¿Estás de acuerdo con la justicia en tu propio caso? ¿Dirías, entonces, en cuanto a tus propios errores: ‘¡La venganza es de Dios y Él lo hará pagar!, soy culpable de pecado ante Dios y seré juzgado’?”

Existen muchas maneras de escabullirse y no aceptar la responsabilidad con el fin de salir de esto. Nos decimos a nosotros mismos que no somos tan malos como los otros. Decimos que hemos hecho más cosas correctas que incorrectas. Decimos que hemos sufrido muchísimo y, por lo tanto, ya hemos padecido las consecuencias de nuestros actos. Decimos que hubo circunstancias extenuantes. O simplemente podemos recluirnos en la negación y reprimir nuestros propios errores o ahogarlos con varias adicciones y compulsiones.

La Propia Vida de Jesús Ofrecida como Pago de Rescate

Pero Jesús ofrece otra forma de hacer las cosas correctas con un Dios de justicia, una forma de estar libre de la condena de Dios y de nuestra propia consciencia. Es una manera que permite destacar el principio de justicia y al mismo tiempo rescata a las personas que serían condenadas por ello. Jesús dijo: “El Hijo del Hombre (el mismísimo Jesús) no vino para ser servido, sino para dar su vida como pago de rescate por muchos”. ¡Su vida como un pago de rescate! Su vida como un pago. Jesús dijo que vino a este mundo para que en el momento en que nuestra consciencia dice: “¡Vas a pagar por esto!”. Podemos volver a decir: “No, no lo haré porque Jesús ya ha pagado”.

La gran noticia en todo el mundo es que el Hijo de Dios ha pagado el precio de mi condena. El Nuevo Testamento dice: “Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne”, (Romanos 8:3). El evangelio de Jesucristo, el cual Dios ofrece a todos aquellos que creen, es que la muerte de Jesús, su Hijo, es el pago por nuestro pecado, nuestra culpa y nuestra condena.

Dios no cambia ninguna de las reglas de la justicia. Él las escribió y las cumple. La justicia de Dios dice: “Pagarán por esto”. Es allí en donde surge nuestro sentido de la justicia. Cuatrocientos millones de años de evolución además de la oportunidad no producen un sentido de la justicia transcendente en el alma humana. Está allí porque tú y yo fuimos creados a imagen de un Dios de la justicia. Su justicia y tu justicia dicen: “Los injustos pagarán”.

Pero el amor de Dios dice: “Si confían en mí y regresan a mí, lo haré pagar por ti ─ de hecho, lo haré pagar con el precio de mi propio Hijo”. El evangelio de Jesucristo es que todos aquellos que crean en él serán comprados por un precio. Jamás seremos condenados. El día del Juicio Final es pasado. Fue hace 2.000 años. Cuando Jesús murió, la deuda fue pagada. Se había hecho justicia. Somos libres. Dios no está en contra de nosotros, sino con nosotros siempre y cuando aceptemos su obsequio y confiemos en él.

El Cristianismo Tiene que Ver Con Tu Cuerpo

Ahora los invito a ir a Corintios 6:20 porque dije al principio que quería hablar de lo que nuestros cuerpos tienen que ver con Dios. La razón por la cual quiero hacer esto es porque deseo asegurarme de no confundir a nadie esta mañana en cuanto a que el Cristianismo es solo un grupo de ideas o solo una manera de pensar o sólo una forma de lograr que nuestra alma vaya al cielo, de hecho todo tiene que ver con nuestro cuerpo así también como nuestra alma. Tiene que ver con todo lo que tu cuerpo tiene que ver ─ comer, tener sexo, dormir, hablar, sonreír, fruncir el ceño, reír, jugar y trabajar.

Cuando Cristo pagó su deuda por nosotros para liberarnos, él pagó por nuestro cuerpo así como también nuestra alma. Versículo 20: “Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo”. Cuando Dios pagó el precio con la vida de su Hijo para liberar a su pueblo del pecado, la culpa y la condena, fue el rescate por sus cuerpos y sus almas.

Si tuviera tiempo, me dirigiría a los miembros de esta iglesia y les pediría a cada uno de ustedes que se acercaran hasta aquí y dieran testimonio sobre qué diferencias ha hecho Dios en sus cuerpo. Le pediría a un hombre con SIDA que nos contara qué significa glorificar a Dios con su cuerpo. Le preguntaría a otro hombre que acaba de enterarse que tiene un cáncer potencialmente mortal que nos cuente qué significa glorificar a Dios con su cuerpo. Le preguntaría a una mujer joven que ha luchado contra la bulimia y que ha dado un importante giro en la esperanza: “¿Cómo ve que Dios se glorifica en su cuerpo?” Y le preguntaría a docenas de mujeres que han perdido a sus bebitos en gestación: “¿Creen que Dios puede glorificarse en aquellos pequeños cuerpecitos?” Y no tengo dudas de que en cada caso, lo que se escucharía es que Dios ha manifestado efectivamente su gloria de maneras en las que muchos no se pueden imaginar.

¿Qué Significa Que Tu cuerpo Fue Comprado?

Cuando Cristo pagó el precio por su pueblo, él compró nuestros cuerpos. Así que permítanme enseñarles qué significa esto a través de este pasaje de la Palabra de Dios. ¿Qué significaría para ustedes si fueran a aceptar el regalo del precio de Dios y le confiaran su vida ─ su alma y su cuerpo? Tendría seis significados.

1. Por el Cuerpo y No, en su Contra.

Significa que el Señor está a favor del cuerpo y no, en contra.

Lean el final del versículo 13: “Sin embargo, el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo”. Presten atención a esta última frase. “El Señor es para el cuerpo”.

Es fácil para los cristianos lograr la reputación de que estamos en contra del cuerpo y de que Dios está en contra del cuerpo como si sus necesidades y apetitos fueran diabólicos y que para lo único que sirve es para enfermarse y liberarse lo más pronto posible. Esto no es cierto. El Señor hizo el cuerpo. El Señor es para el cuerpo. Estar en contra del cuerpo significa estar en contra del Señor. Si confían en él, Él no estará en contra de tu cuerpo, sino a favor. Si le negamos al cuerpo algún antojo en esta vida, es porque estaremos a su favor en la próxima.

2. La Morada del Espíritu.

Significaría que tu cuerpo se convierte en el morada del Espíritu Santo.

Versículo 19: “¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” Cuando Dios nos compró, no lo hizo como esclavos sino como moradores. Su objetivo no era hacernos trabajar para él, sino lograr que nos llenemos de toda su plenitud. “Y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios”, como lo dijo el apóstol Pablo (Efesios 3:19)

3. Resurrección de la Muerte

Significa que nuestros cuerpos serían resucitados de la muerte.

Versículo 14: “Y Dios, que resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros mediante su poder”. Cuando la Biblia dice que Dios es para el cuerpo y que nuestros cuerpos son el templo del Espíritu Santo, significa que Dios jamás tiraría nuestros cuerpos a la basura. Él jamás permitirá que la muerte tenga la última palabra. Así como resucitó a Jesús de la muerte y le dio un cuerpo de resurrección eterno, resucitará nuestros cuerpos de la muerte y los hará nuevos y enteros ─ sin dolor, sin deformidad, sin discapacidad, sin desorientación sexual, sin desequilibrio químico, sin insomnio, sin enfermedades de cualquier tipo. “Resplandecerán como el sol en el reino de su Padre”, (Mateo 13:43).

4. No Dejarse Dominar Por Nadie Más Que Dios

Significa que no deben dejarse dominar por nadie más que Dios.

Versículo 12: “Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna.” No me dejaré dominar por ninguna. Si te han comprado por un precio, no tienes que ser esclavo de nada. Serías el mismísimo hijo adoptivo de Dios. Nada podría dominarte. Tendrías el Espíritu dentro, estarías unido a Cristo, tendrías la esperanza de la resurrección y el mismísimo Señor estaría para tu cuerpo. Nada podría tenerte como esclavo.

5. No Debe Usarse para la Fornicación

No usarás tu cuerpo para la fornicación.

El versículo 13b dice: “Sin embargo, el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor”. Y en el versículo 18: “Huid de la fornicación”.

Y la razón para esta castidad y pureza no se referiría fundamentalmente a que podrías contraer SIDA o a que podrías quedar embarazada o al hecho de que no te agarren con las manos en la masa. La razón sería que tu cuerpo, masculino y femenino, ha sido comprado por el precio del Hijo de Dios y que éste le pertenece a él. “Que lo amas porque se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo para posesión suya”, (Tito 2:14). Él murió por ello.

Lo cual nos lleva al significado final de ser comprado por un precio.

6. Para la Gloria de Dios.

Sus cuerpos son para la gloria de Dios.

Nuevamente el versículo 20: “Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo”.

Lo que ello muy simplemente significa es usar tu cuerpo de forma tal que demuestre que Dios es más gratificante, más precioso, más para ser deseado, más glorioso que todo aquello que el cuerpo desee. Con todo mi corazón les encomiendo al infinitamente valioso Jesucristo. Él es el precio suficiente y completo del Padre por los pecadores. Si lo recibes, entonces desde ese día en adelante cada vez que tu consciencia saque a relucir el pecado del pasado y diga: “¡Me las pagarás!”, podrás decir: “Dios ya ha pagado. Por un precio he sido comprado. Glorificaré a Dios con mi cuerpo”.


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