¿Cuándo El Amor Busca Lo Suyo?

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English: When Does Love Insist On Its Way?

© Desiring God

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Por Jon Bloom sobre Santificación y Crecimiento

Traducción por Javier Matus


Primera de Corintios 13 es uno de los textos más hermosos —moral y líricamente— no solo en toda la Escritura, sino en toda la literatura, punto. Es una descripción incomparable, si no exhaustiva, de lo que todos sabemos en lo más profundo de nuestro ser es el “camino aún más excelente” (1 Corintios 12:31). Incluso traducido al inglés, es una obra maestra.

Pero un ejemplo de esta obra maestra ilustra la gran dificultad en la traducción: tratar de mantener una traducción lo más literal posible, mientras transmitiendo con precisión el significado que pretendía el autor. La frase que tengo en mente es “[El amor] no insiste en su propia manera” (1 Corintios 13:5). Esta cita proviene de mi traducción preferida, la Versión Estándar en Inglés (ESV), y podría decirse que es una traducción precisa de la frase griega. Una interpretación más literal podría simplemente ser “[El amor] no busca lo suyo” con el contexto llenando el espacio en blanco después de “suyo”. Y “manera” no es una mala elección para el espacio en blanco.

Pero los lectores pueden entender razonablemente que la frase “[el amor] no busca lo suyo” significa que nunca es amoroso de nosotros argumentar o defender (insistir en) la exactitud de nuestra propia perspectiva o convicción. Y aunque sabemos que no deberíamos insistir en nuestra propia manera en algunas situaciones, también sabemos que debemos hacerlo en otras, en la medida en que nuestra manera no es la nuestra, sino de Dios.

Pablo no quiso decir que el amor nunca insiste en una manera particular. Si lo hizo, el registro bíblico demuestra que no vivió según esta regla del amor.

En qué debe insistir el amor

En Gálatas 2, Pablo relata una ocasión en Antioquía cuando públicamente “[resistió al apóstol Pedro] cara a cara” (Gálatas 2:11). Pedro había venido de Jerusalén para observar los acontecimientos notables que tenían lugar en la iglesia de Antioquía, uno de los cuales era el de cristianos judíos y gentiles entremezclándose como iguales. En esa fase del movimiento cristiano, este era un fenómeno nuevo.

Al principio, Pedro se unió directamente a esta increíble experiencia de compañerismo, compartiendo felizmente las comidas con los nuevos miembros de su familia gentil en la fe. Esto no habría sido sorprendente, considerando que fue a través de Pedro que Dios reveló claramente por primera vez que el evangelio también era para los gentiles, y que ya no debían ser considerados impuros (Hechos 10:1-48; 15:6-11).

Pero luego “vinieron algunos de parte de [el apóstol] Jacobo” (Gálatas 2:12) y probablemente informaron a Pedro y Bernabé que los cristianos estaban siendo perseguidos en Jerusalén debido a la noticia proveniente de Antioquía de que los apóstoles estaban comiendo con los gentiles. Entonces, Pedro y Bernabé, por temor y queriendo mantener a sus hermanos en casa lejos de conflictos y controversias, volvieron a la práctica judía de separarse de los gentiles incircuncisos.

Pablo no quería nada que ver con esta hipocresía, porque “no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio” y estaba enviando señales confusas y dañinas a los cristianos de Antioquía (Gálatas 2:14). Entonces, reprendió a Pedro frente a todos.

Ambos tipos de amor de la vida de Pablo, cuando insistió o se abstuvo de insistir en su propia manera, fueron costosos para él. En otras palabras, insistió en su propia manera. Pablo creía que el amor —el amor por los creyentes gentiles y judíos, el amor por Pedro y Bernabé, el amor por la iglesia local de Galacia, así como por la iglesia cristiana universal, y el amor por Cristo y Su evangelio— requería que insistiera en que Pedro, quien “siendo judío, [viviendo] como los gentiles y no como judío, [no obligara] a los gentiles a judaizar” (Gálatas 2:14).

Cuando la gloria de Dios y la verdad del evangelio y el gozo de los creyentes están en juego, hay momentos en que el amor debe insistir en una manera particular.

En lo que el amor no debe insistir

Para evitar la confusión de los lectores, la mayoría de las otras traducciones en inglés, así como las paráfrasis, buscan transmitir el significado de Pablo con frases como el amor “no busca lo suyo” (NKJV) (dejando el objeto implícito), “no se busca a sí mismo” (NIV), “no es egoísta” (NCV), o “no va tras ventajas egoístas” (Phillips). A esto se refería Pablo: el amor no insiste egoístamente en su propia manera. Y vemos que esta expresión abnegada de amor se repite de numerosas maneras a lo largo de sus cartas:

Ninguno busque su propio bien, sino el del otro. (1 Corintios 10:24)

Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo. (Filipenses 2:3) Si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano. (1 Corintios 8:13)

No hemos usado de este derecho [para solicitar o exigirles apoyo material/financiero], sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo. (1 Corintios 9:12)

No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos. (1 Corintios 10:32-33)

No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, Yo pagaré, dice el Señor. (Romanos 12:19)

Pablo creía que el amor —el amor al prójimo, ya fuese judío o griego; el amor por el hermano o la hermana en la fe, ya fuese judío o griego; el amor por la iglesia de Dios, tanto local como universal; y, sobre todo, el amor por el Dios trino y el evangelio de Cristo— exigía que no insistiera en sus propias maneras personalmente preferidas, o incluso en sus libertades legítimas como cristiano y apóstol.

Cuando están en juego la gloria de Dios, la verdad del evangelio y el gozo de los creyentes, hay momentos en que el amor no debe insistir en su propia manera.

Camino aún más excelente

A veces, el amor debe insistir en su propia manera; en otras ocasiones, el amor no debe insistir en su propia manera. ¿Cómo sabemos si insistir o no insistir está motivado por el amor incomparablemente hermoso de 1 Corintios 13? La respuesta corta sería la siguiente: a través de conocer bien nuestra Biblia y buscar humildemente la opinión honesta de quienes nos conocen bien. Si estamos escuchando, el Espíritu Santo usará ambos para exponer nuestro egoísmo con bastante rapidez.

Pero hay otra prueba más subjetiva para aplicar: busca el elemento de la abnegación.

Nota que ambos tipos de amor de la vida de Pablo, cuando insistió o se abstuvo de insistir en su propia manera, fueron costosos para él. No fue una experiencia carnal y agradable para él públicamente pedir cuentas a Pedro, o ser un catalizador de controversias en Antioquía, o arriesgarse a la frustración y sospecha de hombres influyentes en Jerusalén. Tampoco fue una experiencia carnal y agradable para él soportar algo en vez de hacer que un hermano tropezara o impidiera el evangelio de alguna manera. Pablo no estaba exagerando cuando dijo: “Cada día muero” (1 Corintios 15:31). Y, sin embargo, esta vida de morir diariamente le dio un gran gozo (Filipenses 3:8; 4:4).

Si bien no es necesariamente una prueba infalible (1 Corintios 13:1-3), es probable que estemos en el camino correcto si insistir o no insistir requiere que de alguna manera rindamos nuestras preferencias, comodidades, conveniencias, reputaciones, libertades, derechos y quizás nuestras mismas vidas por el bien de otra persona. Porque esta abnegación que produce gozo (Hechos 20:35), la cual es el elemento común en todas las maravillosas descripciones de lo que es y no es el amor en 1 Corintios 13:4-7, es el “camino aún más excelente”.


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