¿Por Qué los Grupos Pequeños?/Nunca Digas Que Estas Cómodo

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English: Why Small Groups?/Never Say Comfortable

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Por John Butler sobre Grupos Pequeños
Capítulo 8 del Libro ¿Por Qué los Grupos Pequeños?

Traducción por Doris & Brent Brady


Estoy seguro que has escuchado muchas veces la expresión: “Encuentra tu nivel de comodidad” … “Tan cómodo como un par de zapatos usados“.

Amamos nuestra comodidad, ¿no es cierto? Nuestra urgencia para obtener placer es intensa y universal. No obstante existen muchas áreas en nuestras vidas donde Dios desea mortificar esta urgencia irrefrenable. Esto puede ser un poco severo, pero sé por experiencia propia – incluyendo las muchas confrontaciones que he tenido de mi propio amor hacia la comodidad – que es verdad. Los grupos pequeños pueden proveer una excelente oportunidad para ayudarnos a morir al excesivo amor hacia la comodidad y aceptar los cambios y desafíos que Dios nos envía.

Un día, hace muchos años atrás, nuestro pastor anunció un cambio en la estrategia de los grupos pequeños. Durante un año habíamos estado guiando a los miembros de nuestro grupo pequeño hacia relaciones interpersonales más significativas. Nos tomó mucho trabajo pero habíamos progresado significativamente y muchos creyentes nuevos estaban asistiendo. Muchas cosas emocionantes estaban sucediendo en las vidas de estos nuevos cristianos. Ahora, debido a la nueva propuesta para los grupos pequeños, se iba a llevar a cabo una reorganización. La posibilidad existía que nosotros como líderes, tendríamos algunas de las mismas personas dentro de los nuevos grupos, pero definitivamente las cosas iban a cambiar.

Usábamos una expresión entonces (cuándo alguien estaba a punto de ser sacado de un tirón por el ojo de una cerradura): “¡El constante cambio está aquí para quedarse!“. Odio esa expresión. Y no me gustaba la nueva estrategia que mi pastor estaba a punto de implantar.

¿Qué estaba yo experimentando? El desafío del cambio, empeorado por una actitud egoísta y arrogante. A mi parecer, habíamos puesto tanto esfuerzo para que nuestro grupo llegara a este punto y ahora tener que olvidarse de todo. La enseñanza aquí es cuán fácilmente los líderes (y miembros) de grupos pequeños llegan a absorberse tanto en sí mismos hasta el punto en que tienen que defender su propio territorio. Se nos olvida que la intensión de los grupos pequeños es de cumplir las metas de la iglesia local y que no son en sí mismos la meta final. Existen mayores propósitos aparte de “nuestro grupo”.

La forma de llevar a cabo cambios en los grupos pequeños de nuestra iglesia ha madurado a través de los años. Algunos de estos cambios han desafiado nuestros niveles de comodidad. Aún en las cosas simples como reanudar el énfasis en la evangelización, la adición de nuevas personas, cambios en liderazgo, o alguna variación en la membrecía, pueden no ser bienvenidos. Al no tener la misión de la iglesia en mente los grupos pequeños podrían aislarse y cerrarse a los demás.

Contenido

¡Abran Campo para Gente Nueva!

Los grupos pequeños generalmente son muy eficientes para proveer a los miembros cuidado y verdaderas confraternidades bíblicas. Es muy común ver que se generen vínculos de verdadera amistad dentro de los grupos, especialmente si los grupos están persiguiendo verdadera confraternidad bíblica. ¿Podría haber algún problema en algo tan bueno y Escrituralmente sólido como eso? ¿Puede decirse que hay demasiado de algo bueno? Sí, a veces. Aún las confraternidades bíblicas, que al perseguirse con motivos equivocados pueden llevarnos a adoptar prioridades falsas.

Mi vecino recientemente encontró comejenes en toda la alfombra de su sala y un enjambre de ellas en su jardín (¡la parte más cercana al mío!). Espero que los esfuerzos de la compañía controladora de pestes haya resuelto el problema permanentemente. Pero a pesar de lo medroso que puede ser un enjambre de comejenes, estos bichos son mucho más peligrosos cuando se mantienen ocultos. Una casa infestada de comejenes se puede ver perfectamente normal por fuera, pero mientras que su estructura se está debilitando cada vez más.

Algo similar puede suceder con los grupos pequeños. Tal como los dueños de casa deben mantenerse a la expectativa de los comejenes, los miembros de grupos pequeños deben mantenerse en guardia contra la koinonitis, ese enemigo de muerte de los grupos sólidos y de las iglesias sólidas. Esta palabra extraña es una extensión cómica del término koinonia, una palabra griega del Nuevo Testamento que significa confraternidad bíblica. Koinonitis es un tipo de enfermedad que se contagia cuando comenzamos a amar demasiado la koinonia – por ejemplo: hasta excluir el evangelio – para convertirse en un grupo egoísta y cerrado. Esta tendencia pecaminosa debe ser resistida a toda fuerza. Debe haber siempre en nuestros corazones espacio para aceptar, sin ningún sentido de intrusión ni inconveniencia, a aquellas personas que Dios vaya agregando al grupo. Ciertamente, los grupos pequeños son ideales para evangelizar al incrédulo y disciplinar a nuevos creyentes.

En el grupo pequeño. En nuestra iglesia (y por las razones expuestas en el Capítulo Uno), solicitamos que nuestros miembros se involucren en un grupo pequeño. Esta expectativa es comunicada en nuestras literaturas, en nuestros mensajes, y por supuesto en nuestra clase de membrecía en la iglesia, y en otras partes. Por lo tanto, tratamos de facilitar a las personas nuevas para que se involucren en este aspecto de la vida de la iglesia. Pero aún así se encuentran algunos obstáculos que ocurren naturalmente.

Imagínate que vas a la reunión de un grupo pequeño por primera vez y no conoces a nadie, o tal vez solamente a una o dos personas. La mayoría de personas se sentirían intimidadas al entrar a una casa llena de extraños. Los invitados no siempre saben que anticipar o que se espera de ellos. Conozco a un hombre que creía que tenía que ir vestido formalmente a las reuniones de grupos pequeños y llegó vestido de saco y corbata. Se sintió mal cuando los miembros llegaron vestidos casualmente.

Un grupo que tiene mucho tiempo de reunirse desarrolla su propia cultura (se puede decir que hasta rara) – “dialecto propio”, ciertos ritos durante las comidas, chistes propios, aún posiblemente sus propia zona de tiempo (por ejemplo, ¡el comienzo de la reunión de las 7:00 p.m. puede ser el equivalente a las 7:20 para ellos!) Es fácil que los que visitan por primera vez se sientan incómodos.

Además, nuestras vidas se vuelven muy ocupadas. Se desarrollan patrones sociales que pueden dejar poco espacio para los que visitan a los grupos pequeños – dedicación a la familia, actividades de deporte, citas para que los niños jueguen, e invitación a cafés. Todo esto es bueno e invaluable, pero debemos guardarnos de no dar la apariencia de ser exclusivistas en nuestro comportamiento o actitudes. Esto es pecaminoso y no debe existir dentro de los grupos pequeños.

Consecuentemente, todos nosotros debemos rechazar la tendencia egoísta a gravitar sólo hacia aquellos que conocemos mejor en el grupo…..a sentarnos con la mismas personas para platicar acerca de nuestros intereses afines – deportes, pasatiempos, los hijos y cualquier otro tema. Después de un tiempo es fácil colocarse en una posición cómoda con nuestras relaciones amistosas hasta el punto de sentirse molesto hacia los recién llegados o hacia alguien del grupo que se atreva a romper nuestra rutina. De hecho, a veces los creyentes pueden tratar a los recién llegados en la iglesia como si no fueran dignos de su atención. La raíz de esta tendencia es el egocentrismo – y sin embargo, las Escrituras nos urgen a que consideremos a los demás más importantes que a nosotros mismos (Filipenses 2:3).

Una iglesia no debe ser una cultura cerrada, pero un lugar donde se encuentra vida y esperanza para el afligido. Como iglesia, hemos sido llamados a discipular a las naciones, dando acogida a aquellos que entran. ¿Qué estás haciendo tú – personalmente – para asegurar que los invitados se sientan bienvenidos en tu reunión? ¿Son acaso los invitados la responsabilidad única del líder o tomas las riendas tú para involucrarte más, sin tomar en cuenta cualquier otra posición que tuvieras dentro del grupo? (¿hay indicios de koinonitis?). Aquí hay algunas sugerencias:

Luego, hazte las siguientes preguntas acerca de tus amistades:

Pablo nos llama a que “cada uno debe velar no solo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás“ (Filipenses 2:4). ¿Estamos dispuestos a compartir nuestros amigos y a nosotros mismos con nuevas personas? (¿y ahora, hay indicios de koinonitis?

En las reuniones del domingo. Cuando la gente visita una iglesia por primera vez, puede que tengan que enfrentar momentos difíciles, aunque no tan difíciles como aquellos que visitan un pequeño grupo por primera vez. ¿Cree usted que el pastor y su mensaje serán ortodoxos, comprensibles y relacionables? ¿Qué estilo de música de alabanza tocan allí? ¿Qué ministerios hay disponibles para los niños y adolecentes?

Para bien o para mal las iglesias contestan casi inmediatamente la pregunta crítica de las visitas: “¿Habrá lugar para mí aquí?“ Considera las siguientes preguntas:

Por favor no contestes estas preguntas apresuradamente. Pregúntales otra vez – y pregúntales acerca de ti, no solamente acerca de la iglesia. ¿Cómo estás en verdad en estas áreas? ¿Cuándo fue la última vez que tomaste la iniciativa para darle la bienvenida a un visitante?

La responsabilidad de darle una buena acogida a los que visitan recae en cada uno de los miembros de la iglesia. A través de nuestras actitudes y acciones, podríamos dar la apariencia que no tenemos sitio para ellos. Cuando hacemos esto, las nuevas personas buscan otro lugar para ir o renuncian del todo a la iglesia. Debemos, personalmente y activamente abrir campo para la gente nueva. Un porcentaje alto de aquellos que deciden quedarse en una iglesia es porque han recibido el interés e iniciativa personal de alguien. ¿Te sientes personalmente responsable de acoger e incluir a los recién llegados en la vida de la iglesia? (Chequea otra vez, ¿hay indicios de koinonitis?)

Muchas Manos Hacen Liviano el Trabajo

El líder de grupos pequeños está limitado en su capacidad para brindar cuidado con eficiencia a todos los miembros. Recientemente hablé con la esposa de un líder de grupos pequeños quien muy conmovida dijo, “es tan agotador ser el único que está tratando de evangelizar”.

Afortunadamente en este caso esas palabras expresaron algo del pasado. Un número de personas de varios grupos pequeños pusieron de su parte para brindarle acogida a un estudiante extranjero. El estudiante regresó a su país desafiado por el evangelio y por el amor que recibió de parte de muchos en nuestra iglesia. Sin embargo supongo que un sinnúmero de líderes de grupos pequeños declararon en frustración: “Es tan agotador ser el único que……..” Cuando en realidad muchas personas prestaron ayuda.

No hay necesidad de héroes. Cuando ayudas, ¿Cómo percibes tu acto de servicio? Cuando cada uno presta ayuda con una actitud correcta, el grupo puede llegar a tener un tremendo impacto. Que sea esta tu meta. Que sea la forma de ser de tu grupo.

Tengo un amigo quien estaba en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos bajo el comando de paracaidistas. Aunque ya era un oficial de infantería cuando aplicó al colegio de comandos de paracaidistas, en algún momento - como todos los del comando – tomó la decisión que no era suficiente ser un simple soldado del ejército…… que el entrenamiento intenso adicional requerido para entrar al comando de paracaidistas valía la pena…. que lanzarse de un avión sería divertido…..que el ser impulsado hacia una situación exigente y peligrosa como es el combate no se consideraba como un simple empleo ¡sino una aventura!

Frecuentemente me considero igual que un de soldado de las fuerzas armadas especiales, alguien no muy poco común, debido a que llevé a cabo un insignificante acto de servicio de mi parte que ¡me ocasionó un leve desafío! Todos podemos ser tentados a sentirnos así después de servir a otros. Pero esto es orgullo – porque servir a la gente es un acto normal del cristiano del Nuevo Testamento y no un acto selecto que requiere un esfuerzo heroico.

Crecimiento personal a través del cuidado de otras personas. A medida que llegas a conocer gente nueva en tu grupo pequeño, probablemente te encontrarás transmitiéndoles algún conocimiento o sabiduría con respecto a la vida cristiana. Así sucede. Pero aún en ocasiones informales pueden levantarse preguntas difíciles que no tengan contestaciones fáciles. Y eso está bien, Dios a veces nos reta. Las necesidades de otros en el grupo pequeño, pone nuestro amor en acción. Asimismo, Pablo nos dice que hemos sido “llamados a ser libres, pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor” (Gálatas 5:13).

Obviamente, no todo el mundo puede manejar toda situación, pero a medida que surgen las necesidades en los recién llegados, las actitudes de nuestros corazones son reveladas. ¿Aceptaremos inconveniencias a fin de servir? La gente confrontada a llenar una necesidad práctica o tratando de compartir una idea de tema difícil, crece como resultado de su disponibilidad. ¿Pertenecemos a un grupo pequeño porque como miembros somos servidos y bendecidos – o porque reconocemos el llamado de Dios para servir a otros? Cuando nuestro principal foco de atención es la segunda razón, la primera se encargará por sí sola.

De hecho, a medida que la responsabilidad de atender a los recién llegados sea distribuida al grupo, esos miembros que desarrollan esa actividad pueden experimentar crecimiento personal a través de pruebas y desafíos. Entre otras cosas, el egoísmo es revelado y confrontado, los niveles de comodidad son desafiados y aumenta el nivel de madurez. ¡Nos semejamos cada vez más a Cristo cuando servimos en cualquier capacidad!

Hace varios años atrás, una familia en nuestra iglesia tuvo un horrible accidente automovilístico. El esposo, la esposa (de siete meses de embarazo) y sus dos niños fueron gravemente heridos. La pareja perdió al bebé y la esposa sufrió una recuperación larga debido a sus heridas. El grupo pequeño al cual asistían, así como la iglesia respondieron sin egoísmo para llenar toda necesidad práctica, orar por ellos y confortarles. Esta pareja no solamente recibió un cuidado verdadero, sino que los padres de la esposa fueron impactados profundamente debido al ejemplo de cristiandad que fue demostrado. La reacción de ellos fue: “Realmente hay gente muy caritativa y llena de amor en esa iglesia“.

Los vecinos estaban asombrados por las personas que llegaban a limpiar la casa, la provisión de comida, y el número de amigos que llegaba a visitar. En una dramática demostración de cristiandad, un grupo pequeño tomó acciones prácticas de amor y los miembros crecieron en semejanza a Dios.

Comenzando Nuevos Grupos

Fue una experiencia inquietante. Tal vez tú has estado allí también. Un día hace mucho tiempo, comencé a tirarme del pantalón hacia abajo, solo para descubrir para mi sorpresa que había más de mí que del pantalón. Sin darme cuenta mi viejo cuerpo comenzó súbitamente a tomar dirección hacia enfrente. (Cuando cuento esta historia, ciertos amigos cuestionan mi uso de la palabra “súbitamente”. Preocupados por la precisión, también notan que hablando técnicamente, esa no era una experiencia inquietante, sino una que implica anchura en la cintura).

El problema del pantalón fue uno de capacidad. ¡Ese pantalón en particular fue hecho para alguien de aproximadamente la misma talla que yo tuve hace un tiempo atrás! Vemos la misma dinámica realizándose en los grupos pequeños – todos tienen una cierta capacidad. Cuando la capacidad natural excede, le sigue la incomodidad. El nivel de cuidado y eficiencia de un grupo pequeño puede disminuir grandemente si el grupo llega a crecer mucho. Un grupo muy crecido con frecuencia produce miembros frustrados quienes pueden distanciarse y dejar de participar. De pronto el grupo se vuelve pequeño otra vez – ¡por razones equivocadas!

Los grupos pequeños se benefician cuando crecen….y luego de su multiplicación cuando se vuelvan muy grandes. Si el cuidado, alcance, confraternidades bíblicas y el uso de los dones espirituales es eficiente en nuestro grupo pequeño, entonces naturalmente atraerá gente nueva. (¿Quién no quiere ser parte de un grupo eficaz?) El factor clave para que un grupo prospere y crezca es la actitud individual de sus miembros. Cada uno debe contribuir al crecimiento de su grupo y hacer lo que sea necesario para ayudar a sustentar el ímpetu de crecimiento.

Si ésta es la actitud de los miembros, entonces el crecimiento será emocionante debido al sentido de propiedad que cada uno obtiene. Un crecimiento numérico dentro del grupo será muy grato para todos, no sólo para una o dos personas. La participación activa sitúa al grupo en una posición óptima para ser multiplicado fácilmente debido al trabajo en conjunto, una misión en común, y deseo para ser usado por el Señor para servir a Su gente.

Los beneficios de crear más grupos pequeños son numerosos. Los grupos nuevos nos mantienen en una modalidad de aventura. Los grupos nuevos abren oportunidades para nuevos líderes dentro de la iglesia. Los grupos nuevos significan más cabida para aquellos que el Señor va aumentando a la iglesia local.

Lanzando Nuevos Líderes

Con frecuencia, mi esposa y yo bromeamos con nuestra hijita diciéndole que ya no puede seguir celebrando más cumpleaños. Le decimos eso porque a su edad actual está preciosísima y queremos mantenerla tal como está. De todas formas, ella no está muy de acuerdo con esa idea. Ella desea ser grande. Supongo que la entiendo. Yo también no hubiera crecido a ser la persona o el líder que soy si alguien no me hubiera dado la oportunidad de madurar.

Hoy en día y por la gracia de Dios soy un pastor que sirvo a una iglesia en el área de Virginia Beach. Pero yo no me desperté de mi siesta un día de repente para descubrir que estaba sirviendo como pastor. A través de los años hubo un verdadero proceso de crecimiento y adaptación cuando escogí oportunidades para nuevos ministerios.

Además, necesitaba de alguien que me fuera empujando. No hubiera sido de mucho provecho para mí o para la iglesia que me hubiera quedado por años como nuevo creyente. Dios desea de todos vayamos incrementando fruto en nuestro servicio hacia El.

Poco tiempo después de nuestra boda, mi esposa y yo tuvimos el privilegio de involucrarnos en las primeras etapas de una iglesia nueva. Esta experiencia fue de mucho beneficio para nuestro crecimiento. Comencé a dirigir la alabanza y a cargar con cierta responsabilidad de un grupo pequeño. Luego fui invitado a liderar un grupo pequeño. Eventualmente, después de pasar varias etapas, comencé el ministerio a tiempo completo. Yo conozco directamente, los beneficios de ser entrenado y lanzado hacia nuevas esferas de servicio y estoy muy agradecido por la forma en que Dios usó a amigos llenos de sabiduría para animarme a aceptar nuevos desafíos. Estoy seguro que muchas personas están a punto de recibir una invitación para que se les abran las puertas hacia un ministerio de más responsabilidad en la iglesia local.

Durante mis años en el ministerio de pastoreo, me he acercado a muchos para que exploren la idea de liderar un grupo pequeño. La respuesta, casi universal ha sido, “¿Yo? ¿Ahora? ¡Pero no estoy listo!” Sin intimidarlos les informo con ánimo que Dios desea ayudarles a crecer y que, aunque yo podría estar equivocado, estoy seguro que reconozco en ellos rasgos del talento necesario para dirigir.

\Los pastores deben considerar como una responsabilidad primordial en su ministerio el abrir camino para que surjan nuevos líderes. Un líder sabio advierte a los pastores a no sobre calificar la posición ya que se convertiría en algo sumamente difícil para que surjan nuevos líderes. Un pastor siempre debe estar alerta para identificar a aquellos a quien él pueda entrenar y para ver oportunidades para lanzar al ministerio a aquellos que pueden dirigir eficazmente.

Es de vital importancia para los pastores, a quién yo tengo el privilegio de servir, el interés en equipar y lanzar gente dentro de los dones del ministerio que Dios distribuye a través de Su Espíritu. “En vez de monopolizar los ministerios para ellos mismos”, escribe John Stott acerca de los pastores, “en realidad están multiplicando ministerios”. Es bajo este proceso de entrenamiento y lanzamiento que la iglesia será fortalecida para producir madurez en la gente.

Una iglesia local que no entrena y lanza nuevos líderes será menos eficiente. Los líderes de los grupos pequeños son esenciales para la vida de la iglesia. Simplemente no hay forma que un pastor o aún un equipo de pastores puedan, por sí solos, cuidar eficientemente a todas las personas dentro de una iglesia que está creciendo. El Espíritu Santo es fiel para distribuir en la iglesia a individuos con talentos de liderazgo, sabiduría, misericordia, discernimiento, etc., para proporcionar ayuda para toda su gente. Es un gozo observar los dones espirituales florecer cuando alguien escoge la desafiante tarea de liderar un grupo pequeño. Es un gozo ver la multiplicación del ministerio pastoral a través de la formación de nuevos grupos.

Grupos Pequeños – Evangelizando Al Mundo

Los grupos pequeños pueden llegar a ser un instrumento eficaz para la evangelización. El Evangelismo debe ser la prioridad de los grupos pequeños. Mientras que es imperativo perseguir la santificación progresiva y cuidado mutuo, no podemos perder de vista a los mandatos de Cristo de evangelizar al mundo.

No obstante, la mayoría de la literatura que existe hoy en día para los grupos pequeños, toman un enfoque hacia esto o lo otro, sugiriendo que los grupos pequeños pueden escoger entre la santificación o la evangelización, pero no ambos. Sin embargo no solamente es posible hacer ambos, sino que Dios nos ha ordenado a hacer ambos (ver Mateo 28:18-20).

Me es fascinante observar a los nuevos cristianos involucrarse en la iglesia. Todavía conocen más incrédulos que cristianos y es por eso que frecuentemente les es más fácil evangelizar con eficiencia a sus amistades incrédulas. Simplemente invitan a sus amigos, que no son cristianos, a su nueva iglesia y asombrosamente llegan.

Jesús no vacilaba en hacer amistad con pecadores ya que también en aquel tiempo funcionaba la misma táctica. Cuando Jesús llamó a Mateo, el recaudador de impuestos, para que lo siguiera, Mateo invitó a muchos de sus amigos recaudadores de impuestos a unirse a ellos para cenar con Jesús y sus discípulos (Mateo 9:9-13), y Jesús llegó a ser conocido como el amigo de los recaudadores de impuestos y pecadores.

Llevo conmigo memorias tiernas dirigiendo grupos pequeños que tuvieron este tipo de oportunidad. Nuevos creyentes llegaron y de repente nuestro grupo estaba conociendo más gente y ministrando en círculos donde previamente no se había tenido acceso. Presentamos el evangelio a los (ahora “ex”) novios y novias, compañeros de trabajo, amigos y otros miembros de familia, incrédulos. Dentro de un grupo pequeño que iba creciendo llegamos a tener bautizos en las tinas de baño, ayudamos a los nuevos cristianos a crecer, clamamos por sabiduría, y experimentamos el gozo de vidas transformadas. Incorpora esta dinámica en tu grupo….y ¡abre campo para la gente nueva! Ellos son la cosecha si tú pones la hoz.

Sí, efectivamente, no hay razón por la cual un grupo pequeño no pueda mantener su dinámica de cuidado mutuo y crecimiento espiritual, aún cuando se persigue alcanzar a los perdidos a través del evangelio. Aquí se encuentran unas ideas que hemos implementado como esfuerzo para comenzar a evangelizar a nuestra comunidad. Estas actividades no son en sí mismas evangelismo – porque evangelismo no es más que la presentación clara y específica del evangelio de Jesucristo y su obra completa en la Cruz – pero prepararan el terreno para hacer evangelismo al presentar demostraciones tangibles del amor de Dios.

Exhortamos la evangelización a los vecinos a través del servicio. Esto significa enterarse de las necesidades en el vecindario y buscar la forma de satisfacerlas. Nuestro grupo pequeño regularmente lava carros gratuitamente los sábados en un restaurante del área muy concurrido. Es una buena forma de servir y llegar a conocer gente.

Algunos grupos han patrocinado en sus vecindarios “ventas gratuitas” de objetos usados. (¡No se permite basura!). Muchos miembros de la iglesia han testificado acerca de la significante experiencia de “morir a uno mismo” al ver que otro miembro del grupo saca algo para regalar ¡que es exactamente lo que ellos han estado deseando o necesitando! Perdón, pero el cliente es primero….Estas “ventas gratuitas” naturalmente sorprenden a la gente y generan preguntas, dando la oportunidad para que el anfitrión explique su motivo – comunicar el amor de Dios en una forma práctica. Conversaciones parecidas a estas pueden conducir fácilmente a la invitación a reuniones en la iglesia o a la presentación del evangelio.

Dos grupos tuvieron la “brillante” idea de regalar bombillas de luz, y se juntaron para hacer más liviano el trabajo. Hay grupos que también han donado su tiempo para gratuitamente envolver regalos de navidad, trabajo de jardinería, y obsequios de bebidas. Estas son sólo unas cuantas ideas.

También se fomenta a que cada uno en la iglesia alcance a “una vida”. Muchas personas en nuestra iglesia le piden a Dios que les muestre por lo menos a una persona por quién deben orar y construir lazos de amistad durante el año. La idea no es para limitarnos, sino para proveernos metas tangibles y que se puedan identificar fácilmente. Es fascinante ver como las puertas se abren para que entre el evangelio a familias, vecindarios y lugares de trabajo. Es fenomenal saber que los grupos pequeños en toda su totalidad están respaldando a los miembros individuales en su alcance a “una vida”. Se produce una gran diferencia cuando dentro de los grupos pequeños se encuentran palabras alentadoras, la oración y rendición de cuentas. Al producir fruta estos esfuerzos, los grupos pequeños cubren a los nuevos cristianos con sus cuidados y estímulos. En esta y otras formas Dios desafía a nuestra iglesia a que Le creamos para llevar a cabo una evangelización mayor y eficaz.

La Suma de las Partes

A través de los años por medio de mi participación como líder de un grupo pequeño y como pastor, he visto muy de cerca como la estructura de los grupos pequeños tiene un gran impacto en el índice del éxito de una iglesia. Esta verdad no minimiza la importancia de la doctrina, alabanza, eficiencia pastoral, o evangelismo. Pero el papel que desempeña el grupo pequeño es fundamental – representa la aplicación práctica de las creencias de la iglesia. Generalmente, la gente llega a ser parte integral de la iglesia solamente a través de su participación en un grupo pequeño; es raro que este proceso se lleve a cabo solamente con asistir a los cultos del domingo.

Para que una iglesia sea sólida y continúe madurando, los miembros deben estar involucrados de todo corazón en un grupo pequeño. Deben estar resueltos a no estancarse o ponerse cómodos con el estado de las cosas. Como la pájara con el instinto de empujar a sus polluelos fuera del nido. Dios no desea que permanezcamos como estamos. Él es fiel para desafiarnos a que tomemos el próximo paso de fe.

Como individuos, el desafío puede ser hacia mayores niveles de servicio y de evangelismo. Cuando una iglesia crece numéricamente (lo cual siempre es la intensión de Dios), los grupos pequeños pueden ser desafiados a liberar a sus líderes hacia una nueva fase del ministerio; a liberar a antiguos miembros para ser líderes de nuevos grupos; para acoger a nuevos miembros o líderes; o ser completamente reformados a otros nuevos grupos. Experimentando cambios como estos, es cuando descubrimos en realidad en que creemos – ya sea que nuestra visión es para el crecimiento y progreso de la iglesia o simplemente para preservar nuestra propia comodidad.

Mantenemos una verdadera perspectiva cuando vemos a nuestro grupo pequeño involucrado en el contexto de una misión y propósito más amplio que el de la iglesia local. Decidamos perseguir el propósito de los grupos pequeños sin titubeo ni apatía. Esto implica dar acogida y abrir campo para los recién llegados, activamente cuidándonos los unos con los otros, evangelizando con creatividad, y con gozo liberando líderes nuevos y grupos nuevos para servir con eficiencia en la iglesia. En otras palabras, significa……Nunca digas “¡Estoy cómodo”!


DISCUSIONES PARA EL GRUPO

  1. En este capítulo, “koinonitis” se compara al comején que se come las casas de adentro hacia afuera. ¿Qué come dentro de nosotros la koinonitis?
  2. ¿Tienes memorias de asistir a una reunión y sentirte como que no perteneces? ¿Qué hubiera hecho alguien para haberte hecho sentir bienvenido?
  3. ¿Cuál es el índice de afabilidad de tu grupo hacia los recién llegados? ¿Puedes pensar en otra forma para mejorar?
  4. ¿Te entusiasma pensar que tu grupo se expandirá y eventualmente se multiplicará? ¿O estás tentado a inquietarte?

Basado en los talentos de tu grupo ¿a quién escogerías para ser el próximo líder de un grupo pequeño?

  1. ¿Alguna vez has pertenecido a un grupo pequeño que numéricamente hablando creció tanto que ya no era eficaz? ¿Cuáles son las cualidades positivas que se pierden cuando un grupo es muy grande?
  2. ¿Puedes describir un momento particular donde Dios deseaba empujarte de tu nido aunque tú sentías que no estabas listo para volar? ¿Está Dios animándote para que tomes un paso de fe en alguna área de tu vida?

LECTURAS RECOMENDADAS

Como Regalar tu Fe por Paul Little (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1989)

El Ganador de Almas por Charles Spurgeon (New Kensington, PA: Whitaker House, 1995)

Mas que un Carpintero por Josh McDowell (Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 1987)

Disciplinas Espirituales para la Vida Cristiana por Donald Whitney (Colorado Springs, CO: NavPress, 1997)


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