http://es.gospeltranslations.org/w/index.php?title=Especial:Contribuciones/Mahra&feed=atom&target=MahraLibros y Sermones BÃblicos - Contribuciones del usuario [es]2024-03-28T12:14:14ZDe Libros y Sermones BÃblicosMediaWiki 1.16alphahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Un_llamado_de_los_Santos_por_la_PerseveranciaUn llamado de los Santos por la Perseverancia2012-05-02T01:04:34Z<p>Mahra: </p>
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<div>{{ info | A Call for the Perseverance of the Saints}} <br />
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''Las siguientes anotaciones se tomaron en el transcurso del mensaje.'' <br />
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Así como Jesús perduró hasta su "Consumado es," nosotros también podemos perdurar si mantenemos nuestros ojos fijos en él. Podemos perdurar si aceptamos su amorosa disciplina y perduramos, sin rendirnos o amargarnos, los momentos difíciles que él nos envía. <br />
<br />
Es completamente esencial perseverar hasta el final. Iniciar una carrera es bien; pero es mucho más importante que la terminemos y correr hasta la línea de meta. Tres puntos bíblicos que se reconoce como "una cosa" pertenecen a esto: <br />
<br />
'''"Una cosa sé"''' (Juan 9:25). Tiempo pasado. Esta es el evangelio. Llegamos a conocerlo en el conversión, cuando nos transforma de un estado de ceguedad a un estado de ver. Este es el fundación de nuestro gozo y esperanza. <br />
<br />
'''"Una cosa que hago"''' (Filipenses 3:13-14). Tiempo presente y activo. Nuestra actividad actual es contar a otros acerca de Jesús, con seriedad, y permanecer fieles a él en todo lo que nos ha llamado a hacer. Es necesario que continuamos de ser fieles todos los días, de manera que lo complazcamos, en decisiones pequeñas y grandes. Hay una tentación de holgurar fuera, bajar el tono, buscar lugares más fácil, sino debemos seguir comprometida. Esto significa que debemos estar dispuestos a bajar en los valles. Y en nuestros momentos difíciles debemos confiar que Dios que esta cumpliendo su mejor objetivo para nosotros. <br />
<br />
'''"Una cosa que busco luego de"''' (Salmo 27:4). Orientación para el futuro. En todo momento debemos hacer que nuestra prioridad principal sea buscar en amar a él sobre todas las cosas, vivir y admirar su hermosura. ¿Le has abierto las puertas de tu vida a Jesús Cristo de una manera en que retienes nada de su influencia? ¿Aprecias tu tiempo con nuestro Señor de adoración por la mañana? ¿Guardas tu la santidad del día de adoracion? ¿Amas más a nuestro Señor que las cosas que lo apartan de convivir con los prójimos del Señor? ¿Ansias mirar a su rostro de manera que seas como él? <br />
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2 Reyes 3. Nuestro Señor nos llama a que confiemos en él para llenar nuestros valles con las aguas de su gracia en tiempo perfecto. Sigue adelante. Dios es fiel. &nbsp;</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Archivo:Desert_demo.jpgArchivo:Desert demo.jpg2011-11-22T19:27:23Z<p>Mahra: </p>
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<div></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Tres_EscuelasTres Escuelas2011-10-20T17:36:39Z<p>Mahra: </p>
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<div>{{ info | Three Schools}}<br />
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El filósofo francés Blaise Pascal describió al hombre como una criatura de profunda paradoja, puesto que los seres humanos son criaturas capaces de la más alta grandeza y la miseria más baja, a menudo simultáneamente pero no en la misma relación, por supuesto. Parte de nuestra grandeza reside en nuestra capacidad de contemplarnos a nosotros mismos. Si los animales son conscientes de sí mismos en el sentido de que pueden reflexionar sobre sus orígenes y destinos, o meditar sobre su lugar en el gran plan del universo, es un punto debatido. Sin embargo, lo que tiene poco espacio para el debate es que el hombre tiene una capacidad compleja y superior de hacer esto. Este don de la contemplación tiene un incoveniente: el dolor. Nuestra miseria se ve a menudo reforzada por nuestra capacidad para contemplar una vida mejor de la que actualmente disfrutamos. Frecuentemente esta miseria está acompañada por la conciencia de que somos incapaces de obtener o lograr la vida ideal. De este conocimiento es del que se nutren nuestros sueños y pesadillas. <br />
<br />
Podemos gozar de buena salud, pero no de una salud perfecta. Podemos imaginar la vida sin dolores y molestias, caries dentales y enfermedades que nos incapacitan, pero nadie ha encontrado aún la manera de garantizar tal libertad física. Todos nos enfrentamos a la certeza de la agonía y la muerte. <br />
<br />
El hombre pobre puede soñar con riquezas incalculables, pero se siente frustrado cuando la lotería le pasa de largo. Incluso el hombre rico puede contemplar una mayor abundancia de riquezas, pero mientras que la abundancia tiene un límite, nuestro anhelo es ilimitado. <br>Enfermos o sanos, pobres o ricos, con éxito o sin éxito, podemos sentirnos acosados por el problema desconcertante de que la vida nos podría proporcionar un estado mejor del que disfrutamos actualmente. <br />
<br />
La vía de escape bíblica que nos libra de la frustración perpetua por el incumplimiento de tales sueños, de dichas aspiraciones no logradas, y de tales esperanzas hechas trizas, es la virtud espiritual de la satisfacción. <br />
<br />
Encontramos un modelo de la virtud del contentamiento&nbsp;en la declaración del apóstol Pablo en Filipenses 4:11, “No lo digo porque sufra escasez, pues he aprendido a estar contento cualquiera que sea mi situación.” Cuando Pablo utiliza la palabra "contento" usa la palabra griega ''autarkes'', lo que significa "auto-suficiente," es decir, "co-independiente de las circunstancias," (véase también 2 Cor. 9:8). La palabra que utiliza Pablo tiene como origen la palabra griega ''ataraxia'', que ha sido aplicada a la marca de un tranquilizante moderno. Sócrates habló del concepto cuando se le formuló la pregunta, "¿Quién es el más rico?" Y respondió: "El que se contenta con menos, puesto que la ''ataraxia'' es la riqueza de la naturaleza.” <br />
<br />
El Nuevo Testamento menciona dos escuelas de ideas filosóficas que estaban de moda durante los tiempos apostólicos. Estas fueron las escuelas del epicureísmo y el estoicismo, cuyos representantes se encontró Pablo en el Areópago de Atenas. A pesar de que estas escuelas diferían notablemente en relación a la cosmología y la metafísica, compartían un objetivo común práctico de la vida: la búsqueda de la ''ataraxia''. Los estoicos entendían esto en términos de lo que ellos llamaban "imperturbabilidad." Ellos construían un tipo de determinismo material por el cual el ser humano no tiene poder alguno sobre sus circunstancias. La vida simplemente "transcurre" a través de causas externas fijas. Nuestras circunstancias son el resultado de lo que nos sucede ''a ''nosotros. El único ámbito en el que uno tiene un control significativo es en el escenario interno de nuestra actitud personal. El estoicismo indica que lo que sí podemos controlar es cómo nos sentimos acerca de lo que nos sucede. El objetivo del estoicismo era intentar llegar a un estado de imperturbabilidad a fin de que, pasase lo que pasase externamente, la persona mantuviese una paz interna que lo dejase sin preocupaciones. Esta es la actitud de mantenerse impasible; actitud clásica del estoicismo. <br />
<br />
Por otra parte, los epicúreos eran más proactivos en su búsqueda de la ''ataraxia'', puesto que intentaban maximizar el placer y minimizar el dolor. Eran hedonistas refinados que buscaban un equilibrio adecuado entre el placer y el dolor. Sin embargo, nunca se solucionó la "paradoja hedonista," que decretó que uno fracasa si no llega a obtener el placer que busca pero, por el contrario, uno se aburre si llega a obtener el placer que busca. Así que, en términos que se anticipan a la paradoja de Pascal, uno se quedaba en un estado de frustración o de aburrimiento, ninguno de los cuales captura el concepto de satisfacción de la ''ataraxia''. <br> <br />
<br />
El parecer de Pablo sobre&nbsp;el contentamiento&nbsp;difiere radicalmente del estoicismo o el epicureísmo. Pablo, en 1 Corintios 15, rehuye el credo que reza, "Comamos y bebamos, pues mañana moriremos." Este parecer hedonista que se trató en el libro de Eclesiastés es un parecer de pesimismo supremo que no tenía lugar en la teología de Pablo, sobre todo en lo que respecta a la resurrección. <br>De la misma manera, Pablo rechaza rotundamente la resignación pasiva de la postura del estoicismo. Pablo no cree que nuestras circunstancias estén determinadas por fuerzas ciegas e impersonales. Pablo no dio cuerda al fatalismo o a la determinación mecanicista. Fue un activista que persiguió sus metas y nos animó a trabajar en nuestra salvación con temor y reverencia. No abogó por un quietismo que declaraba: “Ponte en manos de Dios." <br />
<br />
El contentamiento del que hablaba Pablo no es el de “quédate tranquilo en Zión”, por el cual una complacencia irreligiosa deja al alma moribunda y al espíritu inerte. Pablo nunca se “contentó” con dormirse en los laureles o con relajar su entusiasmo por el ministerio. <br>En incontables ocasiones Pablo expresó su descontento y su insatisfacción tanto por los errores, vicios y defectos de la Iglesia como por sus propias deficiencias. Había muchas tareas por terminar y problemas que solucionar en su propia vida y en el ministerio que requerían un fervoroso esfuerzo de su parte. <br />
<br />
Su contentamiento estaba dirigido&nbsp;hacia su situación personal o hacia el estado de su condición humana. Pablo amplió su definición del contentamiento al escribir, " Sé cómo vivir en la escasez, y sé cómo vivir en la abundancia. En todas partes y en todas las cosas he aprendido tanto a estar lleno como a tener hambre, a vivir en la riqueza y a padecer necesidad” (Filipenses 4:12). <br>Aquí nos damos cuenta que Pablo habla de aprender y conocer. La satisfacción de la que Pablo gozaba era una condición ''aprendida''. Él ''aprendió ''el secreto o el misterio del contentamiento. Este secreto se nos revela en parte en su siguiente declaración, "Todo lo puedo en Él que me fortalece."<br />
<br />
El contentamiento&nbsp;de Pablo se basaba en su unión mística con Cristo y en su teología. Para el apóstol, la teología no era una disciplina abstracta al margen de las cuestiones urgentes de la vida cotidiana. En cierto sentido su teología era la vida misma, o la clave para entender la vida misma. El contentamiento o la satisfacción de Pablo con su estado o condición de vida descansaban sobre su conocimiento del carácter de Dios y su conocimiento de la manera en que obra Dios. La suya no era una ''ataraxia'' basada en la resignación pasiva a las fuerzas impersonales de la naturaleza. La suya era una alegría basada en el conocimiento de que sus pasos y su condición humana estaban determinados por el Señor. Quizás su descubrimiento del contentamiento bíblico&nbsp;fue, más que ninguna otra cosa, su comprensión de la providencia de Dios. Él comprendió que todo don bueno y perfecto viene de Dios, y que todas las cosas funcionan bien para los que aman a Dios y son llamados según Su voluntad. Pablo entendió que si sufría escasez estaba cumpliendo la voluntad de Dios, y si nadaba en la abundancia también estaba cumpliendo la voluntad de Dios. Para Pablo la clave de su alegría continua era una cuestión de sumisión a la voluntad divina. <br />
<br />
En nuestras vidas parcialmente santificadas, se esconde la tentación irreligiosa de suponer que Dios nos debe una condición más favorable de la que actualmente disfrutamos. Tal es la miseria del pecado, cuya mezquindad es derrotada por el triunfo de la gracia salvadora y providencial de Dios. Es precisamente en esta gracia donde se haya la satisfacción cristiana.</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/La_Chequera_del_Banco_de_la_Fe/15_de_JunioLa Chequera del Banco de la Fe/15 de Junio2010-08-07T18:50:06Z<p>Mahra: </p>
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<div>{{info|Faith's Checkbook/June 15}} <br />
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'''''15 de Junio<br><br>“Bendígate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén todos los días de<br>tu vida.” Salmo 128: 5<br>'''''<br>Esta es una promesa para el hombre temeroso de Dios que camina en los<br>caminos de la santidad con diligente atención. Él tendrá una bendición doméstica:<br>su esposa e hijos serán la fuente de una gran felicidad hogareña. Pero, además,<br>como un miembro de la iglesia, él desea ver que la causa prospere, pues está tan<br>preocupado por la casa del Señor como por la suya propia.<br>Cuando el Señor edifica nuestra casa, es justo que deseemos ver edificada la<br>casa del Señor. Nuestros bienes no serán en verdad un bien a menos que<br>promovamos mediante ellos, el bien de la iglesia elegida del Señor.<br>Sí, obtendrás una bendición cuando subas a las asambleas de Sion; serás<br>instruido, vivificado y consolado en el lugar donde la oración y la alabanza<br>ascienden y es dado el testimonio del Grandioso Sacrificio. “Bendígate Jehová<br>desde Sion.”<br />
<br />
Y no solamente tú serás beneficiado; la misma iglesia prosperará; los creyentes<br>se verán multiplicados, y su santa obra se verá coronada de éxito. Ciertos<br>hombres agraciados ven cumplida esta promesa para ellos durante toda su vida.<br>¡Ay!, cuando ellos mueren su causa a menudo se debilita. Debemos estar entre<br>aquellos que traen buenas cosas a&nbsp;Jerusalén todos sus días.&nbsp;<br>¡Señor, por tu misericordia haznos como ellos!</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Una_Verdad_Que_Transforma_y_Tres_Mentiras_Sore_La_IraUna Verdad Que Transforma y Tres Mentiras Sore La Ira2010-08-06T00:06:15Z<p>Mahra: Una Verdad Que Transforma y Tres Mentiras Sore La Ira trasladada a Una Verdad Que Transforma y Tres Mentiras Sore la Ira</p>
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<div>#REDIRECCIÓN [[Una Verdad Que Transforma y Tres Mentiras Sore la Ira]]</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Una_muestra_de_la_Gloria_de_Dios:_Los_AncianosUna muestra de la Gloria de Dios: Los Ancianos2010-08-05T23:56:13Z<p>Mahra: Una muestra de la Gloria de Dios: Los Ancianos trasladada a Una muestra de la Gloria de Dios: los Ancianos sobre una redirección</p>
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<div>#REDIRECCIÓN [[Una muestra de la Gloria de Dios: los Ancianos]]</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Una_muestra_de_la_Gloria_de_Dios:_los_AncianosUna muestra de la Gloria de Dios: los Ancianos2010-08-05T23:56:13Z<p>Mahra: Una muestra de la Gloria de Dios: Los Ancianos trasladada a Una muestra de la Gloria de Dios: los Ancianos sobre una redirección</p>
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<div>{{Info|A Display of God's Glory/Elders}} <br />
<br />
Tan importantes como los diáconos, incluso más para nuestra vida conjunta como cristianos, es el ministerio de otro grupo del que trataremos a continuación: los ancianos. <br />
<br />
'''I. Pluralidad de los ancianos''' <br />
<br />
Lo primero que notamos acerca de los ancianos de una iglesia local es que son ancianos en plural. Aunque nunca se menciona un número específico de ancianos dentro de una congregación particular, el Nuevo Testamento se refiere a ellos normalmente como “ancianos” en plural (''e.g. Hechos 16:4; 20:17; 21:18; Tito 1:5; Santiago 5:14''). Los ancianos de Israel mencionados en los Evangelios y en Hechos son ancianos en plural. Los ancianos del Paraíso son ancianos en plural (vid 5:14; 11:16; 19:4). En Hechos 11:30, los ancianos están en plural. En Hechos 14:21-23 leemos: “Y después de predicar la buena nueva en aquella ciudad (Derbe) y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, y confirmaron los ánimos de los discípulos y les pidieron que permaneciesen en la fe… Pedro y Bernabé nombraron [o habían elegido] ancianos para representarles en cada iglesia y, tras orar y ayunar, les encomendaron al Señor en quien habían depositado su fe”. Si observamos Hechos 15, encontraremos que en los versículos 2, 4, 6, 22 y 23 aparecen ancianos en plural. En Hechos 16:4, la palabra “ancianos” también aparece en plural. En Hechos 20:17 leemos cómo Pablo llama a los ancianos de la iglesia de Éfeso. Lo mismo ocurre en Hechos 21:28 y en 1 Timoteo 4:14 y 5:17. En Tito 1:5, Pablo dice: “Por este motivo te dejé en Creta, para que terminases lo inacabado y establecieses ancianos en cada ciudad…” Santiago en Santiago 5:14 se imagina a los ancianos (en plural) de la iglesia local (singular) yendo a rezar con uno de ellos que está enfermo. En 1 Pedro 5:1, Pedro se dirige a los ancianos entre esos cristianos. De hecho, las únicas excepciones se encuentran en Juan 2 y 3, donde el escritor simplemente se refiere a sí mismo como “el anciano”, y en 1 Timoteo 5, donde se habla de la jurisprudencia eclesiástica que debe aplicarse si existe una acusación contra un anciano. Sin embargo, básicamente, la situación en el Nuevo Testamento es que existe normalmente un cuerpo de ancianos dentro de la autoridad local, no un único anciano. <br />
<br />
'''II. Requisitos de los ancianos''' <br />
<br />
'''Las mujeres no forman parte de los ancianos''' <br />
<br />
¿Quién debe ser un anciano? ¿Cuáles deben ser sus requisitos? Los requisitos de los ancianos se muestran claramente en la Biblia en 1 Timoteo 3 y en Tito 1. <br />
<br />
Sin embargo, antes de pasar a 1Timoteo 3, es necesario abordar un hecho recogido en 1 Timoteo 2: que no es la voluntad de Dios para las mujeres servir como ancianos. <br />
<br />
Aunque se han hecho muchas preguntas acerca de una frase poco clara en 1 Timoteo 2, siempre es seguro comenzar por las partes más claras de las Escrituras y predicar que Dios arrojará luz sobre las partes más oscuras, y no poniendo en duda las partes claras por el hecho de que existan las oscuras. Lo que queda claro en 1 Timoteo 2 es que una mujer no debe enseñar a un hombre ni tener autoridad sobre él, aunque la autoridad exacta de la que Pablo pretende hablar aquí claramente implica el aprendizaje de la mujer. La práctica de la Iglesia primitiva era la de depositar la orden de la creación en la autoridad del marido sobre la esposa, reflejada en la práctica de la Iglesia. Gálatas 3:28 es claro en el hecho de que en Cristo no hay masculinidad ni feminidad, pero esto no pretende eliminar todas las distinciones entre los géneros, sino que simplemente es una afirmación de la gracia maravillosamente imparcial de Dios en la salvación. <br />
<br />
'''1 Timoteo 3''' <br />
<br />
Visto esto, pasemos a la lista en 1 Timoteo 3. Detengámonos unos minutos en leer 1 Timoteo 3:1-7. D. A. Carson (profesor especializado en el Nuevo Testamento en la '''Trinity Evangelical Divinity School''') se dio cuenta de que esta lista de características es más notable por ser no muy notable en realidad. Lo que él quiere decir es que estas características se encuentran en alguna parte de la Biblia y se imponen sobre todos los cristianos; todas ellas, excepto la capacidad de enseñar (1 Timoteo 3:2). Aunque las Escrituras son suficientes para enseñarnos acerca del carácter de un anciano, no creo que Pablo afirmara que esta lista particular es exhaustiva. Más bien, su propósito era enunciar características que generalmente eran reconocidas como virtuosas incluso por el resto de culturas de la época. <br />
<br />
'''La importancia del liderazgo en la Iglesia''' <br />
<br />
La importancia del liderazgo en la Iglesia radica en traer la Gloria de Dios encomendando la verdad a los forasteros. Es por ello por lo que Pablo se indignó tanto con los Corintios cuando acudieron al tribunal secular para denunciarse entre ellos y cuando permitieron a aquellos que llevaban vidas profundamente impías asociarse con la Iglesia. Ambas cosas minarían el testigo de los Evangelios. Por ello en la primera carta de Pablo a Timoteo, la obvia impiedad de algunos de los falsos maestros de la Iglesia de Éfeso estaba poniendo en peligro el método en el que Dios sería glorificado a través de la Iglesia: la proclamación del perdón y la esperanza recogida en el Evangelio, así como la conversión de los pecadores. La lista de virtudes que da Pablo en 1 Timoteo 3 (o Tito 1, en realidad) no incluye todas las virtudes que un cristiano debería mostrar. Se trata de virtudes que el Evangelio ha encomendado a aquellos que observaban a los líderes de las iglesias. Leer la Biblia de forma habitual es bueno y la oración es necesaria, pero Pablo no menciona nada de esto. Sin embargo, ¡quiero ambas virtudes en mis ancianos! En alguna parte de la Biblia se enseña que estas virtudes deben caracterizar a todos los cristianos, pero creo que el objetivo de Pablo aquí era el de hacer hincapié en cosas como pagar las deudas a tiempo, ser alegre, humilde y servicial… cosas que incluso la mayoría de los paganos consideran buenas. <br />
<br />
'''Encontrar líderes píos en nuestras iglesias''' <br />
<br />
¿Cómo encontramos a estos líderes en nuestras iglesias? Rezamos por la sabiduría de Dios. Estudiamos Su Palabra, sobre todo esos pasajes en 1 Timoteo y Tito que enseñan claramente los requisitos de esta responsabilidad. No deberíamos seguir los patrones mundiales a la hora de elegir a nuestros líderes. No deberíamos imitar a esas iglesias que simplemente encuentran líderes de la comunidad en la parroquia y luego los hacen líderes de la congregación. Os Guinnes, en su libro Dining with the Devil (“Cenando con el Diablo”) reproduce el comentario de un empresario japonés a un visitante australiano: “Siempre que conozco a un líder budista conozco a un hombre sagrado. Siempre que conozco a un líder cristiano, conozco a un dirigente” (pág. 49). En lugar de eso, debemos buscar a esos hombres con carácter, reputación y capacidad para manejar el mundo, así como productividad; esto es lo que caracteriza a un buen líder para la iglesia. El carácter de estos líderes de las iglesias debe construirse no para ellos mismos, sino para los demás. Por ello, no deben ser amantes del dinero, sino amantes de los forasteros (es lo que significa literalmente “hospitalario”). Los verdaderos líderes de las iglesias se centrarán en los demás. <br />
<br />
'''III. Contexto histórico''' <br />
<br />
'''Palabras originales para “anciano”''' <br />
<br />
Todas las iglesias han tenido individuos que hacían las funciones de los ancianos, incluso si se les llamaba por otros nombres. Los dos nombres más comunes del Nuevo Testamento para este cargo eran''episcopos'' (supervisor) y ''presbuteros ''(anciano). <br />
<br />
'''Presbiterianos y ancianos''' <br />
<br />
Cuando los evangélicos hoy escuchan la palabra “anciano” muchos piensan inmediatamente en “presbiteriano”. Sin embargo, los primeros congregacionistas allá por el siglo XVI enseñaban que la vejez era un cargo en la iglesia del Nuevo Testamento. Aunque es históricamente preciso asociar a los ancianos con los presbiterianos, no lo es asociarlos exclusivamente con los presbiterianos; tampoco es cierto pensar que el término es extraño para los baptistas. <br />
<br />
'''Baptistas y ancianos''' <br />
<br />
Los ancianos podían encontrarse en iglesias baptistas en América a lo largo del siglo XVIII y en el XIX (''e.g., Robertson’s Life of Broadus,p. 34;O. L.Hailey, J. R.Graves, p. 40''). W.B. Johnson, el primer presidente de la Convención baptista del sur, escribió un libro acerca de la vida de las iglesias en el que defendía fervientemente la idea de la pluralidad de los ancianos en una iglesia local. Ya fuese a través de la falta de atención a las Escrituras o por la presión de la vida en la frontera (donde las iglesias surgían a un ritmo inusitado), la práctica de cultivar este tipo de liderazgo decayó. Sin embargo, la discusión baptista acerca de revivir este cargo bíblico continuó. Hasta el siglo XX las publicaciones baptistas se referían a los líderes con el título de “ancianos”. Aunque esta práctica es inusual entre las iglesias baptistas hoy en día, se está desarrollando una vuelta a la misma, y por un buen motivo. Era necesario en las iglesias del Nuevo Testamento, y lo es también ahora. <br />
<br />
Permítanme definirles lo que queremos decir con la palabra “ancianos” haciendo una distinción entre los ancianos y el personal de la iglesia, a continuación entre los ancianos y los diáconos, y después preguntando a los otros ancianos acerca de la relación con el pastor. <br />
<br />
'''IV. Relación de los ancianos y los trabajadores de la iglesia''' <br />
<br />
Muchas iglesias modernas han tendido a confundir a los ancianos con los trabajadores de las iglesias. Los trabajadores de las iglesias son personas elegidas para trabajar a tiempo completo en ellas. A menudo son personas que están familiarizadas con las rutinas diarias. A menudo reciben formación eclesiástica. Deben ser personas pías y maduras, ya que de lo contrario no serían escogidas. Es cierto que algunos trabajadores de las iglesias pueden ser ancianos. De hecho, la constitución de nuestra iglesia exige que no se nombre pastor a ninguna persona que no sea inmediatamente reconocida como anciana. Creo que se trata de una disposición muy sabia. Sin embargo, nuestra constitución también exige que la mayoría de nuestros ancianos no estén al servicio de las iglesias. Por ejemplo, los ayudantes del pastor (hombres jóvenes, útiles para el ministerio, que probablemente se marcharán pronto al seminario) normalmente no son reconocidos como ancianos, aunque cuidan de nosotros de forma excepcional en todos los aspectos, desde la enseñanza hasta las visitas. El motivo por el que incluimos esta disposición en nuestra constitución fue concretamente porque deseamos asegurarnos de que nosotros como congregación sentimos el peso de la responsabilidad no solo de contratar a ancianos, sino de intentar ser el tipo de iglesia espiritualmente fructífera que ve cómo se alzan ante nosotros. De los cinco ancianos reconocidos actualmente en nuestra iglesia, tres tienen trabajos seculares y solo dos, yo como pastor y nuestro administrativo, están al servicio de la iglesia. <br />
<br />
'''V. Relación entre los ancianos y los diáconos''' <br />
<br />
En la práctica, no en la teoría, muchas iglesias han confundido los papeles del Nuevo Testamento para los diáconos y los ancianos. La labor de los diáconos, como ya hemos visto, está relacionada con los detalles prácticos del día a día de una iglesia: administración, mantenimiento y cuidado de los miembros de la iglesia con necesidades físicas; todo ello para mantener la unidad de la iglesia y el ministerio de la Palabra. <br />
<br />
'''Similitudes en las capacidades''' <br />
<br />
En 1 Timoteo 3, lo que es más destacable a la hora de comparar las listas de capacidades de los ancianos por una parte y de los diáconos por otra no son sus diferencias, sino sus similitudes. Ambos supervisores (ancianos) y diáconos necesitan ser individuos con buena reputación, intachables, de confianza, monógamos, sobrios, calmados y generosos. De hecho, estas listas de características son tan similares que lo llamativo es que con capacidades tan parecidas Pablo y esos primeros cristianos deberían haber reconocido claramente ''dos cuerpos independientes de líderes.'' <br />
<br />
'''El origen de la distinción''' <br />
<br />
En Hechos 6 hemos visto algo acerca del origen de la distinción de papeles y responsabilidades de los diáconos y los ancianos. En Hechos 6:2, después de que comenzaran las quejas en la iglesia de Jerusalén, leemos: “Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron ‘No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios para servir a las mesas’.” A partir de esto, podemos decir que el ministerio de la Palabra de Dios es fundamental para la responsabilidad de los ancianos. No solo eso, sino absolutamente fundamental para las iglesias. Cuando se caracteriza de nuevo en 6:4 vemos como anuncian: “Nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra”. Serían, literalmente, diáconos de la Palabra. Esto concuerda con lo que vemos más tarde en Hechos 15 y 20, así como en la característica de que los ancianos deben ser capaces de enseñar. Parece que el papel de los ancianos es fundamentalmente dirigir al pueblo de Dios enseñando la Palabra de Dios. Esta enseñanza debe lograrse mediante el conocimiento público de la Palabra de Dios y también por las vidas ejemplares que llevan. <br />
<br />
'''Enseñanza y autoridad''' <br />
<br />
Para resumir este apartado, la autoridad de los ancianos está directamente relacionada con su tarea de enseñar. Debe ser un pastor/guía. Nosotros que somos ancianos debemos servir como supervisores. En Hechos 6 vemos cómo los ancianos proponen algo a la asamblea. Pablo en 1 Timoteo 5 se refiere a los ancianos como “los que dirigen los asuntos de la iglesia” y “los que predican y enseñan”. Pero sobre todo, parece que el papel de los ancianos es el de ser líderes mediante una enseñanza paciente y cuidadosa. <br />
<br />
Sería beneficioso pata muchas iglesias hacer una distinción de nuevo entre el papel del anciano y el del diácono. <br />
<br />
'''VI. Relación entre los ancianos y “el” pastor''' <br />
<br />
Si preguntamos “¿la Biblia enseña que debe existir la figura de un pastor mayor junto con o dentro del grupo de ancianos?” creo que la respuesta sería “no, no directamente”. Dicho esto, sí creo que podemos concebir un papel distinto entre los ancianos destinado a aquel que sea el principal profesor público de la iglesia. <br />
<br />
'''''“Pastor” en el Nuevo Testamento''''' <br />
<br />
“Pastor” solo aparece en la nueva versión internacional del Nuevo Testamento en Efesios 4:11 en la lista de los regalos de Dios a su iglesia (junto con los maestros). Tras la palabra inglesa “pastor” se encuentra la griega ''poimenas'', que está relacionada con ''shepherd ''(guía). La palabra relacionada con esta última aparece en varias ocasiones, como en 1 Pedro 5:2 o Hechos 20:28, pero en ninguna de ellas parece indicarse una posición separada de elder (anciano). De hecho, en Hechos 20:17 y 28, queda claro que ''elder'', ''overseer ''(supervisor) [''Bishop'', obispo] y ''shepherd'' [pastor] se usan indistintamente para referirse al mismo grupo de personas. <br />
<br />
'''Comentarios sobre el papel pastoral''' <br />
<br />
Dicho esto, permítanme ofrecerles cuatro comentarios acerca de este papel que creo que observamos en el Nuevo Testamento. <br />
<blockquote>1) Incluso en el Nuevo Testamento existían algunos hombres que se mudaban de un sitio a otro, como Timoteo o Tito, y servían como ancianos y algunos que no, aparentemente como aquellos que Tito (en Tito 1:5) nombraba en cada ciudad. Así pues, mientras Timoteo era forastero, otros fueron escogidos entre los miembros de la congregación local. 2) Hubo algunos que trabajaban a tiempo completo para la congregación (vid 1 Timoteo 5:17-18; Filipenses 4:15-18) y otros que tenían otra ocupación, como a menudo hacía Pablo cuando estaba predicando el testamento en una zona por primera vez. Podríamos pensar que no todos los ancianos que Tito se aseguró de nombrar en Creta estaban contratados a tiempo completo. 3) Es interesante destacar que Pablo solo trasladó a Timoteo instrucciones para la iglesia allí, aunque sabemos por Hechos que había otros ancianos en la iglesia efesia. Sin embargo, parece que Timoteo tenía en cierto modo una función única entre ellos. 4) Finalmente, las cartas de Jesús a las siete iglesias en Revelación 2 y 3 están dirigidas al mensajero, en singular, de cada una de esas iglesias. </blockquote> <br />
Por supuesto, ninguna de estas son verdades absolutas, sino descripciones coherentes con nuestra práctica de apartar al menos a uno, o quizás más, de nuestros ancianos, que no tiene porqué ser de nuestra comunidad, apoyarle y encomendarle la responsabilidad de la enseñanza en nuestra iglesia. <br />
<br />
'''El pastor como anciano''' <br />
<br />
Sin embargo, debemos recordar que el predicador, o pastor, es también fundamentalmente uno de los ancianos de su congregación. Probablemente lo más útil para el ministerio pastoral dentro de mi iglesia ha sido el reconocimiento de los otros ancianos. El servicio de los otros ancianos para conmigo ha producido increíbles beneficios. Un gran número de ancianos deberían ayudar a las iglesias complementando los dones del pastor, compensando algunos de sus defectos, completando su criterio y dando apoyo a la congregación en la toma de decisiones, evitando así que los líderes estén expuestos a críticas injustas. Este tipo de pluralidad también consigue que el liderazgo se haga más arraigado y permanente y deja espacio a una continuidad más madura. Anima a las iglesias a asumir una mayor responsabilidad para el crecimiento espiritual de sus propios miembros y las ayuda a ser menos dependiente de sus empleados. Nuestra iglesia en Washington ha disfrutado de estos beneficios y más gracias al regalo de Dios: los ancianos. <br />
<br />
'''VII. Relación de los ancianos y la iglesia''' <br />
<br />
'''Cinco características de la relación''' <br />
<br />
Hablaremos de este tema más adelante cuando reflexionemos sobre lo que significa el congregacionalismo, pero, en general, la relación entre los ancianos y la congregación local a la que sirven debería estar marcada por muchas pruebas del carácter pío y de la dependencia mutua en Dios. Permítanme mencionar cinco características de esta relación: reconocimiento, confianza, pureza, cuidado y resultados. <br />
<blockquote>1) '''Reconocimiento claro'''. Los ancianos deben ser reconocidos por las iglesias como regalos de Dios para el bien de ellas. Por tanto, las iglesias deberían delegar en ellos el deber de enseñar y dirigirlas. Esos deberes solo pueden ser revocados cuando sea evidente que los ancianos están actuando de forma opuesta a como dictan las Escrituras. Y, por su parte, los ancianos deben reconocer la autoridad encomendada por Dios a la congregación (e.g. Mateo 18; 1 Cor. 5; 2 Cor. 2) 2) '''Confianza sincera.''' La iglesia debe confiar, proteger, respetar y venerar a sus ancianos. De hecho, Pablo escribe en 1 Timoteo 5:17: “Los ancianos que gobiernan los asuntos de la iglesia serán tenidos por dignos de doble honor, sobre todo aquellos cuyo trabajo es predicar y enseñar”. Los ancianos deben ocuparse de los asuntos de las iglesias y las iglesias deben someterse a su liderazgo. Así, en Hebreos 13:17 aparece: “Obedeced a vuestros líderes y someteos a su autoridad porque ellos velan por vosotros como hombres, como quienes deben dar cuenta. Obedecedles de forma que su trabajo sea una alegría, no una carga, ya que no sería provechoso.” 3) '''Pureza evidente'''. Hemos visto la importancia que otorga Pablo a que los ancianos sean “inmaculados” en las cartas a Timoteo y Tito (en Tito 1:6 Pablo escribió: “Un anciano debe ser irreprensible, marido de una sola mujer, un hombre con hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía”). Por tanto, el anciano debe estar dispuesto a tener una vida expuesta a los demás e incluso un hogar abierto a personas extrañas, debe ser hospitalario e incluir a los demás en su propia vida. 4) '''Cuidado sincero'''. Los ancianos deben caracterizarse por un uso de su autoridad que muestre que comprende que la iglesia no les pertenece a ellos, sino a Cristo. Cristo ha comprado la iglesia con Su propia sangre y, por tanto, debe ser valorada, tratada con cuidado y delicadeza, dirigida con fe y pureza para la gloria de Dios en beneficio de la iglesia. Los ancianos deben rendir cuentas a Cristo por sus servicios. 5) '''Resultados beneficiosos'''. Como en casa, o como en nuestra relación con Dios, el reconocimiento humilde de la autoridad legítima produce beneficios. En una iglesia, cuando se utiliza la autoridad con el consentimiento de la congregación por el bien de la misma, esta se beneficiará, ya que Dios construye Su iglesia a través de los maestros que Él da a Su iglesia. La mentira de Satán, acerca de que nunca debe confiarse en la autoridad porque siempre es tiránica y opresiva, debe ser desbancada por la práctica y el reconocimiento benevolente de la autoridad de los ancianos en el contexto de la congregación. </blockquote> <br />
'''Consideración hacia los pastores''' <br />
<br />
Cuando Edward Griffin (1770-1837) se retiró de la iglesia había realizado una gran labor y durante muchos años; se dirigió a la congregación para hacerle una petición mediante unas palabras que nos enseñan bien cómo debemos dirigirnos no solo al pastor (como pretendía Griffin) sino a todos aquellos ancianos que Dios nos ha regalado: <br />
<br />
Por tu propio bien y por el bien de tus hijos, valora y venera a aquel que has elegido para ser tu pastor. Él ya te quiere y pronto te querrá como “carne de su carne”. Será también tu deber hacer que su trabajo sea lo más agradable posible. No exijas mucho. No exijas visitas de forma muy frecuente. Si en este sentido él dedicara la mitad del tiempo que algunos le exigen, descuidaría sus estudios o incluso fracasaría a causa de esta carga. No le transmitas todos los comentarios desagradables que pueden decirse sobre él; tampoco, en presencia suya, hagas alusiones a la oposición, si esta aparece. Aunque es un ministro de Cristo, piensa que tiene los sentimientos de un hombre”. (Edward Griffin, ''A Tearful Farewell from a Faithful Pastor” [1809]''). <br />
<br />
'''VIII. Sobre el don de la autoridad''' <br />
<br />
Espero que vean en todo esto que es un gran privilegio servir en el liderazgo de las iglesias, algo que no debe perderse. Algunas personas pueden creerse muy ocupadas o pensar que ese trabajo no vale la pena. Recuerdo una frase del actor Gary Cooper: “Me alegra que sea Clark Gable y no Gary Cooper quien se dé el batacazo”. Se dice que Gary Cooper pronunció esta frase cuando rechazó el papel protagonista de “Lo que el viento se llevó”. Lo que hemos estado tratando es mucho más importante que cualquier cosa que conlleve fama mundial o riqueza. Pablo dice que ser anciano es una “tarea noble” y que aquel que la desea está deseando algo bueno. <br />
<br />
Una de las veces que me he sentido más desalentado en una conversación fue cuando estaba hablando con alguien que daba clase en la Universidad de Cambridge. Estábamos almorzando y él hablaba de su enfado ante una decisión reciente tomada por el ayuntamiento. Mientras él seguía hablando, recordé lo típico que era en él mostrar enfado ante la autoridad. Entonces, llegó un momento en el que le hice una pregunta simple, directa y rotunda: “¿Crees que la autoridad es mala?” Normalmente, este tipo de preguntas iría seguida únicamente de una mirada de desconcierto, un balbuceo condescendiente acerca de por qué se hace una pregunta tan inocente y una respuesta vaga constreñida por cientos de calificativos. Esta vez, sin embargo, me sorprendió su respuesta falta de matices, simple, directa y rotunda: “Sí”. <br />
<br />
El reconocimiento de la naturaleza resquebrajada de la autoridad y la posibilidad de su abuso es bueno y saludable. El poder alejado de los objetivos de Dios es siempre demoníaco. En realidad, revela más de la persona que cuestiona que de la autoridad. Además, muestra una degeneración cancerosa en nuestra capacidad de actuar como aquellas personas hechas a imagen de Dios. Para vivir como Él pretendía que viviéramos debemos ser capaces de confiar en Él e incluso, no en una pequeña extensión, de confiar en aquellas personas hechas a imagen de Dios. Todos en la Biblia, desde Adán y Eva hasta los bellacos gobernantes del libro de la Revelación, muestran su maldad fundamentalmente al negar la autoridad de Dios y usurparla. <br />
<br />
¡Es un gran privilegio ser ''servidos'' por líderes piadosos! ¡Tener una autoridad piadosa modelada y dirigida a lograr nuestro beneficio es un gran regalo! Rechazar la autoridad, como muchos hacen hoy día, es poco inteligente y autodestructivo. Un mundo sin autoridad es como desear sin límites, como un coche sin volante, una intersección sin semáforos, un juego sin reglas, un hogar sin padres, un mundo sin Dios. Puede funcionar durante un tiempo, pero pronto parecerá inútil, después cruel y finalmente inenarrablemente trágico. <br />
<br />
A pesar de nuestra tendencia a ignorarlo, un liderazgo piadoso y bíblico es fundamental para la construcción de una iglesia que glorifique a Dios. Nuestro ejercicio de liderazgo en la iglesia está relacionado con el carácter y la naturaleza de Dios. Cuando ejercemos una autoridad correcta según las leyes, en torno a la mesa familiar, en nuestros trabajos, en el grupo de scouts, en nuestro hogar y sobre todo en la iglesia, estamos ayudando a mostrar la imagen de Dios a Su creación. Esta es nuestra misión. Este es nuestro privilegio.</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Una_muestra_de_la_Gloria_de_Dios:_los_AncianosUna muestra de la Gloria de Dios: los Ancianos2010-08-05T23:53:09Z<p>Mahra: Una muestra de la Gloria de Dios: los Ancianos trasladada a Una muestra de la Gloria de Dios: Los Ancianos</p>
<hr />
<div>{{Info|A Display of God's Glory/Elders}} <br />
<br />
Tan importantes como los diáconos, incluso más para nuestra vida conjunta como cristianos, es el ministerio de otro grupo del que trataremos a continuación: los ancianos. <br />
<br />
'''I. Pluralidad de los ancianos''' <br />
<br />
Lo primero que notamos acerca de los ancianos de una iglesia local es que son ancianos en plural. Aunque nunca se menciona un número específico de ancianos dentro de una congregación particular, el Nuevo Testamento se refiere a ellos normalmente como “ancianos” en plural (''e.g. Hechos 16:4; 20:17; 21:18; Tito 1:5; Santiago 5:14''). Los ancianos de Israel mencionados en los Evangelios y en Hechos son ancianos en plural. Los ancianos del Paraíso son ancianos en plural (vid 5:14; 11:16; 19:4). En Hechos 11:30, los ancianos están en plural. En Hechos 14:21-23 leemos: “Y después de predicar la buena nueva en aquella ciudad (Derbe) y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, y confirmaron los ánimos de los discípulos y les pidieron que permaneciesen en la fe… Pedro y Bernabé nombraron [o habían elegido] ancianos para representarles en cada iglesia y, tras orar y ayunar, les encomendaron al Señor en quien habían depositado su fe”. Si observamos Hechos 15, encontraremos que en los versículos 2, 4, 6, 22 y 23 aparecen ancianos en plural. En Hechos 16:4, la palabra “ancianos” también aparece en plural. En Hechos 20:17 leemos cómo Pablo llama a los ancianos de la iglesia de Éfeso. Lo mismo ocurre en Hechos 21:28 y en 1 Timoteo 4:14 y 5:17. En Tito 1:5, Pablo dice: “Por este motivo te dejé en Creta, para que terminases lo inacabado y establecieses ancianos en cada ciudad…” Santiago en Santiago 5:14 se imagina a los ancianos (en plural) de la iglesia local (singular) yendo a rezar con uno de ellos que está enfermo. En 1 Pedro 5:1, Pedro se dirige a los ancianos entre esos cristianos. De hecho, las únicas excepciones se encuentran en Juan 2 y 3, donde el escritor simplemente se refiere a sí mismo como “el anciano”, y en 1 Timoteo 5, donde se habla de la jurisprudencia eclesiástica que debe aplicarse si existe una acusación contra un anciano. Sin embargo, básicamente, la situación en el Nuevo Testamento es que existe normalmente un cuerpo de ancianos dentro de la autoridad local, no un único anciano. <br />
<br />
'''II. Requisitos de los ancianos''' <br />
<br />
'''Las mujeres no forman parte de los ancianos''' <br />
<br />
¿Quién debe ser un anciano? ¿Cuáles deben ser sus requisitos? Los requisitos de los ancianos se muestran claramente en la Biblia en 1 Timoteo 3 y en Tito 1. <br />
<br />
Sin embargo, antes de pasar a 1Timoteo 3, es necesario abordar un hecho recogido en 1 Timoteo 2: que no es la voluntad de Dios para las mujeres servir como ancianos. <br />
<br />
Aunque se han hecho muchas preguntas acerca de una frase poco clara en 1 Timoteo 2, siempre es seguro comenzar por las partes más claras de las Escrituras y predicar que Dios arrojará luz sobre las partes más oscuras, y no poniendo en duda las partes claras por el hecho de que existan las oscuras. Lo que queda claro en 1 Timoteo 2 es que una mujer no debe enseñar a un hombre ni tener autoridad sobre él, aunque la autoridad exacta de la que Pablo pretende hablar aquí claramente implica el aprendizaje de la mujer. La práctica de la Iglesia primitiva era la de depositar la orden de la creación en la autoridad del marido sobre la esposa, reflejada en la práctica de la Iglesia. Gálatas 3:28 es claro en el hecho de que en Cristo no hay masculinidad ni feminidad, pero esto no pretende eliminar todas las distinciones entre los géneros, sino que simplemente es una afirmación de la gracia maravillosamente imparcial de Dios en la salvación. <br />
<br />
'''1 Timoteo 3''' <br />
<br />
Visto esto, pasemos a la lista en 1 Timoteo 3. Detengámonos unos minutos en leer 1 Timoteo 3:1-7. D. A. Carson (profesor especializado en el Nuevo Testamento en la '''Trinity Evangelical Divinity School''') se dio cuenta de que esta lista de características es más notable por ser no muy notable en realidad. Lo que él quiere decir es que estas características se encuentran en alguna parte de la Biblia y se imponen sobre todos los cristianos; todas ellas, excepto la capacidad de enseñar (1 Timoteo 3:2). Aunque las Escrituras son suficientes para enseñarnos acerca del carácter de un anciano, no creo que Pablo afirmara que esta lista particular es exhaustiva. Más bien, su propósito era enunciar características que generalmente eran reconocidas como virtuosas incluso por el resto de culturas de la época. <br />
<br />
'''La importancia del liderazgo en la Iglesia''' <br />
<br />
La importancia del liderazgo en la Iglesia radica en traer la Gloria de Dios encomendando la verdad a los forasteros. Es por ello por lo que Pablo se indignó tanto con los Corintios cuando acudieron al tribunal secular para denunciarse entre ellos y cuando permitieron a aquellos que llevaban vidas profundamente impías asociarse con la Iglesia. Ambas cosas minarían el testigo de los Evangelios. Por ello en la primera carta de Pablo a Timoteo, la obvia impiedad de algunos de los falsos maestros de la Iglesia de Éfeso estaba poniendo en peligro el método en el que Dios sería glorificado a través de la Iglesia: la proclamación del perdón y la esperanza recogida en el Evangelio, así como la conversión de los pecadores. La lista de virtudes que da Pablo en 1 Timoteo 3 (o Tito 1, en realidad) no incluye todas las virtudes que un cristiano debería mostrar. Se trata de virtudes que el Evangelio ha encomendado a aquellos que observaban a los líderes de las iglesias. Leer la Biblia de forma habitual es bueno y la oración es necesaria, pero Pablo no menciona nada de esto. Sin embargo, ¡quiero ambas virtudes en mis ancianos! En alguna parte de la Biblia se enseña que estas virtudes deben caracterizar a todos los cristianos, pero creo que el objetivo de Pablo aquí era el de hacer hincapié en cosas como pagar las deudas a tiempo, ser alegre, humilde y servicial… cosas que incluso la mayoría de los paganos consideran buenas. <br />
<br />
'''Encontrar líderes píos en nuestras iglesias''' <br />
<br />
¿Cómo encontramos a estos líderes en nuestras iglesias? Rezamos por la sabiduría de Dios. Estudiamos Su Palabra, sobre todo esos pasajes en 1 Timoteo y Tito que enseñan claramente los requisitos de esta responsabilidad. No deberíamos seguir los patrones mundiales a la hora de elegir a nuestros líderes. No deberíamos imitar a esas iglesias que simplemente encuentran líderes de la comunidad en la parroquia y luego los hacen líderes de la congregación. Os Guinnes, en su libro Dining with the Devil (“Cenando con el Diablo”) reproduce el comentario de un empresario japonés a un visitante australiano: “Siempre que conozco a un líder budista conozco a un hombre sagrado. Siempre que conozco a un líder cristiano, conozco a un dirigente” (pág. 49). En lugar de eso, debemos buscar a esos hombres con carácter, reputación y capacidad para manejar el mundo, así como productividad; esto es lo que caracteriza a un buen líder para la iglesia. El carácter de estos líderes de las iglesias debe construirse no para ellos mismos, sino para los demás. Por ello, no deben ser amantes del dinero, sino amantes de los forasteros (es lo que significa literalmente “hospitalario”). Los verdaderos líderes de las iglesias se centrarán en los demás. <br />
<br />
'''III. Contexto histórico''' <br />
<br />
'''Palabras originales para “anciano”''' <br />
<br />
Todas las iglesias han tenido individuos que hacían las funciones de los ancianos, incluso si se les llamaba por otros nombres. Los dos nombres más comunes del Nuevo Testamento para este cargo eran''episcopos'' (supervisor) y ''presbuteros ''(anciano). <br />
<br />
'''Presbiterianos y ancianos''' <br />
<br />
Cuando los evangélicos hoy escuchan la palabra “anciano” muchos piensan inmediatamente en “presbiteriano”. Sin embargo, los primeros congregacionistas allá por el siglo XVI enseñaban que la vejez era un cargo en la iglesia del Nuevo Testamento. Aunque es históricamente preciso asociar a los ancianos con los presbiterianos, no lo es asociarlos exclusivamente con los presbiterianos; tampoco es cierto pensar que el término es extraño para los baptistas. <br />
<br />
'''Baptistas y ancianos''' <br />
<br />
Los ancianos podían encontrarse en iglesias baptistas en América a lo largo del siglo XVIII y en el XIX (''e.g., Robertson’s Life of Broadus,p. 34;O. L.Hailey, J. R.Graves, p. 40''). W.B. Johnson, el primer presidente de la Convención baptista del sur, escribió un libro acerca de la vida de las iglesias en el que defendía fervientemente la idea de la pluralidad de los ancianos en una iglesia local. Ya fuese a través de la falta de atención a las Escrituras o por la presión de la vida en la frontera (donde las iglesias surgían a un ritmo inusitado), la práctica de cultivar este tipo de liderazgo decayó. Sin embargo, la discusión baptista acerca de revivir este cargo bíblico continuó. Hasta el siglo XX las publicaciones baptistas se referían a los líderes con el título de “ancianos”. Aunque esta práctica es inusual entre las iglesias baptistas hoy en día, se está desarrollando una vuelta a la misma, y por un buen motivo. Era necesario en las iglesias del Nuevo Testamento, y lo es también ahora. <br />
<br />
Permítanme definirles lo que queremos decir con la palabra “ancianos” haciendo una distinción entre los ancianos y el personal de la iglesia, a continuación entre los ancianos y los diáconos, y después preguntando a los otros ancianos acerca de la relación con el pastor. <br />
<br />
'''IV. Relación de los ancianos y los trabajadores de la iglesia''' <br />
<br />
Muchas iglesias modernas han tendido a confundir a los ancianos con los trabajadores de las iglesias. Los trabajadores de las iglesias son personas elegidas para trabajar a tiempo completo en ellas. A menudo son personas que están familiarizadas con las rutinas diarias. A menudo reciben formación eclesiástica. Deben ser personas pías y maduras, ya que de lo contrario no serían escogidas. Es cierto que algunos trabajadores de las iglesias pueden ser ancianos. De hecho, la constitución de nuestra iglesia exige que no se nombre pastor a ninguna persona que no sea inmediatamente reconocida como anciana. Creo que se trata de una disposición muy sabia. Sin embargo, nuestra constitución también exige que la mayoría de nuestros ancianos no estén al servicio de las iglesias. Por ejemplo, los ayudantes del pastor (hombres jóvenes, útiles para el ministerio, que probablemente se marcharán pronto al seminario) normalmente no son reconocidos como ancianos, aunque cuidan de nosotros de forma excepcional en todos los aspectos, desde la enseñanza hasta las visitas. El motivo por el que incluimos esta disposición en nuestra constitución fue concretamente porque deseamos asegurarnos de que nosotros como congregación sentimos el peso de la responsabilidad no solo de contratar a ancianos, sino de intentar ser el tipo de iglesia espiritualmente fructífera que ve cómo se alzan ante nosotros. De los cinco ancianos reconocidos actualmente en nuestra iglesia, tres tienen trabajos seculares y solo dos, yo como pastor y nuestro administrativo, están al servicio de la iglesia. <br />
<br />
'''V. Relación entre los ancianos y los diáconos''' <br />
<br />
En la práctica, no en la teoría, muchas iglesias han confundido los papeles del Nuevo Testamento para los diáconos y los ancianos. La labor de los diáconos, como ya hemos visto, está relacionada con los detalles prácticos del día a día de una iglesia: administración, mantenimiento y cuidado de los miembros de la iglesia con necesidades físicas; todo ello para mantener la unidad de la iglesia y el ministerio de la Palabra. <br />
<br />
'''Similitudes en las capacidades''' <br />
<br />
En 1 Timoteo 3, lo que es más destacable a la hora de comparar las listas de capacidades de los ancianos por una parte y de los diáconos por otra no son sus diferencias, sino sus similitudes. Ambos supervisores (ancianos) y diáconos necesitan ser individuos con buena reputación, intachables, de confianza, monógamos, sobrios, calmados y generosos. De hecho, estas listas de características son tan similares que lo llamativo es que con capacidades tan parecidas Pablo y esos primeros cristianos deberían haber reconocido claramente ''dos cuerpos independientes de líderes.'' <br />
<br />
'''El origen de la distinción''' <br />
<br />
En Hechos 6 hemos visto algo acerca del origen de la distinción de papeles y responsabilidades de los diáconos y los ancianos. En Hechos 6:2, después de que comenzaran las quejas en la iglesia de Jerusalén, leemos: “Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron ‘No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios para servir a las mesas’.” A partir de esto, podemos decir que el ministerio de la Palabra de Dios es fundamental para la responsabilidad de los ancianos. No solo eso, sino absolutamente fundamental para las iglesias. Cuando se caracteriza de nuevo en 6:4 vemos como anuncian: “Nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra”. Serían, literalmente, diáconos de la Palabra. Esto concuerda con lo que vemos más tarde en Hechos 15 y 20, así como en la característica de que los ancianos deben ser capaces de enseñar. Parece que el papel de los ancianos es fundamentalmente dirigir al pueblo de Dios enseñando la Palabra de Dios. Esta enseñanza debe lograrse mediante el conocimiento público de la Palabra de Dios y también por las vidas ejemplares que llevan. <br />
<br />
'''Enseñanza y autoridad''' <br />
<br />
Para resumir este apartado, la autoridad de los ancianos está directamente relacionada con su tarea de enseñar. Debe ser un pastor/guía. Nosotros que somos ancianos debemos servir como supervisores. En Hechos 6 vemos cómo los ancianos proponen algo a la asamblea. Pablo en 1 Timoteo 5 se refiere a los ancianos como “los que dirigen los asuntos de la iglesia” y “los que predican y enseñan”. Pero sobre todo, parece que el papel de los ancianos es el de ser líderes mediante una enseñanza paciente y cuidadosa. <br />
<br />
Sería beneficioso pata muchas iglesias hacer una distinción de nuevo entre el papel del anciano y el del diácono. <br />
<br />
'''VI. Relación entre los ancianos y “el” pastor''' <br />
<br />
Si preguntamos “¿la Biblia enseña que debe existir la figura de un pastor mayor junto con o dentro del grupo de ancianos?” creo que la respuesta sería “no, no directamente”. Dicho esto, sí creo que podemos concebir un papel distinto entre los ancianos destinado a aquel que sea el principal profesor público de la iglesia. <br />
<br />
'''''“Pastor” en el Nuevo Testamento''''' <br />
<br />
“Pastor” solo aparece en la nueva versión internacional del Nuevo Testamento en Efesios 4:11 en la lista de los regalos de Dios a su iglesia (junto con los maestros). Tras la palabra inglesa “pastor” se encuentra la griega ''poimenas'', que está relacionada con ''shepherd ''(guía). La palabra relacionada con esta última aparece en varias ocasiones, como en 1 Pedro 5:2 o Hechos 20:28, pero en ninguna de ellas parece indicarse una posición separada de elder (anciano). De hecho, en Hechos 20:17 y 28, queda claro que ''elder'', ''overseer ''(supervisor) [''Bishop'', obispo] y ''shepherd'' [pastor] se usan indistintamente para referirse al mismo grupo de personas. <br />
<br />
'''Comentarios sobre el papel pastoral''' <br />
<br />
Dicho esto, permítanme ofrecerles cuatro comentarios acerca de este papel que creo que observamos en el Nuevo Testamento. <br />
<blockquote>1) Incluso en el Nuevo Testamento existían algunos hombres que se mudaban de un sitio a otro, como Timoteo o Tito, y servían como ancianos y algunos que no, aparentemente como aquellos que Tito (en Tito 1:5) nombraba en cada ciudad. Así pues, mientras Timoteo era forastero, otros fueron escogidos entre los miembros de la congregación local. 2) Hubo algunos que trabajaban a tiempo completo para la congregación (vid 1 Timoteo 5:17-18; Filipenses 4:15-18) y otros que tenían otra ocupación, como a menudo hacía Pablo cuando estaba predicando el testamento en una zona por primera vez. Podríamos pensar que no todos los ancianos que Tito se aseguró de nombrar en Creta estaban contratados a tiempo completo. 3) Es interesante destacar que Pablo solo trasladó a Timoteo instrucciones para la iglesia allí, aunque sabemos por Hechos que había otros ancianos en la iglesia efesia. Sin embargo, parece que Timoteo tenía en cierto modo una función única entre ellos. 4) Finalmente, las cartas de Jesús a las siete iglesias en Revelación 2 y 3 están dirigidas al mensajero, en singular, de cada una de esas iglesias. </blockquote> <br />
Por supuesto, ninguna de estas son verdades absolutas, sino descripciones coherentes con nuestra práctica de apartar al menos a uno, o quizás más, de nuestros ancianos, que no tiene porqué ser de nuestra comunidad, apoyarle y encomendarle la responsabilidad de la enseñanza en nuestra iglesia. <br />
<br />
'''El pastor como anciano''' <br />
<br />
Sin embargo, debemos recordar que el predicador, o pastor, es también fundamentalmente uno de los ancianos de su congregación. Probablemente lo más útil para el ministerio pastoral dentro de mi iglesia ha sido el reconocimiento de los otros ancianos. El servicio de los otros ancianos para conmigo ha producido increíbles beneficios. Un gran número de ancianos deberían ayudar a las iglesias complementando los dones del pastor, compensando algunos de sus defectos, completando su criterio y dando apoyo a la congregación en la toma de decisiones, evitando así que los líderes estén expuestos a críticas injustas. Este tipo de pluralidad también consigue que el liderazgo se haga más arraigado y permanente y deja espacio a una continuidad más madura. Anima a las iglesias a asumir una mayor responsabilidad para el crecimiento espiritual de sus propios miembros y las ayuda a ser menos dependiente de sus empleados. Nuestra iglesia en Washington ha disfrutado de estos beneficios y más gracias al regalo de Dios: los ancianos. <br />
<br />
'''VII. Relación de los ancianos y la iglesia''' <br />
<br />
'''Cinco características de la relación''' <br />
<br />
Hablaremos de este tema más adelante cuando reflexionemos sobre lo que significa el congregacionalismo, pero, en general, la relación entre los ancianos y la congregación local a la que sirven debería estar marcada por muchas pruebas del carácter pío y de la dependencia mutua en Dios. Permítanme mencionar cinco características de esta relación: reconocimiento, confianza, pureza, cuidado y resultados. <br />
<blockquote>1) '''Reconocimiento claro'''. Los ancianos deben ser reconocidos por las iglesias como regalos de Dios para el bien de ellas. Por tanto, las iglesias deberían delegar en ellos el deber de enseñar y dirigirlas. Esos deberes solo pueden ser revocados cuando sea evidente que los ancianos están actuando de forma opuesta a como dictan las Escrituras. Y, por su parte, los ancianos deben reconocer la autoridad encomendada por Dios a la congregación (e.g. Mateo 18; 1 Cor. 5; 2 Cor. 2) 2) '''Confianza sincera.''' La iglesia debe confiar, proteger, respetar y venerar a sus ancianos. De hecho, Pablo escribe en 1 Timoteo 5:17: “Los ancianos que gobiernan los asuntos de la iglesia serán tenidos por dignos de doble honor, sobre todo aquellos cuyo trabajo es predicar y enseñar”. Los ancianos deben ocuparse de los asuntos de las iglesias y las iglesias deben someterse a su liderazgo. Así, en Hebreos 13:17 aparece: “Obedeced a vuestros líderes y someteos a su autoridad porque ellos velan por vosotros como hombres, como quienes deben dar cuenta. Obedecedles de forma que su trabajo sea una alegría, no una carga, ya que no sería provechoso.” 3) '''Pureza evidente'''. Hemos visto la importancia que otorga Pablo a que los ancianos sean “inmaculados” en las cartas a Timoteo y Tito (en Tito 1:6 Pablo escribió: “Un anciano debe ser irreprensible, marido de una sola mujer, un hombre con hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía”). Por tanto, el anciano debe estar dispuesto a tener una vida expuesta a los demás e incluso un hogar abierto a personas extrañas, debe ser hospitalario e incluir a los demás en su propia vida. 4) '''Cuidado sincero'''. Los ancianos deben caracterizarse por un uso de su autoridad que muestre que comprende que la iglesia no les pertenece a ellos, sino a Cristo. Cristo ha comprado la iglesia con Su propia sangre y, por tanto, debe ser valorada, tratada con cuidado y delicadeza, dirigida con fe y pureza para la gloria de Dios en beneficio de la iglesia. Los ancianos deben rendir cuentas a Cristo por sus servicios. 5) '''Resultados beneficiosos'''. Como en casa, o como en nuestra relación con Dios, el reconocimiento humilde de la autoridad legítima produce beneficios. En una iglesia, cuando se utiliza la autoridad con el consentimiento de la congregación por el bien de la misma, esta se beneficiará, ya que Dios construye Su iglesia a través de los maestros que Él da a Su iglesia. La mentira de Satán, acerca de que nunca debe confiarse en la autoridad porque siempre es tiránica y opresiva, debe ser desbancada por la práctica y el reconocimiento benevolente de la autoridad de los ancianos en el contexto de la congregación. </blockquote> <br />
'''Consideración hacia los pastores''' <br />
<br />
Cuando Edward Griffin (1770-1837) se retiró de la iglesia había realizado una gran labor y durante muchos años; se dirigió a la congregación para hacerle una petición mediante unas palabras que nos enseñan bien cómo debemos dirigirnos no solo al pastor (como pretendía Griffin) sino a todos aquellos ancianos que Dios nos ha regalado: <br />
<br />
Por tu propio bien y por el bien de tus hijos, valora y venera a aquel que has elegido para ser tu pastor. Él ya te quiere y pronto te querrá como “carne de su carne”. Será también tu deber hacer que su trabajo sea lo más agradable posible. No exijas mucho. No exijas visitas de forma muy frecuente. Si en este sentido él dedicara la mitad del tiempo que algunos le exigen, descuidaría sus estudios o incluso fracasaría a causa de esta carga. No le transmitas todos los comentarios desagradables que pueden decirse sobre él; tampoco, en presencia suya, hagas alusiones a la oposición, si esta aparece. Aunque es un ministro de Cristo, piensa que tiene los sentimientos de un hombre”. (Edward Griffin, ''A Tearful Farewell from a Faithful Pastor” [1809]''). <br />
<br />
'''VIII. Sobre el don de la autoridad''' <br />
<br />
Espero que vean en todo esto que es un gran privilegio servir en el liderazgo de las iglesias, algo que no debe perderse. Algunas personas pueden creerse muy ocupadas o pensar que ese trabajo no vale la pena. Recuerdo una frase del actor Gary Cooper: “Me alegra que sea Clark Gable y no Gary Cooper quien se dé el batacazo”. Se dice que Gary Cooper pronunció esta frase cuando rechazó el papel protagonista de “Lo que el viento se llevó”. Lo que hemos estado tratando es mucho más importante que cualquier cosa que conlleve fama mundial o riqueza. Pablo dice que ser anciano es una “tarea noble” y que aquel que la desea está deseando algo bueno. <br />
<br />
Una de las veces que me he sentido más desalentado en una conversación fue cuando estaba hablando con alguien que daba clase en la Universidad de Cambridge. Estábamos almorzando y él hablaba de su enfado ante una decisión reciente tomada por el ayuntamiento. Mientras él seguía hablando, recordé lo típico que era en él mostrar enfado ante la autoridad. Entonces, llegó un momento en el que le hice una pregunta simple, directa y rotunda: “¿Crees que la autoridad es mala?” Normalmente, este tipo de preguntas iría seguida únicamente de una mirada de desconcierto, un balbuceo condescendiente acerca de por qué se hace una pregunta tan inocente y una respuesta vaga constreñida por cientos de calificativos. Esta vez, sin embargo, me sorprendió su respuesta falta de matices, simple, directa y rotunda: “Sí”. <br />
<br />
El reconocimiento de la naturaleza resquebrajada de la autoridad y la posibilidad de su abuso es bueno y saludable. El poder alejado de los objetivos de Dios es siempre demoníaco. En realidad, revela más de la persona que cuestiona que de la autoridad. Además, muestra una degeneración cancerosa en nuestra capacidad de actuar como aquellas personas hechas a imagen de Dios. Para vivir como Él pretendía que viviéramos debemos ser capaces de confiar en Él e incluso, no en una pequeña extensión, de confiar en aquellas personas hechas a imagen de Dios. Todos en la Biblia, desde Adán y Eva hasta los bellacos gobernantes del libro de la Revelación, muestran su maldad fundamentalmente al negar la autoridad de Dios y usurparla. <br />
<br />
¡Es un gran privilegio ser ''servidos'' por líderes piadosos! ¡Tener una autoridad piadosa modelada y dirigida a lograr nuestro beneficio es un gran regalo! Rechazar la autoridad, como muchos hacen hoy día, es poco inteligente y autodestructivo. Un mundo sin autoridad es como desear sin límites, como un coche sin volante, una intersección sin semáforos, un juego sin reglas, un hogar sin padres, un mundo sin Dios. Puede funcionar durante un tiempo, pero pronto parecerá inútil, después cruel y finalmente inenarrablemente trágico. <br />
<br />
A pesar de nuestra tendencia a ignorarlo, un liderazgo piadoso y bíblico es fundamental para la construcción de una iglesia que glorifique a Dios. Nuestro ejercicio de liderazgo en la iglesia está relacionado con el carácter y la naturaleza de Dios. Cuando ejercemos una autoridad correcta según las leyes, en torno a la mesa familiar, en nuestros trabajos, en el grupo de scouts, en nuestro hogar y sobre todo en la iglesia, estamos ayudando a mostrar la imagen de Dios a Su creación. Esta es nuestra misión. Este es nuestro privilegio.</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/La_Chequera_del_Banco_de_la_Fe/20_de_AbrilLa Chequera del Banco de la Fe/20 de Abril2010-07-28T14:04:28Z<p>Mahra: </p>
<hr />
<div>{{info|Faith's Checkbook/April 20}}<br />
<br />
'''''20 de Abril'''''<br />
<br />
'''''“El justo por la fe vivirá.” Romanos 1: 17.'''''<br />
<br />
No he de morir. Yo debo creer, y, en verdad, creo en el Señor mi Dios, y esta fe<br />
me mantendrá vivo. Yo quiero ser contado entre aquellos que son justos en sus<br />
vidas; pero aun si fuese completamente maduro, no querría procurar vivir por mi<br />
justicia: me asiría a la obra del Señor Jesús, y todavía viviría por fe en Él y por<br />
nada más. Si yo fuera capaz de entregar mi cuerpo a la hoguera por mi Señor<br />
Jesús, no confiaría en mi propio valor y constancia, sino que todavía viviría por fe.<br />
<br />
'''''“Si fuese un mártir en la hoguera'''''<br />
<br />
'''''Argumentaría el nombre de mi Salvador;'''''<br />
<br />
'''''Suplicaría el perdón por Su intercesión,'''''<br />
<br />
'''''Y no reclamaría ningún otro derecho.”'''''<br />
<br />
Vivir por la fe es algo más seguro y más feliz que vivir por sentimientos o por<br />
obras. El pámpano, viviendo en la vid, vive una vida mejor que si estuviera solo,<br />
aun si fuese posible que viviese completamente separado del tallo. Vivir<br />
aferrándose a Jesús, y recibir todo de Él, es algo dulce y sagrado. Aun el más<br />
justo ha de vivir de esta manera, ¡cuánto más he de hacerlo yo que soy un pobre<br />
pecador! Señor, yo creo. He de confiar en Ti enteramente. ¿Qué otra cosa podría<br />
hacer? Confiar en Ti es mi vida. Siento que así es. Voy a adherirme a esto hasta.</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/La_Chequera_del_Banco_de_la_Fe/13_de_EneroLa Chequera del Banco de la Fe/13 de Enero2010-07-16T20:09:36Z<p>Mahra: </p>
<hr />
<div>{{info|Faith's Checkbook/January 13}} <br />
'''13 de Enero ''' <br />
<br />
'''“Y al que a mí viene, no le echo fuera.” Juan 6: 37. ''' <br />
<br />
¿Hay algún caso en el que nuestro Señor hubiere echado fuera a alguien que viniera a Él? Si existiera un caso así, nos gustaría conocerlo; pero no ha habido ningún caso, y nunca lo habrá. Entre las almas perdidas en el infierno no hay una sola que pudiera decir: “yo vine a Jesús, y Él me rechazó.” No es posible que tú o yo fuéramos los primeros a quienes Jesús no les cumpla Su palabra. No abriguemos una sospecha tan oscura. <br />
<br />
Supongan que acudimos a Jesús en relación a nuestros males de hoy. De esto podemos estar seguros: Él no nos denegará una audiencia, ni nos echará fuera. Aquellos de nosotros que hemos ido con frecuencia a Él, y aquellos que no han ido nunca antes: vamos juntos, y comprobaremos que Él no cerrará en la cara de ninguno de nosotros la puerta de Su gracia. <br />
<br />
“Este a los pecadores recibe”, pero a nadie desecha. Venimos a Él en debilidad y pecado, con temblorosa fe, escaso conocimiento, y tenue esperanza; pero Él no nos echa fuera. Venimos por medio de la oración, y esa oración es imperfecta; con confesión, y esa confesión es deficiente; con alabanza, y esa alabanza no tiene muchos méritos; sin embargo, Él nos recibe. Venimos enfermos, contaminados, desgastados, e indignos; pero Él no nos echa fuera. Vengamos de nuevo a Él hoy, pues nunca nos echa fuera.</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/La_Chequera_del_Banco_de_la_Fe/25_de_EneroLa Chequera del Banco de la Fe/25 de Enero2010-07-16T20:08:55Z<p>Mahra: </p>
<hr />
<div>{{info|Faith's Checkbook/January 25}} <br />
'''''25 de Enero''''' <br />
<br />
'''''“Él mira sobre los hombres; y al que dijere: pequé, y pervertí lo recto, y no me ha aprovechado, Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro, y su vida se verá en luz.” Job 33: 27, 28.''''' <br />
<br />
Esta es una palabra de verdad, extraída de la experiencia de un hombre de Dios, y equivale a una promesa. Lo que el Señor ha hecho, y está haciendo, lo seguirá haciendo mientras el mundo subsista. El Señor recibirá en Su seno a todos los que vengan a Él con una sincera confesión de su pecado; de hecho, siempre está buscando para descubrir a alguien que esté en problemas por causa de sus faltas. ¿No podemos endosar el lenguaje usado aquí? ¿Acaso no hemos pecado y pecado personalmente como para decir: “He pecado”? ¿No hemos pecado voluntariamente habiendo pervertido lo que es recto? ¿No hemos pecado como para descubrir que no hay ganancia en ello, sino una pérdida eterna? Entonces, acudamos a Dios con este reconocimiento honesto. Él no pide más. No podemos hacer menos. Usemos como argumento Su promesa en el nombre de Jesús. Él nos redimirá del abismo del infierno que abre sus fauces para tragarnos; Él nos concederá vida y luz. ¿Por qué habríamos de desesperar? ¿Por qué habríamos siquiera de dudar? El Señor no se burla de las almas humildes. Él dice en serio lo que afirma. Los culpables pueden ser perdonados. Los que merecen una ejecución pueden recibir un perdón inmerecido. ¡Señor, nosotros confesamos, y te pedimos que nos perdones!</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Una_Teolog%C3%ADa_para_la_Iglesia/La_IglesiaUna Teología para la Iglesia/La Iglesia2010-07-01T13:24:03Z<p>Mahra: </p>
<hr />
<div>{{info|A Theology for the Church/The Church}}<br />
<br />
====La Necesidad de Estudiar la Doctrina de la Iglesia====<br />
<br />
La doctrina de la iglesia es de la mayor importancia. Una teología para la iglesia estaría incompleta sin una teología ''de'' la iglesia. Aunque muchas de las teologías sistemáticas iniciales han omitido, en gran medida, la eclesiología<ref>Desde las teologías del siglo XIX de J. L. Dagg, J. P. Boyce, C. Hodge, R. Dabney, y W. G. T. Shedd hasta la primera teología del siglo XX de E.Y. Mullins, se ha omitido en la teología sistemática, una sección especialmente dedicada a la eclesiología.</ref>, la doctrina de la iglesia es un componente fundamental de la verdad cristiana.<br />
<br />
Esta es la parte más visible de la teología cristiana y está vitalmente conectada con cualquier otra parte de ella. Una iglesia deformada coincide, por lo general, con un evangelio deformado. Ya sea que tal deformación de la iglesia resulte de una mala interpretación del evangelio, o que conduzca a ella, serias desviaciones de las enseñanzas bíblicas acerca de la iglesia; generalmente, significan una mayor y más grave mala interpretación de la fe Cristiana.<br />
<br />
Esto no quiere decir que todas las diferencias en eclesiología sean equivalentes a diferencias sobre el propio evangelio. Cristianos honestos han pospuesto la discusión sobre muchos asuntos importantes en la iglesia. Pero tales frecuentes discrepancias no son necesariamente triviales; es decir, carentes de importancia. No esenciales no significa sin importancia. El color del letrero de la iglesia o la hora de la congregación del culto el día domingo son cosas no esenciales a la fe Cristiana, como sí lo son las prácticas de leer la Escritura y el bautismo de los creyentes. Todo lo concerniente a estas distintas materias varía enormemente en importancia.<br />
<br />
Quizás el común desinterés por la eclesiología derive de la interpretación, según la cual, la iglesia, en sí misma, no es necesaria para la salvación. Cipriano de Cartago, pudo haber afirmado: “Nadie puede tener a Dios como su padre si no tiene a la iglesia como su madre”, pero pocos están dispuestos a compartir este criterio hoy en día<ref>Cipriano, ''De Ecclesiae Catholicae Unitate'' (Oxford: Clarendon, 1971), cap. 6.</ref>. <br />
<br />
Aún la iglesia de Roma reconoció en el Concilio Vaticano II que una participación consciente y competente no es necesaria para la salvación. Y al enfatizar los evangélicos Protestantes la salvación sólo por la fé, ciertamente hacen un uso menor de la iglesia y mucho menos estudian la doctrina de la iglesia.<br />
<br />
Sin embargo, la iglesia debería ser considerada importante debido a la importancia que tiene para Cristo. Cristo fundó la iglesia (Mt. 16:18) comprándola con Su sangre (Hech. 20:28) e identificándose íntimamente con ella (Hech. 9:4). La iglesia es el Cuerpo de Cristo (Ef. 1:23; 4:12; 5:23-32; Col. 1:18,24; 3:15; 1a Co. 12:12-27), el lugar donde mora su Espíritu (Ro. 8: 9, 11, 16; 1a Co.3: 16-17; 6:11,15-17; Ef. 2:18,22; 4: 4) y el principal instrumento para glorificar a Dios en este mundo. Por último, la iglesia es instrumento de Dios tanto para llevar el evangelio a las naciones como para ser el anfitrión de la humanidad redimida por Sí mismo (Apo. 5:9).<br />
<br />
Más de una vez, Jesús dijo que el amor hacia Él, se demostraría por la obediencia a sus mandamientos (Jn 14: 15,23). Tal obediencia no solo requiere compromiso y acción individual del Cristiano, requiere un compromiso colectivo de obediencia. Los individuos de la iglesia, juntos, irán y discipularán, bautizarán, enseñarán a obedecer, a amar, a recordar y conmemorar su muerte vicaria con pan y el fruto de la viña.<br />
<br />
La autoridad eterna de los mandamientos de Cristo obliga a los cristianos a estudiar las enseñanzas bíblicas sobre la iglesia. Los errores actuales debidos a mala interpretación y práctica de la iglesia determinarán, si prevalecen, mayor confusión aún sobre el evangelio. La proclamación Cristiana debe hacer el evangelio audible, comprensible, pero los cristianos viviendo juntos en una congregación local son quienes hacen visible el evangelio (ver Jn 13: 34-35). La iglesia es el evangelio hecho visible. <br />
<br />
Hoy en día, muchas iglesias locales están a la deriva en las fluctuantes corrientes del pragmatismo. Ellas suponen que la respuesta emotiva de los no creyentes es la clave del éxito. Al mismo tiempo, la cristiandad está siendo enajenada en la cultura general en la medida que el evangelismo es calificado de intolerante y ciertas doctrinas bíblicas son consideradas insultos y amenazas racistas. En momentos de tanta hostilidad, las necesidades de los no creyentes pueden considerarse como elementos apenas fiables, y adaptadas a la cultura prevaleciente equivaldrán a una pérdida del propio evangelio. <br />
<br />
En la medida que el crecimiento numérico permanezca como el indicador primario de la vitalidad de la iglesia, la verdad estará comprometida. Por el contrario, las iglesias deben; una vez más, comenzar a a medir el éxito no en función del número de miembros sino en términos de la fidelidad a las Escrituras. William Carey fue fiel en la India y Adoniram Judson perseveró en Burma no porque hubiesen tenido éxito inmediato o por haberse promocionado a sí mismos como “''relevantes''”.<br />
<br />
Tal como ocurre en otras secciones de este libro, la doctrina de la iglesia se considerará; en primer lugar, bíblicamente, luego, históricamente, sistemáticamente, y por último, de manera práctica.<br />
<br />
====¿Qué Dice la Biblia?====<br />
<br />
'''Naturaleza de la Iglesia'''<br />
<br />
La iglesia es el grupo de personas llamadas por la gracia de Dios por medio de la fe en Cristo para glorificarlo a Él y para servirle en este mundo<ref> Robert Barrow dio en 1589 una gran definición de iglesia: “la iglesia, como se entiende universalmente, contiene todos los que han sido, son y serán elegidos por Dios. Considerada particularmente, como se observa en este mundo, consiste de una compañía y compañerismo de fe y gente santa reunida en torno a Cristo Jesús, su único rey, sacerdote y profeta, adorándolo correctamente, siendo apacible y discretamente gobernados por sus oficiales y leyes, manteniendo la unidad de la fe en el vínculo no fingido de amor y paz”. ''A True Description out of the Word of God in the Visible Church'' (Londres: 1589). Para una típica definición Bautista de la iglesia, véase la definición dada por la Asociación Charleston: “Una iglesia evangélica local consiste de una compañía de santos incorporados por un convenio especial en un cuerpo diferente, reuniéndose en un lugar para el disfrute del compañerismo los unos con los otros, teniendo a Jesucristo como la cabeza, en todas sus instituciones, para su mutua edificación y para la gloria de Dios por medio del Espíritu”. En ''A Summary of Church Discipline'', ed. Mark Dever (Washington: Center for Church Reform [9 Marks Ministries], 2001), 118.</ref>.<br />
<br />
''Pueblo de Dios en el Antiguo Testamento: Israel''<br />
<br />
Para comprender la iglesia en la plenitud de la verdad revelada por Dios, se deben examinar tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos. Aunque algunos cristianos usan la frase “la iglesia del Nuevo Testamento” el modelo de la iglesia actual presenta una clara continuidad – aunque no identidad - con el pueblo visible de Dios en el Antiguo Testamento.<br />
<br />
El plan eterno de Dios siempre ha sido mostrar su gloria no solo a través de individuos sino mediante un colectivo, En la creación, Dios no creó una persona sino dos, y dos que tuvieran la habilidad de reproducirse. En el diluvio, Dios no salvó a una persona sino a unas pocas familias. En Génesis 12, Dios llamó a Abram y le prometió que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas del cielo o la arena de las playas. En el éxodo, Dios pacta no solo con Moisés sino con la nación de Israel – 12 tribus compuestas de cientos de miles de personas que aún mantenían una identidad colectiva (Ex. 15:13-16). Él dio leyes y ceremonias que debían ser cumplidas no solo a nivel de la vida individual sino por toda la sociedad. <br />
<br />
En el Antiguo Testamento, Israel es llamado el Hijo de Dios (Ex. 4:22), su esposa (Ez. 16:6-14), la niña de sus ojos (Deut. 32:10), su vid (Is. 5:1-7, Nah. 2:2), su rebaño (Ez. 34). En cada uno de estos nombres, dios presagia el trabajo que Él eventualmente haría por medio de Jesucristo y su iglesia. <br />
<br />
Etimológicamente, existe una conexión entre la palabra empleada en el Antiguo Testamento para “asamblea”, ''qahal'' , y la palabra del Nuevo Testamento que se traduce por “iglesia”, ''ekklesia''. La traducción griega del Antiguo Testamento, la LXX, traduce ''qahal'' en Deut. 4:10 y en otras partes como ''ekklesia''. (Compare Deut. 4:10 y Hech. 7:38).<br />
<br />
Esta palabra para asamblea, ''qahal'', está estrechamente asociada en el Antiguo Testamento con el pueblo elegido de Dios: Israel. La sustanciosa asociación entre la asamblea de Dios y el pueblo elegido de Dios se transfiere al Nuevo Testamento mediante la palabra empleada para denotar, ahora, al pueblo de Dios: ''la iglesia''.<br />
<br />
La iglesia es, literalmente, una asamblea (ver He. 10:25). Es la asamblea de Dios porque Dios mora con la iglesia. Y la iglesia está compuesta de gente que está empezando a conocer el cambio de rumbo de los efectos de la caída. Luego, tanto los miembros de Israel como los de la iglesia reciben destellos de la gloria que espera al pueblo de Dios. <br />
<br />
Isaías vió y oyó a los serafines decirse unos a otros: "Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de su gloria." (Is. 6:3)<ref>A menos que se indique lo contrario, todas las Escrituras citadas en este capítulo son tomadas de Nueva Versión Internacional (NVI).</ref> Luego Juan encuentra lo que parece ser la misma asamblea celestial cuando el oye a los ángeles, criaturas vivas y a los ancianos cantando, "¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!" (Apo. 5:12). Aunque las visiones de Isaías y Juan fueron únicas, Pablo le dijo a los corintios que los no creyentes percibirían al mismo Dios trabajando entre ellos: "¡Realmente Dios está entre ustedes!" (1 Co14:25). El cielo se muestra en la tierra en la asamblea de Dios, la iglesia.<br />
<br />
Los cristianos están divididos en cuanto a cuán estrechamente podría ser identificado Israel con la iglesia<ref> Esta distinción es fundamental para la teología y escatología del dispensacionalismo. John F. Walvoord. The Millennial Kingdom. (Grand Rapids: Zondervan, 1959).</ref>. El Nuevo Testamento identifica, de manera explícita, a Israel y la iglesia en un solo lugar. En Gálatas 6:16, Pablo se refiere a “todos los que siguen esta norma” en las iglesias de Galacia con el título “el Israel de Dios”. Mientras algunos sugieren que “el Israel de Dios” se refiere específicamente a los judíos que pertenecían a las iglesias predominantemente gentiles de Galacia, otros están convencidos que en la misma carta Pablo se refiere a todos los cristianos, judíos y gentiles como “la semilla de Abraham” (Gál. 3:29), indicando que el vínculo entre Israel y la iglesia es deliberado.<br />
<br />
Las distinciones del pueblo de Dios entre el Antiguo y el Nuevo Testamentos son obvias. El pueblo de Dios en el Antiguo Testamento era étnicamente distinto, en el Nuevo Testamento ellos son étnicamente mezclados. En el Antiguo Testamento ellos vivían bajo su propio gobierno con leyes dadas por Dios, en el Nuevo Testamento ellos viven bajo los gobernantes de las naciones. En el Antiguo Testamento se exigía la circuncisión de los descendientes varones, en el Nuevo Testamento se reclama el bautismo de todos los creyentes. <br />
<br />
La continuidad entre Israel y la iglesia es un tema muy controversial. Hechos 15 es un pasaje particularmente significativo sobre este tema. En el concilio de Jerusalén, Santiago citó una profecía de Amós (9:11-12) que promete que la tienda caída de David será restaurada y que Israel tomará posesión de todas las naciones que llevan el nombre del Señor. Santiago afirma que esta profecía apunta hacia las circunstancias presentes de la iglesia y la reciente influencia de los creyentes gentiles. “Los apóstoles y ancianos” (Hech. 15:6) se reunieron para considerar, precisamente, la cuestión de los creyentes gentiles y concluyeron aceptando que la reciente influencia de los creyentes gentiles en la iglesia era el cumplimiento de la profecía acerca de los Gentiles viniendo a Israel<ref> Esto debería ser similar a la forma como el autor de ''Hebreos'' parece recordar, en Hebreos 8, la profecía de Jeremías 31 relativas a las casas de Judá e Israel como satisfechas (o cumplidas) en la iglesia.</ref>.<br />
<br />
Aunque Israel y la iglesia no son idénticos, están estrechamente relacionadas, y están relacionadas mediante Jesucristo (Ef. 2:12-13). Israel fue llamado a ser el siervo del Señor pero le fue infiel. Por otra parte, Jesús fue un siervo fiel (Mt. 4:1-11). Tanto los templos de Salomón y Esdras como la visión de Ezequiel, apuntan hacia Cristo Jesús cuyo cuerpo constituye el supremo tabernáculo terrenal del Espíritu de Dios. También encontramos que la tierra de Israel, especialmente la ciudad de Jerusalén, apunta hacia la redención de toda la tierra. El cielo mismo es señalado como la nueva Jerusalén. La iglesia multinacional satisface la promesa dada a las doce tribus de Israel (ver Apo. 7). Y la ley del Antiguo Testamento encuentra su cumplimento en Cristo (Mt. 5:17). Cristo es el cumplimiento de todo aquello a lo que aspira Israel y la iglesia es el Cuerpo de Cristo.<br />
<br />
Por último, se debe señalar que Dios ha tenido concretamente un plan para glorificar su nombre mediante grupos de personas que Él ha específicamente elegido y tomado como suyos<ref> Ver George Eldon Ladd, ''The Gospel of the Kingdom'' (Grand Rapids: Eerdmans,1959), 120. Para puntos de vista opuestos ver la tradicional posición dispensacionalista representada por Walvoord en ''The Millennial Kingdom'', entre otras.</ref>. “La historia de la iglesia comienza con Israel, el pueblo de Dios del Antiguo Testamento.”<ref> Edmund Clowney, ''The Church'' (Downers Grove: Inter Varsity, 1995), 28.</ref><br />
<br />
''Pueblo de Dios en el Nuevo Testamento: Iglesia''<br />
<br />
En un punto particularmente bajo en la degeneración moral de Israel, el escritor de Jueces describe a la nación como “el pueblo de Dios” (Jue. 20:2, Comparar con 2º S 14:13)<ref>עם אלהים</ref> El equivalente griego de esta frase <ref>θαῤῥέωθεός</ref> es usado por el escritor de Hebreos para describir el pueblo de Israel con quien Moisés se identifica en lugar de hacerlo con el linaje del Faraón (He. 11:25). Esta misma frase es usada previamente (He. 4:9) para referirse a los cristianos. Escribiéndole a los cristianos del primer siglo, Pedro también emplea esta frase, diciéndole a sus lectores: “antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios”<ref>λαόςθεός</ref> (1ª P. 2:10).<br />
<br />
En el Nuevo Testamento, la palabra traducida como ''iglesia'' puede ser usada para describir tanto una congregación local como todos los creyentes en cualquier parte. En el uso contemporáneo, la palabra también se emplea para designar edificaciones y denominaciones. En estas últimas acepciones, la palabra ''iglesia'' no es equivalente a la palabra griega del Nuevo Testamento<ref> William Tyndale normalmente traduce ''ekklesia'' como “congregación”.</ref>. <br />
<br />
La palabra que se traduce como ''iglesia'' aparece 114 veces en el Nuevo Testamento<ref>3 veces en Mateo, 46 veces en las cartas paulinas, 23 veces en Hechos, 2 veces en Hebreos, una en 3ª Juan, una en Santiago y 20 veces en Apocalipsis. </ref>. Ninguna otra palabra se traduce al español como ''iglesia''. Pero la palabra ''ekklesia'' fue usada en los tiempos del Nuevo Testamento para describir más que las asambleas de cristianos. La palabra se usaba frecuentemente en las ciudades griegas para referirse a asambleas convocadas para realizar tareas específicas. En Hechos 7:38 y Hebreos 2:12 se usa'' ekklesia'' para describir asambleas del Antiguo Testamento. Lucas usó ''ekklesia'' tres veces en Hechos 19 para describir la conmoción de la multitud reunida en un anfiteatro de Éfeso enfrentada a Pablo (Hechos 19: 32, 39, 41). Las 109 veces restantes se refieren a la asamblea de cristianos.<br />
<br />
Jesucristo fundó su propia asamblea, su propia iglesia. Conforme a los Evangelios, Cristo llamó por primera vez a su pueblo ''“mi iglesia”'' en Mateo 16:18. Adán nombró a su prometida, Jesucristo nombró a la iglesia. En su enseñanza registrada, Cristo nombró a la iglesia dos veces: Mateo 16:18 y 18:17. Ya que Jesús sobreentendía que Él era el Mesías, sus referencias a su iglesia contienen casi totalmente la idea Hebrea de ''qahal ''o'' “asamblea''."<ref>La Septuaginta traduce la palabra Hebrea ''qahal'' con la palabra Griega ''ekklesia'' setenta y siete veces.</ref> El Mesías era esperado para establecer su asamblea mesiánica, por tanto, a lo largo de los Evangelios Cristo selecciona a aquellos que fueron fieles para reconocerlo y seguirlo.<br />
<br />
En el libro de los ''Hechos'', Lucas usualmente usa el término ''ekklesia''<ref>Quizás la única excepción sea Hechos 9:31. A lo mejor a este uso único se deba a la iglesia de Jerusalén, la cual, aunque había sido dispersada continuaba considerándose como una unidad.</ref> para señalar asambleas locales específicas. Así es como el designó las asambleas en Jerusalén, Antioquia, Derbe, Listra y Éfeso. Estas iglesias seleccionaron y enviaron misioneros (ver Hechos 15:3). Lucas también cita a Pablo describiendo a la iglesia como comprada ''“con la propia sangre”'' de Dios (Hechos 20:28).<br />
<br />
Pablo con frecuencia se refiere a la iglesia (o iglesias) de Dios (ver 1ª Co 1:2; 10:32; 11:16, 22; 15:9; 2ª Co 1:1; Gal 1:13; 1ª Tes 2:14; 2ª Tes 1:4) o la iglesia (o iglesias) de Cristo (ver Ro 16:16; Gal 1:22). El se identifica a sí mismo como un antiguo perseguidor de la iglesia (Fil 3:6 comparar con 1ª Co 15:9) y su ministerio apostólico se centró en plantar y edificar iglesias. Las cartas de Pablo (particularmente a los Corintios) están llenas de instrucciones para los primeros cristianos sobre su comportamiento en sus asambleas. “Cuando el habla de ἐκκλησία piensa, en primer lugar, de la asamblea concreta, en un lugar específico, de aquellos que han sido bautizados…<br />
<br />
Declaraciones eclesiológicas que trasciendan el nivel de asamblea local son raras en las cartas de Pablo<ref>J. Roloff, “ἐκκλησία” enNIDNTT (Grand Rapids: Eerdmans, 1990) 1:412-13.</ref>. En Efesios y Colosenses, Pablo, relaciona e identifica íntimamente a Jesucristo con las iglesias (ver Ef 2:20; 3:10-12; 4:15, Col 1:17-18, 24; 2:10), particularmente usando las imágenes de marido-esposa y cabeza-cuerpo para describir la relación de Cristo con la iglesia (Col 3:18 y siguientes, Ef. 5:22-33). La intención de Dios “es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales, conforme a su eterno propósito realizado en Cristo Jesús nuestro Señor” (Ef. 3:10-11).<br />
<br />
El libro de Hebreos menciona a la iglesia una vez (He 12:23) refiriéndose a una asamblea terrenal con un destino celestial<ref> Hebreos 2:12 como referencia a una asamblea del Antiguo Testamento fue mencionada antes.</ref>. Santiago, también se refiere a una asamblea local y a sus ancianos en Stg 5:14. La 3ª carta de Juan presenta una imagen de una congregación particular y de sus conflictos con un falso maestro y líder. Aparte de Pablo y del libro de Hechos, es el libro de Apocalipsis el que presenta la mayor ocurrencia de la palabra iglesia o su plural que cualquier otro libro del Nuevo Testamento. Excepto por una referencia en el último capítulo, todas ellas ocurren en los tres primeros capítulos. La palabra es usada catorce veces en estos capítulos iniciales de modo tal que inician o culminan la carta particular destinada a cada una de las siete iglesias (ver Apo 2:1, 7-8, 11-12, 17-18,29; 3:1, 6-7, 13-14, 22). La palabra no se vuelve a usar hasta 22:16 donde Jesús declara que Él ha enviado su ángel “para darles a ustedes testimonio de estas cosas que conciernen a las iglesias”. Así que el mensaje de este libro desde el capítulo 4 hasta el 22 trata, y es significativo, para las iglesias locales.<br />
<br />
Muchas de las enseñanzas del Nuevo Testamento acerca de la naturaleza de la iglesia pueden ser deriva das de las imágenes usadas para la iglesia. Paul Minear en su clásico trabajo ''Imágenes de la Iglesia en el Nuevo Testamento'' señala 96 imágenes de la iglesia en el Nuevo Testamento.<ref> Paul Minear ''Images of the Church in the New Testament'' (Filadelfia: Westminster, 1960).</ref> Aunque el número 96 pude no ser correcto según el teólogo católico romano Avery Dulles en su reciente trabajo ''Modelos de la Iglesia,'' está de acuerdo en que los autores del Nuevo Testamento usaron una gran cantidad de imágenes.<ref>Avery Dulles, ''Models of Church,'' 2ª ed. (New York: Image, 1987).</ref> Dios ha inspirado múltiples imágenes, cada una de las cuales ofrece una perspectiva diferente y ninguna de ellas debe prevalecer en nuestra concepción de manera tal que se pierda la comprensión profunda y esencial del término. Aunque todas son inspiradas, no son intercambiables ni son todas ellas globales en su presentación de la naturaleza y misión de la iglesia. Las grandes imágenes son familiares: la iglesia como el pueblo de Dios, la nueva creación, el compañerismo o comunión en la fe, y por supuesto, el Cuerpo de Cristo. <br />
<br />
Ninguna de estas imágenes niega los aspectos institucionales de la iglesia, pero su número y variedad apunta hacia cierto misterio en la naturaleza de la iglesia. La iglesia es la heredera del evangelio (como se muestra en Hechos). La iglesia es el siervo obediente (bosquejado en Isaías). La iglesia es la esposa de Cristo (Apo. 19-20). La iglesia es una edificación (Ef. 2:21; 1ª P. 2). La iglesia es el templo (1ª Co 3:16). La iglesia es la comunidad de personas que vive en los últimos días contados a partir del ministerio terrenal de Cristo y la llegada del Espíritu. Se pueden citar muchas otras imágenes de la iglesia tales como “la sal de la tierra” (Mt. 5:13) o “la carta de Cristo” (2ª Co 2:2-3). Pero la mayor consideración debe dársele a cuatro grupos importantes de imágenes. <ref>Otra vía familiar de categorizar las imágenes de la iglesia en el Nuevo Testamento ha sido el uso de la estructura trinitaria del pueblo de Dios, el Cuerpo de Cristo y la morada del Espíritu Santo. </ref><br />
<br />
Primero, la iglesia es ''el pueblo de Dios.'' Esta imagen ya fue considerada en el trasfondo cultural del Antiguo Testamento. También está presente en el Nuevo Testamento. Pedro usa esta expresión para alentar a los lectores de su primera epístola (1ª P. 2:9-10); comparar con Ro 9:25-26; Os 1:9-10; 2:23). Estos primeros cristianos estaban batallando con la a veces dolorosa distinción de elegir entre su identidad en Cristo o ser como los del mundo pagano. El lenguaje de Pedro de un templo constituido por piedras vivas de vidas cristianas y Cristo mismo como la piedra angular (1ª P. 2:4-6), le recuerda a estos desmoralizados cristianos que ellos eran el pueblo de Dios, creados por Su gracia como un solo pueblo. El pueblo de Dios se fundamenta, exclusivamente, en Él y sus actos. <br />
<br />
Muchas conexiones con el Antiguo Testamento: la semilla de Abraham (Gal 3), la nación santa (1ª P. 2), Israel (Ro:9-11), confirman el status de la iglesia como el pueblo de Dios.<br />
Otra imagen importante describe la iglesia como ''la nueva creación.'' Muchos cristianos evangélicos piensan en la nueva creación en conexión con el lenguaje explícito de Pablo en 2ª Co 5:17 “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” Ellos asocian esto, de manera automática, con la conversión individual del creyente. Pero la imagen de la nueva creación es tanto individual como colectiva. En el Nuevo Testamento, la resurrección de Cristo se presenta como los primeros frutos de entre los muertos (1ª Co 15:20-23). Y en su resurrección, la gran resurrección final ha comenzado. En todas estas referencias, están presentes imágenes del Reino de Dios. Dios nos está obsequiando un nuevo comienzo, una nueva creación por medio de Cristo.<br />
<br />
Una tercera imagen importante usada por la iglesia se basa en la idea de ''comunión''. Las salutaciones de las cartas de Pablo presentan a los cristianos a quienes van dirigidas como compartiendo cualidades distintivas del mundo que los rodea. Así, en 1ª Co 1:2, Pablo escribe: “a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros.” Los cristianos de Corinto, como los cristianos de cualquier parte, comparten el status de estar apartados para los propósitos especiales de Dios. <br />
<br />
Asimismo, los cristianos de todas partes, son llamados conjuntamente a la santidad. Jesús oró para que sus seguidores conocieran tal comunión (Jn 17). Encontramos esta comunión en las cartas paulinas y en el libro de Hechos. Mucho del material de las epístolas representa el desarrollo de esta vida en común, como los autores pretenden estimular a los creyentes para que interactúen de manera que glorifiquen a Dios y reflejen su status compartido de seguidores de Cristo, de discípulos de Cristo y de amigos de Cristo (Jn 15:15, Lc 12:4).<br />
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Finalmente, la comunión entre los cristianos en la iglesia se basa en la unión de los creyentes con Cristo. De acuerdo al Nuevo Testamento, por dicha unión, los cristianos viven con Cristo, sufren con Cristo, son crucificados con Cristo, mueren con Cristo, serán resucitados con Cristo y son glorificados con Cristo.<br />
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La imagen postrera, y quizás la más conocida, es la iglesia como ''el cuerpo de Cristo''. Pablo escribió en 1ª Co 10: 17: “Hay un solo pan del cual todos participamos; por eso, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo”. El usa esta imagen en un largo pasaje (1ª Co 12-14) para describir la diversidad de dones en el cuerpo único de la iglesia. En Efesios 3, Pablo argumenta que los creyentes tanto Gentiles como Judíos, pertenecen al mismo cuerpo. ¿Inventó Pablo esta imagen? ¡No! Le fue dada en su conversión, cuando el Cristo resucitado le preguntó: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hech. 9:4).<br />
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Otra imagen del Nuevo Testamento digna de ser considerada brevemente es ''el Reino de Dios,'' una metáfora relativa al gobierno o reino de Dios. Jesucristo enseñó a sus seguidores a orar: “'Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino” (Mt 6:9-10). El asunto que surge naturalmente en nuestro contexto es si el reino es idéntico a la iglesia o si ¿es una imagen como las otras? Aunque la teología católico-romana tiende a identificar reino e iglesia, en las Escrituras se establece una distinción entre el reino de Dios (presente y futuro) y la iglesia. El reino de Dios se refiere más específicamente al gobierno o preeminencia de Dios. George Eldon Ladd señala:<br />
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<blockquote>El Reino no se identifica con sus súbditos. Ellos son el pueblo que se acercó a Dios, se sometió y vive gobernado por Él. La iglesia es la comunidad del Reino pero en ningún caso el Reino mismo. Los discípulos de Jesús pertenecen al Reino así como el Reino les pertenece a ellos, pero ellos no son el Reino. El Reino es el gobierno de Dios; la iglesia es una asociación de hombres. <ref> George Eldon Ladd, ''A Theology of the New Testament.'' Ed. Rev. (Grand Rapids: Eerdmans, 1993).</ref></blockquote><br />
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En el libro de los Hechos, los apóstoles no predican la iglesia, ellos predican el Reino de Dios<ref>Ver por ejemplo, Felipe en Hech. 8:12 y Pablo en 19:8; 28:23.</ref>.<br />
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La iglesia, entonces, es la ''koinonía''<ref>κοινωνέω</ref>, o comunión, de gente que ha aceptado y entrado al Reino de Dios. Este reino no está formado por naciones ni familias, sino por individuos (Mr 3:31-35; Mt 10:37). Según la parábola de Jesús en Mt 21, el reino de Dios fue quitado a los judíos y dado a un pueblo, como dijo Jesús, “que dará frutos” (Mt 21:43; Hech. 28:26-28; 1ª Tes 2:16). La relación entre el Reino y la iglesia puede, por lo tanto, definirse de la siguiente manera: El Reino de Dios crea la iglesia. Los verdaderos cristianos constituyen un Reino en su relación con Dios con Cristo como su Señor y una Iglesia en su separación del mundo en devoción a Dios, y en su unión orgánica los unos con los otros. <ref> Louis Berkhof, ''Sistematic Theology''. (Grand Rapids: Eerdmans, 1938), 569. </ref><br />
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Mateo 16:19 presenta un texto particularmente importante para comprender la relación entre el reino y la iglesia. Jesús prometió a sus discípulos: “Te daré las llaves del reino de los cielos” (Mt 16:19). Más allá de lo que con exactitud signifique la promesa de las llaves del reino, el poder del reino, es en efecto delegado en la iglesia. “El reino es la obra de Dios. Ha venido al mundo por Jesucristo; trabaja en el mundo mediante la iglesia. Cuando la iglesia haya proclamado el evangelio del reino en todo el mundo como testimonio a todas las naciones, Cristo regresará y traerá el reino en gloria”. (Mt 24:14) <ref>George Eldon Ladd, “Kingdom of God,” in EDT, 2nd ed., ed. Walter Elwell (Grand Rapids: Baker, 2001), 611; cf. Berkhof, Systematic Theology, 568–70.</ref><br />
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====Atributos de la Iglesia: Una, Santa, Universal, Católica====<br />
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El Credo Niceno – Constantinoplano, establecido por el Concilio de Constantinopla en el año 381 D.C., afirma que los cristianos creen en “una, santa, católica y apostólica iglesia”. Estos cuatro adjetivos (''notae ecclesiae'') han sido usados históricamente para resumir las enseñanzas bíblicas sobre la iglesia.<ref>Para mayores detalles ver Richard D. Phillips, Philip G. Ryken, Mark E. Dever, ''The Church: One, Holy, Catholic and Apostolic'' (Phillipsburg: Presbyterian and Reformed, 2004).</ref><br />
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La iglesia es ''una'' y es una porque Dios es único. Los cristianos se han caracterizado, siempre, por su unidad (Hech. 4:32). La unidad de los cristianos en la iglesia va a ser una de las características de la iglesia, y una señal para el mundo que refleja la unidad de Dios mismo. Luego, las divisiones y los conflictos son escándalos particularmente serios. Pablo escribió a los Efesios “Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos”. (Ef 4:4-6). En 1ª Corintios 1, Pablo argumenta sobre la unidad de los cristianos basado en su unidad en Cristo. En Romanos 12 y 1ª Corintios 12, Pablo enseña que hay un cuerpo. Y en Gálatas 3:27-28 Pablo dice que los cristianos son uno en Cristo Jesús, independientemente de su origen étnico. Las enseñanzas de Pablo reflejan las mismas enseñanzas de Cristo de que hay una manada (Jn 10:16). Asimismo Cristo oró en Juan 17 para que sus seguidores fuesen uno (permanecieran unidos).<br />
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Hans Kung ha dicho que la iglesia es una aunque está desagrupada<ref>Küng, The Church, 320.</ref>. Esta unidad no es visible a nivel organizacional; es una realidad espiritual, consiste en la camaradería de los verdaderos creyentes que comparten en el Espíritu Santo. Se hace visible cuando los creyentes comparten el mismo bautizo, participan de la misma cena y ven hacia adelante que compartirán una ciudad celestial. La iglesia en la tierra experimenta esta unidad solamente cuando están unidos con la verdad de Dios tal como está revelada en las Escrituras. <br />
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La iglesia es ''santa'' y es santa porque Dios es santo (Lev 11:44-45; 19:2; 1ª P. 1:14-16). La santidad de la iglesia describe tanto la declaración de Dios respecto a su pueblo como el trabajo progresivo del Espíritu. Después de todo la iglesia es la morada del Espíritu Santo y está compuesta por los santos que han sido apartados por Dios para ser usados por Él (1ª Co 1:2). Luego, la santidad de la iglesia es fundamentalmente la santidad de Cristo; al mismo tiempo, la santidad de Cristo se reflejará en la santidad de la iglesia (Ro 6:14; Fil 3:8-9). Cristo “amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable”. (Ef 5:26 -27).<br />
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En esta era la iglesia no alcanzará la santidad de manera perfecta. “El Señor trabaja diariamente para alisar las arrugar y limpiar las máculas. De aquí sigue que la santidad de la iglesia no es completa todavía. La iglesia es santa en el sentido que cada día avanza pero no es, aún, perfecta”<ref>Küng, The Church, 320.</ref>. Pero el status de santidad que la iglesia posee en virtud de la declaración de Dios también separa a la iglesia del mundo para el servicio a Dios.<br />
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En consecuencia, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento enfatizan la importancia de la santidad entre el pueblo de Dios para que puedan realizar el servicio al cual han sido llamados (Deut 14:2; 1ª Co 5-6; 2ª Co 6:14-7:1). Ciertamente una iglesia que se resigna a lo dañino fracasa estrepitosamente. Este status de santidad consiste en ser apartado, no en ser separado; con lo cual, este estado de santidad se expresa en acciones en este mundo.<br />
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La iglesia es ''universal'' y es universal porque Dios es el “Señor de toda la tierra” (Jos 3:11,13; Sal 97:5; Miq 4:13; Zac 4:14; comparar con Jer 23:24) y “Rey de las naciones” (Apo 15:3). La iglesia es universal en lo que respecta a su expansión en el espacio y el tiempo. La universalidad es el único de estos cuatro atributos que no se encuentra en el Nuevo Testamento. Sin embargo esta descripción se deriva de una reflexión sobre la verdadera iglesia. ''Católica'' es la vieja palabra usada para describir este atributo. Sin embargo, debido a que esta palabra se asocia con la Iglesia de Roma, ''universalidad'', proporciona una mejor traducción de la palabra griega usada originalmente en la doctrina, ''katholikein''<ref>kaqolikhin</ref>. Universalidad no es propiedad de ningún grupo de verdaderos cristianos. En la carta de Ignacio de Antioquia a los Esmirnios a principios del siglo II D.C., el escribió “donde está Jesucristo, está la iglesia universal”. A partir del siglo III D.C. la palabra se usó como sinónimo de “ortodoxo” en oposición a “herético”, “cismático” o “novedoso”.<br />
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Mientras cada iglesia local fiel a las Escrituras es parte de la iglesia universal, y constituye en sí misma una iglesia, ninguna iglesia local puede abrogarse la representación de la iglesia universal. Por lo tanto, los cristianos deben tener mucho cuidado en sus supuestos de exactitud de las doctrinas o prácticas que pueden, de hecho, ser característicos de su tiempo y lugar. Desde la inclusión de los Gentiles en la iglesia del primer siglo, la iglesia ha obedecido el mandato de Cristo de difundir el evangelio a todas las naciones, de tal manera que la iglesia finalmente estará integrada por gente de todas las naciones. “Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación” (Apo 5:9).<br />
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La continuidad de la iglesia en el espacio y el tiempo impide que la iglesia permanezca cautiva de cualquier segmento de ella. La iglesia, tanto en sus manifestaciones locales como universal, pertenece a Cristo y sólo a Cristo.<br />
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La iglesia es ''apostólica'' y es apostólica porque fue fundada sobre la Palabra de Dios dada a los apóstoles y es fiel a ella. Al principio de Su ministerio público, Jesús “llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los que nombró apóstoles” (Lc 6:13). Hacia el final de su ministerio, Jesús oró “"No ruego sólo por éstos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos [los apóstoles]” (Jn 17:20). Desde los apóstoles hasta el día de hoy, el evangelio que ellos predicaron se ha conservado como herencia. Ha ocurrido una sucesión de enseñanza apostólica basada en la Palabra de Dios. Pablo dijo a los creyentes Efesios que ellos habían sido “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular” (Ef 2:20). La sucesión que continuó el fraguado de este fundamento puede no haber involucrado siempre la transmisión persona a persona pero ha sido una sucesión de fiel enseñanza de la verdad. Escribiendo a los Gálatas, Pablo enfatiza que la fidelidad al mensaje del evangelio que él les ha dado debe reemplazar a cualquier fidelidad personal hacia él (Gál 1:6-9). <br />
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¿Qué significa esto hoy en día si los apóstoles desaparecieron hace mucho tiempo? Edmund Clowney lo dice brevemente: “Menoscabar la autoridad de las Escrituras es destruir el fundamento apostólico de la iglesia” . La continuidad física de una línea de pastores-ancianos desde los apóstoles de Cristo hasta el presente, es insignificante comparado con la continuidad entre la enseñanza en las iglesias actuales y la enseñanza de los apóstoles . La iglesia sólo existe con la enseñanza de los apóstoles, tal como Pablo le dice a Timoteo: “columna y fundamento de la verdad” (1ª Tim 3:15). Estos cuatro argumentos han sido usados ampliamente para expresar las enseñanzas de la Biblia acerca de la iglesia. Ellas son las albricias y tareas de la iglesia.<br />
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<blockquote>La iglesia ya es una. Pero esta unidad debe hacerse más visible en… fe y práctica. La iglesia ya es santa en origen y fundamentos, pero debe esforzarse en producir frutos de santidad en esta estancia temporal en el mundo. La iglesia ya es católica pero debe buscar la plena medida del catolicismo asimilando las protestas válidas contra los abusos de la iglesia… en su propia vida. La iglesia ya es apostólica pero debe ser más conscientemente apostólica permitiendo que el evangelio reforme y aún modifique sus consagrados ritos e interpretaciones. </blockquote><br />
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====Las Señales Distintivas de la Iglesia====<br />
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A través de los siglos, los cuatro atributos de la iglesia han sido reunidos y frecuentemente reemplazados por dos señales distintivas que definen la iglesia local . Estas dos señales distintivas son la correcta predicación de la Palabra de Dios y la correcta administración del Bautismo y la Cena del Señor. De hecho, una eclesiología bíblica puede perfectamente organizarse y presentarse bajo estas dos señales puesto que satisfacen plenamente la creación y la preservación de la iglesia. Aquí está la fuente de la verdad de Dios que da vida a su pueblo y aquí está la gloriosa vasija que contiene y exhibe este glorioso trabajo. La iglesia se desarrolla por la correcta predicación de la Palabra. La iglesia se distingue por; y está sujeta a, la correcta administración del bautismo y de la Cena del Señor.<br />
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Debe advertirse que esta última señal presume e implica la práctica de la disciplina en la iglesia. El resto de esta sección está dedicado a una investigación de las enseñanzas bíblicas sobre una iglesia organizada en función de estos dos parámetros: primero, la correcta predicación de la Palabra de Dios; segundo, la correcta administración de las ordenanzas. También se considerarán varias implicaciones de la correcta administración de las ordenanzas tales como la membrecía, el gobierno, la disciplina, la misión y el propósito de la iglesia.<br />
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''La Predicación Correcta como Señal de una Verdadera Iglesia'' <br />
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En las Escrituras, el pueblo de Dios es creado por la revelación que Dios hace de sí mismo. Su Espíritu acompaña a Su Palabra y trae vida. <br />
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El tema “vida mediante la Palabra” está claro en ambos Testamentos. En el Antiguo Testamento, Dios crea la vida en Génesis 1 por medio de su aliento. Dios habló y el mundo y todos los seres vivos fueron creados. En Génesis 1:30, se describe a las criaturas vivas como las que “tienen el aliento de vida<ref>neh'-fesh</ref>” en ellas. Tan es así que luego, en Génesis 2:20, Dios sopló el mismo ''aliento de vida'' en aquellas criaturas hechas especialmente a su imagen: hombres y mujeres.<br />
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Después que el primer hombre y la primera mujer fueron alejados de Dios por su rebelión contra Él, Dios los sostuvo a ellos y sus descendientes por medio de su Palabra. De esta manera les fue dada una palabra de promesa en Génesis 3:15. De nuevo, en Génesis 12 Su palabra llamó a Abram de Ur de Caldea a ser el progenitor del pueblo de Dios. En Éxodo 3:4, Dios llamó a Moisés con Su palabra a llevar a su pueblo fuera de Egipto. En Éxodo 20, Dios da a su pueblo “los diez mandamientos”, y a lo largo del Pentateuco, la Palabra de Dios fue la influencia para moldear a su pueblo. Desde el principio hasta el fin del Antiguo Testamento, Dios ministró a su pueblo mediante su Palabra. Él los creó y re-creó mediante las enseñanzas de la ley por los sacerdotes y por la orientación inspirada de los profetas.<br />
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Ezequiel 37 presenta una imagen dramática de la re-creación en particular. El pueblo de Israel estaba en el exilio, es representado como un ejército tan devastado que de él sólo quedaban los huesos. Dios le ordenó al profeta Ezequiel que le predicara a esos huesos. Conforme Ezequiel lo hizo, el Espíritu de Dios acompañaba las palabras de Ezequiel y los huesos cobraron vida.<br />
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<blockquote>Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, y les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida! Entonces el Señor me dijo: "Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: Esto ordena el Señor omnipotente: “Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan”. Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso! (Ez 37:7-10).</blockquote><br />
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Pasando al Nuevo Testamento, la Palabra de Dios de nuevo juega un papel central como dadora de vida. Tanto es así que la eterna Palabra de Dios, el Hijo de Dios, fue encarnado para la salvación del pueblo de Dios (Jn 1). Jesús vino tanto a predicar la Palabra de Dios, a encarnarla excepcionalmente, como a cumplir la voluntad de Dios mediante su vida perfecta, su muerte expiatoria y su triunfante resurrección. Él fundó su iglesia e instruyó a sus seguidores a ir a todas las naciones a predicar el evangelio, el mensaje de reconciliación con Dios por medio de Él (Mt 28:18-20). Por lo tanto, Pablo pudo escribir: “Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo” (Ro 10:17). El mensaje consistente de las Escrituras es que Dios creó a su pueblo y los trae a la vida por medio de su Palabra.<br />
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La correcta predicación de la Palabra de Dios que crea la iglesia, no es solo la Palabra que viene de Dios sino la Palabra acerca de Dios. Tal como el llamado a escuchar, la ''shema'' judía dice: “Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor”. (Deut 6:4). Inmediatamente después de esta declaración acerca de Dios está el imperativo mandato que señala la respuesta requerida del pueblo de Dios: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Deut 6:5). Cuando se le preguntó a Jesús cual era el mandamiento más importante, eso, fue lo que dijo (Mr 12:29-33; Mt 22:37; Lc 10:27). No solamente se repite en el Antiguo y el Nuevo Testamentos (2º Cr 15:12; Is 44:6-8; Jn 17:3; 1ª Co 8:5-6; Stg 2:19); sino que resume toda la ley, y fundamentalmente, delimita la identidad de aquellos que pertenecen a Dios. Cuando el pueblo de Dios oiga acerca de Dios y de lo que Él exige, responderá.<br />
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En este sentido, una correcta comprensión de Dios proporciona la estructura adecuada para la sana predicación. Todo lo que el predicador enseña debe estar encuadrado y debe coincidir con el entramado de la teología bíblica que enseña tanto al predicador como a la congregación acerca de Dios y de lo que Él espera de la humanidad. Después de todo, una correcta comprensión de Dios es el único fundamento válido para la iglesia. Y Dios siempre se ha revelado a sí mismo por medio de su Palabra: su Palabra escrita, su Palabra encarnada, y su Palabra predicada. Esta es la tarea de la iglesia: proclamar la Palabra de Dios.<br />
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En una sección inicial de este libro, se ha tratado extensamente la naturaleza y los atributos de Dios, aún así, es apropiado revisar el carácter de Dios a la luz de su rol fundamental en la predicación y la existencia de la iglesia. De acuerdo a la Biblia, la iglesia tiene como su Creador y Señor; y como su centro, al Dios de la Biblia. Este Dios es creador, santo, fiel, amoroso y soberano. Este Dios de la Biblia está reconocido como el gran iniciador. Esto significa que Él es el Creador del mundo y el donante de todo lo que existe. Esto también significa que es el autor de la salvación de la iglesia (He 2:10). La salvación ofrecida dentro de la iglesia mediante la Palabra predicada no es, en un principio, de la iglesia. La iglesia simplemente actúa como el medio, el instrumento, mediante el cual el gran Creador y Elector, Dios, llama a su pueblo a Él. El pueblo de Dios existe porque es Su voluntad (Ef 1:9-14).<br />
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El Dios de la Biblia es también el Dios Santo. La santidad es un atributo del propio carácter de Dios, su naturaleza y la naturaleza de todas sus obras. Por supuesto, la santidad de Dios es un problema para la gente pecadora porque separa a todo el género humano de Dios. Además, caracteriza la unicidad de Dios y su Gracia. Sin esta santidad – su absoluta pureza moral- Dios no sería Dios. Y Él ha creado un pueblo llamado a reflejar su carácter santo mediante vidas conocidas por su santidad. (Lv 11: 44-45; 19:2; 20:7; 1ª P. 1:16).<br />
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El Dios de la Biblia es un Dios fiel. Él mantiene sus promesas. Cuando Él promete hacer su propio pueblo, lo hará. El Antiguo y el Nuevo Testamentos son una grandiosa y a veces elaborada narración de Dios haciéndole promesas a su pueblo y cumpliendo Sus promesas a su pueblo. De la promesa de perdonar (Éx 34:6-7) a la promesa de prometer un profeta como Moisés (Deut 18:15-19), las promesas de Dios del Antiguo Testamento fueron cumplidas a su pueblo en el Nuevo Testamento mediante la persona y obra de Jesucristo. Jesús es la redención y el cordero, el profeta y el sacerdote, el segundo Adán y el Hijo fiel. Por todas estas vías Dios hace su propio pueblo.<br />
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El Dios de la Biblia es un Dios amoroso. Pero este amor sólo puede ser comprendido plenamente cuando se contrapone a la santidad porque Su amor proporciona lo que la santidad demanda. Si prescindimos de la santidad de Dios, la iglesia no necesita existir. Es decir, si Dios no es apartado, su pueblo no necesita ser apartado. Pero apartada del amor de Dios, la iglesia no podría existir. Solamente Dios mismo puede apartar a su pueblo y por qué tendría Dios que apartarles si no es porque los ama. Por lo tanto, la totalidad del mensaje que Dios trae a su pueblo puede resumirse como discernimiento y gracia, santidad y misericordia, pecado humano y perdón divino a través de Cristo. Porque de tal manera amó Dios al mundo “que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna (Jn 3:16).<br />
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Y el Dios de la Biblia es un Dios soberano. Tanto es así que Jesús enseñó a sus discípulos a orar acercándose al Dios Padre como el Rey soberano: “venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo” (Mt 6:10). El Dios que es Creador y Señor de la iglesia es también Creador y Señor de todo lo que ha sido hecho. Su gobierno será reconocido al final de los tiempos de una manera u otra. Algunos saludarán su venida con gritos de alegría y regocijo, otros con puños y dientes apretados en resentimiento y enojo. Pero todos reconocerán que Él es soberano. En este sentido, la iglesia no ha roto con este Mandato y se mantiene como un anticipo del cielo.<br />
<br />
Este es el Dios a quien su pueblo está obligado a amar. Todos los demás dioses son una creación de la mente humana y están destinados a desaparecer como cualquier otra ilusión. El Dios de la Biblia debe ser el fundamento y la estructura de toda la enseñanza y predicación en la iglesia.<br />
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Si una correcta teología de Dios proporciona la estructura, o tejido, para la buena enseñanza; entonces, enfocarse en el evangelio proporciona el centro de la sana doctrina. Como hemos visto, las falsas enseñanzas acerca de Dios separan al pueblo de Dios de Él y construyen una comunidad alrededor de un ser que no existe.<br />
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Más aún, si el “dios” predicado no se ofende con el pecado y no castiga a los pecadores entonces el propio evangelio está en corto-circuito. La gente es guiada de una manera que pone en peligro su salvación. La correcta enseñanza de la verdadera iglesia, por tanto, está centrada en la correcta comprensión del evangelio.<br />
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La sana enseñanza del evangelio, a su vez, requiere una adecuada comprensión no solo de Dios sino también de la humanidad. Si la enseñanza de la iglesia describe la gente como espiritualmente enferma, no muerta espiritualmente, el evangelio ha sido distorsionado. Si los congregantes son considerados como consumidores anhelantes de crecimiento espiritual, no como rebeldes delante de un Dios santo, entonces, probablemente se ha olvidado el evangelio. Tales iglesias construyen comunidades alrededor de cualquier otra cosa menos del evangelio. Cualquier unidad que ellos experimenten es una unidad basada en un falso mensaje.<br />
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La correcta enseñanza del evangelio también centra a la iglesia sobre el trabajo de propiciación de Jesucristo y no solamente en sus enseñanzas o vida ejemplar. La verdadera iglesia es cruciforme, no necesariamente en su arquitectura sino en su enseñanza. La vida de Jesús proporciona un ejemplo para la vida cristiana. Así lo dicen tanto Cristo como los apóstoles (Mr 8:34; Mt 10:25; 1ª P. 2:21). Pero lo que coloca a la enseñanza cristiana aparte de cualquier otra religión son sus acciones representativas de ejemplo y de redención.<br />
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Cristo no solo vino a predicar sino también a darse en rescate por su pueblo (Mr 10:45). De tal manera que cuando la iglesia cosecha, esta cosecha no es solo de gente instruida y edificada sino de gente redimida y salvada.<br />
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Finalmente, la correcta enseñanza acerca del evangelio centra a la iglesia no en las acciones humanas sino en recibir por fe y arrepentimiento las recompensas de la acción de Dios en Cristo. Pablo escribió a los Corintios: “Al que no cometió pecado alguno [Cristo], por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios” (2ª Co 5:21). La humanidad pecadora ha obtenido como fruto el juicio de Dios. Pero mediante el arrepentimiento y la fe, los pecadores son hechos el propio pueblo de Dios. La iglesia no debe caer en el error de descuidar tanto el arrepentimiento como la fe. Sin esto, un asentimiento puramente intelectual es fe que está muerta (ver Stg 2). Sin lo anterior, la fe y la confianza en Cristo se diluyen detrás de las exigencias de la ley (Ro 2-3). Una iglesia centrada en el evangelio enseña que es necesario tanto apartarse del pecado como volverse a Cristo. En sí misma, una minuciosa exposición del pecado humano no es suficiente. En sí misma, la proclamación del amor de Dios mediante la muerte sacrificial de Cristo no es suficiente. Ambas son necesarias. Una cruz que no es aceptada mediante el arrepentimiento o afirmada por la fe es una cruz que no salva. La correcta predicación de la Palabra de Dios es vital para la iglesia y constituye su base y su médula.<br />
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''Correcta Administración de las Ordenanzas''<br />
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Jesucristo ha dado dos señales a su pueblo de su especial presencia entre ellos. Estas señales son el bautismo y la Cena del Señor. Algunas veces se habla de estas señales como “ordenanzas” enfatizando el hecho que ellas fueron ordenadas por Cristo. Otras veces se habla de ellas como “sacramentos” resaltando el hecho que ellas explican el misterio del evangelio<ref>La palabra ''sacramento'' se deriva del término latino usado para misterio; véase la Vulgata para Efesios 1:9; 3:3; 5:32. Louis Berkhof define un sacramento como una ordenanza (''Sistematic Theology'', 617). </ref>. Algunos evangélicos están renuentes a usar este último término pues piensan que sugiere que tales acciones son suficientes, en sí mismas, para otorgar gracia aparte de la fe del creyente<ref>Se considera como principio establecido que los sacramentos tienen la misma función que la Palabra de Dios: ofrecer y explicarnos a Cristo y otorgarnos los tesoros de la gracia celestial. Pero ellos no avalan ni benefician nada a menos que se reciban por fe. Calvin, ''Institutes'', 4.14,17.</ref>. Por tanto, el término que usaremos será ''ordenanzas''.<br />
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Cristo mismo ordenó estas prácticas como ejemplo y como mandatos. Él fue bautizado por Juan el Bautista y ordenó a sus discípulos que hiciesen discípulos en todas las naciones y los bautizaran (Mt 26:17-30; Mr 14:12-26; Lc 22:7-20; Jn 13-17; 1ª Co 11:17-34). En base al libro de Hechos y a las epístolas, parece que esta fue una práctica universal entre los creyentes del Nuevo Testamento. Cristo también estableció la Cena del Señor y ordenó a sus discípulos “haced esto en memoria de mí” (Mt 3:15-16; 28:19; Mr 1:9; Lc 3:21; Jn 1:29-34; también Lc 22:19; 1ª Co 11: 24-25). Del resto del Nuevo Testamento es evidente que los creyentes participaban regularmente de lo que Pablo llama la Cena del Señor<ref> δεῖπνον κυριακός</ref>. <br />
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Cuando una iglesia practica el bautismo y La Cena del Señor, obedece las enseñanzas y ejemplos de Cristo. Al hacerlo refleja la muerte y resurrección de Cristo, el testimonio del renacimiento espiritual de cada creyente así como la esperanza colectiva de la iglesia de la resurrección final. Estas dos prácticas, en esencia, proclaman el evangelio. De este modo, incluso las congregaciones que han abandonado por largo tiempo las doctrinas bíblicas relativas a la regeneración, la muerte vicaria de Cristo, o la esperanza del cielo; aún así, ellas proclaman estas verdades en sus liturgias si vuelven a poner en práctica estas señales. El nuevo nacimiento puede ser ignorado pero el bautismo lo refleja. La muerte sustitutoria de Cristo puede ser negada en el sermón pero la Cena del Señor la proclama. En estos casos, la tradición en la mesa habla más verdad que la prédica desde el púlpito. <br />
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Practicar el bautismo y La Cena del Señor demuestra obediencia a Cristo, y estas prácticas son hechas con el propósito de complementar mediante señales y símbolos visibles, la inteligible predicación del evangelio.<br />
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Por el contrario, una iglesia falla en obedecer el mandato de Cristo cuando rechaza cualquiera de estas dos señales<ref>Algunas organizaciones como los Cuáqueros o el Ejército de la Salvación que se declaran seguidores de Cristo rechazan estas prácticas. Se puede decir de muchas congregaciones evangélicas contemporáneas que en la práctica rechazan el bautismo y La Cena del Señor si son evaluadas por la frecuencia o comprensión de las mismas.</ref>. Tal falla aleja a dicha iglesia de la sumisión a la mayor enseñanza de la Escritura. Y separa a una congregación de la práctica apostólica y universal de los seguidores de Cristo. Las Escrituras actúan como un contrapeso contra cualquiera ya sea una congregación o una persona que decida ser cristiano y rechace la práctica del bautismo y La Cena del Señor. <br />
<br />
En tanto que ni el bautismo ni la Cena del Señor son salvíficos, un rechazo deliberado de ambos pone un signo de interrogación sobre cualquier profesión de fe. En este sentido el bautismo y la Cena del Señor actúan como las señales distintivas de una verdadera iglesia. Ellas son signos externos o demarcaciones visibles que distinguen a unas personas en particular del mundo. Además se asume que el mensaje externo es también un mensaje interno. Las ordenanzas les recuerdan a los cristianos del compañerismo que ellos disfrutan con Dios y los unos con los otros.<br />
<br />
Algunos han enseñado que otras ordenanzas o sacramentos caracterizan la verdadera iglesia. La Iglesia Católica Romana enseña que la confirmación, la confesión (penitencia), ordenación, matrimonio y la extremaunción (últimos ritos) son también sacramentos.<ref> El Concilio de Trento determinó que finalmente son siete los sacramentos que los fieles católico romanos deben aceptar- Los otros cinco con sus bases bíblicas son: confirmación (Hech. 8:17; 14:22; 19:6; He 6:2), confesión (Stg 5:16), ordenación (1 Tim 4:14; 2 Tim 1:6), matrimonio (Ef. 5:32), y extremaunción (Stg 5:14). Ver el parágrafo 1113 e, ''Cathechism of the Catholic Church, ''in'' Librería Editrice Vaticana'' (Liguori: Liguori Publications, 1994). Hace mucho tiempo Calvino rechazó estas cinco prácticas adicionales como sacramentos (Institutes 4.19). Berkouwer concluye su consideración de estos cinco sacramentos católico romanos “extra” diciendo cortésmente “esta breve revisión de los cinco sacramentos especiales evidencia quela teología de la iglesia católica romana fija el número de sacramentos sobre la base de su visión de lo que constituye una serie de actos sobrenaturales que inyectan gracia sobrenatural en toda la vida, de principio a fin, en lugar de ponerla sobre la indubitable base de la exégesis bíblica”. G.C. Berkouwer, ''The Sacraments,'' trad. Hugo Bekker (Grand Rapids: Eerdmans, 1969), 36. </ref> En base a las enseñanzas de la iglesia católica romana acerca de la autoridad de la iglesia y el rol de la tradición, ella no necesita sostener convincentemente que todas ellas fueron ordenadas por Cristo durante el tiempo de su ministerio terrenal<ref> La teología moderna de la iglesia católica romana habla de toda la iglesia como un sacramento. “La Iglesia, en Cristo, está en la naturaleza del sacramento- una señal e instrumento, es decir, de comunión con Dios y de unidad con todos los hombres” “Dogmatic Constitution of the Church,” en Vatican Council II, ed. Austin Flannery (Northport, NY: Costello, 1975), 350. </ref>.<br />
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Sin embargo, al principio del siglo XVI, los Reformadores Protestantes tomaron la Biblia como la única autoridad para establecer la práctica de la iglesia, concluyendo en el reclamo que sólo el bautismo y la Cena del Señor tienen la suficiente garantía para ser reconocidos como sacramentos que fueron vinculantes para la iglesia<ref> Ver Art 26 de los 39 Artículos de Religión de la Iglesia de Inglaterra.</ref>. <br />
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Entre algunos Bautistas y otros grupos Protestantes, el lavado de los pies ha sido tratado como una ordenanza de la iglesia, siguiendo el ejemplo y las palabras de Cristo en Juan 13:14. Sin embargo, ni las iglesias del Nuevo Testamento ni las del subsiguiente período sub apostólico dan evidencia de haber entendido el lavado de los pies de esta manera<ref> Ver John L. Dagg, ''Treatise on Church Order'' (1858,repr. ,Harrinsonburg: Gano, 1982), 226-31. Daggs presenta cinco argumentos contra la idea de tomar el lavado de los pies como la última ordenanza de la iglesia.</ref>. El decreto de Cristo en Juan 13 se asemeja más a una enseñanza sobre adquirir humildad.<br />
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'''''1.Bautismo.''' En el Antiguo y Nuevo Testamentos.''<br />
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Aunque Pablo habla de “un bautizo” compartido por todos los cristianos (Ef 4:5), seguramente las Escrituras relatan más de un bautizo<ref> El Antiguo Testamento contiene muchos lavados ceremoniales (He 9:10). Pablo usó la imagen del bautismo para explicarle a la gente la inmersión de Israel dentro de la ley de Dios (1ª Co 10:1-2). Juan el Bautista distinguió su bautizo del de Jesús (Jn 1:24-27, 33; Lc •:3). Pablo, además, explicó la diferencia entre los dos bautismos en Éfeso (Hech 19:1-6). Jesús enseñó que sus discípulos serían bautizados con el Espíritu Santo (Hech 1:5). Jesús se refirió metafóricamente a su propia muerte como un bautizo (Lc 12:50). Y entre los cristianos de Corinto existía la práctica del bautismo por la muerte. Para más detalles del trasfondo histórico del bautismo en el primer siglo, véase, George r. Baesley-Murray, ''Baptism in the New Testament'' (Grand Rapids: Eerdmans, 1962), 1-92.</ref>. A la iglesia cristiana se le ordena practicar el bautismo por inmersión en agua de aquella persona que profesa y evidencia su conversión. Este bautismo es realizado en obediencia a Cristo como una confesión de pecados, una profesión de fe en Cristo y una muestra de la esperanza en la resurrección del cuerpo. Se realiza una sola vez. Consideraremos ahora el modo adecuado, los sujetos y el significado del bautismo.<br />
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''El Modo Adecuado.'' Generalmente se entiende generalmente que el bautismo debe ser practicado por inmersión en la iglesia del Nuevo Testamento. Las iglesias Ortodoxas de Oriente siempre han interpretado que el término ''baptizein''<ref>βαπτίζω</ref> significa “inmersión” y por lo tanto siempre ha practicado el bautismo por inmersión. La Iglesia Católica Romana y muchas iglesias Protestantes admiten la antigüedad de la inmersión pero niegan que un modo particular sea esencial para la validez del bautismo.<ref> Tomás de Aquino escribió: “En el sacramento del Bautismo, el agua se usa para el lavado del cuerpo, por medio del cual, se simboliza el lavado interior de los pecados. Ahora, el lavado pude ser hecho no solo por inmersión sino también por aspersión o derrame. Y, en consecuencia, aunque es más seguro el bautismo por inmersión, por ser el uso más común, puede ser conferido igualmente por aspersión o derrame conforme a Ez 36:25 “Los rociaré con agua pura…” Esto especialmente en casos de urgencia o cuando el grupo a bautizar es numeroso como se presenta en Hechos 2 y 4, donde leemos que un día tres mil creyeron y otro día cinco mil: o se les dio a todos ellos un pequeño suministro de agua, o mediante la debilidad del ministro quien no pudo llevar el candidato al Bautismo, o por blandenguería del candidato, aquellas vidas deben haber sido puestas en peligro por la inmersión. Debemos por tanto concluir que la inmersión no es necesaria para el bautismo”. ''Summa Theologica'' (CD ROM, AGES Software, 1997). Juan Calvino, escribió en ''Institutes'' que aunque reconocía la antigüedad de la inmersión, la misma no era necesaria para validar el bautismo: “Si la persona que está siendo bautizada debe ser totalmente sumergida, si una vez o tres veces, si se rocía con agua o si se le derrama agua encima; esos detalles, no tienen importancia. Debe ser opcional a las iglesias de acuerdo a la diversidad de países. Es evidente que la palabra bautizo significa “inmersión” y que el rito de la inmersión fue observado por la iglesia primitiva. ''Institutes'', 4.15.19</ref> <br />
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Mientras resulta difícil mantener que ''baptizo''<ref> βαπτίζω</ref> solo puede significar “inmersión” en los tiempos del Nuevo Testamento,<ref>Así por ejemplo, en el capítulo 7 de ''La Didache'' (fechada a finales del primer siglo o comienzos del segundo), se lee: “Ahora en lo que respecta al bautizo, después de haber revisado todas esas cosas, bautiza así: “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” en agua que corra. Pero si no tienes agua que corra bautiza en otra agua, y si no tienes agua fría bautiza con agua caliente, y si no tienes agua de ningún tipo entonces derrama agua sobre su cabeza tres veces “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. ''The Didache'' en ''The Apostolic Fathers'', 2nd ed., trans. J. B. Lightfoot and J. R. Harmer (1891; repr., Grand Rapids: Baker, 1992), 258–59. ''La Didache'', por supuesto, no es Escritura pero es léxicamente significativo que a tan temprana fecha del cristianismo los cristianos griegos se refirieran al derrame de agua como bautismo.</ref> inmersión parece ser tanto el significado más directo de la palabra (la inamovible práctica de las iglesias griegas) como la que mejor se adecúa al uso de la palabra en el Nuevo Testamento<ref>Una de las más recientes defensas de derrame como bautismo argumenta que Romanos 6:3-6; Hebreos 9: 10-19; Tito 3:5-6; y Ez 36:25-27. Demuestran que el bautizo significa el derramamiento del Espíritu Santo en conexión con la persona cristiana lavada de sus pecados como parte de su unión con Cristo, ninguno de los cuales requiere inmersión y cualquiera de ellas puede haber tenido un significado mayor que derrame. Joseph Pipa en ''The Case for Covenantal Infant Baptism'', ed. Gregg Strawbridge (Phillipsburg: Presbyterian and Reformed, 2003), 112–26.</ref>. Ninguna otra forma de bautismo muestra tan dramáticamente la muerte, entierro y resurrección de Cristo como la inmersión. Tal como escribió Millard Erickson “No es posible resolver el asunto del modo adecuado del bautismo solo sobre la base de datos lingüísticos… Mientras [inmersión] puede no ser la única forma válida de bautismo, es la forma que mejor preserva y cumple a cabalidad el significado del bautismo”.<ref> Millard Erickson, Christian Theology, 1113–14; cf. Robert Saucy, The Church in God’s Program (Chicago: Moody, 1972), 209.</ref> <br />
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De acuerdo a las Escrituras, el bautismo cristiano es significativo; exclusivamente, para aquellos que creen en Cristo y lo siguen. Cuatro afirmaciones sustentan esta declaración. Primero, quienes evangelizan son exhortados a bautizar sólo a aquellos que se arrepienten y creen (Mt 28:18-20; comparar con Jn 4:1-2). Segundo, los únicos que aparecen claramente registrados en el libro de los Hechos como sujetos del bautismo son aquellos que se arrepintieron y creyeron (Hech. 2:37-41; 8:12-13, 36-38; 9:18; 10:47-48; 16:15,33; 18:8; 19:5). Tercero, las epístolas de Pablo muestran el doble supuesto que aquellos que han creído han sido bautizados y que aquellos que han sido bautizados creen (Ro 6:1-5; Gál 3:26-27; Col 2:11-12). Finalmente, Pedro asocia el bautismo con la salvación, no como una causa de salvación sino como una ocurrencia casi simultánea (Hech 2:38; 1ª P. 3:21). Por medio de instrucciones directas, ejemplos de obediencia, supuestos de Pablo y asociaciones de Pedro, las Escrituras enseñan que tal bautismo es para los creyentes. <br />
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Las funciones del bautismo son tanto una confesión de pecados como una profesión de fe para el creyente. La fe es profesada en Cristo y las realidades objetivas de la muerte de Cristo, el don del Espíritu, y la resurrección final; todo lo cual, se manifiesta en el bautismo. Más aún, testifica de las experiencias subjetivas de confesión y perdón, regeneración espiritual y la recién descubierta esperanza de resurrección. El bautismo refleja la unión cristiana con Cristo; y por lo tanto, con otros cristianos y con la iglesia (ver Ro 6:1-14).<br />
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El bautismo de agua no crea la realidad de la gracia salvadora ni la fe en la persona que se está bautizando. Más bien, testifica la presencia de tal gracia y fe . En Hechos 2:38, Pedro exhorta a sus oyentes a “Arrepiéntanse y bautícense… en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados ”.<ref> evpi; tw/` ojnovmati jIhsou` Cristou` eij~ a[fesin tw`n aJmartiw`n uJmw`n.</ref> El bautismo no hace que los pecados sean perdonados. Más bien la fe aprehende el perdón de los pecados y responde a las demandas de arrepentimiento y obediencia en el bautismo. En su primera carta Pedro habló de las aguas del diluvio en tiempos de Noé diciendo: “la cual simboliza el bautismo que ahora los salva también a ustedes. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo, quien subió al cielo y tomó su lugar a la derecha de Dios” (1ª P. 3:21-22). Los cristianos tienen una buena conciencia de la gracia de Dios por la resurrección de Jesucristo. Esta salvación no es creada por el bautismo, sino que la simboliza. “Es un sello, no solamente como una oferta, sino como una oferta y una aceptación; lo cual, es un pacto cerrado”<ref> Berkhof, ''Systematic Theology,'' 632. Compare sus comentarios sobre los recipientes adecuados para la Cena del Señor en la pág. 657.</ref>. Como dijo Calvino: “Esta es la señal mediante la cual nosotros queremos ser reconocidos como el pueblo de Dios”.<ref> Calvin, ''Institutes'', 4.15.13.</ref><br />
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Aunque todo el mundo está de acuerdo en que la Biblia enseña que los creyentes deben ser bautizados, el bautizo de los infantes ha sido un tema largamente debatido. Algunos han sugerido que los infantes pueden ser bautizados porque el bautismo mismo es el instrumento que usa el Espíritu de Dios para regenerar al infante.<ref> Ver, Catechism of the Catholic Church, 319, 323. También Hechos 2:38; 22:16; 1ª Pedro 3:21.</ref> Pero como se dijo antes, el Nuevo Testamento en ninguna parte enseña que el bautismo salva. Otros han sugerido que un niño nacido en una familia cristiana pertenece a la semilla de Abraham y que el bautismo declara que el infante es un receptor de las promesas hechas por Dios a su pueblo por medio de Abraham Ver Gén 12:7; 17:7; Hech 7:5; Gál 3:16). El bautismo cristiano es tratado en el Nuevo Testamento como paralelo (equivalente) a la circuncisión del Antiguo Testamento. Pero las Escrituras tampoco soportan con absoluta claridad esta visión. No solo se dice expresamente que el bautismo es para aquellos que creen, como se ha dicho antes, sino que las promesas para la semilla de Abraham fueron explícitamente satisfechas en Cristo (Gál 3:16).<br />
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Además, en el Nuevo Testamento se dice que el bautismo con agua no es análogo a la circuncisión física del Antiguo Testamento sino a la circuncisión del corazón (Ver Col 2:11-12).<br />
Tanto el pacto Abrahámico como el nuevo pacto son pactos de gracia. Dios prometió a los israelitas que vendría un cambio en la solidaridad espiritual de las familias con el nuevo pacto. Jeremías escribió: “cada uno morirá por su propia iniquidad” (Jer 31:30). En el nuevo pacto, los que aceptan el compromiso, no son aquellos que ''nacen'' bajo el pacto, aquellos cuyo padre y madre tienen la ley “escrita en sus corazones”, sino aquellos que ''por sí mismos'', han tenido esa experiencia habiendo nacido de nuevo por el Espíritu de Dios. Este cambio espiritual, interior, existencial, subjetivo, es el sello del nuevo pacto.<ref> Paul K. Jewett, Infant Baptism and the Covenant of Grace (Grand Rapids: Eerdmans, 1978), 228; cf. Fred Malone, The Baptism of Disciples Alone: A Covenantal Argument for Credobaptism versus Paedobaptism (Cape Coral, FL: Founders, 2003).</ref> <br />
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Aunque los temas del bautismo y de los infantes aparecen en el Nuevo Testamento, nunca se presentan juntos en ninguna enseñanza explícita ni en ningún ejemplo. Ya sea que se interprete como un asunto de causa salvífica o como promesa del pacto, cualquier enseñanza que separe el bautismo de la creencia en la salvación, distorsiona las Escrituras y confunde, potencialmente, al evangelio mismo.<br />
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Mientras las Escrituras claramente reservan el bautismo para los creyentes, no señala de manera directa la ''edad'' a la cual deben bautizarse. Tampoco prohíbe la ordenanza del bautismo plantear preguntas sobre la madurez adecuada del candidato al bautismo. El hecho de que se ordene a los creyentes bautizarse no le da licencia a la iglesia para bautizar indiscriminadamente, especialmente, donde los tópicos de la madurez-de-vida (madurez espiritual) dificultan afirmar una verdadera profesión de fe. En muchas partes del Nuevo Testamento aparece el bautismo ocurriendo muy pronto después de la conversión, pero cada mención individual específica, es la de un adulto proveniente de un contexto no cristiano, dos factores que hacen que el trabajo de la iglesia de afirmar una verdadera profesión de fe simple e inequívoco.<br />
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En consecuencia, como un asunto de sabiduría y prudencia cristiana, la edad normal del bautismo debe ser aquella cuando la credibilidad de la conversión del creyente resulte un hecho natural, discernible y evidente a la comunidad de la iglesia. Una legitimación secundaria tiene que ver con el efecto que causa en otras familias de la iglesia el bautismo de infantes. <br />
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Los padres con menor discernimiento espiritual, aún con las mejores intenciones, con mucha frecuencia presionan a sus sumisos hijos para que se bauticen. En virtud de esto, a tales niños se les ha asegurado erróneamente su salvación y además se les desmotiva a que escuchen con atención el evangelio más adelante en sus vidas. Trágicamente, la esperanza que ellos más necesitan puede ser ocultada por el mismo acto que han realizado.<br />
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''Correcto Significado.'' La enseñanza de la Biblia acerca del bautismo es clara en cuanto a su institución, mandato y cumplimiento. La gente entra al nuevo pacto por la gracia de Dios y el medio que Dios ha elegido usar; por su gracia, es la fe. La fe no es causada ni creada por el bautismo. En su lugar, el bautismo es la confesión pública de fe. Simboliza un compromiso de ambos, Dios y el creyente (1ª P. 3:21). La sumisión del creyente al agua del bautismo representa su humilde súplica para una conciencia limpia de pecado por medio de la sangre expiatoria de Cristo (He 10:22). El bautismo es un acto de confesión y de absoluta dependencia. En resumen, el bautismo; en la Biblia, ni se enaltece por ser la causa de la salvación ni se disminuye a ser una simple señal de inclusión en un pacto no salvífico. En vez de eso, el bautismo es una manifestación pública del trabajo salvador de Dios en la vida del creyente.<br />
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'''''2. La Cena del Señor.''''' Los cristianos celebran la Cena del Señor en obediencia a su mandato: “hagan esto en memoria de mí” (Lc 22:19; 1ª Co 11:24). Jesús dijo que el pan era su cuerpo y que la copa era el nuevo pacto en su sangre. Mientras que el mandato: “en memoria de mí” no aparece en Mateo, Marcos o Juan; lo cierto es, que la Cena misma es recordada en los cuatro Evangelios (Mt 26:17-30; Mr 14:12-26; Lc 22:7-38; Jn 13:1-17). La noche antes de ser traicionado y crucificado, Jesús compartió una comida con sus discípulos. La relación exacta de esta comida con la comida de Pascua del Antiguo Testamento ha sido largamente debatida, pero pocos cuestionarán la profunda relación tipológica entre la comida de Pascua y la muerte presagiada en la Cena del Señor.<ref>Ver Éxodo 12; cf. Éxodo 24:8. Vea también D. A. Carson, ''Matthew'', EBC (Grand Rapids: Zondervan, 1984), 528–32 sobre este asunto. Carson concluye que la Cena del Señor fue una comida de Pascua.</ref> Jesús se refirió claramente a la ocasión como una celebración de la fiesta de Pascua en Mateo 26:18-19.<br />
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Pablo se refiere a Cristo como el Cordero de Pascua (1ª Co 5:7) y llamó a la iglesia a mantener la fiesta de Pascua (metafóricamente) viviendo juntos vidas de santidad, y en consecuencia, expresando unidad en amor (1ª Co 10:7). <br />
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La Cena del Señor evidencia el compañerismo que los cristianos comparten tanto en Cristo y su Espíritu como en santidad y amor recíproco.<br />
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<blockquote>El nuevo rito que Jesús establece se relaciona con la historia de la redención. Así como el pan había sido quebrado, también sería roto el cuerpo de Jesús; y así como el pueblo de Israel asociaba su liberación de Egipto con la comida pascual prescrita como una ordenanza divina, así también el pueblo del Mesías está asociado a la muerte redentora de Jesús comiendo este pan por la autoridad de Jesús.<ref>Carson, ''Matthew'', 536.</ref> </blockquote><br />
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Este testimonio continuará hasta el regreso de Cristo (1ª Co 11:26). <br />
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La Biblia no proporciona una forma exacta (protocolo y palabras a decir mientras se distribuyen los elementos) para la celebración de la Cena del Señor. Esta reticencia conjuntamente con lo ampliamente generalizado de su práctica sugiere que la Cena del Señor permanece sencilla en su forma. Rituales complejos requerirían cuidadosas instrucciones escritas, como aquellas asociadas a las fiestas del Antiguo Testamento. Pero tal tipo de instrucciones no aparecen en el Nuevo Testamento.<ref> Las primeras indicaciones acerca de la Cena del Señor se encuentran a fines del siglo I y principios del II en The Didache, Clement’s Letter to the Corinthians, Ignatius’s Letter to the Smyrneans.</ref> <br />
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Los elementos presentados en el Nuevo Testamento para la Cena del Señor son pan y vino (“el fruto de la vid” Mt 26:29; Mr 14:25, Lc 22:17-18). Aunque el vino en el primer siglo era fermentado se desconoce el grado en que era diluido. Ciertamente los corintios eran capaces de emborracharse con el vino reservado para la Cena del Señor, por lo cual, Pablo los regaña (1ª Co 11:21). Otros aspectos de la celebración incluyen una oración de agradecimiento (Mt 26:27; Mr 14:23) y un himno (Mt 26:30; Mr 14:26) Más allá de esto, las narraciones no especifican nada acerca de las palabras dichas o los medios utilizados mientras se distribuyen el pan y el vino.<br />
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Como ocurre con el bautismo, el asunto de quienes deben participar en la Cena del Señor (los sujetos) es más importante que la cuestión de cómo participar en la Cena del Señor (forma o manera). Instruyendo a los corintios, Pablo enseña que participar en la Cena testimonia la participación en el cuerpo y la sangre de Cristo. Es la identificación personal del creyente con la obra salvadora de Cristo, representada objetivamente por los elementos sobre la mesa. La persona que toma el pan y la copa testifica que comparte los frutos de la muerte de Cristo tanto con Dios como con los hermanos cristianos por medio del Espíritu. Claramente entonces, “la iglesia debe exigir de todos aquellos que deseen celebrar la Cena del Señor una creíble profesión de fe”.<ref> Berkhof, ''Systematic Theology,'' 657.</ref> <br />
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Como dijo conmovedoramente Pablo, cualquiera que coma y beba en la mesa del Señor sin esta fe, “come y bebe su propia condena” (1ª Co 11:29). Puesto que la fe es un elemento requerido a aquellos que participan en la Cena del Señor, la mesa debe estar reservada para aquellos que han sido bautizados. Más aún, excluir a un miembro de la iglesia de esta comida de compañerismo es una señal visible de estar ese individuo bajo la disciplina de la iglesia (ver el término excomulgar en la sección de disciplina). <br />
Aunque ningún pasaje del Nuevo Testamento especifica una línea de tiempo comparativa para que un creyente participe de ambas ordenanzas, el bautismo debería ocurrir poco después del tiempo de conversión (y por una sola vez) en tanto que la Cena del Señor debería repetirse regularmente como símbolo continuo de la participación en Cristo por medio de la fe. Aquellos que buscan por fe el cuerpo y la sangre de Cristo para salvación son los llamados a participar en esta fiesta y a hacerlo en su memoria y a la espera del día final cuando Jesús diga “Yo bebo con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre” (Mt 26:29). Jesús se refiere allí a la Cena de Bodas del Cordero (Apo 19:9). La Cena del Señor es un ensayo frecuente de esta gran celebración en la cual todos los cristianos compartirán la mesa su anfitrión celestial, el Señor Jesucristo. <br />
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'''''Membrecía.'' ''' En el mundo actual el concepto de membrecía nos lleva a pensar en un club o cualquier otro tipo de asociación voluntaria. Tales organizaciones existen en el mundo de la Biblia también.<ref> La sinagoga de los hombres libres en Hechos 6:9, los Fariseos y los Saduceos, varias cortes, parlamentos y gremios. En el Antiguo Testamento hubo miembros de cofradías (como los 30 hombres de David) y los profetas.</ref> Pero la idea de membrecía es aún más básica para el género humano. Los grupos familiares y las familias tienen miembros. Razas, tribus y clanes tienen miembros. Así como también los tienen las comunidades, los partidos, los grupos de élite como órdenes, gremios y concejos. A un nivel más básico, ''miembro'', se refiere a la persona humana. Nuestro cuerpo tiene miembros (Ro 6:12-19; 7:23; 12:4-5; (1ª Co 6:15; 12:12-27; Ef 4:16; Stg 3:6; 4:1). La Biblia usa el concepto de miembro y de membrecía en todos estos casos. <br />
<br />
La Biblia también representa a la iglesia como compuesta de miembros. Combinando las imágenes colectivas de familias, fiestas y comunidades con la aún más integrada imagen de un cuerpo individual y sus partes constitutivas, la Biblia presenta la iglesia local como una entidad formada por múltiple individuos tan altamente integrados que son identificables como una unidad. De ellos se dice que son parte el uno del otro (Ro 12:5). Cuando Jesús instruyó a sus seguidores a buscar el hermano que ha pecado (Mt 18:15-21), estaba presuponiendo tal concepto integrador de la membrecía del cuerpo. Las acciones de reproche, y en última instancia de exclusión deben ocurrir dentro de un grupo de personas específico e identificable.<br />
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En muchas otras partes del Nuevo Testamento, una iglesia aparece formada por un grupo de personas específico e identificable (Hech 9:41; 12:1: 15:3,22; Ef 2:19; 3:6; 4:25; 5:30; Col 2:19; 3:15; 3ª Jn 9). <br />
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Desde los tiempos antiguos, las iglesias locales cristianas fueron congregaciones de gente específica e identificable. Muchas personas pueden haber participado (o asistido) a una asamblea particular considerando que no pertenecen a ella. Tal es la censura que Pablo hace en 1ª Co 5, como Jesús en Mateo 18 conceptualizando que un individuo debe ser excluido no de una comunidad política sino de una clase particular de comunidad social. No existe ninguna que se haya conservado pero pueden haber existido listados de miembros de las iglesias primitivas. Obviamente, el mantenimiento de listas no era desconocido en las iglesias. La iglesia primitiva tenía listas de las viudas (1ª Tim 5:9). Dios mismo tiene una lista de todos los que pertenecen a la iglesia universal en su libro de vida (Apo 20:12). Y Pablo asume que los corintios habían identificado una “mayoría” que era elegible para votar (2ª Co 2:6). <br />
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La idea de una comunidad de personas claramente definida es central a la acción de Dios tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos. Como se demostró con Noé y su familia, Abraham y sus descendientes, la nación de Israel y la iglesia del Nuevo Testamento, Dios ha elegido mantener un pueblo distinto y apartado con el propósito de mostrar su carácter. Dios siempre ha proyectado una línea brillante y bien definida para separar a aquellos que lo siguen de quienes no lo hacen. Las vidas de los cristianos en comunión refleja visiblemente el evangelio que proclaman.<br />
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Si la iglesia, de hecho, presenta el glorioso clímax del plan de Dios, surgen varias preguntas: ¿Cómo puede saber un individuo si pertenece o no a la iglesia? ¿Qué implica la membrecía? <br />
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Las responsabilidades y tareas de los miembros de una iglesia cristiana son simplemente las responsabilidades y tareas de los miembros de los cristianos.<ref> Para la enseñanza de las tareas de los miembros de la iglesia por Benjamin Keach, Benjamin Griffith, the Charleston Association, Samuel Jones, W. B. Johnson, Joseph S. Baker, and Eleazer Savage, vea Mark Dever, ed., Polity, 65–69, 103–5, 125–26, 148–51, 221–22, 276–79, 510–11.</ref> Los miembros de la iglesia, como cristianos, deben estar bautizados y participar regularmente de la Cena del Señor. Tienen que oír la Palabra de Dios y obedecerla. Tienen compañerismo frecuente para la mutua edificación. Ellos aman a Dios, se aman los unos a los otros y aman a los que están fuera de su confraternidad y son la evidencia de los frutos del Espíritu (Gál 5:22-23). Ellos adoran a Dios en todas las actividades de su hogar, trabajo, comunidad y vida. <br />
<br />
Los cristianos también tienen tareas específicas respecto a su congregación. “El Cristianismo es un asunto colectivo y la vida cristiana solo puede ser realizada plenamente en relación con otros”.<ref>Erickson, ''Theology'', 1058.</ref> La tarea más fundamental que los cristianos tienen en relación a la congregación es la de asistir regularmente a las asambleas de la congregación (He 10:25; Hech 2:42; Sal 84: 4,10). En general las tareas de los miembros de la iglesia pueden ser divididas en dos categorías: tareas hacia los otros miembros y tareas hacia los pastores.<br />
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Las tareas de los miembros de la iglesia hacia los otros miembros sintetizan la vida de la nueva sociedad que es la iglesia. Como seguidores de Jesucristo, los cristianos están obligados a amarse los unos a los otros (Jn 13:34–35; también Jn15:12–17; Ro. 12:9–10; 13:8–10; Gál 5:15; 6:10; Ef 1:15; 1ª P. 1:22;2:17; 3:8; 4:8; 1ª Jn 3:16; 4:7–12; comparar con Sal. 133). Los cristianos son miembros de una familia, aún del uno al otro (1ª Co 12:13—27). Sin una vida de amor los unos a los otros ¿Qué otra labor de los miembros de la iglesia es satisfactoria o meritoria? El amor obliga a los miembros de la iglesia a “evitar todo aquello que tienda a enfriar el amor”.<ref>Samuel Jones, Treatise of Church Discipline in ''Polity'', ed. Mark Dever (1805; repr.), 150; cf.2 Co 12:20; 1 Tim 5:13; 6:4; Stg 4:11.</ref> Por este amor se demuestra la naturaleza misma del evangelio. <br />
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Los miembros de la iglesia también están obligados a buscar la paz y la unidad con su congregación (Ro 12:16; también Ro 14:19; 1ª Co 13:7; 2º Co 12:20; Ef 4:3–6; Fil 2:3; 1ª Tes 5:13; 2ª Tes 3:11; Stg 3:18; 4:11). <br />
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El deseo de paz y unidad debe surgir espontáneamente de la obligación de amar (Ro 15:6; 1ª Co 1:10–11; Ef 4:5,13; Fil 2:2; comparar con Sof 3:9). Más aún, si los cristianos comparten el mismo espíritu y la misma mente, el Espíritu de Cristo, entonces la unidad es la expresión natural de ese Espíritu. Sin embargo, debido al pecado que aún permanece en los creyentes en esta vida, la unidad, requiere esfuerzos. De esta manera cristianos “compórtense de una manera digna, firmes en un mismo propósito, luchando unánimes por la fe del evangelio” (Fil 1:27). Deben evitarse las disputas (Pro 17:14; Mat 5:9; 1ª Co 10:32; 11:16; 2ª Co 13:11; Fil 2:1–3). <br />
<br />
El amor se expresa y la unidad se cultiva cuando los miembros de la iglesia simpatizan activamente unos con otros. Como Pablo exhortó a la congregación de Roma: “Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran (Ro 12:15 compare con Job 2:11; Is 63:9; 1ª Co 12:26; Gál. 6:2; 1ª Tes 5:14; He 4:15; 12:3). Otras tareas son: cuidarse unos a otros física y espiritualmente (Mat 25:40; Jn 12:8; Hech 15:36; Ro 12:13; 15:26; 1ª Co 16:1–2; Gál. 2:10; 6:10; He 13:16; Stg 1:27; 1ª Jn 3:17; cf. Deut 15:7–8,11); vigilarse y rendirse cuentas unos a otros (Ro 15:14; Gál. 6:1–2; Fil 2:3–4; 2ª Tes 3:15; He 12:15; cf. Lev 19:17; Sal 141:5); trabajar para edificarse unos a otros (1ª Co 14:12–26; Ef 2:21–22; 4:12–29; 1ª Tes 5:11; 1ª P. 4:10; 2ª P. 3:18); ser pacientes unos con otros (Mat 18:21–22; Mr 11:25; Ro 15:1; Gál 6:2; Col.3:12; incluyendo no demandarse unos a otros, 1ª Co 6:1–7); orar los unos por los otros (Ef 6:18; Stg 5:16); mantener alejados a aquellos que quieren destruir la iglesia (Ro 16:17; 1ª Tim 6:3–5; Tito 3:10; 2ª Jn 10–11); rechazar la evaluación de las personas por los parámetros del mundo (Mat 20:26–27; Ro 12:10–16; Stg 2:1–13); pelear juntos por el evangelio (Fil 1:27; Judas 3); y ser ejemplos unos a otros (Fil 2:1–18).<br />
<br />
Los miembros de la iglesia también tiene responsabilidades particulares para con los líderes de la iglesia. Como dijo Pablo a los corintios: “Que todos nos consideren servidores de Cristo, encargados de administrar los misterios de Dios” (1ª Co 4:1). Tales hombres deben ser respetados, tenidos en alta estima y honrados (Fil 2: 29; 1ª Tes 5:12-13). Si los cristianos esperan que su pastor cumpla a cabalidad con sus responsabilidades bíblicas, deben hacérselo saber. Ellos deben estimarlo como un regalo de Dios para el bienestar de la iglesia.<ref> Similar a la forma como los apóstoles fueron estimados como delegados de Cristo. Lc 10:16; 1ª Co 16:10.</ref> El ministro de la Palabra es un mayordomo de la casa de Dios y un subpastor de la manada de Dios. El sirve voluntaria y entusiastamente (1ª P. 5:1-3). Su reputación puede y debe ser defendida, su palabra creída y sus instrucciones obedecidas a menos que contradigan las Escrituras o las acciones estén plenamente distorsionadas (He 13:17,22; 1ª Tim 5:17-19). El ministro fiel debe ser apreciado por el solo hecho de traer la Palabra de Dios a su pueblo; el no la reemplaza con la suya.<br />
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Los miembros de la iglesia deben recordar a sus líderes e imitar sus vidas y su fe (1ª Co 4:16; 11:1; Fil. 3:17; He 13:7). Los buenos predicadores y maestros son dignos de doble honor tal como lo señala Pablo en 1ª Tim 5:17 incluyendo soporte material.<ref> La palabra usada para ''honor'' en 1ª Tim 5:17 tiene una clara connotación financiera. Vea, además, Hech 6:4, 1ª Co 9: 7-14, Gál 6:6.</ref> Y los miembros de la iglesia deberían darse tanto a la oración por sus pastores como a colaborar con ellos en todo lo que puedan (Ef. 6:18–20; Col. 4:3–4; 2ª Tes 3:1; He 13:18–19). A los ministros de la Palabra se les ha dado la tarea de llevar la Palabra de Dios al pueblo de Dios. Como dijo Pablo a los corintios: “Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: "En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios." (2ª Co 5:20). Difícilmente se puede concebir un trabajo más arduo.<br />
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Las congregaciones locales del Nuevo Testamento se dieron cuenta que tenían responsabilidades particulares que no podían ser delegadas a grupos externos a ellos mismos. La congregación local era responsable de garantizar un calificado ministro de la Palabra que les sería predicada, a tal grado, que era potestad suya.<ref> Vemos esto por inferencia de Gál 1:8, 2ª Tim 4:3 y Judas 3-4.</ref> La congregación es la responsable de asegurar que los convertidos se bauticen y que la Cena del Señor sea debidamente administrada a aquellos que dan evidencia creíble de regeneración. Y la congregación es en última instancia responsable de definir y proteger la membrecía de la iglesia, tanto al admitir como al rechazar miembros.<ref> Mateo 18:17. Observa el involucramiento de toda la iglesia como corte de juicio y como ejecutora de la sentencia. </ref> Por esto Pablo asignó tales responsabilidades a la iglesia de Corinto en 1ª Co 5 y 2ª Co 2.<br />
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Toda la congregación es también responsable por la buena mayordomía de los dones que les han sido confiados. El primero entre ellos, el evangelio, que debe ser predicado en el local del templo, a través de la ciudad y por todo el mundo. Finalmente, la congregación es responsable de asegurar que el mensaje del evangelio alcance tales esferas que se han nombrado (Gál 1:6–9; Fil 1:5; Col.1:3–4; 1ª Tes 1:8). <br />
<br />
Por último, las responsabilidades de la congregación no pueden ser delegadas. Aunque las congregaciones pueden reemplazar el veredicto de un grupo de líderes, la responsabilidad que conlleva es inescapable. Así como la gente que pagó a los falsos maestros fue amenazada con el juicio de Dios junto con dichos maestros, así la iglesia de Corinto fue hallada responsable junto con los miembros pecadores (1ª Co 5), y como la iglesia visualizada en Mateo 18 fue hallada responsable por Cristo de aplicar disciplina y excluir al no arrepentido, tampoco las congregaciones de hoy pueden evadir sus responsabilidades delante de Dios para satisfacer las tareas que les han sido asignadas bíblicamente.<br />
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¿Qué compañía está tan obligada a adorar a Dios como aquella que no solo ha sido creada, sino redimida? ¿Qué grupo está tan comprometido con las tareas de proclamar la Palabra de Dios y evangelizar como aquellos que se han salvado al oír la Palabra de Dios? ¿Qué cuerpo estará involucrado en hacer las señales distintivas (el bautismo y la Cena del Señor) de la acción salvadora en Cristo? Desde el ministerio de la Palabra hasta la administración de los asuntos propios de la iglesia, ¿Qué otro grupo está tan lleno de responsabilidades como la iglesia de Cristo Jesús? <ref> Un buen ejemplo de esto se encuentra en la narración de Hechos 15. Comentando Hechos 15:4, Jurgen Roloff “toda la asamblea congregacional de Jerusalén era su propio cuerpo gobernante, distinto al cuerpo gobernante de apóstoles y ancianos quienes eran los líderes de la Iglesia”. Los decretos apostólicos debían ser ratificados por la plenaria de la congregación.</ref><br />
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'''''Forma de Gobierno.''''' La responsabilidad fundamental ante Dios por el mantenimiento de todos los aspectos de la adoración pública de Dios pertenece a la congregación. Ya sea al poner orden en las disputas entre los cristianos (Mat 18:15–17; Hech 6:1–5), establecer la sana doctrina (Gál 1:8; 2ª Ti. 4:3), o al admitir o excluir miembros (2ª Co 2:6–8; 1ª Co 5), la congregación local tiene la responsabilidad y la obligación de asegurar la continuidad del buen testimonio del evangelio entre ellos mismos. Nadie fuera de la congregación tiene el mismo grado de responsabilidad. Mientras los líderes de las congregaciones tienen sus propias responsabilidades ante Dios, la más pequeña de las congregaciones que asume las tareas de proveer y escuchar regularmente la Palabra de Dios y de practicar el bautismo y la Cena del Señor, necesariamente, toma para sí la responsabilidad por la práctica correcta de la membrecía y la disciplina, aún sobre aquellos llamados a ser sus líderes (1ª Tim 5:19–20).<br />
<br />
Mientras las congregaciones pueden fallar o no en el cumplimiento de estas obligaciones, las responsabilidades no dejan de pertenecerles. Ningún otro cuerpo, dentro o fuera de la iglesia local, puede remover estas tareas obligatorias de la congregación como un colectivo. La tolerancia de enseñanzas erróneas, particularmente respecto al evangelio, el rechazo al bautismo o la Cena del Señor y la indiferencia en la admisión o exclusión de miembros, son todas responsabilidades de la congregación local.<br />
<br />
Como un cuerpo reunido de personas, la iglesia debe ser dirigida. Universal y localmente, la cabeza y pastor principal de la iglesia es Cristo Jesús (Ef 4:1–16; He 13:20; 1ª P. 5:4). Cristo no estableció ningún tipo de estructura de liderazgo, explícita o implícita, para la iglesia universal durante su ministerio terrenal. Luego, entre las congregaciones cristianas las relaciones son voluntarias por naturaleza. <ref> Esta naturaleza voluntaria de las relaciones entre las congregaciones cristianas, sin embargo, no significa que las decisiones respecto a las relaciones de una congregación con otra son simplemente materias indiferentes. </ref> Dentro de la congregación local, no obstante, la enseñanza del Nuevo Testamento es diferente. La iglesia está establecida con un orden simple de liderazgo. Antes de abordar los oficios específicos establecidos para la iglesia en el Nuevo Testamento, cinco principios bíblicos de tal liderazgo deben ser considerados por todos aquellos que desean o se sienten llamados a servir en el liderazgo.<ref> Históricamente los cristianos han hablado de dos aspectos del llamado al ministerio de tiempo completo, el interno y el externo. El llamado externo es provisto por una iglesia individual, la cual confirma los dones individuales. El llamado interno se refiere a la sensación subjetiva de responsabilidad por y el deseo de ministrar la Palabra de Dios. Para mayores detalles, vea Charles Bridges, The Christian Ministry (1830; repr. Edinburgh: Banner of Truth, 1980), 94–102; ver también, Basil Manly Jr., A Call to the Ministry (Philadelphia: American Baptist Publication Society, [no date cited]).</ref> <br />
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Los líderes de la iglesia necesitan estar ''explícitamente calificados''. No todos los cristianos están calificados para servir como líderes u obispos en la iglesia. En Hechos 20, 1ª Timoteo, Tito 1 y 1ª Pedro 5 se establecen las características para los subpastores o ancianos de la manada. Es particularmente relevante entre esas calificaciones la exigencia que el que sirve como obispo sea “''capaz de enseñar''” (1ª Tim 3:2). Más aún, como representantes de Cristo, los ministros tienen la especial obligación de reflejar el carácter de Cristo. Tal carácter, incluirá un cuidado de la manada, una voluntad de servicio, una ausencia de avaricia. Un rechazo a señorear sobre el rebaño, una vida ejemplar, irreprensible, marido de una sola mujer y la habilidad de gobernar bien su casa. Un ministro no es arrogante, irascible o dado al mucho vino. Un ministro no debe ser violento o deseoso de ganancias deshonestas. En estas y otras condiciones señaladas en las Escrituras, el líder en la congregación, debe estar explícitamente calificado.<br />
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Los líderes de la iglesia deben tener ''buena reputación con los extraños''. Quienes lideran la iglesia no deben ser hombres que traigan descrédito sobre el evangelio, sino hombres que vivan sujetos al evangelio como la luz gloriosa de esperanza y verdad en el mundo. El corazón amoroso de Dios por el mundo brilla más claramente mediante vidas puras. Para que toda la iglesia se enfoque en su misión y propósito, cuando estos líderes interactúan con las autoridades, con los vecinos y con los empleados, deberían compartirles el evangelio. Los obispos no deben ser amantes del dinero, Pablo dice en 1ª Tim 3, sino amantes de los extranjeros (es el significado de la palabra que él usa “hospitalario”). Para representar fielmente al Señor en la iglesia, los líderes de la iglesia deben estar centrados tanto en Dios como en las vidas de los demás.<br />
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Los líderes de la iglesia también deben poseer un agudo ''sentido de responsabilidad, de rendición de cuentas'', sabiendo que ellos mismos están bajo autoridad. Sus vidas como líderes públicos los expone a la amonestación y corrección (1ª Tim 5:19–20). Los pastores del rebaño deben darse cuenta que son mayordomos no propietarios. Por tanto, sirven como subpastores de la manada de Dios, sujetos a Su gobierno. Esto incluye una rendición de cuentas final y una más inmediata responsabilidad ante Cristo. Santiago promete que los maestros serán juzgados más severamente al final (Stg 3:1), mientras que el autor de Hebreos promete que los líderes de la iglesia darán cuenta a Dios de sus obras (He 13:17). Como dijo John Brown a uno de sus alumnos ministeriales recientemente ordenado en una pequeña congregación:<br />
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<blockquote>Yo conozco la vanidad de tu corazón, y que te sentirás mortificado porque tu congregación es muy pequeña en comparación con la de los hermanos a tu alrededor; pero afírmate a ti mismo la palabra de un hombre viejo que cuando vayas a rendir cuentas al Señor Jesucristo, en su trono del juicio, pienses que has hecho bastante”.<ref>Citado por Alexander Grossart in Works of Richard Sibbes, ed. Alexander Grossart (1862–1864; repr., Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1979), 294.</ref></blockquote><br />
<br />
Esta realidad escatológica debería tener implicaciones actuales en la vida y obra de un ministro. Aquellos que guían a otros deben ser los primeros en obedecer. Ellos deben estar sujetos a Cristo de tal manera que puedan decir, como Pablo a los corintios: “sigan mi ejemplo como yo sigo el ejemplo de Cristo” (1ª Co 11:1). Pedro también le recordó a los subpastores de la iglesia de su futura aparición delante de Cristo, trayendo a la mente la recompensa y la responsabilidad que tendrán que dar algún día por su trabajo actual (1ª P. 5:4). <br />
<br />
Los líderes de la iglesia deben ejercer ''autoridad''. Mientras esta observación puede parecer obvia, a algunos les disgusta usar palabras como “líder” o “autoridad” en el contexto de la iglesia local. Quizás ellos asumen que esto implica un Diótrefes puesto que el amor debe ser lo primero, o ellos asocian esto con ostentaciones anticristianas (3 Jn 9; 1ª Co 1–3). Aún más, Pablo explícitamente le dice a Timoteo: “Se dice, y es verdad, que si alguno desea ser obispo, a noble función aspira” (1ª Tim 3:1). El dijo a los romanos que aquellos que están en autoridad sobre otros (''proistamenos'')<ref>προΐστημι</ref> debería usar sus dones y habilidades para la iglesia (Ro 12:8). El también exhortó a Timoteo a aquellos “que dirigen los asuntos de la iglesia” (1ª Tim 5:17). El escritor de Hebreos habló acerca de los “líderes”.<ref> ἡγέομαι; Hebreos 13:17,24.</ref> Todas estas palabras implican la responsabilidad e iniciativa que deben caracterizar las acciones de los líderes de la iglesia.<br />
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Por último, los líderes de la iglesia deben ''edificar'' la iglesia. El liderazgo genuino no solo requiere de un líder que actúe con iniciativa y responsabilidad en un intento de hacer lo bueno; el liderazgo requiere que el resultado sea bueno. La habilidad de alcanzar los fines propuestos corrobora los dones individuales y el llamado al liderazgo en la iglesia. El liderazgo no depende fundamentalmente de una autoproclamación de líder en base a una sensación interior de llamado y propósito. En 1ª Corintios 14, Pablo repetidamente somete los dones del Espíritu al simple test de edificación. El pregunta si han surgido buenos frutos en la iglesia. ¿Es el fruto de la acción de esta persona una iglesia que está siendo edificada? Si tal es el fruto de sus acciones debe ser altamente recompensada por consideración a la iglesia y por consideración a Cristo. Todas estas características deben estar presentes en aquellos que dirigen una congregación.<br />
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Las Escrituras proporcionan dos oficios específicos en la congregación local: diáconos y ancianos.<ref>Vea Mark Dever, ''A Display of God’s Glory'' (Washington, DC: 9Marks Ministries, 2001), 5–30.</ref> <br />
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''1. Diáconos.'' En las traducciones modernas del Nuevo Testamento, la palabra ''diakonos'' es traducida usualmente como “sirviente”, algunas veces como “ministro” y ocasionalmente como “diácono”. La palabra puede referirse al servicio en general (Hech 1:17,25; 19:22; Ro 12:7; 1ª Co 12:5; 16:15; Ef 4:12; Col. 4:17; 2ª Tim 1:18; Filem 13; He 6:10; 1ª P. 4:10–11; Apo 2:19), a los siervos de Dios en particular (Ro 13:4), y a cuidar por necesidades físicas (Mat 25:44; Hech 11:29; 12:25; Ro 15:25,31; 2ª Co 8:4,19–20; 9:1,12–13; 11:8). Las mujeres claramente sirvieron como diaconisas en el Nuevo Testamento (Mat 8:15; 27:55; Lc 10:40; Jn 12:2; Ro 16:1). Los ángeles también sirvieron de esta manera (Mat 4:11). Algunas veces la palabra se refiere específicamente a servir las mesas (Mat 22:13; Lc 10:40; 17:8; Jn 2:5,9; 12:2), y aunque tal servicio era despreciado en el mundo griego, Jesús lo valoraba de otra manera. En Juan 12:26 Jesús dijo: •Quien quiera ''deacons'', debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi ''deacons''. A quien me ''deacons'', mi Padre lo honrará”. De nuevo en Mateo 20:26 (Mr 9:35) Jesús dijo “el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su ''deacon''”. Y en Mat 23:11 (cf. Mr 10:43; Lc 22:26–27) Él dijo que “El más importante entre ustedes será ''deacon'' de los demás”. <br />
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Jesús se presentó a sí mismo como tipo de un diácono (Mat 20:28; Lc 12:37; Ro 15:8). Los cristianos son presentados como diáconos de Cristo o de su evangelio. Los apóstoles son retratados de modo similar (Hech 6:1-7), y así es como Pablo se refiere regularmente a sí mismo y a aquellos que trabajaban con él (Hech 20:24; 1ª Co 3:5; 2ª Co 3:3,6–9; 4:1; 5:18; 6:3–4; 11:23; Ef 3:7; Col. 1:23; 1º Tim 1:12; 2ª Tim 4:11). El se refiere especialmente a sí mismo como un diácono entre los Gentiles, el grupo particular al cual fue llamado a servir (Hech 21:19; Ro 11:13). Pablo llama a Timoteo un diácono de Cristo (1ª Tim 4:6; 2ª Tim 4:5), y Pedro dijo que los profetas del Antiguo Testamento eran diáconos de Cristo (1 P.1:12). Los ángeles son llamados diáconos (He 1:14). Aún Satán tiene sus diáconos (2ª Co 11:15; Gál 2:17).<br />
<br />
La representación más clara del trabajo práctico de los diáconos se encuentra en Hechos 6, donde se registra oficialmente, por primera vez, a los diáconos en la congregación. Basados en tal relato, hay tres niveles o aspectos del ministerio diaconal que deben ser considerados.<ref>Gracias a Buddy Gray, Pastor de Birmingham, Alabama por resaltarme esto en el texto.</ref> Primero, los diáconos deben cuidar de las necesidades físicas. Algunos de los cristianos “estaban siendo ignorados en la distribución diaria de comida” (Hechos 6:1). En Hechos 6:2, los apóstoles caracterizaron este servicio como “sirviendo en las mesas”, o literalmente, “diaconando mesas”. Cuidar de la gente, especialmente por los cristianos, y más especialmente por los hermanos de la congregación, contribuye no solo a su bienestar físico; también hay un beneficio espiritual. Estimula a los receptores de los cuidados, materializa el cuidado de Dios y sirve como testimonio a aquellos que están fuera de la iglesia. Tal como dijo Jesús “De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Jn 13:35). El cuidado físico presente en Hechos 6 evidencia ese amor parecido al de Cristo.<br />
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Detrás del cuidado físico, subyace un segundo aspecto del trabajo diaconal, uno que beneficia no solo a los que tienen necesidad sino a todo el cuerpo: los diáconos deben velar por la unidad del cuerpo. Al cuidar de esas viudas, los diáconos ayudaron a que el reparto de comida entre las viudas fuese más equitativo. Esto era importante porque la ''negligencia física'' estaba causando una'' desunión espiritual'' en el cuerpo (Hechos 6:1). Un grupo de cristianos estaba poniendo quejas contra otro grupo, y esto parece ser que atrajo la atención de los apóstoles. Los apóstoles no estaban interesados sólo en resolver un problema del ministerio de misericordia de la iglesia. Ellos querían prevenir una fractura en la unidad de la iglesia, y particularmente, una peligrosa fractura: entre grupos étnicos distintos. Los diáconos fueron comisionados para prevenir la desunión en la iglesia. Su trabajo era actuar como los amortiguadores del cuerpo. <br />
<br />
En un tercer nivel, los diáconos fueron designados para apoyar el ministerio de los apóstoles. En Hechos 6:3 los apóstoles parecen reconocer que la atención de las necesidades físicas es una responsabilidad de la iglesia. Por tanto, en cierto sentido, ellos asumían esa responsabilidad como propia. Pero en el versículo 3 ellos delegar esa responsabilidad en otro grupo de la iglesia. Estos diáconos, entonces, no solo estaban ayudando a las viudas y a toda la congregación, ellos estaban colaborando con los apóstoles/ancianos cuyas principales obligaciones estaban en otro lugar. Por su ministerio a las viudas, ellos estaban colaborando con los maestros de la Palabra en su ministerio. En este sentido, los diáconos son fundamentalmente promotores y defensores de los ancianos.<br />
<br />
En la época que Pablo escribió su primera carta a Timoteo, el pudo instruir a Timoteo sobre las calificaciones que explícitamente debía tener quien ejerciera el oficio de diácono. Cuando se combina la lista de calificaciones que aparecen en 1ª Tim 3:8-13 con las cualidades de los individuos seleccionados en Hechos 6, resulta evidente que los diáconos deben conocer la llenura del Espíritu Santo. Ellos ministran las necesidades físicas, pero su ministerio, es un ministerio espiritual. Los diáconos deberían estar llenos de sabiduría. Ellos deberían ser elegidos por la congregación y gozar de su confianza. Ellos voluntaria y diligentemente deben responsabilizarse por las necesidades de su ministerio particular. Deben ser dignos de respeto, sinceros, no amantes del mucho vino, no interesados en ganancias deshonestas e inquebrantables en las verdades profundas de la fe con una clara conciencia de ellas. Los diáconos deberían ser probados y aprobados siervos que son maridos de una sola mujer. Y deben ser individuos que gobiernen bien su casa y sus hijos.<br />
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''2. Pastor/Obispo/Anciano.'' Además del oficio de diácono, el Nuevo Testamento, presenta el oficio de Pastor, Anciano u Obispo. Más fundamentalmente, el anciano es un ministro de la Palabra. La raíz ''presbeust'' <ref>πρέσβυς</ref> aparece 75 veces en el Nuevo Testamento.<br />
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Nueve veces se refiere a gente de edad cronológica avanzada (Lc 1:18; 15:25; Jn 8:9; Hech 2:17; 1! Tim 5:1,2; Tito 2:2–3; Filem 9). Cuatro veces se refiere a los ancestros de la nación Hebrea (Mat 15:2; Mr 7:3,5; He 11:2). Juan usó doce veces palabras con esta raíz en Apocalipsis para referirse a los ancianos celestiales (Apo 4:4,10; 5:5–6,8,11,14; 7:11,13; 11:16; 14:3; 19:4). Veintinueve veces (todas en los Evangelios y Hechos) la palabra se refiere a los líderes judíos del Sanedrín, o en sinagogas locales que no eran sacerdotes. Las veinte veces restantes se refiere a los ancianos en las iglesias: en la iglesia de Jerusalén (Hech 11:30; 15:2,4,6,22–23; 16:4; 21:18); in Listra, Iconio, y Antioquia (Hech 14:21,23); en Éfeso (Hech 20:17); en los pueblos de Creta (Tito 1:5); y otras referencias generales (1º Tim 5:17,19; Stg 5:14; 1 P. 5:1,5). Juan también se refiere dos veces a sí mismo como “el anciano” (2 Jn 1; 3 Jn 1). Los judíos de la época de Jesús tenían miembros laicos en el Sanedrín de Jerusalén llamados ancianos. Las sinagogas también tenían cuerpos de hombres gobernantes llamados ancianos.<br />
<br />
En el Nuevo Testamento, las palabras ''anciano, guía o pastor y obispo o superintendente'' son intercambiables en el contexto de oficio dentro de la iglesia local. Esto se ve con la mayor claridad en Hechos 20 donde Pablo se reúne con los ancianos de la iglesia de Éfeso a quienes ha llamado en el versículo 17. En el versículo 28, Pablo dice a esos ancianos:<ref>πρεσβύτερος</ref> “Tengan cuidado de sí mismos y de todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto como obispos<ref>ἐπισκοπή</ref> para pastorear<ref>ποιμαίνω </ref> la iglesia de Dios, que Él adquirió con su propia sangre”.<br />
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Luego, en Efesios 4:11, Pablo dice: “Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros”. La palabra que Pablo usó para “pastor” es ''poimenas'',<ref>ποιμήν</ref> que se relaciona con la palabra para “guía”.<br />
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De modo similar, en 1ª Pedro 5:1-2 Pedro se dirige a los ancianos diciéndoles que ellos son pastores o guías de la manada de Dios, sirviendo como superintendentes u obispos. En 1ª Pedro 2:21 Jesús es llamado “Pastor y Obispo de vuestras almas”. La raíz de la palabra traducida aquí como “obispo” (''episkop'')<ref>ἐπίσκοπος</ref> aparece once veces en el Nuevo Testamento. En Tito 1, Pablo proporciona una lista de calificaciones para un oficio particular, similar a la dada a Timoteo en 1ª Tim 3. En ambos lugares, el funcionario descrito se llama ''episkopon'', esto es, un obispo o superintendente. Pero en Tito 1:5, Pablo dice que él dejó a Tito en Creta para que nombrara ''presbuterous'' (ancianos) en cada pueblo. Más adelante, en el versículo 1:7, el se refiere a la misma persona como un ''episkopon''. Claramente, en el Nuevo Testamento, las palabras ''anciano, guía o pastor y obispo o superintendente,'' en el contexto de oficio de la iglesia local, son intercambiables.<ref> R.B.C.Howell, pastor de First Baptist Church, Nashville, Tennessee:”Los únicos oficios señalados por Dios para predicar, administrar las ordenanzas y que han permanecido inalterables hasta el presente son el de pastor, anciano y obispo. R.B.C.Howell, “Ministerial Ordination,” in The Baptist Preacher, ed. Henry Keeling (Richmond: H. K. Ellyson, 1847), 137.</ref> <br />
<br />
Pablo estableció los requisitos para los ancianos en 1ª Tim 3:1-7 y en Tito 1:5-9. Los ancianos deben ser irreprensibles y estar por encima de cualquier reproche, no arrogante, abstemio, autocontrolado, respetable, no dado al mucho vino, no violento sino gentil, no pendenciero, bien reputado (particularmente entre los no creyentes), probo, santo y disciplinado. El es el marido de una sola mujer, no amante del dinero, no perseguidor de ganancias deshonestas, un buen gobernante de su familia (sus hijos le obedecen) y no un recién convertido. El ama lo que es bueno, está firmemente sujeto al evangelio y está ansioso por servir. <ref> Para esta última calificación vea 1 P. 5:2.</ref><br />
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Todas las calificaciones mencionadas aquí y citadas en otras partes en las Escrituras son aplicables a todos los cristianos, excepto una, la habilidad de enseñar. La esencia del oficio de anciano consiste en asegurar que la Palabra de Dios es bien entendida, evidenciada por el compromiso de enseñar a una manada particular esta Palabra. Cualquiera que sirva como anciano debe tener un dominio por encima del promedio tanto del evangelio como de las grandes verdades de la Escritura, especialmente de aquellas que están bajo asalto en nuestros días. Un anciano debe tener un dominio particularmente sólido de las verdades que distinguen su propia congregación de otras (por ejemplo, el bautismo para los Bautistas). Y debe ser un ejemplo de cuidado y preocupación por toda la congregación.<br />
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Las calificaciones de “marido de una sola mujer” y “manejar bien su propia casa” no significa que un anciano debe estar casado o tener hijos.<ref> Sería extraño que cualquier calificación para anciano impidiese (posiblemente) al mismo Pablo o a Nuestro Señor Jesucristo ejercer el oficio de anciano.</ref> Más bien parece que Pablo asumió que la mayoría de los hombres estarían casados y tendrían hijos. De conformidad con la creación, Pablo argumenta en 1ª Tim 2 que existe un orden divino que imposibilita que una mujer sea llamada “a enseñar o tener autoridad sobre un hombre” en la iglesia.<ref>Mucho material útil ha sido publicado por el Concejo sobre Hombría y Femineidad Bíblica. Vea John Piper and Wayne Grudem, eds., ''Recovering Biblical Manhood and Womanhood'' (Wheaton: Crossway, 1991, rev. 2006); Wayne Grudem and Dennis Rainey, eds., ''Pastoral Leadership for Manhood and Womanhood'' (Wheaton: Crossway, 2002); J. Lyon Duncan and Susan Hunt, ''Women’s Ministry in the Local Church'' (Wheaton: Crossway, 2006); Wayne Grudem, ''Countering the Claims of Evangelical Feminism'' (Colorado Springs: Multnomah, 2006); Wayne Grudem, ''Evangelical Feminism and Biblical Truth'' (Colorado Springs: Multnomah, 2004); and Wayne Grudem, ''Evangelical Feminism: A New Path to Liberalism?'' (Wheaton: Crossway, 2006). Vea también www.cbmw.org.</ref> <br />
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Una discusión frecuente sobre los ancianos del Nuevo Testamento es si cada congregación local debe ser gobernada solamente por un anciano o por varios ancianos. Por esto, en Lucas 7, el centurión envió a varios ancianos de la comunidad judía de Capernaum a Jesús para que suplicaran ayuda en su nombre. Deuteronomio también se refiere a múltiples ancianos en el contexto de su rol como líderes del pueblo. Ya fuese que implicara rescatar gente de las ciudades refugio, resolver asesinatos, o tratar con hijos desobedientes (Deut 19:12; 21:1–9,18–21). De manera similar, las sinagogas judías seguían el patrón de liderazgo plural. Las sinagogas que surgieron durante el exilio babilónico, funcionaron como asambleas civiles y religiosas para la enseñanza de la ley de Dios, y consecuentemente, para guiar a la comunidad. Se requerían diez hombres adultos para tener adoración pública en una sinagoga. Varios oficios facilitaban el trabajo de las sinagogas, entre ellos, el oficio de gobernar.<ref> Ejemplos de “gobernantes” de las sinagogas mencionadas en el Nuevo Testamento son Jairo en Marcos 5:22 (gobernantes plurales), Hechos 13:15 (plural) y Crispo (singular) en Hechos 18:8.</ref><br />
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En el Nuevo Testamento, el libro de Apocalipsis presenta no uno sino veinticuatro ancianos. Las referencias a los ancianos judíos, de manera uniforme señalan un cuerpo de hombres. Pablo realizó su trabajo de plantar iglesias con la ayuda de varias personas, aunque como apóstol él era evidentemente el líder. También es cierto que muchos ancianos de las nacientes iglesias no podían ser mantenidos totalmente desde el punto de vista financiero. Y Pablo no les escribió a los ancianos de la iglesia de Éfeso sino a Timoteo solo. Por último, el Señor Jesús dirigió sus cartas a las siete iglesias en Apocalipsis 2 y 3 al “ángel” o “mensajero” de cada iglesia (singular). <br />
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¿Significa esto que el Nuevo Testamento concibe un solo anciano por cada iglesia? Por el contrario, las evidencias sugieren que las congregaciones del Nuevo Testamento estaban guiadas por más de un anciano. Cinco autores del Nuevo Testamento se refieren al oficio de anciano veinte veces. Solo Juan se refiere al oficio en singular; el mismo, se define como “el anciano” en su segunda y su tercera cartas. Aparentemente, él era conocido con ese título. Asumiendo que él le escribió a la gente fuera de su congregación, el título puede haber sugerido no tanto un oficio como su amplio reconocimiento.<br />
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Santiago, Pedro, Pablo y Lucas también se refieren al oficio de anciano en la iglesia, y cada uno de ellos, parece presumir una pluralidad de ancianos por congregación. Santiago instruye a sus lectores cristianos a “llamar a los ancianos (plural) de la iglesia (singular) a orar por ellos” (Stg 5:14). Pedro escribió como un anciano a los ancianos (plural) entre vosotros” (1ª P.5:1-5). A menos que Pedro estuviera diciendo “de un hombre viejo a otros”, el asume que en cada congregación había una pluralidad de ancianos. Pablo saludó con los ancianos (plural) de la iglesia (singular) de Filipos (Fil 1:1). Y exhortó a los ancianos de la iglesia de Éfeso a ser “obispos” o “superintendentes” (plural) de la manada (singular) a la cual Dios los había llamado (Hechos 20:28). Escribiendo a Timoteo y a Tito, Pablo de nuevo menciona ancianos en plural. El recuerda a Timoteo el cuerpo de ancianos que puso sus manos sobre él (1ª Tim 4:14). Poco después se dirige a los ancianos (plural) que dirigen los asuntos de la iglesia (singular) (1ª Tim 5:17). A luego se refiere no a las acusaciones contra “el anciano” sino contra “un anciano” (''presbeterou'', sin el artículo), lo cual debería ser consistente con la afirmación que Timoteo tenía múltiples ancianos su congregación.<br />
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Pablo también dejó a Tito en Creta para que “nombrara ancianos (plural) en cada pueblo (''kata polin'')”<ref> κατά πόλις</ref> (Tito 1:5), significando que de nuevo Pablo tuvo como propósito que cada iglesia tuviese una pluralidad de ancianos. Por último, la narración de Lucas en el libro de los Hechos evidencia la pluralidad de ancianos en cada congregación local. La iglesia en Éfeso (singular) tiene múltiples ancianos (Hechos 20:17). Al final del primer viaje misionero de Pablo, Pablo y Bernabé “nombraron ancianos (plural) en cada iglesia (singular)” (Hechos 14:23). Y las referencias a los ancianos de la iglesia de Jerusalén siempre ocurren en plural .<br />
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La evidencia directa en el Nuevo Testamento indica que la práctica usual y esperada era que cada congregación local tuviese múltiples ancianos. <br />
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Otra cuestión que surge naturalmente en estos tiempos es si el Nuevo Testamento soporta la postura de un señor o un solo pastor. En tanto que en el Nuevo Testamento no hay evidencia directa que apoye este punto de vista, se pueden encontrar cuatro indicadores de un maestro principal entre los ancianos, aun en esas congregaciones primitivas. Primero, algunos hombres en el Nuevo Testamento como Timoteo y Tito, aunque se movían de un lugar a otro, actuaban como ancianos. Otros hombres habían permanecido en una localidad, quizás como los hombres nombrados por Tito en cada pueblo (Tito 1:5). En otras palabras, Timoteo estableció un precedente al venir de fuera de la comunidad a actuar como un dirigente de ella, aun cuando allí estaban ya otros líderes. Aparentemente, los forasteros no estaban excluidos de juntarse a la comunidad para asumir responsabilidades de enseñanzas primordiales.<br />
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Segundo, algunos hombres eran sostenidos financieramente porque trabajaban a tiempo completo con el rebaño (Fil 4:15–18; 1ª Tim 5:17–18), mientras que otros hombres conservaban sus vocaciones y además trabajaban como ancianos. Pablo frecuentemente hizo esto cuando estaba estableciendo el evangelio en una nueva área. Y se puede pensar que no todos los ancianos nombrados por Tito y Timoteo recibían paga por trabajo a tiempo completo.<br />
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Tercero, Pablo le escribió solo a Timoteo con instrucciones para la iglesia de Éfeso, aún cuando el libro de los Hechos señala claramente la pluralidad de ancianos en la iglesia de Éfeso. Aparentemente, Timoteo jugaba un rol único entre ellos.<br />
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Finalmente, Jesús dirigió sus cartas a las siete iglesias en Apocalipsis 2 y 3 al mensajero (singular) de cada una de esas iglesias.<br />
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Ninguno de estos ejemplos presenta un mandato explícito pero ellos describen la práctica común de reservar al menos uno de estos ancianos, potencialmente foráneo a la comunidad de la congregación, apadrinándolo y dándole la responsabilidad primaria de la enseñanza en la iglesia. Con todo y eso, el predicador, o pastor, es fundamentalmente uno de los ancianos de su congragación. Trabajando junto con ese pastor de mayor categoría, la pluralidad de ancianos ayuda tanto a él como a la iglesia complementando los dones del pastor, compensando sus deficiencias, corroborando sus decisiones y creando el ambiente favorable en la congregación para evitar la exposición de los líderes a críticas injustas.<br />
Una pluralidad también hace al liderazgo más enraizado y permanente y permite mayor continuidad en la madurez espiritual. Esto estimula a la iglesia a ser más responsable por el crecimiento espiritual de sus propios miembros y ayuda a la iglesia a ser menos dependiente de sus empleados. De acuerdo a como los ancianos lideran y los diáconos sirven, se prepara a la iglesia para dar testimonio de lo que Dios se ha propuesto que sea.<br />
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Disciplina. En el Antiguo Testamento Dios llamó a Abraham y a sus descendientes a ser su pueblo especial. Sin embargo, la presencia santa de Dios con su pueblo requería una especial santidad de su parte (Ex 33:14–16). El Señor dijo a Moisés, “habla a toda la asamblea de Israel y diles: “Sed santos por yo, el Señor vuestro Dios, es santo” “(Lv 19:1–2; vea Lv 11: 44–45; 20:26). La santidad de ellos debía reflejar la Suya. Dios continuó preservando este testimonio de sí mismo a todas las naciones mediante el convenio del monte Sinaí (detallado en Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) y en los tiempos que vivieron los profetas. <br />
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Durante los siglos transcurridos entre Moisés y Esdras, Israel existió como un testimonio de la fidelidad de Dios a las promesas hechas a Abraham. Durante este tiempo los individuos eran excluidos de la comunidad mediante la aplicación del código levítico si sus vidas resultaban muy corrompidas. Gordon Wenham resume el propósito del código levítico: “El corrupto y el santo son dos estados que jamás deben estar en contacto entre sí”. Un individuo podía estar excluido temporalmente del pueblo de Dios por un número diferente de acciones (vea Lv 11–15; 18; Num 35:33). Para otros pecados más serios se requería la pena capital (Lv 17:10; 20:3–5), como una separación divina desde la promesa abrahámica (“será eliminada de su pueblo” Ex 30:38; Lv 7:20–21; Num 15:30–31). Es un honor pertenecer al pueblo de Dios, y la membrecía tiene tanto obligaciones como privilegios.<br />
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Finalmente, los pecados de la nación resultaron ser demasiado grandes para que Dios los tolerara y decidió juzgar la nación completa. Primero, la nación fue dividida. Luego, después de muchos siglos de desobediencia, las tribus del norte fueron sometidas por Asiria, y tiempo más tarde, las tribus sureñas fueron conquistadas por Babilonia. Si su pueblo no podía vivir diferente al resto de las naciones (en lugar de adoptar la inmoralidad e idolatría de esas naciones), entonces, su pueblo sería dispersado entre ellos. Dios no les permitiría que continuaran llevando su nombre en vano para siempre. En Ezequiel, Dios resume la historia de su fidelidad a pesar de la infidelidad de su pueblo.<br />
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“Pero el pueblo de Israel se rebeló contra mí en el desierto; desobedeció mis decretos y rechazó mis leyes, que son vida para quienes los obedecen... Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé descargar mi ira sobre ellos y exterminarlos. Pero decidí actuar en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto”. (Ez 20:13-14). <br />
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En el Nuevo Testamento, la iglesia también ejerce disciplina puesto que sobre el pueblo de Dios permanece una expectativa de santidad. “Como hijos obedientes, no se amolden a los malos deseos que tenían antes, cuando vivían en la ignorancia. Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: "Sean santos, porque yo soy santo. (1ª P. 1:14-16; citando Lv 11:44–45; 19:2; 20:7). La iglesia fue fundada por Cristo y su éxito está prometido y asegurado por Él (Mat 16:17–19). Él se compromete a moldear santidad en su pueblo por medio de su Espíritu. Así, el Espíritu de Cristo usa el cuerpo local de creyentes para crear y mantener la especial santidad del pueblo de Dios. El escritor a los Hebreos recuerda a los creyentes jóvenes la importancia de la disciplina en la vida cristiana (He 12:1–14). Parte de esa disciplina ocurre mediante la interacción de las personas, como un miembro del cuerpo de Cristo cuida por los otros. <br />
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También Pablo escribió a los Gálatas: “Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado. Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo” (Gal 6:1-2). El alertó también a los de Tesalónica:<br />
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“Hermanos, en el nombre del Señor Jesucristo les ordenamos que se aparten de todo hermano que esté viviendo como un vago y no según las enseñanzas recibidas de nosotros.... Si alguno no obedece las instrucciones que les damos en esta carta, denúncienlo públicamente y no se relacionen con él, para que se avergüence. Sin embargo, no lo tengan por enemigo, sino amonéstenlo como a hermano.”. (2Th 3:6, 14-15; comparar con 1ª Tim 1:20; 5:19-20). <br />
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A Tito, Pablo le instruye: “Al que cause divisiones, amonéstalo dos veces, y después evítalo (Tito 3:10). Este concepto de disciplina de la iglesia, el cual puede terminar en la exclusión de la iglesia, tiene su origen en las enseñanzas de Cristo mismo. En Mateo 18, Jesús enseñó sobre la naturaleza de sus seguidores, instruyéndoles acerca del amor que busca a los perdidos y la misericordia hacia los demás. En el mismo contexto, Él también planteó el tema de lo que se debe hacer cuando uno de sus seguidores peca contra otro. <br />
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"Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano. Pero si no, lleva contigo a uno o dos más, para que 'todo asunto se haga constar por el testimonio de dos o tres testigos'. Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la iglesia; y si incluso a la iglesia no le hace caso, trátalo como si fuera un incrédulo o un renegado”. (Mat 18:15-17).<br />
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Cristo estableció tres pasos para confrontar a cualquiera que proclame ser un seguidor suyo y se rehúse a arrepentirse de sus pecados: primero, confrontación privada, segundo, confrontación en grupo pequeño, tercero, confrontación congregacional. Mientras estos pasos pueden ser más sugestivos que exhaustivos, el resultado deseado de cada etapa de la confrontación, es siempre el mismo: el arrepentimiento del discípulo . Sin embargo, podría rehusarse el pecador a oír a la iglesia; en tal caso, será tratado como “un incrédulo o un renegado”. El ha demostrado que no pertenece a la asamblea porque la asamblea de la iglesia se caracteriza por el arrepentimiento santo. <br />
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La disciplina está indisolublemente ligada a la iglesia que Jesús concibió. Pero tal disciplina no ocurre sola. En vez de eso, sucede como parte de un compromiso mayor de toda la congregación de orar y trabajar, unos a otros, para la formación a semejanza de Cristo. Un rechazo de tal comportamiento debe ser seguido por una lamentable exclusión de la comunidad de creyentes.<br />
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Quizás el texto más citado sobre la práctica de la excomulgación o disciplina de la iglesia es 1ª Co 5. En este pasaje, Pablo; se dirige específicamente a la congregación para que “Expulsen al malvado de entre ustedes.” (v.13). Pablo tomó estas palabras de Deuteronomio donde el Señor instruye a su pueblo por medio de Moisés para expulsar a aquellos que adoraban a otros dioses, que daban falsos testimonios y que practicaban fornicación, adulterio o ciertas clases de esclavitud (Deut 17:7; 19:19; 22:21,24; 24:7). En el antiguo Israel, tal exclusión podía ser llevada a cabo mediante la pena capital. Pablo en su exhortación a la congregación de Corinto, simplemente plantea que el transgresor debe ser excluido de su congregación de manera similar al mandato de Jesús para que el pecador que no se arrepiente en Mateo 18:17 sea tratado como “un incrédulo o un renegado”. Aunque el infractor proclame ser cristiano, su declaración carece de credibilidad por su evidente falta de arrepentimiento. Tal juicio dentro de la iglesia es actualmente una parte del trabajo de la iglesia, dice Pablo. “¿Acaso me toca a mí juzgar a los de afuera? ¿No son ustedes los que deben juzgar a los de adentro? (v.12). “Sí”, por supuesto, es la respuesta que Pablo supone darán a esta segunda pregunta retórica.<br />
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La naturaleza de la exclusión que Pablo ordena es la excomunión, la cual típicamente significa excluir a disciplinados de la comunión (Cena del Señor). En esencia, es una remoción de la membrecía de la iglesia. Mientras otras situaciones disciplinarias pueden tener metodologías graduales como una advertencia, seguida de una suspensión temporal de ciertos privilegios de la membrecía, Pablo no contempla tales acciones parciales en 1ª Co 5. El crimen fue atroz y público y la respuesta de la iglesia necesita ser igualmente pública y contundente . Por lo tanto, Pablo pide la excomunión que trascienda la simple negación de participar en la Cena del Señor al no arrepentido.<br />
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Pablo escribió, “en esta carta quiero aclararles que no deben relacionarse con nadie que, llamándose hermano, sea inmoral o avaro, idólatra, calumniador, borracho o estafador. Con tal persona ni siquiera deben juntarse para comer” (1ª Co 5:11). El reaccionó fuertemente porque la vida del pecador no arrepentido contrastaba rotundamente con su afirmación de ser cristiano. En la medida que la iglesia le permitiera permanecer en membrecía, eso afirmaba su declaración de ser cristiano al tiempo que proporcionaba al mundo una imagen profundamente distorsionada de lo que es un cristiano. El pecado inicial perteneció a la pareja pecadora. Pero el pecado que provoca la ira de Pablo y que rechaza tan ásperamente fue la inacción de la congregación. Su falla al no actuar era potencialmente desastrosa para el testimonio de su evangelio y equivalía a rechazar el evangelio, lo que era en sí mismo, un serio pecado. La disciplina de la iglesia correctamente aplicada puede traer al pecador al arrepentimiento, pero siempre representará fielmente el evangelio a la comunidad circundante. <br />
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Por último, la disciplina en la iglesia debe ser practicada para llevar a los pecadores al arrepentimiento, alertar a los otros miembros de la iglesia, sanar toda la congregación, dar un testimonio colectivo diferente al mundo, y en última instancia, glorificar a Dios conforme su pueblo muestra su carácter de amor santo (ver Mat 5:16 y 1ª P. 2:12). <br />
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Misión y Propósito de la Iglesia. Los tópicos ya cubiertos en este capítulo no pueden ser apreciados totalmente, al margen de una comprensión fehaciente del propósito y la misión de la iglesia. La misión de la iglesia y el propósito están en el corazón de su naturaleza, atributos y señales; y las adecuadas prácticas de membrecía, gobierno y disciplina sirven a esos propósitos. Resumiendo, los objetivos correctos de la vida y acciones de una congregación local son adorar a Dios, la edificación de la iglesia y la evangelización del mundo. Estos tres objetivos a su vez glorifican a Dios.<br />
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La adoración colectiva de Dios ocurre en el contexto de la congregación reunida, mientras que la adoración individual ocurre en el contexto de la vida diaria individual. Modelar e incentivar tanto la adoración individual como la colectiva son aspectos significativos del propósito de la iglesia.<br />
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La adoración de Dios en la asamblea pública consta de particulares elementos prescritos por Dios y las circunstancias en las cuales esos elementos ocurren. Como David Peterson escribe: “La adoración del Dios vivo y verdadero, es esencialmente una participación con Él en los términos que Él propone y de la manera que solo Él hace posible.” Ligon Duncan resume cuales elementos deben ser incluidos en la adoración colectiva con el lema “Lee la Biblia, predica la Biblia, ora la Biblia, canta la Biblia y ve la Biblia”. Por “ver” la Biblia, Duncan quiere decir la celebración del bautismo y la Cena del Señor, lo cual, retrata al evangelio. Puesto que este aspecto de la adoración colectiva ya fue tratado antes, veremos a continuación los restantes elementos de la adoración colectiva.<br />
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A los cristianos se les manda a leer la Biblia cuando están congregados para la adoración. Pablo exhortó a Timoteo “dedícate a la lectura pública de las Escrituras”. Pero la Palabra de Dios no solo debe ser leída, también debe ser explicada y aplicada. Por tanto, la correcta predicación de la Palabra de Dios es central en la adoración de la iglesia, formando su base y corazón. Puesto que la fe viene por el oír la Palabra de Dios (Ro 10:14-17), la Escritura debe ser explicada con precisión y pasión. Es por esto que Pablo exhorta a Timoteo a “Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar” (1ª Tim 4:2).<br />
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La tarea de cantar alabanzas a Dios es impuesta a los cristianos tanto por la vía del ejemplo como del mandato. Marcos y Mateo registran, por ejemplo, el hecho que Jesús y sus discípulos cantaran un himno después de la Cena del Señor (Mat 26:30; Mr 14:26). Pablo instruyó a la congregación de Éfeso a “Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón, dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Ef 5:19–20). Por último, las alabanzas de las asambleas cristianas en la tierra prefiguran la alabanza que será ofrecida en el cielo (Apo 5:9-14).<br />
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Otro elemento de la reunión cristiana de adoración es la oración. En oración, los cristianos glorifican a Dios de diversas maneras: haciendo conocer su relación con Él, demostrando obediencia a su llamado a orar, recordando su fidelidad al responder a oraciones previas y presumiendo Su bondad, pedirle más aun. En la oración colectiva, Dios es magnificado en tanto que la iglesia es edificada y estimulada. Jesús enseñó a sus seguidores a orar de modo colectivo comenzando con “Padre Nuestro” (Mat 6:7–15; Lc 11:1–4). Santiago urgió a los primeros cristianos a “confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz” (Stg 5:16; compare con Ef 6:18; Fil 4:6; Col. 4:2; 1ª Tes 5:17; 1ª Tim 2:8; Stg: 13). El libro de los Hechos también está lleno de oración. Los cristianos iniciales “Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración” (Hech 2:42; ver 1:14; 4:24–31; 12:5,12). Leer y predicar la Palabra de Dios, cantar sus alabanzas y orarle a Él son los elementos básicos de la reunión semanal de los cristianos.<br />
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Detrás de la afirmación que la adoración cristiana debe consistir de estos elementos está la comprensión Protestante de la suficiencia de las Escrituras, la noción que las Escrituras enseñan suficientemente todo lo que necesita el pueblo de Dios para su salvación, absoluta verdad y completa obediencia. La suficiencia de la Escritura tiene muchas implicaciones incluyendo la convicción que la Escritura debe regular la forma en que el pueblo de Dios se acerca a Dios en adoración. Este principio ha sido llamado frecuentemente el principio regulativo. El principio regulativo aplica la creencia Protestante en la autoridad de la Palabra de Dios a la doctrina de la iglesia. Y es la que se cita con mayor frecuencia en las discusiones sobre la adoración pública.<br />
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Muchas personas han debatido acerca de cuáles son las aplicaciones específicas que deberían derivarse del principio regulativo para la reunión semanal de los santos. Por ejemplo, ¿Requiere o prohíbe el principio el tomar una ofrenda durante el servicio? ¿Tener un coro? ¿Usar una representación dramática relativa al sermón? y otras por el estilo. Aun antes de que los puntos particulares sean abordados, el principio básico debe estar clara y firmemente establecido: dios ha revelado cuales son los componentes básicos de la adoración aceptables para Él. Dejados por su cuenta, los humanos no adorarían a Dios como debe ser, ni siquiera aquellos que han sido bendecidos por Él. Uno necesita tan solo pensar en el inaceptable sacrificio de Caín o en el becerro de oro de los israelitas.<br />
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En respuesta a la pérdida del conocimiento y la inclinación a adorar correctamente que tiene la humanidad, Dios le dio, por gracia, su Palabra. Los dos primeros de los Diez Mandamientos muestran la preocupación de Dios sobre la manera de adorarlo. Jesús condenó a los fariseos por aspectos de su adoración (Mat 15:1–14). Pablo instruyó a la iglesia de Corinto sobre lo que debería y no debería ocurrir en sus asambleas (1ª Co 11–14). Brevemente, reconocer el principio regulativo equivale a reconocer la suficiencia de la Escritura aplicada a la adoración pública. En el lenguaje de la Reforma esto equivale a sola Scriptura. <br />
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El tiempo y lugar para reunirse o congregarse no está claramente prescrito en el Nuevo Testamento. Tanto los espacios públicos como el templo o la ribera de un río, como espacios privados tales como las casas, se usaron (Hech 2:46; 4:31; 5:42; 16:13; Ro 16:5). Habiendo dicho esto, la iglesia a lo largo de la historia ha considerado apropiado reunirse los domingos por varias razones. Primero, Cristo resucitó un domingo (Mat 28:1–2; Mr 16:2–5; Lc 24:1–3; Jn 20:1). Segundo, el Cristo resucitado se apareció por vez primera a los discípulos en domingo (Mat 28:8–10; Jn20:13–19; vea Lc 24:13–15). Tercero, el patrón de los cristianos primitivos apunta hacia el domingo como el tiempo para la reunión de adoración semanal, aun cuando no lo hubiese sido para algunos de los creyentes. Cuarto, este patrón de comportamiento fue rápidamente consagrado en el lenguaje con referencias al domingo como “el Día del Señor” (Apo 1:10). De acuerdo a los orígenes iniciales de la iglesia cristiana, esta fue la costumbre universal de los cristianos . Finalmente, los cristianos a través de la historia han considerado apropiado dar los primeros frutos de la semana a Dios para conocer su voluntad soberana, tal como ellos lo hacen con sus ingresos.<br />
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Además de promover y regular la adoración colectiva de Dios, la misión y propósito de la iglesia incluye fomentar la adoración individual de Dios. La adoración no solo ocurre en los servicios públicos y en las asambleas. Debe ocurrir en la vida diaria del cristiano. Por eso, Pablo exhortó a los cristianos de Roma “ofrezcan su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios… en adoración espiritual” . La teología vivida en obediencia y acción responsable es adoración a Dios. Cuando se realizan con fe, todas las actividades de la vida cristiana señaladas en las Escrituras son medios para adorar a Dios “Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él” (Col 3:17; vea 1ª Co 10:31). La adoración a Dios es el fin supremo de la iglesia cristiana ya sea considerada localmente o universalmente o en la vida individual de sus miembros.<br />
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Además de ver hacia arriba, la iglesia debe ver de lado. Dicho de otra manera, el propósito vertical de la iglesia de adorar a Dios determina su propósito horizontal: trabajar para evangelizar y edificar a aquellos que han sido hechos a semejanza de Dios. La iglesia misma es, entonces, un medio de gracia, no porque ella otorgue salvación aparte de la fe sino porque es el medio ordenado por Dios para que su Espíritu lo use en la proclamación del evangelio salvador. La iglesia, por tanto, es el conducto mediante el cual vienen normalmente los beneficios de la muerte de Cristo.<br />
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El propósito de la iglesia, en parte, es estimular a los individuos cristianos en su fe y su relación con Cristo. Con este objetivo en mente, Pablo predicó a la congregación de Éfeso “Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro” (Ef 4:15-16). Cuando el escritor de los Hebreos exhortó a sus lectores a reunirse regularmente, apuntaba al propósito de darse mutuo estímulo: “Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras.<br />
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Heb 10:25 No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros” (He 10:24-25).<br />
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La vida en conjunto de toda la congregación es señalada como el fin de la edificación colectiva. Dios creó un pueblo en el Antiguo Testamento que iba a ser un pueblo especialmente bendecido por la presencia de Dios, sus promesas y su poder. Él deseaba tener un pueblo que mostrase su fidelidad a sus promesas, su carácter al seguir Sus leyes y Su señorío al esperar con expectación el día prometido de su venida. La nación iba a ser un pueblo caracterizado por su santidad.<br />
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En el Nuevo Testamento el pueblo de Dios es la iglesia. En una congregación local, la comunión total es mostrar la santidad de Dios en sus propias santidades. El amor de Dios debe reflejarse en el amor que ellos muestran. La unidad de Dios debe ser reflejada en su propia unidad. La comunión que los creyentes deben tener en una congregación es la asociación para trabajar en la edificación mutua y en la fidelidad al evangelio.<br />
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Otro propósito de la congregación local es llevar la Palabra de Dios a quienes están en el mundo. Jesús ordenó “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mat 28:19-20). Él también dijo a sus discípulos que el perdón de los pecados también debía ser predicado en su nombre “comenzando por Jerusalén” (Lc 24:47). “serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” . <br />
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Oportunidades para ministrar a otros surgen naturalmente en las vecindades y ciudades donde viven las congregaciones. Las buenas nuevas se difundirán no solo donde la congregación tiene su asamblea sino también donde sus miembros pasan sus días. Sus vidas son conocidas por otros. Su testimonio es perfeccionado por la constante observación de su conducta.<br />
Los cristianos son llamados a vivir vidas de amor hacia los otros. La Escritura de ninguna manera niega el derecho o la posibilidad de de una congregación de cuidar de las necesidades físicas de los no cristianos de su entorno. Tampoco requiere la Escritura que los cristianos alivien las necesidades físicas de los no cristianos de su comunidad. En vez de eso, las congregaciones son llamadas a predicar, desplegar, modelar y expresar las buenas nuevas de Jesucristo. Y en obediencia a ese llamado las congregaciones cristianas tienen tanto la libertad como la responsabilidad de prudentemente tomar tales iniciativas en sus comunidades.<br />
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Pero el propósito externo de una iglesia no se limita a evangelizar una congregación de su propia ciudad. Una congregación de oración y planes debería expandirse más allá de los estrechos horizontes de la familiaridad. El mandato de Jesús de ir “hasta lo último de la tierra” recuerda a los creyentes que Cristo es Señor sobre todo, que Él ama todo y que Él llamará a todos a rendir cuentas el gran día. Por lo tanto, los cristianos tienen la responsabilidad de llevar el evangelio por todo el mundo. Esta responsabilidad no es tanto de los individuos sino de las congregaciones. Los cristianos juntos pueden aportar sabiduría, experiencia, soporte financiero, oradores, y llamarlos y dirigirlos al propósito común de hacer grande el nombre de Dios entre las naciones.<br />
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En muchas iglesias urbanas de hoy, este propósito externo puede requerir reestructurar la vida de manera tal que miembros de la congregación se crucen o encuentren de manera natural con población no creyente de áreas metropolitanas. En todas las iglesias, este propósito externo significa orar y planificar para enviar recursos y gente a aquellos grupos de personas que todavía no han oído del evangelio de Jesucristo. Testificar la gloria de Dios proclamada alrededor del mundo en los corazones de todo su pueblo debería ser la meta y el propósito de toda iglesia local. <br />
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El aspecto final, y el más importante, del propósito de la iglesia local es glorificar a Dios. En el antiguo Testamento el pueblo de Dios fue creado para la gloria de su nombre. Aun cuando Él los salvó de las consecuencias de sus propios pecados, Él los salvó para la gloria de su propio nombre. Hablando por medio de Ezequiel, Dios dijo:<br />
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Voy a actuar, pero no por ustedes sino por causa de mi santo nombre, que ustedes han profanado entre las naciones por donde han ido. Daré a conocer la grandeza de mi santo nombre, el cual ha sido profanado entre las naciones, el mismo que ustedes han profanado entre ellas. Cuando dé a conocer mi santidad entre ustedes, las naciones sabrán que yo soy el Señor. Lo afirma el Señor omnipotente (Ez 36:23, ver también Is 48: 8-11).<br />
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Lo mismo es verdad en el Nuevo Testamento. La iglesia finalmente existe para la gloria de Dios. Ya sea que se dedique al evangelismo o a las misiones, la edificación unos a otros mediante la oración y el estudio de la Biblia, estimular el crecimiento en santidad o congregarse para la adoración pública, oración e instrucción, este sublime propósito prevalece. La iglesia es el único instrumento para llevarle tal gloria a Dios. De acuerdo a la Biblia, “Dios, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales, conforme a su eterno propósito realizado en Cristo Jesús nuestro Señor” (Ef 3:10-11). No es un asunto menor para la iglesia patrocinar la promulgación de la gloria de Dios mediante su creación. Como dijo Charles Bridges “La Iglesia es el espejo que refleja todo el brillo del carácter Divino. Es el gran escenario en el cual se muestran al mundo las perfecciones de Jehová” <br />
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Clímax de la Iglesia.<br />
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En la Biblia, el pueblo de Dios comienza en un jardín (Gén 2-3) pero termina en una ciudad (Apo 21-22). El jardín es el Edén, creado para ser el ambiente perfecto para aquellos que fueron creados a su imagen. Tenía todo lo que los humanos podían necesitar, desde comida hasta trabajo y compañerismo. Más que todo, el jardín disfrutaba de la propia presencia de Dios, y Dios se deleitaba del ininterrumpido compañerismo con su pueblo en el jardín. <br />
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El pecado destruyó el compañerismo entre Dios, el hombre y la creación. Pero la destrucción dio lugar a un mayor despliegue del poder de Dios en la iglesia. En otro jardín Cristo enfrentó el reto de Adán: tomar su propia voluntad o la voluntad de su Padre celestial. <br />
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Por la misericordia y la gracia de Dios, Cristo, el segundo Adán, escogió seguir la voluntad de Dios y traernos su palabra. Lo que siguió fue el más terrible sufrimiento de la única persona que jamás mereció tal sufrimiento. Entonces, después de haber pagado los pecados de su pueblo como un sustituto, y después de haber satisfecho los reclamos de la ira de Dios contra su pueblo como un sustituto, Cristo resucitó en victoria contra el pecado y la muerte. Él luego hizo fluir su Espíritu, creando Su iglesia.<br />
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De ahí en adelante, el pueblo de Dios se ha dispersado por el mundo compartiendo las buenas nuevas de Jesucristo. La culminación de la historia se ilustra al final del Apocalipsis como una ciudad celestial, como una sociedad de luz eterna en la cual Dios mismo está personalmente presente. El compañerismo del Edén ha sido restaurado. Solo que en esta oportunidad el número de habitantes habrá sido multiplicado millones de veces tantas como tenga la intimidad del compañerismo, puesto que el propio Espíritu de Dios habita en aquellos que creen solamente en Cristo para el perdón de sus pecados. El jardín se ha transformado en la ciudad. La fe nos da la vía para percibirla. La gloria de Dios es magnificada como el amor eterno entre las tres personas de la Trinidad reflejada para siempre en el amor interpersonal compartido entre la novia y el prometido, la iglesia y Cristo.<br />
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La oración de Cristo por sus discípulos en Juan 17:26 es respondida: “Yo les he dado a conocer quién eres, y seguiré haciéndolo, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo mismo esté en ellos”. En esa ciudad, los cristianos accederán total y eternamente en el amor de Dios. La iglesia en la tierra de hoy en día representa el reflejo y la imagen creciente de esta realidad futura.<br />
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¿Qué ha Creído la Iglesia?<br />
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Historia del Concepto de la Iglesia<br />
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El tópico de la iglesia misma ha sido de interés intermitente en la historia de la iglesia. En el siglo IV las discusiones de la iglesia con los Donatistas fueron intensas, una controversia que se enfocaba significativamente en la naturaleza de la iglesia. En la Edad Media las discusiones sobre la autoridad del obispo de Roma contribuyeron a la separación entre Oriente y Occidente y dieron lugar a intensas disputas entre teólogos de Occidente. Más tarde, John Huss, John Wycliffe y otros medievales anticonformistas publicaron una doctrina de la iglesia invisible, en la cual, Cristo y no el papa era la Cabeza. Así como las discusiones sobre el tema de la iglesia fueron y vinieron a lo largo del tiempo, un número importante de asuntos fueron adquiriendo gradualmente mayor claridad.<br />
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Las asambleas de cristianos, o iglesias locales nombradas en el Nuevo Testamento, son ejemplos de iglesias visibles. Dios ha diseñado la iglesia para ser un testimonio visible y apreciable por el mundo circundante. Pero, ¿Es visible la única forma en que puede describirse la iglesia? Después de todo, Jesús expresó que la cizaña había sido sembrada entre el trigo pero que la dos serían separadas el último día (Mat 13:24-30). ¿Se puede hablar entonces de la iglesia “invisible”, es decir, de la iglesia como Dios la ve, o como aparecerá el último día? La iglesia invisible es entonces la iglesia formada por todos los verdaderos creyentes, estén o no en la iglesia visible, y excluyendo a aquellos de la iglesia visible que no están genuinamente convertidos. No hay dos iglesias separadas una visible y otra invisible; hay dos aspectos de la verdadera iglesia . <br />
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Históricamente, los Protestantes han liderado la distinción entre la iglesia visible y la invisible. Esta distinción ha sido usada para explicar la ausencia visible de la unidad predicada por Jesús en Juan 17. Por su naturaleza, la iglesia invisible está unida; lamentablemente, la iglesia visible está mezclada y dividida. En tanto que no hay precisión al afirmar que la idea de la iglesia invisible comenzó con la Reforma Protestante, ya que la idea se encuentra en Wycliffe, Huss y hasta en Agustín, los Reformadores Protestantes hicieron uso particular de esta idea. <br />
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Otra dicotomía con significativa historia de consideraciones teológicas en la iglesia ha sido la distinción hecha entre la iglesia local y la iglesia universal o católica. La iglesia que está formada por todos los cristianos a lo largo de la historia, es la iglesia universal. Aunque la iglesia universal nunca se ha congregado, un día lo hará, y todos los cristianos son considerados por Dios parte de ese cuerpo elegido. Por otra parte, la iglesia local es simplemente la congregación local de los cristianos. Con una posible excepción (uso interesante de Lucas en Hechos 9:31), la palabra iglesia que se encuentra en las traducciones del Nuevo Testamento, siempre se refiere tanto a la iglesia local (la mayoría de las veces) o a la iglesia universal (algunas veces) . Los cristianos han aceptado históricamente ambos usos. Sin embargo, han perdurado dos discusiones significativas respecto a esta dicotomía.<br />
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Primero, y la más significativa para la iglesia en todo el mundo, ha sido la discusión acerca de si hay un orden y una forma de gobierno prescritos para la iglesia universal tal como lo hay para la iglesia local. La Iglesia Católica Romana sostiene que hay un orden universal. La Iglesia Ortodoxa Griega y muchos grupos Protestantes sostienen que hay estructuras que han sido desarrolladas que están permitidas y son útiles, aunque no son un mandato de las Escrituras, tales como asambleas nacionales, convenciones, arzobispados y así por el estilo. Por otro lado, los Congregacionalistas, como los Bautistas, han mantenido que el Nuevo Testamento no prescribe estructura alguna para la iglesia universal. Se entiende que toda cooperación entre congregaciones es voluntaria y consensual. <br />
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Una segunda controversia, de particular preocupación para los cristianos Bautistas ha sido el tema de si uno puede, legítimamente, referirse a algo como una iglesia si no han sido establecidas para ella ni estructuras ni orden. Irónicamente, algunos Bautistas del siglo XIX y sus herederos coincidieron con este aspecto del pensamiento Católico Romano. Sin embargo, ellos agregaron la conclusión que en el Nuevo Testamento nunca se discute sobre la iglesia universal. Esta controversia fue conocida con el nombre de Territorios Marcados Este fue el texto de un sermón de J. M. Pendleton y la base del libro de J. R. Graves, Antiguos Territorios Marcados: ¿Qué son? (1854). Este libro se transformó en un manifiesto y ejerció una gran influencia entre los Bautistas en ciertas partes de Estados Unidos . <br />
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Hay otra dicotomía que ha sido usada para describir diferentes aspectos de la iglesia es la iglesia militante y la iglesia triunfante . La iglesia militante se refiere a los cristianos vivos quienes están en una batalla constante con el pecado, la carne y el mundo . La iglesia triunfante se refiere a los cristianos que están en el cielo, apartados de la guerra espiritual y totalmente victoriosos. La Iglesia Católica Romana también habla de la iglesia sufriente mediante la cual indican tanto la iglesia que está ahora en la tierra como aquellos que están redimidos pero que todavía están siendo purificados en el purgatorio.<br />
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El tópico de la iglesia vino a ser el punto focal del debate teológico formal en la Reforma. Aquí, como en muchas partes del desarrollo teológico de la iglesia, la cuestión de cómo distinguir lo verdadero de lo falso conduce a una definición más clara de la verdad.<br />
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Antes del siglo XVI, la iglesia era más asumida que discutida. Era considerada como un medio de gracia, una realidad existente, y una presuposición para el resto de la teología. La teología Católica Romana comúnmente se refiere al “misterio de la iglesia” queriendo decir la inagotable e inestimable profundidad de esta realidad de la iglesia. Por eso, la Vulgata, en Efesios 5:32 se refiere a la unión de Cristo con su iglesia como un sacramentum (misterio). Prácticamente la Iglesia de Roma argumentó que era la verdadera y visible iglesia de acuerdo a la sucesión de Pedro a través del obispo de Roma establecida en base a las palabras de Jesús a Pedro en Mateo 16.<br />
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Con la llegada de la Reforma, la discusión sobre la naturaleza de la iglesia resultó inevitable. Para los Reformadores Protestantes, “no la pretendida silla de Pedro sino las enseñanzas de Pedro eran la verdadera señal de sucesión apostólica. La Reforma hizo del evangelio no de la organización eclesiástica, el test de la verdadera iglesia” . Calvino criticó la declaración de Roma de ser la verdadera iglesia en base a la sucesión apostólica. “Especialmente en la organización de la iglesia nada es más absurdo que asegurar la sucesión solo en personas prescindiendo de las enseñanzas”. Considerando que los atributos de la iglesia (una, santa, universal y apostólica) han sido insuficientes para distinguir entre una iglesia verdadera y una falsa, la Reforma introdujo la notae ecclesiae, las características de la iglesia: la correcta predicación de la Palabra de Dios y la recta administración de las ordenanzas.<br />
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Comenzando con la Reforma, entonces, los Protestantes han creído que una congregación individual, local, debe ser considerada como una verdadera iglesia cuando la Palabra de Dios es correctamente predicada y las ordenanzas de Cristo son justamente seguidas. La correcta predicación de la Palabra de Dios es la disciplina formativa que modela la iglesia (como opuesta a la disciplina correctiva que incluye medidas como la excomunión). El ministerio de la Palabra, por tanto, es central y definitivo. La vía para distinguir entre una verdadera iglesia y una falsa iglesia es preguntar si la adoración pública consiste en la correcta predicación de la Palabra de Dios y la justa aplicación de las ordenanzas de Cristo. Si ambas están presentes, es una verdadera iglesia . La Palabra que es correctamente enseñada debe llevar a la iglesia a la justa administración de las ordenanzas de Cristo (lo cual también implica que debe ser ejercida la disciplina). <br />
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Estrechamente relacionado con el concepto de la universalidad de la iglesia está la idea de la unidad de la iglesia. Las primeras iglesias cristianas mostraron su unidad como medio de defensa ante los herejes e iconoclastas. Pero las mutuas excomulgaciones sobre asuntos como el Nestorianismo, el Monofisismo o la supremacía papal desgarraron la visible unidad de la iglesia. La iglesia fue adicionalmente dividida durante la Reforma tanto por la comprensión Protestante del evangelio como por su método de entender el evangelio mediante la transparencia y suficiencia de las Escrituras en lugar de la mediación de la iglesia. Los Católico Romanos han insistido en una visible unidad de la iglesia. Los Protestantes han insistido, por el contrario, en la primacía de una unidad en doctrina y espíritu.<br />
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Las denominaciones, tal como las conocemos hoy, surgieron principalmente en el siglo XVII, aunque sus raíces son anteriores. Los Protestantes no buscaron dividir superficialmente la iglesia sino que los principios Protestantes de la claridad de las Escrituras (precisión), y autoridad les daba la garantía, o aun les demandaba su uso para separar las falsas enseñanzas. Como dijo Calvino “no reconocemos unidad excepto en Cristo, ni caridad de la cual no sea Él la garantía… por lo tanto, el punto principal para preservar la caridad es mantener la Fe sagrada y entera” . Esto significa que los Reformadores reconocieron que el costo de la unidad al precio de la verdad era un mal negocio. Una correcta división era preferible a una unión corrupta. Por estas razones varios grupos del continente europeo batallaron libres del control de iglesias establecidas y comenzaron a persistir en su propia comprensión de la fidelidad de las Escrituras.<br />
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La mayoría de las denominaciones conocidas hoy en los Estados Unidos comenzaron a crecer en el Reino Unido (aunque sus raíces se remontan a todo el continente). Presbiterianismo, Congregacionalismo y una creencia en el bautismo de los creyentes, son todas derivadas de la Reina Elizabeth I de Inglaterra (1558-1603). Sin embargo, no le fue dado un tolerante reconocimiento fuera de la iglesia establecida hasta finales del siglo XVII, casi cien años después. Las denominaciones pueden haber solidificado las divisiones en la iglesia, pero ellas también facilitaron el despertar de las conciencias de muchos cristianos precavidos del siglo XVII. La libertad de reunirse y adorar de acuerdo a su propia conciencia fueron pasos fundamentales en el desarrollo de las denominaciones tal como las conocemos hoy.<br />
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Las tres “antiguas denominaciones” como fueron llamadas, fueron los Presbiterianos, los Congregacionalistas y los Bautistas. <br />
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Estas tres juntas dieron lugar al establecimiento de los Episcopalianos y a la denominación del siglo XVIII, los Metodistas, abarcando a los religiosos de origen británico que se habían desplazado a Norteamérica. Una vez más, otro significativo grupo étnico fue añadido tales como las iglesias Reformadas Francesa y Alemana o los grupos luteranos Ale manes y Escandinavos. América vino a ser el primer laboratorio para evaluar la coexistencia de denominaciones de las iglesias cristianas.<br />
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Estos grupos de iglesia retuvieron por largo tiempo sus doctrinas y prácticas distintivas, y han surgido nuevas desde entonces. Brevemente, el surgimiento de denominaciones representa el creciente deseo por la fidelidad en la pureza antes que en la unidad . Cada congregación decide cuales asuntos deben tener en común los miembros antes de que puedan en sana conciencia experimentar y expresar unidad con ellos. <br />
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Historia de la Ordenanzas de la Iglesia<br />
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Es tristemente irónico que muchas de las acciones que los cristianos han sido llamados a compartir en común (reconocer “un solo bautismo” [Ef 4:5]; celebrar la Cena del Señor juntos [1ª Co 11: 18, 21, 33]) hayan sido el foco de muchas disputas y divisiones a lo largo de la historia de la iglesia. Las disputas se han centrado tanto en el número como en la naturaleza de las ordenanzas a ser practicadas por la iglesia. <br />
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Entre los teólogos que datan desde Agustín en el siglo V hasta Hugo St. Victor en el siglo XII, no hubo acuerdo sobre el número de sacramentos. El número varía desde dos en total hasta treinta o más. Desde el siglo XIII, la Iglesia Católica Romana ha reconocido siete sacramentos. Los teólogos de los siglos XII y XIII, especialmente Hugo St. Victor, Peter Lombard, Alexander de Hales y Tomás de Aquino, apoyaron intensamente la posición de la Iglesia de Roma respecto al número y naturaleza de los sacramentos. Junto con el bautismo y la Eucaristía, la Iglesia Católica Romana también enseña que la confirmación, la confesión y penitencia, el matrimonio, la ordenación al sacerdocio y la extremaunción (últimos ritos), son sacramentos a ser observados por los cristianos como medios de gracia ordenados por Dios.<br />
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Aunque puede argumentarse sobre bases bíblicas para estos últimos cinco sacramentos, la Iglesia Católica Romana no cree en la suficiencia de las Escrituras. En su lugar enseña, que la tradición de la Iglesia, junto con la Escritura preservan la voluntad revelada por Dios para su pueblo. Sin embargo, en el Nuevo Testamento no aparece desarrollado ninguno de estos sacramentos en ninguno de los autores, pese a eso, la teología de la Iglesia Católica Romana no se avergüenza. <br />
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Otros grupos tales como los Cuáqueros y el Ejército de la Salvación han mantenido que hoy en día no deben observarse ordenanzas, ni siquiera el bautismo y la Cena del Señor. Ellos enseñan que estas acciones tuvieron significado para los primeros creyentes y que nunca se pretendió una observancia continuada en la iglesia. No obstante, lo que debe continuar son las realidades espirituales de entrar a la nueva vida en Cristo y comunicarse con Dios quien viene de nuevo. Ambas cosas fueron simbolizadas por el bautismo y la Cena del Señor.<br />
Hablando acerca de George Fox, fundador de los Cuáqueros, Rufus Jones ha escrito:<br />
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Su casa de adoración estaba desnuda excepto por las sillas. No tenía santuario, la shekinah (la gloria o presencia de Dios) ocurriría en el corazón de cada uno de los que adora. No hay altar, puesto que Dios no necesita calmarse ya que él mismo ha hecho el sacrificio por los pecados. No hay fuente bautismal porque el bautismo en su creencia no es otra cosa que una inmersión permanente en la vida del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, un descenso al significado de la muerte de Cristo y un elevarse a la nueva vida con él. No había mesa de comunión porque él creía que la verdadera comunión consiste en participar directamente del pan espiritual del alma, el Cristo viviente. <br />
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Ciertamente, la abstención de Fox del bautismo y la Cena del Señor es consistente con su priorización de la luz interior (tomado de Juan 1:9) sobre y por encima de la Palabra escrita de Dios.<br />
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Algunos cristianos han sostenido que el lavado de los pies debería conservarse como tercera ordenanza. Entre estos hay grupos de Antiguos Regulares y Bautistas Regulares, Bautistas Primitivos y Hermanos de la Gracia y algunos otros grupos. Citando la evidencia de Juan 13: 13-15 ellos construyen el ejemplo de Jesús no como una lección acerca de la humildad. En vez de eso, ellos interpretan que Jesús enseñó que este ritual debe ser continuado por los cristianos. Ningún registro histórico sugiere que los cristianos primitivos practicaran el lavado de los pies como una ordenanza de la iglesia. Aún así, varios de estos grupos en el período post- Reforma han reiniciado esta práctica.<br />
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Toda discusión respecto al número y la naturaleza de las ordenanzas de Cristo podría verse como algo alejado de los intereses de las iglesias cristianas actuales. El mandato de Cristo a bautizar es ignorado o minimizado en la enseñanza de muchas iglesias, en los libros y leídos generalmente por los evangélicos y en los requerimientos de membrecía de tales iglesias. Además, la Cena del Señor es rara vez celebrada en muchas congregaciones. Por todo esto, la doctrina Reformada de solo fide (solo fe) ha sido explotada para insanos propósitos, siendo usada para relegar cualquier cosa no directamente necesaria para la salvación al status de sin importancia. Pero seguramente si Cristo ha ordenado algo, sus seguidores no tienen autoridad para alterar su mandato ya sea añadiéndole cosas o ignorándolo. <br />
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Históricamente, los Bautistas nunca estuvieron en peligro de ignorar las ordenanzas de Cristo. Desde el nombre hasta la práctica, los Bautistas se han caracterizado por una comprensión particular del bautismo. Aún así tal forma de practicar el bautismo por los creyentes no ha dado lugar a controversias con otras denominaciones. Más bien, el bautismo de infantes ha causado muchos de los debates y divisiones en la historia de las iglesias cristianas. <br />
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Han ocurrido debates muy acalorados en torno a cuando comenzó la práctica de bautizar los infantes. Quienes lo practican en la actualidad casi universalmente argumentan que los cristianos del primer siglo realizaban el bautismo de infantes aunque deben admitir que la referencia del nuevo Testamento es tangencial, por deducción. Otros han sido menos competentes para encontrar sus orígenes en los primeros años de la iglesia cristiana. De la Historia del bautismo de infantes de William Wall, la monumental defensa anglicana del siglo XVII hasta el debate de mediados del siglo XX entre los eruditos Joachim Jeremias y Kurt Aland, el consenso ha continuado eludiendo a los eruditos . La Didache, la Carta de Bernabé y El Pastor de Hermas, son todos ellos documentos del siglo II que reflejaban la práctica de la iglesia de esos tiempos; y en ninguno de ellos, se menciona el bautismo de infantes. De hecho, en sus declaraciones sobre el bautismo, todas presuponen el bautismo de creyentes. La declaración de Tertuliano en De Baptismo (escrito entre los años 200y 206 D.C.) atacando el bautismo de infantes “constituye la primera mención expresa del bautismo de infantes en la historia de la iglesia.” <br />
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Posteriormente, en la primera mitad del siglo III D.C., Orígenes se refiere al bautismo de infantes . En este punto resulta poco creíble llamarlo una práctica universal. La práctica del bautismo de infantes parece originarse con el surgimiento de la comprensión ex opere operato de sus efectos, se pensaba que el bautismo podía asegurar el perdón de los pecados de todo aquel que se bautizara. Cuando el cristianismo se hizo legal y se estableció, surgió la presión por extender la membrecía a toda la congregación. A raíz del Concilio de Cartago del año 418 D.C., todo aquel que enseñara contra el bautismo de infantes era anatematizado . En el siglo VI, el emperador Justiniano decretó la obligación del bautismo de infantes en todo el imperio romano.<br />
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Mientra los Católico Romanos, los Ortodoxos y varios grupos disidentes continuaron practicando el bautismo de creyentes en el caso de los convertidos, no hay un resurgimiento real de la práctica de bautizar solo creyentes hasta principios del siglo XVI, cuando alguna gente, particularmente los evangélicos Anabaptistas, comenzaron a rechazar la validez del bautismo de infantes . No es un hecho fortuito que la naturaleza de la verdadera conversión comenzó a ser clarificada al mismo tiempo que el evangelio de la justificación solo por fe comenzó su resurgimiento. Antes de la Reforma, la mayoría de los cristianos se llamaba a sí mismos cristianos en gran parte para afirmar la familia, la feligresía, el pueblo y hasta la nación a la cual pertenecían. La Reforma trajo una nueva apreciación de la radical naturaleza de la conversión cristiana. La conversión no es el resultado de un rito de la infancia ni de la membrecía en alguna entidad política en particular. Es el resultado de la profesión de fe en la obra justificadora de Dios en Cristo.<br />
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La reafirmación de la autoridad de la Escritura y la claridad del evangelio condujo a un sorprendentemente rechazo mayoritario de la autoridad del obispo de Roma. En la medida que se difundió el evangelio de la justificación solo por la fe, la imposibilidad de justificación sin fe cambió totalmente la práctica de administrar indiscriminadamente el bautismo y la Cena del Señor a cualquiera que perteneciera a una particular entidad política ya fuese ciudad, nación o feligresía. De manera que, para fines de siglo, la relación que Constantino había establecido con la iglesia cambió por completo. Más aun, los Anabaptistas fueron los primeros en repensar la eclesiología y reconstruir la relación entre el estado y la iglesia, como se verá en breve.<br />
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En la Europa cristiana, reconsiderar lo que significa ser cristiano requería reconsiderar los que significa ser ciudadano de una ciudad o de una nación. Previamente, quizás un cristiano podía imaginarse que fuera de su país vivían otros cristianos. Ahora, en virtud de la eclesiología Bautista, era posible pensar en ciudadanos del propio país que no fuesen cristianos, o al menos, no miembros de la misma iglesia. Desde el principio, la eclesiología ha puesto a las Bautistas aparte de los otros evangélicos. La doctrina de una iglesia visible compuesta solamente por bautizados regenerados es el sello de los Bautistas.<br />
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Retomar la imagen del Nuevo Testamento de una iglesia de creyentes cambió los supuestos que la mayoría de los cristianos había hecho desde la época de Constantino, particularmente, que el estado es responsable de proveer para la iglesia y que la iglesia es responsable de guiar al estado. Una fuerte conexión de este tipo entre iglesia y estado prevaleció con los herederos de Constantino y en algunas áreas del Oriente Ortodoxo. En el Oriente, lo que se llamó caesaro-papism trató a la iglesia como la responsable del gobierno; en efecto, veía al César como el papa, de ahí el nombre. En el Occidente, ha existido una relación menos centralizada y más amplia entre la iglesia y el estado. Mientras el estado mantuvo la posición dominante en el Oriente, sobre todo a partir del surgimiento del Islam, la iglesia ha predominado en el Occidente, dada su organización más centralizada y de implementar una jurisdicción episcopal sobre los gobernantes. Algunas veces, fueron excomulgados emperadores y ciudades enteras fueron puestas en entredicho (algo impensable en el Oriente). <br />
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Durante la Reforma Protestante, los líderes teológicos continuaron afirmando la tradicional comprensión de Occidente de la relación entre iglesia y estado. Bien fuese desde perspectivas pasivas (Luteranismo) o agresivas (Calvinismo), se tomó posición en torno a la autoridad del magistrado y las sucesivas reformas introdujeron pequeños cambios inmediatos en la relación entre la iglesia y el estado. Una nación que enfrenta una reforma se enfoca en asuntos tales como cuál iglesia reconocer y qué estructuras adoptar, dos cuestiones sobre la teología y el liderazgo que no desestabilizan la unidad básica de la feligresía europea. Las naciones protestantes tuvieron distintas respuestas ante tales temas. Pero en ninguna reforma magisterial se disolvió o reemplazó la congregación local .<br />
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Como se ha dicho, la desaprobación bautista del bautizo de infantes puso en peligro el estado – iglesia constantiniana establecida en la Europa Occidental. <br />
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El Bautista cree que la membrecía regenerada en la iglesia hace las relaciones entre los ciudadanos y su iglesia, de modo que entre la iglesia y el estado es voluntaria. Esto podría haber sido inimaginable a principios y a mediados del siglo XVI. Por último, la eclesiología Bautista proporciona la semilla para el nacimiento de las nociones modernas de libertad de religión, en las cuales ninguna iglesia está establecida y los derechos de los ciudadanos de cualquier religión están asegurados. Como cristianos tratan de responder una simple pregunta ¿Quién debería ser bautizado? Y encuentran que la respuesta a tal pregunta tiene efectos tremendos. Si concluyen que solo los creyentes deberían ser bautizados, eso prohibiría tener una membrecía que fuese extensiva a la población en general, y en efecto, excluiría tener una iglesia establecida.<br />
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La Iglesia Católica Romana enseña que el bautismo en y por sí mismo, transmite la gracia de Dios, perdonando todos los pecados, tanto el original como los actuales. La Reforma Luterana enseñó que el bautismo es ciertamente efectivo . Lutero en su catecismo dijo, “el bautismo obra para el perdón de los pecados, libera del diablo y de la muerte, y da salvación eterna a todo aquel que cree esto, como las palabras y promesas que Dios declara.” Calvino, emulando a Agustín, llamó al bautismo “la Palabra visible.” El Concilio de Trento (1545-1563) anatematizó a cualquiera que enseñara que el bautismo confería gracia solo a aquellos que tenían fe y no ex opere operato. Los Presbiterianos y los Reformados consideran al bautismo como una señal y un sello de la gracia de Dios . <br />
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Entre los Bautistas, el bautismo nunca ha sido tratado como un conducto esencial a la gracia de Dios. Más bien, lo han interpretado como una ordenanza dada a los nuevos creyentes, y por tanto, el medio natural para celebrar y expresar su salvación. El bautismo es un sermón visible, completamente dependiente del Espíritu de Dios para crear la realidad espiritual que ilustra. En el bautismo de un creyente “Está la bendición del favor de Dios que viene con toda obediencia, tanto como el gozo que viene de la confesión pública de fe, y la certeza de tener una representación grafica de la muerte y resurrección con Cristo y el lavado de nuestros pecados.” <br />
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El bautismo no ha sido la única ordenanza asediada por la controversia en la historia de la iglesia. La Cena del Señor es en su naturaleza y efectos ha sido interpretada de diversas maneras. Estas diferentes formas han ayudado a distinguir la teología Católico Romana de la Protestante y también han establecido las diferencias entre los protestantes. El foco de la discusión se ha centrado en la pregunta ¿Cuál es la relación de Cristo con Su Cena? <br />
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Desarrollada totalmente por Tomás de Aquino y confirmada por el Cuarto Concilio Laterano (1215), la doctrina de la transustanciación describe la Cena del Señor como una representación del sacrificio de Cristo. Aquino argumentó que la esencia del pan en la celebración de la Eucaristía, se transforma en el cuerpo físico de Cristo en tanto que la esencia del vino se transforma en Su sangre física . Entonces ¿Por qué el pan y el vino no cambian en apariencia? La respuesta de Aquino se basa en una distinción filosófica, planteada por Aristóteles, entre el accidente, o forma exterior y la sustancia, o esencia interior, de un objeto. Solo la sustancia del pan y del vino cambian dice Aquino, de ahí la palabra transustanciación. Los accidentes, es decir, las características que influyen sobre los sentidos humanos, permanecen inalterables.<br />
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La Eucaristía se interpreta como un real y efectivo “sacrificio no sangriento.” Todo aquel que participe de ella, dejando a un lado a los que hayan cometido pecado mortal, recibe la gracia de Dios. Participar en una misa constituye un acto digno de tal gracia. Generalmente, los participantes recibirán una galletita consagrada, la cual se entiende, será el transustanciado cuerpo de Cristo. Desde el –Concilio Vaticano II (1962-1965) se ha permitido que más personas laicas participen de la copa. Los promotores de la transustanciación siempre aplican las promesas de Cristo en Juan 6: 53-57 a la Cena del Señor aún cuando Cristo no había establecido la Cena. <br />
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La Consustanciación niega la transformación literal y esencial del pan y del vino en la esencia de Cristo, pero propone que el cuerpo y la sangre de Cristo se unan con (con es el prefijo latino para “junto a”) la sustancia del pan y el vino en la Cena del Señor. Los teólogos luteranos han descrito el cuerpo y la sangre de Cristo como “en, con y mediante” el pan físico y el vino . El Pequeño Catecismo de Lutero enseña: ¿Qué es el Sacramento del Altar? Es el verdadero cuerpo y la sangre de Nuestro Señor Jesucristo, mediante el pan y el vino, para que los cristianos comamos y bebamos, instituido por Cristo mismo”. La visión de Lutero le permitió continuar manteniendo una profunda reverencia hacia los elementos (y uno nunca debería subestimar el efecto de la devoción popular sobre la teología) al tiempo que se libraba a sí mismo de un problema lógico de la visión de Roma, a saber, que algo pareciera ser lo que no era (tales accidentes y sustancias ya no concordaban). Esta doctrina de la consustanciación continúa siendo enseñada por los teólogos luteranos . <br />
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Juan Calvino enseñó que realmente Cristo está presente en su Cena pero que su presencia no es física, como enseñan los Católico Romanos y los Luteranos, sino espiritual . Esta presencia espiritual es percibida y aprovechada por medio de la fe en lugar de los sentidos físicos. Aparte de la fe, entonces, la Cena no es efectiva. De acuerdo a este punto de vista, “como contraprestación a la declaración de poseer todas las riquezas en Cristo, los creyentes expresan su fe en Cristo como Salvador y se comprometen a obedecerlo como Señor y Rey.” La Confesión de Westminster establece que el cuerpo y la sangre de Cristo están “realmente presentes en la fe de los creyentes, pero sólo espiritualmente” Ellos “realmente han recibido, no carnal ni corporal sino espiritualmente, y son sostenidos por Cristo crucificado, con todos los beneficios de su muerte.” <br />
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De las cuatro visiones de la Cena del Señor detalladas aquí, solo la Cena como in memoriam ha sido aceptada universalmente. Los que abogan por las otras tres posiciones van más allá de la Cena como memorial pero ninguno niega que este sea un aspecto de la Cena del Señor. 1ª Corintios 11:26 es contundente “Porque cada vez que comen este pan y beben de esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que él venga”. De modo casi natural, entonces, el lenguaje memorialista se encuentra en la historia de la iglesia desde Clemente de Alejandría hasta Orígenes, desde Cirilo de Jerusalén hasta Juan Crisóstomo. Hasta Agustín usa eventualmente tal lenguaje. Esta visión se privilegia en la Reforma conjuntamente con la negación de la presencia física de Cristo en la Cena.<br />
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Ulrich Zwinglio enseñó que la Cena del Señor es una representación del sacrificio de Cristo pero solo en el sentido simbólico de proclamarlo de nuevo. Zwinglio señala las palabras de Pablo en 1ª Corintios 11:25 como el más claro testimonio bíblico sobre cómo debe entenderse la Cena del Señor. Desde Zwinglio muchos Protestantes, incluso muchos Bautistas, han adoptado esta comprensión memorial, en primer lugar porque es indudablemente bíblica y luego (quizás) porque evita cualquier sugerencia del sacramentalismo de la posición Católico Romana. Es decir, los Bautistas históricamente han usado un lenguaje tan rico sobre la presencia de Cristo en la Cena del Señor para aquellos que vienen por fe que poca diferencia es perceptible entre su posición y la idea Reformada de la presencia espiritual de Cristo. <br />
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La mayor división acerca de la forma en que la Cena del Señor es un medio de gracia en la vida de los cristianos es la misma división que se encuentra en la comprensión del bautismo. La pregunta decisiva es ¿Qué es la relación de fe para la ordenanza? ¿Hace la fe del participante a la ordenanza un medio de la gracia de Dios o concede gracia la ordenanza independientemente de la fe? Entre los Bautistas, no se considera la Cena del Señor como un conducto especial de la gracia de Dios. Más bien, se considera un mandato para los nuevos creyentes, y por tanto, el medio natural para distinguir a aquellos que han sido separados del mundo y dados a la comunión con Cristo. Tal como en el bautismo, la Cena del Señor presenta un sermón visible y es totalmente dependiente del Espíritu de Dios para crear la comunión espiritual entre Dios y los creyentes. <br />
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El catecismo de mediados del siglo XIX de C.H. Spurgeon ilustra bien este punto de vista. En respuesta a la pregunta 80 ¿Qué es la Cena del Señor? Spurgeon escribió:<br />
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La Cena del Señor es una ordenanza del Nuevo Testamento, instituida por Jesucristo, de donde, al dar y recibir el pan y el vino, de acuerdo a su señalamiento, se rememora su muerte (1ª Corintios 11:23-26), y los dignos receptores son, no de modo corpóreo o carnal sino espiritual, hechos partícipes de su cuerpo y su sangre con todos sus beneficios, para su alimentación espiritual y crecimiento en la gracia” <br />
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Los Bautistas están en desacuerdo acerca de lo que implica el término fidelidad en la exhortación que Pablo hace en 1ª Corintios 11:27-31. Por cierto, hay un amplio espectro entre los cristianos Bautistas sobre quiénes son los participantes adecuados en la Cena del Señor . Esto se resume, básicamente, en tres posiciones (aunque hay un número casi infinito de variaciones). La primera posición se llama comunión “estricta” o “cerrada.” Muchos Bautistas, particularmente en los siglos XVII y XVIII y entre los de los Territorios Marcados en los siglos XIX y XX, han enseñado que solamente los miembros de una congregación local deben participar en la Cena del Señor cuando se celebra en su iglesia. La comunión “Cercana” o “Familiar” se refiere a una posición apoyada por la historia Bautista pero apoyada sobre todo a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX en la oleada de reavivamientos evangélicos que afirmaban que todos aquellos creyentes que habían sido bautizados podían participar de la Cena del Señor. La comunión “Abierta”, de nuevo, una posición apoyada por la historia Bautista pero (por ejemplo por Juan Bunyan) pero que vino a ser dominante solo en el siglo XX, sostiene que todos los que han creído en Cristo para salvación, son bienvenidos a la Cena del Señor hayan sido bautizados o no.<br />
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Historia de la Organización de la Iglesia<br />
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Más allá del rol de las ordenanzas, las mayores disputas en la historia de la cristiandad han ocurrido sobre las formas de organización de la iglesia. En particular, tres áreas ilustran mucho este desacuerdo: membrecía, gobierno y disciplina. La tercera área estuvo tan entrelazada con las otras dos en tiempos pasados que un trabajo que abarcase todas las áreas podía llamarse simplemente una “disciplina”. Alguien debe determinar quien está dentro y quien está fuera de las comunidades terrenales (si la disciplina correctiva va a ser aplicada); y eso necesariamente implica llegar a conclusiones respecto a quien tiene el derecho y la responsabilidad, que procesos determinan la inclusión y la exclusión de la comunidad y cuáles son los requisitos para estar “dentro”.<br />
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Membrecía<br />
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Puesto que el Nuevo Testamento restringe el bautismo a los creyentes, los Bautistas han establecido que la membrecía de la iglesia se circunscribe a los individuos que han hecho una profesión pública de fe. La profesión de fe debe incluir tanto el bautismo del creyente como el hacerse responsable ante la congregación particular con la que se reúne frecuentemente. Estas conclusiones llevaron tanto a los Anabaptistas europeos a principios del siglo XVI y a los separatistas ingleses en los siglos XVI y XVII a separarse de las iglesias establecidas. En su lugar, ellos eran partidarios de una congregación “reunida”, lo que de por sí era una idea revolucionaria. No todo el que nazca en determinada área geográfica, decían ellos, debe ser bautizado y confirmado como miembro de la iglesia local. Más bien, las congregaciones deben estar formadas por los fieles que se reúnen voluntariamente en virtud de su fe y deseando unirse con otros de su misma área para formar una congregación.<br />
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En conjunto con estas nuevas asambleas voluntarias, comenzaron a establecerse alianzas entre iglesias. Los cristianos habían establecido compromisos entre sí en épocas anteriores pero con el advenimiento de la Reforma Protestante se renovó la necesidad de tales acuerdos . Si las fronteras de una feligresía ya no pueden definir quienes deben ser incluidos en la membrecía de una congregación, ¿Qué podría hacerlo? Para muchos cristianos, la respuesta está sujeta a un convenio eclesial. Charles Deweese, ha definido un convenio eclesial como “una serie de compromisos escritos basados en la Biblia que los miembros de la iglesia hacen voluntariamente ante Dios y ante sí mismos para recordar sus obligaciones morales y espirituales básicas y la práctica de su fe.” <br />
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Los Protestantes del siglo XVI, particularmente los Anabaptistas continentales, los Reformadores escoceses, los ingleses Separatistas y los Congregacionalistas, comenzaron a usar convenios eclesiales. Hasta la confesión de Schleitheim de los Anabaptistas contiene elementos de un convenio . <br />
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En el siglo XVII, los convenios eclesiales continuaron usándose no solo entre las congregaciones independientes de Inglaterra y América sino que también los Bautistas adoptaron su uso, especialmente, los Bautistas Particulares. Del siglo XVII al XIX, los convenios eclesiales, frecuentemente acompañados de una declaración de fe, actuaron como el documento más básico de una congregación Bautista. Para finales del siglo XIX era común que las congregaciones Bautistas celebraran reuniones previas a la Cena del Señor para prepararse reafirmando juntos sus convicciones. Sin embargo, a finales del siglo pasado, los convenios eclesiales jugaban un pequeño rol en la vida de la mayoría de las congregaciones bautistas. Las expectativas de los miembros (ya sea expresada en acuerdos o por la práctica de la disciplina en la iglesia), parecen fuera de lugar en una época en que las iglesias compiten entre sí por conseguir miembros. <br />
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Si un convenio eclesial representa la agenda (las cosas que se deben hacer) de una congregación local, la declaración de fe o confesiones, representa el credo (lo que se debe creer). Desde los primeros tiempos, los cristianos prácticamente han resumido el contenido de su fe. Pedro hizo la primera declaración cristiana de fe cuando dijo “Tú eres el Cristo” (Mr 8:29). Pablo escribió a los cristianos de Corinto “Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, y que se apareció a Cefas, y luego a los doce” (1ª Co 15:3-5). En la iglesia primitiva, se desarrollaron formularios simples como el Credo de los Apóstoles para tratar con los candidatos al bautismo. Y los cristianos fueron apartados de las enseñanzas heréticas con declaraciones más complejas y cuidadosas como el Credo Niceno (325-381 D.C.) y la Declaración de Fe de Calcedonia (451 D.C.).<br />
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La Reforma Protestante generó muchas confesiones: La Confesión de Augsburgo (Luterana), Los Treinta y nueve Artículos (Iglesia de Inglaterra), La Confesión de Westminster (Reformada), y muchas más. Los Bautistas también produjeron confesiones de fe. De hecho, los Bautistas produjeron más declaraciones de fe que cualquier otro grupo debido a su política de congregaciones descentralizadas. En 1611, por ejemplo, Thomas Helwys, uno de los primeros Bautistas en Inglaterra, guió a un grupo de cristianos a escribir una declaración de fe. Del siglo XVII en adelante, ha sido usual que los Bautistas resuman el contenido de su fe en una confesión, tanto para aclarar sus creencias a los extraños como para establecer un piso común de unidad para los miembros de su propia congregación” Las confesiones de fe han jugado un papel vital en la historia de las congregaciones Bautistas . J.L. Reynolds concluye “ El uso de una confesión de fe, en lugar de menospreciar la autoridad de la Biblia, como un estándar, más bien la exalta”. <br />
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Forma de Gobierno<br />
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Un segundo aspecto de la vida de la iglesia que se ha desarrollado a lo largo de la historia es su forma de gobierno u organización. Cada grupo debe determinar cómo será gobernado. La iglesia, asimismo, debe tener procedimientos para determinar quien pertenece a la iglesia y quien no, y quien es el último tribunal terrestre bajo Dios para dar liderazgo, zanjar diferencias, y así por el estilo. A estos distintos tópicos se le han dado respuestas diferentes. <br />
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Una de las primeras respuestas a la pregunta sobre quien debería gobernar fue “el obispo”. Como se señaló antes, la palabra “obispo” (episkopos) se usa en el Nuevo Testamento intercambiándola con las palabras para anciano y pastor. Las declaraciones del Nuevo Testamento que subrayan la autoridad de los líderes de la iglesia (He 13:7, 17) señalan al pastor como uno que tiene autoridad y responsabilidad en la iglesia. En el siglo II, los pastores de las ciudades líderes y de pueblos habían acumulado una autoridad creciente que a veces se ejercía sobre varias iglesias vecinas y en áreas recientemente evangelizadas. <br />
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Del siglo II al siglo IV se desarrollo la diócesis (tomada de la palabra latina que representaba a un distrito en la administración civil romana) como un área eclesiástica con un solo obispo como directivo. Aunque sus tareas y responsabilidades variaban, los obispos en este sentido eran reconocidos por la mayoría de las iglesias incluyendo las Iglesias Ortodoxas de Oriente, la Iglesia Católica Romana, Iglesias Luteranas, Iglesias Anglicanas e Iglesias Metodistas. Las Iglesias Ortodoxas de Oriente y la Iglesia Católica Romana reconocían este oficio como algo divinamente establecido.<br />
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Por otra parte, las Iglesias Luteranas, Iglesias Anglicanas y Metodistas simplemente aceptaban el oficio como útil y expedito. En los dos últimos siglos muchas iglesias Episcopales han democratizado sus estructuras, sometiendo a los obispos a las decisiones tomadas por cuerpos representativos de clérigos y laicos. Al mismo tiempo, numerosos grupos de congregaciones Pentecostales y Carismáticas comenzaron a reconocer la autoridad extra congregacional de algunos obispos. Grandes “redes apostólicas” han surgido alrededor de individuos particulares. <br />
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La Iglesia Católica Romana se distingue de otras congregaciones cristianas por su sumisión y dependencia del obispo de Roma, el papa. Mientras que papa (papas) era una forma acostumbrada de dirigirse a ciertos obispos en la iglesia primitiva, entre los siglos VI al VIII, se fue restringiendo su uso para designar en exclusividad al obispo de Roma, particularmente en Occidente. Roma, la capital formal del Imperio Romano fue reconocida como la sede central y principal. Las iglesias de Oriente y Occidente se separaron en el año 1054 debido a la insistencia del obispo de Roma (especialmente Gregorio VII) de ser reconocido como la cabeza principal de la iglesia universal. El Occidente mantuvo (y mantiene) que Cristo declaró a Pedro el primero entre iguales (primus inter paris) y el jefe de los apóstoles según la confesión de Pedro en Mateo 16:18-19. Pedro vino a ser el primer obispo de Roma y quien lo reemplace en esa sede hereda también su autoridad. Luego la Iglesia Católica Romana reconoce al papa como el Vicario de Cristo, la cabeza de la iglesia en la Tierra.<br />
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Con la llegada de la Reforma Protestante, vinieron vientos frescos a las enseñanzas de la Biblia sobre la estructura de la iglesia. La evidencia del Nuevo Testamento por la pluralidad de ancianos fue redescubierta. Y grupos de ministerios (llamados consistorios) fueron implementados como reemplazo adecuado de los obispos en los cantones suizos que fueron reformados a inicios y mediados del siglo XVI. Siguiendo el trabajo de Heinrich Bullinger en Zúrich y de Juan Calvino en Ginebra, otros comenzaron a organizarse de acuerdo al sistema Presbiteriano. Surgieron repentinamente congregaciones Reformadas en Holanda, Escocia, Hungría, Alemania, Polonia y Francia. En Escocia, John Knox, asumió el reto de reformar la iglesia establecida en toda la nación siguiendo este sistema. La Asamblea General Nacional vino a ser el árbitro final reconocido por la iglesia de Escocia. Tomás Cartwright en Cambridge, Inglaterra, comenzó a enseñar presbiterianismo en 1570 en base a sus lecturas del libro de los Hechos.<br />
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Aunque el Presbiterianismo fue una fuerza formidable para reformar la iglesia establecida en Inglaterra a lo largo del siglo XVII, nunca se convirtió en la forma de gobierno de la iglesia de Inglaterra. Las estructuras presbiterianas llegan a Norte América mediante los europeos provenientes de Escocia y Holanda donde se habían establecido. Ellas también proliferaron alrededor del mundo desde Corea hasta África. La mayoría de los cuerpos presbiterianos están conectados entre sí. En los Estados Unidos, la asamblea general (nacional) de cualquier cuerpo presbiteriano funciona casi siempre como la autoridad final en asuntos eclesiásticos, con sínodos regionales y/o presbiterios por debajo de ellos y con secciones (comités de ancianos) de una congregación local entre ellos. Algunas iglesias independientes son presbiterianas en el sentido que ellas están gobernadas por un grupo de ancianos pero no tiene corte de apelación fuera de los propios ancianos de la congregación. Los Presbiterianos enseñan que los principios de su organización, no sus circunstancias, están enseñadas en las Escrituras. <br />
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En los tiempos de la Reforma, las iglesias que se congregaban no por obedecer a un gobernante o magistrado sino por las convicciones compartidas de cristianos individuales, comenzaron a organizarse, reconociéndose a sí mismos como su propia autoridad final terrenal en materia religiosa. En Inglaterra surgieron defensores de la forma de gobierno congregacional en 1580 y años subsiguientes. En los libros Un Tratado de Reforma sin Depender de Nadie (1582) de Robert Browne y Una Verdadera Descripción de la Palabra de Dios en la Iglesia Visible (1589) de Henry Barrow se establece una doctrina de gobierno que no depende de estructuras por encima de la congregación local. En 1658, la Declaración de Saboya (una adaptación de la Confesión de Westminster), estableció principios congregacionales de gobierno de la iglesia. En tiempos de la Revolución Norteamericana dos de cada cinco cristianos en las colonias de América pertenecían a una iglesia congregacional de algún tipo, fuese Congregacionalista o Bautista. Hoy, muchas iglesias independientes son congregacionales en estructura. Las iglesias Bautistas también son congregacionales. Tales iglesias congregacionales suelen unirse voluntariamente en asociaciones locales y uniones nacionales o convenciones.<br />
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Los defensores del congregacionismo sostienen que la Biblia enseña que la congregación local es, en última instancia, la responsable por la doctrina y la disciplina. Disputas entre miembros (Mat 18:15–17), asuntos de doctrina (Gal 1:8; 2ª Tim 4:3), disciplina de la iglesia (1ª Co 5) y membrecía, son todos reconocidos como asuntos congregacionales. Ninguna otra autoridad puede extralimitarse y ponerse como la autoridad final en la congregación o que los revoque en tales materias. La congregación no debe delegar esta autoridad en un anciano u obispo o en cualquier otra estructura, por esa razón prorrogan su propia responsabilidad delante de Dios por doctrina y disciplina.<br />
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Práctica de la Disciplina<br />
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La data histórica de la vida de la iglesia inmediatamente después del período del Nuevo Testamento es parcial e intermitente. La iglesia era, después de todo, un pequeño grupo, a veces, ilegal. Los escritos sobre sus orígenes se multiplicaron después que se legalizó la iglesia cristiana en todo el imperio romano bajo el mandato de Constantino. Durante los mil doscientos años que transcurren entre Constantino y la Reforma Protestante, la disciplina de la iglesia bien fuese de excomunión individual o interdicto (prohibición de los sacramentos a toda la población de una entidad política particular), era frecuentemente usada más para proteger los intereses colectivos de la iglesia contra las demandas del estado que para reclamarle a los cristianos por sus pecados y para proteger el testimonio del evangelio. <br />
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Cuando los líderes de la Reforma comenzaron a rescatar un concepto más bíblico de la predicación y de la administración de los sacramentos como las dos características distintivas de la verdadera iglesia, se recuperó la disciplina como evidencia de esta nueva situación. Implícito a la correcta aplicación de los sacramentos estaba la adecuada práctica de la disciplina de la iglesia. Después de todo, si servir como señal para el mundo exterior es una de las características de los sacramentos, entonces, la disciplina viene a ser el mecanismo para reforzar tal mandato. La correcta disciplina de la iglesia pasó a ser tan significativa que comenzó a presentarse como la tercera señal de una verdadera iglesia <br />
El vigésimo noveno artículo de la Confesión de Bélgica (1561) dice:<br />
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Las características por las que se conoce una verdadera iglesia son las siguientes: si la sana doctrina del evangelio es predicada allí; si ella mantiene la administración pura de los sacramentos tal como fueron instituidos por Cristo; si se ejerce la disciplina para castigar el pecado; resumiendo, si todas las cosas son manejadas de acuerdo a la pureza de la Palabra de Dios, se rechazan todas las cosas en contrario y reconociendo que Jesucristo es la única Cabeza de la Iglesia. <br />
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En nuestros días, Edmund Clowney estas características “correcta predicación de la Palabra; observancia adecuada de los sacramentos y fiel ejercicio de la disciplina de la iglesia.” <br />
Mientras algunos grupos Anabaptistas como los Menonitas practicaron la proscripción o exclusión social, esto era excepcional no la norma. El ejemplo más conocido de disciplina de la iglesia en la historia americana (la “A” escarlata cosida en las ropas de Hester Prynne) fue el producto de la imaginación del novelista Nataniel Hawthorne y no un registro preciso ya sea de un evento histórico o de la práctica general de la disciplina de la iglesia en la Nueva Inglaterra colonial. En la amplia mayoría de los casos, bien sea en iglesias Presbiterianas, congregacionales, Bautistas o Metodistas, la exclusión congregacional significa que prohibirle la comunión al pecador, y en última instancia, prohibirle la membrecía hasta que se arrepienta. <br />
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Los Bautistas estando comprometidos a regenerar la membrecía en la iglesia visible fueron practicantes enérgicos de la disciplina de la iglesia. La investigación de Greg Wills muestra que en Georgia, en la pre Guerra Civil, “los Bautistas sureños excomulgaban, cada año, alrededor del 2% de su membrecía” y aun así, la tasa de crecimiento de la membrecía de la iglesia era el doble de la tasa de crecimiento general de la población . Aunque es ´til y beneficioso para el evangelio, el trabajo de confrontar y disciplinar nunca fue fácil. Basil Manly Jr expresa su propia “profunda pena” sobre un caso de disciplina en la iglesia que pastoreaba .<br />
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Entonces, ¿Por qué terminó esta práctica? Wills argumenta convincentemente que la disciplina entre los Bautistas <br />
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Declinó en parte debido a que en muchas iglesias resultó una labor agobiante. Los jóvenes Bautistas rechazaron en números crecientes someterse a la disciplina por bailar, y las iglesias se abstuvieron de excluirlos. Las iglesias urbanas, presionadas por la necesidad de grandes edificaciones y el deseo de música afinada y de predicación, subordinan la disciplina de la iglesia a la tarea de mantener solvente a la iglesia… Ellas pierden el derecho a purgar a la iglesia de sus miembros descarriados. Ninguna declara públicamente la muerte de la disciplina. Ningún líder Bautista se levanto para anunciar el fin de la censura congregacional. Ningún teólogo argumentó que la disciplina era cuestionable en principio o práctica… simplemente desapareció, como si los Bautistas estuviesen cansados de tener que rendirse cuentas unos a otros. <br />
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¿Y cuál fue el resultado? John Dagg lo dijo bien “Cuando la disciplina deja una iglesia, Dios se va con ella” <br />
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En el siglo XX la ausencia de disciplina fue una constante y solo ocasionalmente fue considerada un problema. En 1944 el erudito griego H.A. Dana observó que<br />
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El abuso de la disciplina es reprensible y destructivo, pero no más que el abandono de la disciplina. Dos generaciones atrás las iglesias aplicaban la disciplina de manera vengativa y arbitraria por lo que cayó justamente en descrédito; hoy el péndulo se ha movido hacia el otro extremo la disciplina está casi totalmente abandonada. Es hora que una nueva generación de pastores restaure esta importante función de la iglesia a su correcto significado y lugar dentro de la vida de la iglesia. <br />
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Puede cuestionarse si la generación de pastores de la década de los 40 atendió el llamado de Dana. Sin embargo, como la cultura circundante se ha hecho cada vez más abiertamente inmoral, las iglesias del siglo XX muestran algunas señales de recuperar las prácticas que promueven la pureza de la iglesia, incluyendo la práctica de la disciplina correctiva.<br />
Pese a todos los cambios a lo largo de los siglos, los cristianos pueden tener plena confianza en que la supervivencia de la iglesia no depende, en última instancia, de la fidelidad humana. Tanto en la parábola del crecimiento de la semilla (Mr 4:27) en la cual Jesús enseña que ya sea que el sembrador duerma o esté despierto, “la semilla brota y crece” como en la promesa de Cristo que “las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mat 16:18), Cristo ha dado la plena seguridad del éxito de Su iglesia. En todo desde la obediencia de la iglesia hasta su vida y organización, el amplio espectro de la historia de la iglesia es una muestra de la fidelidad de Cristo a sus promesas.<br />
¿Cómo se compagina todo esto?<br />
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Para ser fieles a lo que la biblia enseña acerca de la naturaleza, modelos y perfiles de la iglesia debemos considerar tanto lo que los cristianos han dicho en el pasado y las conclusiones sistemáticas que han establecido a lo largo de la historia de la iglesia. Y podemos hacer esto siempre en el contexto de someter tales descubrimientos a nuestro propio estudio de las Escrituras. <br />
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Finalmente, encontramos que varios desafíos que ha enfrentado la iglesia a lo largo de la historia han conducido a aclarar más y a definir mejor el conjunto de afirmaciones y vinculaciones. Al afirmar la suficiencia de las Escrituras y la necesidad de la fe para participar en las ordenanzas, podemos concluir que una iglesia bíblicamente fiel es una iglesia Protestante. Al afirmar la necesidad de la voluntad y el consenso natural de la membrecía en una congregación local, podemos concluir que una iglesia bíblicamente fiel es una iglesia es una iglesia congregacional. Y al aseverar que el mandato de Cristo es a bautizar solo a aquellos que creen y obedecen podemos concluir que una iglesia bíblicamente fiel es una iglesia Bautista. En esta sección examinaremos cada una de estas descripciones para ver como las enseñanzas de la biblia se adecúan a la vida de la iglesia.<br />
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Una Iglesia Protestante: Juntando las Señales de la Iglesia<br />
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Si en efecto la Biblia enseña que Dios creó un pueblo para sí mismo por medio de su Palabra, entonces, la predicación tiene un papel central en la vida de la iglesia. Y si en efecto la Biblia enseña que el bautismo y la Cena del Señor son señales visibles de la iglesia hacia el mundo, entonces su correcta administración estará relacionada con la fe en las promesas de Dios. Ambas proposiciones se encuentran plasmadas en las enseñanzas de los Reformadores Protestantes.<br />
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El centro y origen de la congregación es la Palabra de Dios. Las promesas de Dios a Su pueblo en las Escrituras crearon y sostienen Su pueblo (Gen 15:4–6; Ro 10:8–11). Por tanto, la congregación es responsable de asegurar que la Palabra de Dios sea predicada con autoridad en sus cultos regulares. <br />
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En el siglo XVI la centralidad de la Palabra fue largamente desplazada por los sacramentos, especialmente, por el sacramento de la Eucaristía. Al enfrentar esta distorsión de alcance universal, los Reformadores regresaron, de manera correcta, a las Escrituras buscando un canon, una regla contra la cual medir las enseñanzas que en ese momento hacía la Iglesia Romana. El papel central jugado por la Palabra en la iglesia del Nuevo Testamento (Hech 2:40–47; 5:42; 2ª Tim 4:2), fue recuperado en la vida y la enseñanza de los Reformadores Protestantes.<br />
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Si las Escrituras eran “la palabra de vida” como la llamó Pablo en Filipenses 2:16, ellas debían generar y regular la vida de la iglesia. Los cristianos se congregan para escuchar a alguien que le transmita la Palabra de Dios a su pueblo. Por medio de la predicación los cristianos llegan a conocer y a comprender tanto a Dios como su Palabra. Es una palabra a la que en nada contribuyen los cristianos excepto por el oírla y ponerle atención. Un sermón cristiano (en sí mismo es una metodología) es una representación de la gracia de Dios. Puesto que la fe viene por el oír (Ro 10:17); oír la Palabra de Dios en lugar de ver la multitud debe ser la esencia de la asamblea congregada. Los cristianos confían en la Palabra de Dios, luego, la Predicación de la Palabra debe ser fundamental. Y la predicación que mejor la ejemplifica es la predicación expositiva. Una predicación, en la cual, el tema de un pasaje de las Escrituras es el tema del mensaje. La Escritura es tanto autoritativa como suficiente y eso debe ser evidente en las reuniones cristianas.<br />
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El redescubrimiento protestante de la verdad bíblica de la justificación sólo por fe, fue un redescubrimiento del evangelio bíblico. Como las congregaciones protestantes remplazaron el ritualismo sacramental por la predicación de la Palabra, los sacramentos u ordenanzas, asumieron otro propósito; más bien, retomaron su original propósito bíblico (ser señales de la iglesia para el mundo y proporcionar una imagen visible del evangelio aceptado por fe. Como resultado, la iglesia quedó definida no por los individuos que eran bautizados y daban testimonio a las masas sino por individuos que personalmente creyeron las promesas establecidas en el bautismo y la Cena del Señor, y por lo tanto, participaban en esos rituales. Ni siquiera los protestantes que practicaron el bautismo de infantes enseñaban que el bautismo producía salvación. Ellos enseñaban que era un reflejo de la salvación y que la salvación venía solo si la persona creía, sin importar si ocurría antes o después del bautizo. La fe, por tanto, estaba presente de manera visible en las ordenanzas.<br />
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El rol de la fe es diferenciar la iglesia visible del mundo, luego, es lo que hace a la iglesia protestante lo que es. La fe se muestra a si misma, en principio, en la sumisión del creyente al bautismo y luego, repetidamente, en su participación en la Cena del Señor. Mientras la obediencia y la sumisión también son enfatizadas por la Iglesia Católica Romana, las iglesias protestantes están marcadas por adherentes quienes expresan su fe personal en Cristo, sin la que el bautismo y la Cena del Señor serían inútiles.<br />
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El impulso protestante de colocar la fe en el centro mismo de las ordenanzas se muestra de muchas maneras desde la presencia de numerosos movimientos bautistas hasta la posición adoptada por el ministro colonial americano Jonathan Edwards que solo los creyentes tomasen la Cena del Señor.<br />
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Resumiendo, el cristianismo requiere una creencia consciente en el evangelio. Cuando se enseña la Palabra autoritativa de Dios, debe ser creída y confiada de manera consciente. Esta verdad, o fe, es la que distingue al pueblo de Dios quien ha hecho una confesión inicial en el bautismo y ha continuado confesándola mediante su participación en la Cena del Señor. Cuando la suficiencia de la Escritura y la necesidad de la fe en la práctica de las ordenanzas están afirmadas resulta claro que una iglesia bíblicamente fiel es una iglesia Protestante.<br />
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Una Iglesia Reunida: Juntando la Membrecía de la Iglesia<br />
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Además de ser una iglesia Protestante, una iglesia bíblicamente fiel es una iglesia congregada. Es la reunión voluntaria de los miembros de la delegación sin estar limitada por nacionalidad, raza o por el grupo familiar. El nacimiento no puede determinar la membrecía en una iglesia bíblicamente fiel. En su lugar, una profesión de fe en Cristo y la voluntad de someterse a la enseñanza y a la disciplina de una iglesia particular es lo que regula la membrecía en una congregación.<br />
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La Reforma Protestante se llevó a cabo mediante reformadores que eran magistrados y reformadores que no lo eran. Los Reformadores magistrados fueron aquellos que usaron los oficios del estado, o la magistratura, para llevar la reforma doctrinal a las iglesias, puesto que la jurisdicción política se superponía con la jurisdicción eclesiástica (excepto para grupos como los inmigrantes o los judíos). Esencialmente la ciudadanía política no solo otorgaba derechos civiles sino que además implicaba membrecía en la iglesia establecida.<br />
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Los magistrados Reformadores, tanto en sus elementos Luteranos como Reformados, comenzaron movimientos con las iglesias establecidas. Una vez que se recuperó el evangelio de la justificación por gracia solamente por medio de la fe en Cristo, se desataron las fuerzas que socavaron las doctrinas establecidas en las iglesias en ese momento. <br />
Si participar en las ordenanzas no era salvífico per se, una persona bautizada podía permanecer como no creyente y no salvada. Esta emergente comprensión trajo consigo mayor interés por la salvación individual. La naturaleza del evangelismo y las misiones se desplazó de la incorporación de individuos a la comunidad mediante rituales y educación, como el trabajo misionero hecho por los Católico Romanos, a persuadir y llamar a un compromiso deliberado. Eventualmente, los grupos no magisteriales como loa Anabaptistas acordaron formar congregaciones no necesariamente reconocidas por el estado. Más aún, ellas eran siempre ilegales. Incluso en iglesias protestantes legalmente establecidas, los sermones se usaban para exhortar a la congregación a examinarse a sí mismos a efectos de asegurar que la profesión de fe fuese verdadera.<br />
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Bíblicamente la fidelidad de las congregaciones no estaba conformada tanto por las fronteras geográficas de las parroquias como por las creencias y compromisos. Un individuo debía decidir unirse a una congregación y luego debía tomar la decisión permanente de participar mediante la atención, oración, actos de servicio, soporte financiero y sumisión a la disciplina de la congregación. Finalmente, la iglesia se reúne por la acción del Espíritu Santo. Como escribió Lucas de la iglesia primitiva “cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos” (Hech 2:47). Esta acción divina encuentra una respuesta humana. “Arrepiéntanse y bautícese” (Hech 2:38) ordenó Pedro. Aquellos que son verdaderamente salvos se han arrepentido de sus pecados y creído en Cristo. Como establece la Confesión de New Hampshire, arrepentirse y creer son “la inseparable gracia realizada en nuestro corazón por el Espíritu Santo de Dios”.<br />
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La decisión de arrepentirse y creer es expresada, entonces, mediante la afirmación pública de la fe y el convenio que se establece con una congregación específica. La congregación, además, debe afirmar la credibilidad de la profesión de fe individual. No es simplemente la decisión de un individuo de un irse o dejar una iglesia; más bien, la decisión de un individuo de un irse o dejar una iglesia requiere de un consenso mutuo entre el individuo y la congregación (excepto, por supuesto, en el caso de muerte) . La congregación se reúne mediante la predicación de la Palabra y la respuesta de fe. Cuando la naturaleza voluntaria y consensual de la membrecía en una congregación local se afirma, es evidente que la iglesia bíblicamente fiel es la iglesia reunida.<br />
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Una Iglesia Congregacional: juntando la Estructura de la Iglesia<br />
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En ninguna parte afirma la biblia un tipo de gobierno para la iglesia universal, el conjunto de todos los cristianos en todas partes. La única definición de Iglesia en el Nuevo Testamento es la asamblea local. En tanto que no se incluye la constitución de una iglesia en los documentos del Nuevo Testamento, la biblia contiene principios que muestran la vida de la congregación. Y el Nuevo Testamento tiene enseñanzas explícitas sobre la estructura de la iglesia. Tanto los oficios como la forma de gobierno descritas en el Nuevo Testamento llevan a la conclusión que la iglesia debe estar estructurada congregacionalmente. Esto tiene implicaciones sobre como una congregación se relaciona con otra congregación y como se relacionan los cristianos de diferentes congregaciones. También tiene implicaciones acerca de cómo se ejerce el liderazgo en la congregación. Una iglesia congregacional reconoce a la congregación como la última autoridad terrenal de apelación de los asuntos en disputa. Las reuniones de los miembros están sujetas a que las decisiones se tomen por votación. Naturalmente, se necesita un alto grado de consenso en las iglesias que tienen otra forma de gobierno. Hay más responsabilidad en cada miembro, y a su vez, cada miembro tiene más autoridad.<br />
Tales congregaciones se suelen llamar independientes en oposición a las asociadas como las iglesias episcopales y Presbiterianas. Las iglesias congregacionalistas, no obstante, no son in dependientes unas de otras en afecto, cuidado, asesoría o cooperación. Tanto en las Escrituras como en la historia, las congregaciones han cultivado el cuidado y el interés unas por otras. En los tiempos del Nuevo Testamento, se dieron y tomaron colecciones, se enviaron misioneros y maestros y se compartieron recomendaciones y advertencias entre las congregaciones. Este patrón se ha repetido en las congregaciones Anabaptistas y Bautistas, así como en muchas otras iglesias congregacionales.<br />
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Tradicionalmente los Bautistas han usado asociaciones entre las iglesias para ayudar a ministerios y congregaciones a consejos recíprocos, para establecer conclusiones conjuntas, detener controversias y trazar lineamientos doctrinales. Y las congregaciones realizan libre y conjuntamente trabajos que exceden la capacidad y/o recursos de una congregación como una educación ministerial o soporte misionero. Las iglesias congregacionales son en un sentido estricto independientes, pero más apropiadamente debe decirse voluntariamente independientes.<br />
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Asociaciones voluntarias de congregaciones como la Southern Baptist Convention, American Baptist Churches y la National Baptist Convention hace mucho tiempo que están establecidas en la conciencia popular americana como denominaciones. Muchas, si no la mayoría de las otras denominaciones son iglesias asociativas, donde las decisiones finales en asuntos de disciplina y/o doctrina, no pueden ser manejadas por las congregaciones locales sino por asambleas reconocidas regional, nacional o aún internacionalmente, o por cortes o por obispos de tales instancias. En este sentido, las denominaciones de las iglesias congregacionales son diferentes a las de otras denominaciones.<br />
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Se puede hablar en singular de la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos de América o de la Iglesia Metodista Unida en un sentido en el que es incorrecto hablar de la “National Baptist Church” o de la “Southern Baptist Church”. Mientras se entiende con facilidad lo que tales expresiones significan, mantienen en la ignorancia la naturaleza de las iglesias que dicen representar. Aun si los miembros de las iglesias congregacionales algunas veces muestran una gran “lealtad tribal” a su denominación, son actualmente miembros de una congregación local que de manera voluntaria, y nunca por obligación, colaboran con cuerpos nacionales o regionales. Sus congregaciones no necesitan estar afiliadas a ninguna convención en particular para existir como verdaderas iglesias.<br />
Nada de lo antes dicho sobre el congregacionalismo debe ser malinterpretado como una defensa de la anarquía sin liderazgo en las iglesias. Reconocer a la congregación como la corte final de apelación para los asuntos en disputas está en consonancia con el ejercicio de la disciplina en la iglesia. Y otras formas de gobierno no congregacionales incluyendo, Episcopales, Presbiterianos y hasta Católico Romanos, han demostrado cierta inevitabilidad del congregacionalismo al reconocer cuerpos representativos a varios niveles y hasta recomendando la aprobación congregacional para la toma de muchas decisiones relevantes.<br />
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La forma más coherente de entender la presentación de la forma de gobierno de la iglesia local en el Nuevo Testamento es reconocer el rol tanto de los líderes individuales como de toda la congregación. Algunos recomiendan un pastor que gobierne la iglesia como un Director Ejecutivo. Pero esto contradice la enseñanza de las Escrituras sobre la pluralidad de ancianos y deja de lado la evidencia escritural tanto de la responsabilidad congregacional como el especial reconocimiento de los ancianos y maestros como Timoteo en Éfeso (lo que puede describirse hoy como “pastor principal”). Todavía otros recomiendan un fuerte congregacionalismo que esté por encima de cualquier otra autoridad, ya sea colectiva (pluralidad de ancianos) o individual (pastor líder).<br />
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Con mucha frecuencia estas variedades de congregacionalismos terminan enfrentadas entre sí . Pero los tres aspectos de la autoridad vistos en el Nuevo Testamento (individual, colectivo y congregacional), deben estar presentes en toda congregación permitiendo alguna variación de congregación a congregación. Un anciano sostenido por la iglesia y responsable por el ministerio de la Palabra, pude ser reconocido como alguien que tiene una posición principal para liderizar la visión y dirección de la iglesia. Al mismo tiempo, una pluralidad de ancianos, pagados o no, pueden guiar juntos a la congregación en asuntos de disciplina y doctrina. Y al mismo tiempo, la congregación pude, en humildad, asumir la responsabilidad de actuar como la corte final de apelaciones, sometida a Dios, en todas las materias de disciplina y doctrina que surjan a ese nivel de significación. Cuáles materias se tratan y con qué nivel de significación, varía de congregación a congregación.<br />
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El Nuevo Testamento hace énfasis en el significado de la aprobación congregacional tanto para las doctrinas que deben ser enseñadas y creídas (Gal 1:6-9) como sobre quien es admitido o excluido de la membrecía (1ª Co 5). No obstante, ninguno de estos aspectos de liderazgo, enseñanza o juicio final puede ser delegado, en última instancia, a un cuerpo u organismo exterior a la congregación local y continuar siendo la congregación local una iglesia . Cualquiera sea la combinación que adopten las partes, las enseñanzas del Nuevo Testamento sobre la naturaleza de la congregación y el rol de sus líderes, indican claramente que una iglesia bíblicamente fiel es una iglesia congregacional.<br />
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Una Iglesia Bautista: ¿Deberían Haber Iglesias Bautistas Hoy?<br />
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Una excelente pregunta para los cristianos actuales es si coincidiendo en que determinada materia no es esencial para la salvación, ¿debemos considerarla como esencial para la membrecía de la iglesia? Si la pregunta surge de una comprensión cada vez menor de la verdad o al menos de una declinante voluntad de la definición y defensa de la verdad (un simple esencialismo), entonces estamos en presencia de algo más básico y peligroso que un simple mal entendido del bautismo. Si, por otra parte, la pregunta surge de un deseo sincero por la unidad del cuerpo de Cristo, es una pregunta noble y merece seria consideración. Cualquiera sea la conclusión a la que arribe el lector, los cristianos desde John Bunyan hasta D. Martyn Lloyd Jones, han abogado por libertad en este punto. Ellos han abogado no se requieren acuerdos sobre la legitimidad o ilegitimidad del bautizo de infantes para la membrecía de la iglesia . <br />
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Esta posición de neutralidad sobre un asunto no vital para la salvación está ganando popularidad. La cuestión esencialmente es, o al menos con mucha aproximación, ¿Deberían continuar existiendo las iglesias Bautistas? Si la pregunta es planteada en términos de amor versus dogmatismo, la respuesta puede ser sencilla, pero el asunto verdadero a destacar puede disimularse. Dos temas en particular no pueden descuidarse. Primero, algunas cosas no son esenciales para la salvación pero estamos de acuerdo en que son esenciales para que la iglesia funcione. Uno piensa en asuntos tales como el gobierno de la iglesia, calificaciones para la membrecía o mujeres sirviendo como pastoras y ancianas. Pero finalmente cada congregación debe hacer una cosa y no la otra. Una congregación reconocerá a las mujeres como ancianas o no, a un obispo exterior como autoridad o no y a los infantes como sujetos viables al bautizo o no. Si la decisión de tomarse en un sentido u otro, ¿decidiremos contra las Escrituras en el tema de exigir que los creyentes sean bautizados?<br />
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Esto nos lleva al segundo y más importante punto que no puede ser soslayado: la fidelidad a las Escrituras. Si el bautismo no es esencial para la comunión y la membrecía de la iglesia, es un asunto de juicio individual. El deseo de integración doctrinal y de unidad en el Espíritu, irónicamente, reduce la obediencia a un asunto de preferencia subjetiva. Algunos, como John Bunyan, han argumentado que desobedecer un mandamiento de Cristo, especialmente cuando se hace por ignorancia, representa una simple pérdida de luz que debe llevarse por más que represente una ofensa sancionable o un pecado. <br />
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Un pecado puede ocurrir por acción o por intención. Ciertamente la intención de desobedecer a Dios es pecado. Pero una acción de desobediencia a Dios también es pecado aunque el individuo, no tenga intenciones de pecar. La Biblia enseña claramente que hay pecados no intencionales (Lev 4–5; Num 15). Las intenciones son una consideración importante en la naturaleza y gravedad del pecado, pero ellas no son la única consideración. Uno de los efectos del pecado es dejar estupefacto al pecador, entorpecer y nublar las facultades, pero la oscuridad no mejora nuestras culpas. En la parábola de la oveja y las cabras en Mateo 25, Jesús enseña con absoluta claridad que la obediencia a Dios no reposa en el ojo del observador a menos que el observador sea Dios mismo. Muchas cabras pensaron que habían vivido vidas justas pero Jesús dijo que no lo hicieron.<br />
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¿Cómo sabremos entonces lo que Jesús considera obediencia? Por su propia autorevelación. ¡No hay guía más cierta y segura!. Si Cristo ha ordenado a los cristianos que se bauticen, entonces contradecir tal mandato, o la simple intención de sustituirlo, aun la intención sincera, no es el mejor servicio que podemos ofrecerle. Su gloria se manifiesta más cuando el bautismo representa tanto la membrecía en la iglesia de los regenerados como el testimonio colectivo de la iglesia. Si comprendemos que Cristo ordenó a la iglesia que se bautizaran sólo los que se arrepintieron y creyeron, entonces parece evidente que una iglesia bíblicamente fiel es una iglesia Bautista.<br />
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¿Cómo Impacta esta Doctrina a la Iglesia de Hoy?<br />
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¿Qué significado tiene una correcta eclesiología para la iglesia de hoy? Una correcta eclesiología para temas tales como el liderazgo de la iglesia, la membrecía, la estructura, la cultura y hasta el carácter. Por último, una correcta eclesiología toca la misma gloria de Dios. La iglesia no es solo una institución fundada por Cristo, es Su cuerpo. En ella se refleja la propia gloria de Dios.<br />
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¿Cómo se conocerán la teología, la Biblia y hasta el mismo Dios apartados de la iglesia? ¿Qué comunidad comprenderá y explicará al mundo la creación y providencia de Dios? ¿Cómo serán explicados los estragos causados por el pecado, exaltada la persona y obra de Jesucristo, mostrado el trabajo salvador del Espíritu y proclamado el regreso de Cristo a las nuevas generaciones si no es mediante la iglesia? La teología expuesta en cada capítulo de este libro insta hacia afuera para dar a conocer y exhorta hacia afuera a través de la iglesia. Por tanto, tener la doctrina de una verdadera iglesia es beneficioso para la gente puesto que la verdad acerca de Dios es más acertadamente conocida, enseñada y modelada. <br />
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Sobre el Liderazgo de la Iglesia<br />
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Los pastores de las iglesias actuales deben recuperar la comprensión de que su primera misión es predicar la Palabra de Dios. Esto debe ocurrir tanto para el beneficio del rebaño como para alcanzar a aquellos que están fuera de la manada.<br />
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El propósito de predicar la Palabra de Dios al pueblo de Dios es construir, o edificar, la iglesia pues esa es la voluntad de Dios para Su iglesia. Si el crecimiento numérico de cualquier congregación en cualquier tiempo es el resultado de la predicación bíblica, la iglesia de Cristo experimentará verdadero crecimiento mediante la enseñanza y la instrucción. Con este propósito, los pastores también deben guiar a la iglesia hacia la recuperación de la disciplina correctiva de la iglesia. Esto será realizado sólo cuando el propio liderazgo entienda las enseñanzas bíblicas sobre la iglesia y se dedique pacientemente a enseñarlas a la congregación.<br />
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Siempre que los pastores recobren la centralidad de la predicación en su ministerio, habrá efectos beneficiosos. Las congregaciones estarán más alimentadas y saludables, y en consecuencia, darán mejor testimonio en sus vecindarios. Con demasiada frecuencia los líderes promueven el crecimiento de la iglesia exclusivamente mediante el evangelismo pero fallan en no considerar que una iglesia que no está bien alimentada ni sea muy saludable, por lo general, ofrece un pobre testimonio. Y un pobre testimonio de la iglesia debilita el ministerio evangelístico de la congregación. El pastor que persiste en alimentar bien a su congregación los capacitará mejor para el evangelismo y el crecimiento. Los organismos saludables crecen de modo natural.<br />
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El Espíritu de Dios crea creyentes mediante la predicación y el oír la Palabra de Dios. Dios también tiene un propósito con aquellos creyentes que están reunidos en la congregación que son puros y están protegidos. Para este fin, los pastores deben tener gran cuidado al evaluar a los candidatos para el bautismo y en estimular a la congregación a autoevaluarse antes de compartir la Cena del Señor. Si el bautismo funciona como el pozo de agua que separa la iglesia del mundo y la Cena del Señor manifiesta la presencia constante de la iglesia, entonces los pastores actuales deben recuperar la seriedad que cada ordenanza requiere.<br />
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Hebreos 13:17 promete que los líderes rendirán cuenta por los que estaban a su cargo. ¿Rendirán cuentas los líderes de hoy por haber descuidadamente permitido lobos en el bautismo o la Cena del Señor? ¿Se repetirán las condenas acumuladas sobre los pastores de Israel de Ezequiel 34 sobre los subpastores de las iglesias de hoy que han dejado a sus ovejas vagando dispersas y sin protección? Los líderes de nuestras congregaciones deben recordar que la correcta predicación de la Palabra de Dios y la sana administración del bautismo y la Cena del Señor forman el llamado básico de sus vidas.<br />
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Sobre la Membrecía de la Iglesia<br />
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Una correcta eclesiología también tiene implicaciones para la membrecía de la iglesia . Por lo tanto, las razones y los requerimientos para la membrecía deben ser clara y ampliamente comprendidos. La mayoría de los cristianos evangélicos actuales parecen tratar a sus iglesias como algo más que los ayuda en su vida cristiana como también lo hace su estudio bíblico, cierta música, determinados autores, el llevar un diario, etc. En otras palabras, los cristianos conciben su vida espiritual fundamentalmente como si estuvieran manejando su propio negocio, gerenciando mediante la selección entre diversas ayudas. Esta visión contrasta con una más antigua y más bíblica forma de pensar sobre la vida cristiana que es modelada congregacionalmente, donde se materializan las demandas del evangelio, particularmente, en la iglesia local (1ª Jn 4:20).<br />
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Ser miembro de una iglesia local debe verse como algo normal para un cristiano. Las vidas que se viven con la obligación periódica de rendir cuentas hacen del evangelio algo claro y transparente para el mundo. Jesús dijo que el amor de los cristianos unos a otros permitiría al mundo conocer a los cristianos como aquellos que seguían a Cristo (Jn 13:34-35). En este sentido, una práctica vigorosa de la membrecía de la iglesia ayuda al evangelismo de la congregación. También ayuda a reforzar en los cristianos la convicción de su propia salvación. Cuando el cristiano observa, enseña, estimula y refuta a otro, la iglesia local comienza a actuar como una cooperativa que corrobora la convicción de la salvación. La membrecía de la iglesia es buena para los cristianos débiles porque los lleva a un lugar de nutrición espiritual y de rendición de cuentas. La membrecía de la iglesia es buena para los cristianos fuertes porque les permite modelar lo que es la vida cristiana.<br />
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La membrecía consagrada de la iglesia también es buena para los líderes de la iglesia. ¿Cómo llevará adelante Dios su trabajo si los cristianos no se organizan para servirle? ¿Y cómo recibirán los cristianos los dones espirituales que Dios les da a sus líderes si no hay rebaño delimitado que dichos líderes deban guiar? Por último, practicar la membrecía de la iglesia glorifica a Dios. Cuando los cristianos se reúnen para formar el Cuerpo de Cristo, se refleja y se expresa Su carácter. Recuperar este concepto de la membrecía de la iglesia debe ser uno de los principales deseos de las congregaciones actuales . <br />
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Antes de que alguien señale rápidamente que los ministerios paraeclesiales persiguen los mismos objetivos, recuerde que los ministerios paraeclesiales no tienen la misma obligación de proclamar sistemáticamente todo el mensaje de Dios ni tienen los mecanismos del bautismo, la Cena del Señor y la disciplina de la iglesia para trazar una línea clara y brillante que le permita decirle al mundo “Aquí está el pueblo de Dios”. Lo paraeclesial es y siempre será un subconjunto particular de la iglesia, centrado en tareas compartidas.<br />
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La idea que la membrecía en una iglesia local solo requiere una profesión de fe en Cristo es una idea muy pomún que puede ser destructiva para la vida y testimonio de la iglesia. Históricamente, los Bautistas se han dado cuenta que una profesión de fe debe ser evaluada y considerada como creíble. Después de todo, una profesión de fe incluye el arrepentimiento. La vida cristiana se revelará no solo por la participación en el bautismo y la Cena del Señor sino también por la asistencia periódica a las reuniones de la congregación y una sumisión a la disciplina de la congregación. Esto incluye orar con frecuencia por la congregación y el diezmo. Cuando las congregaciones no prestan atención al modo de vida del arrepentimiento, la cristianidad nominal rápidamente comienza a dar mal testimonio de la iglesia al mundo y a mentir sobre el carácter de Dios. Toda congregación tiene la responsabilidad de decidir cuál es el estándar de membrecía adecuado para ella.<br />
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Una de las áreas que con mayor urgencia necesita reexaminarse en las iglesias de hoy es la relación de los hijos de los miembros de la iglesia. En las congregaciones protestantes No-Bautistas, esta relación comienza con el bautismo de infantes y termina generalmente con la confirmación a los doce años de edad. En las iglesias Bautistas, tradicionalmente, se les reconoce a los niños un importante rol. Son reconocidos como objeto de afectos naturales pero también como personas confiadas a familias cristianas para ser educadas en el Señor. Las conversiones pueden ocurrir en los primeros años, por supuesto, pero se considera más sabio retrasar el bautismo hasta que la madurez confirme la realidad de su conversión . Los primeros Bautistas comprendieron que el tiempo es necesario para discernir la evidencia de una vida cristiana, especialmente, en aquellos que todavía no han madurado . Parece haber pocas dudas que, al menos en las iglesias Bautistas del Sur, el último siglo ha visto un incremento en nominalismo mientras que la edad promedio del bautismo ha ido disminuyendo. Pareciera que las dos estadísticas no tienen relación alguna.<br />
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Más aún, su relación con los falsos bautismos (llevando a un número creciente de rebautismos) no se limita a los efectos adversos que sufre la iglesia local cuando los paganos son bienvenidos a la membrecía y llamados santos, sino que son mucho más graves . Los efectos serán sufridos eternamente por aquellos no creyentes a quienes pastores e iglesias dieron la falsa seguridad de salvación reduciéndoles la imaginación y desestimulándoles el apremio por el arrepentimiento y la nueva vida en Cristo.<br />
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Sobre la Estructura de la Iglesia<br />
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Una correcta doctrina de la iglesia no solo debe afectar a su liderazgo y su membrecía, también debe afectar su estructura. <br />
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La última generación se ha burlado muchas veces de la autoridad. La autoridad pudiese ser, como titulaba un libro años atrás, “la idea más malentendida en América” “Los americanos no diferencian autoridad, lo cual es algo bueno, de autoritarismo, que es algo malo” . Se sospecha de todo poder debido al abuso que han cometidos algunos investidos de autoridad quienes han hecho un gran esfuerzo por deformar el paradigma de la piedad cristiana representado por la sumisión de Cristo en la cruz. En tanto que la humildad debe ser inherente a todo ejercicio cristiano de autoridad, Dios también ha puesto líderes en el cuerpo para enseñar, liderar y guiar, dar ejemplo y tomar decisiones (Gal 6:1; Ef 4:11; He 13:17). Ejerciendo seguridad en casi toda esfera: en el matrimonio, la familia, el trabajo, el estado o la iglesia para el cristiano es, en última instancia, un reflejo de la confianza en Dios.<br />
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Las batallas denominacionales en la Convención Bautista del Sur del siglo pasado, han dado lugar a violentas disputas que sugieren una novedosa e ingenua postura Bautista caracterizada por ser individualista, amargado y separatista. La rica doctrina Protestante del sacerdocio de todos los creyentes, formulada originalmente en oposición a la acción de intermediario de los sacerdotes ordenados de la iglesia Católico Romana, ha sido transformada en la frase simplista y terrenal del siglo XX “conocimiento del alma” (E.Y. Mullins). El énfasis bíblicamente fiel de la única mediación de Cristo (el énfasis de la Reforma) ha sido transformado (¿deliberadamente?) en la defensa errónea de habilidades humanas.<br />
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A lo mejor, la idea de conocimiento del alma simplemente afirma de otra manera el hecho que los cristianos fueron creados a imagen y semejanza de Dios, que somos seres espirituales y que somos capaces de tener una relación con Dios. En el peor de los casos, la idea degenera en un humanismo semireligioso en el que resulta innecesario proclamar la obra de Cristo. Montados en el tren de esta inadecuada doctrina, todo tema de doctrina es rediseñado, desde la expiación hasta la inspiración de las Escrituras. En eclesiología hay la tendencia a desacreditar la autoridad y el liderazgo de la iglesia. Pero el liderazgo es un regalo de Dios y debe ser recibido en las iglesias como un don. Rechazar el liderazgo priva a la iglesia del don de Dios, reduce drásticamente el cuerpo y obstaculiza la vida y obra de la iglesia.<br />
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Un factor que ha llevado a muchas congregaciones locales a adoptar un patrón de consejo de ancianos, o a evitarlo, es el incremento de la controversia en la cultura popular sobre las distinciones basadas en el género. Después de todo, el Nuevo Testamento es relativamente claro en reservar el oficio de anciano a los hombres. Pero una sociedad que ha tirado por la borda el género como la frontera divisoria del matrimonio es una sociedad que hace tiempo perdió todo sentido del rol de los géneros en la iglesia. Históricamente, la iglesia tomó la enseñanza del Nuevo Testamento del pastorado de los ancianos como un valor nominal. Pero esa posición fue abandonada lentamente en la América del siglo XX. En 1924, la Iglesia Episcopal Metodista votó a favor para ordenar a mujeres. Ellos fueron seguidos por el cuerpo principal de los Presbiterianos en 1956, y por los Episcopales en 1976, y finalmente por el principal cuerpo Luterano en 1979 . Entre los nuevos movimientos Pentecostales, Aimee Semple McPherson, Kathryn Kuhlman y otras mujeres tienen prominentes ministerios de enseñanza.<br />
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Entre las iglesias Bautistas, el movimiento hacia la ordenación femenina ha sido más lento, pero sin duda que el proceso ha sido ayudado por estructuras extrabíblicas tales como comités, concejos de iglesia y posiciones gerenciales, las cuales, ni son un mandato ni están mencionadas en la Escrituras, las cuales, por lo tanto, han sido más fáciles de llenar con mujeres aun en iglesias bíblicamente conservadoras en otros aspectos. Moverse a la pluralidad de ancianos conlleva claros pasajes bíblicos que afirman el liderazgo masculino en la congregación. <br />
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Sobre la Cultura de la Iglesia.<br />
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No son solo los asuntos de liderazgo, membrecía y estructura formal los influenciados por la doctrina de la iglesia, también hay cuestiones relacionadas con la cultura de la iglesia.<br />
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Junto a la rígida estructura orgánica de la iglesia está también una más sutil, cambiable y envolvente cultura de la iglesia. La cultura de una iglesia se constituye o forma por la combinación de expectativas y prácticas peculiares que no hacen de la iglesia una iglesia pero que de hecho tipifican a una congregación en particular. Supongamos que una congregación está caracterizada por la gentileza, un interés por la verdad y un entusiasmo por las misiones. Estas cualidades, en verdad, son apropiadas y consistentes con la presentación bíblica de una iglesia, pero ellas no son requeridas específicamente a cada congregación para que sea reconocida como una verdadera iglesia. <br />
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Dicho esto, la solidez de una iglesia se incrementa ostensiblemente cuando la congregación cultiva una cultura de discipulado y crecimiento, en la cual, es crecimiento espiritual individual es la norma y no la excepción. Un indicador de crecimiento, además, es el creciente nivel de preocupación por el estado espiritual de los otros. Una preocupación por los otros debe incluir a los no cristianos en el mundo (entonces un énfasis en las misiones), en el área local de la propia congregación (un énfasis en el evangelismo) y especialmente por los otros miembros de la congregación (un énfasis en la disciplina de unos a otros). Una cultura de disciplina, evangelismo y misiones será el mejor estímulo para que la iglesia sea lo que Dios quiere de ella: un reflejo de su propio carácter.<br />
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Alineada contra esta visión radiante de la iglesia está un largo y creciente nominalismo en muchas iglesias evangélicas actuales. Congregación tras congregación están caracterizadas por roles de membrecía cubiertos con “miembros” despreocupados. Aun entre aquellos miembros que cumplen muchos de ellos viven vidas que no se diferencian de los no creyentes que viven a su alrededor. Este nominalismo entorpece y menoscaba el evangelismo cristiano, empuja a la iglesia y a los creyentes hacia la desilusión, la desmotivación y la apatía, o la división; y finalmente, deshonra a Dios .<br />
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Seguramente, si la eclesiología tiene alguna relevancia hoy, debe atenderse esta situación. Los evangélicos han adelantado algunas respuestas al declive actual de las iglesias. Solo consideraremos algunas de ellas.<br />
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Desde principios del siglo XX, la aparición del Pentecostalismo es, probablemente, el mayor desarrollo sociológico en el mundo cristiano. Los panoramas cristianos en África y Sur América se han transformado, y muchas iglesias establecidas en Europa y Norteamérica han sido afectadas. Muchos de estos cristianos piensan que la respuesta a los problemas de la iglesia reposa en redescubrir la enseñanza bíblica del bautismo del Espíritu Santo. Muchos Pentecostales dicen que esta experiencia (que incluye hablar en lenguas desconocidas), significa conversión. Ellos creen que los cristianos revitalizados por este bautismo pueden reemplazar el lamentable y torpe testimonio de demasiados cristianos y sus congregaciones.<br />
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Otros grupos de cristianos han sugerido que la respuesta al cristianismo nominal subyace en recuperar la dinámica de los pequeños grupos, en los cuales no hay miembros inactivos (todos participan). Ha sido muy recomendado mediante el uso de pequeños grupos, la iglesia de estructura celular y el movimiento de la iglesia en las casas . Incluso hay quienes defienden poner límites cuantitativos a las congregaciones aduciendo que cualquier cosa más allá de cierto límite transforma a la iglesia en simples “puntos de predicación” y debilita tanto la habilidad del pastor para pastorear como la capacidad de los miembros de involucrarse significativamente en ministerio unos con otros. <br />
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Todavía hay otro grupo de cristianos que ha renunciado al local tradicional y a la congregación heterogénea. Esta frustración o rechazo puede observarse en la creciente filosofía que recomienda formar grandes congregaciones en torno a una simple declaración de visión. Esto se observa también en algunos modelos “orientados a objetivos”. El rechazo de la heterogeneidad es más pronunciado aun en congregaciones que establecen su misión sobre un grupo homogéneo, ya sea definido étnica, generacional, sociodemográficamente u otra similar. El principio de unidad homogénea subyacente detrás de este enfoque es: Hierro atrae hierro. Los miembros de una casta en la India, por ejemplo, tienen más dificultad para alcanzar a individuos de otra casta. Aun así, el principio de unidad homogénea ha reordenado la eclesiología de muchas iglesias en nombre del evangelismo. Su lógica conclusión es el rechazo de toda la congregación en beneficio de un subgrupo misionero paraeclesial, aunque ellos continúan refiriéndose a sí mismos como iglesia.<br />
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Otros que se autodefinen cristianos perciben el lamentable estado de muchas congregaciones y concluyen que la congregación organizada, simplemente, debe ser rechazada. Este rechazo puede ocurrir públicamente, como ocurrió con el pronunciamiento del predicador de radio Harold Camping quien dijo que los cristianos debían abandonar las iglesias porque la era de la iglesia había terminado . O puede ocurrir de modo más calmado cuando simplemente los individuos desisten de participar en la iglesia. En ambos casos, estos autodenominados cristianos enfatizarán algo como las enseñanzas de Jesús sobre el corazón o las doctrinas como la justificación solo por la fe para justificar su rechazo del rol de la congregación en la vida cristiana. Brevemente, el nominalismo y la hipocresía se usan para justificar la no participación en la iglesia.<br />
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Otros colocan la esperanza de recuperación de la iglesia en recrear las emociones. Muchos autores y pastores apelan a la novedad de la experiencia de la conversión, una experiencia histórica en tiempos de reavivamiento y hasta de la iglesia primitiva en el libro de los Hechos para argumentar que la mejor forma de avanzar es replicar tales emociones. En tanto que los diagnósticos específicos varían, la mayoría de las soluciones tienden al pragmatismo de “darles lo que desean”. El evangelismo comienza a parecerse al marketing y la membrecía de la iglesia comienza a parecerse al consumismo.<br />
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También hay quienes creen que los problemas en las iglesias surgen de un enfoque equivocado (o al menos innecesario) sobre la apropiación subjetiva de la fe por parte de los cristianos. En respuesta, ellos abogan por reenfocarse en las ordenanzas objetivas, o sacramentos, de la iglesia y no en las respuestas piadosas individuales. Tales respuestas sacramentales presentan una gran variedad. Algunas congregaciones multiservicios están ofreciendo alternativas a los servicios de iglesias inmensas. Algunos en el movimiento de la Iglesia Emergente se están reencontrando con las prácticas de espiritualidad de los Pre-Reformistas (y en algunos casos pre-Cristianos) sin la total comprensión del evangelio siempre latente en tales prácticas . <br />
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Entre los Reformados, algunos son llamados a un objetivismo en la vida y profesión cristiana que parece que negaran cualquier rol a la piedad personal y a la respuesta subjetiva al evangelio. En su lugar, están proponiendo una “visión federal” construida específicamente en oposición a lo que ellos reconocen como una problemática del pietismo evangélico . Más generalmente, muchos protestantes evangélicos están rechazando cada vez más todo lo que sea específicamente evangélico o Protestante y reemplazándolo con distintivos tales como “La Gran Tradición” . <br />
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A estas y muchas otras supuestas soluciones a los problemas corrientes de las iglesias, los recursos deben ser tomados, inexorablemente, de las Escrituras. Una clara comprensión del evangelio es fundamental para una renovación genuina de las iglesias evangélicas. Las soluciones que son tratadas como normativas pero que no tienen sustento en la Escrituras deben ser rechazadas como la tradición moderna que carece de la autoridad de los apóstoles. La eclesiología no puede ser reducida al evangelismo o al auto perfeccionamiento. En la iglesia cristiana el consumidor reinante debe ser el pecador arrepentido y es mejor no recibir los sacramentos ordenados por Cristo que recibirlos sin fe personal (1ª Co 11:30). Dios creó su iglesia por su Espíritu por medio de su Palabra. Todas las otras respuestas a la carencia de discipulado en muchas iglesias actuales agravan los problemas que intentan resolver.<br />
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Sobre el Carácter de la Iglesia <br />
La cultura de la iglesia, como la vida de un individuo, simplemente refleja el carácter de la iglesia. Si la doctrina de la iglesia enunciada en este capítulo va a ser aplicada, debe recuperarse la práctica de la disciplina correctiva.<br />
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La recuperación de la disciplina de la iglesia requerirá verla como parte de la membrecía de la iglesia. Debe ser enseñada en las clases de los nuevos miembros. Debe ser tratada en sermones, testimonios y boletines informativos. Y deben recomendarse libros sobre el tema. Demasiada gente trata este tópico apologéticamente y actúa como si admitiera que la práctica de disciplina es deplorable. Mientras el pecado y sus trágicas consecuencias que requieren disciplina son, por supuesto, lamentables el intento de disciplinar correctivamente al pecador no arrepentido, no lo es. Cuando se hace en humildad, oración y amor de edifica al cuerpo y se glorifica a Dios . <br />
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Hay que hacer una observación. La disciplina de la iglesia parecerá ofensiva a unos y otros si se introduce en una congregación que no se caracterice por una cultura de cuidado mutuo, un deseo de involucrarse en el diario vivir unos con otros y una pasión por la disciplina en la fe. Un pastor debe desear ser obediente a las Escrituras, pero la congregación sentirá que el profundo involucramiento en sus vidas requerido por la práctica de la disciplina es antinatural si cosas como los convenios de la iglesia y las expectativas de membrecía no se han enseñado con claridad. El primer paso hacia la práctica de la disciplina de la iglesia en una congregación es simplemente enseñar a la gente a orar y a cuidar los unos por los otros. Aprender a amar y a discipular a otro (la verdadera práctica del sacerdocio de todos los creyentes) es un prerrequisito para introducir la disciplina correctiva. La disciplina formativa debe preceder a la disciplina correctiva.<br />
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La disciplina de la iglesia proporciona una parte de la respuesta necesaria al nominalismo prevaleciente en las iglesias de hoy. Los pastores deben considerar que seguir las instrucciones bíblicas en cada área de la vida de la iglesia (incluyendo las relativas a la membrecía y a la disciplina) debe ser la clave para sanar lo que está fallando en sus iglesias. Si los pastores desean que los pecadores se arrepientan, deben darse cuenta que la disciplina es una manera bíblica de lograrlo. Si los líderes de las iglesias desean que sus congregaciones se caractericen por el agradecimiento de corazón y la santidad de vida, deben reexaminar su práctica de la disciplina de la iglesia. La salud de toda la iglesia será impulsada radicalmente en muchas congregaciones al excomulgar a aquellos miembros que hayan cometido pecados tales como indiferencia, divisionismo, adulterio o fornicación en lugar de honrar su compromiso de glorificar a Dios. La acción de excluir al no arrepentido permite a la iglesia dar u n testimonio claro del evangelio al mundo. Finalmente, glorifica a Dios en la medida que su pueblo muestre cada vez más su carácter de amor santo.<br />
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Sobre la Gloria de Dios<br />
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John L. Dagg concluye su introducción al Tratado sobre el Orden de la Iglesia con esta acertada declaración:<br />
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El orden en la iglesia y los ceremoniales de religión, son menos importantes que un nuevo corazón; y a los ojos de alguien, cualquier laboriosa investigación de preguntas sobre ellos puede parecer innecesaria y sin beneficio alguno. Pero sabemos, de las Santas Escrituras, que Cristo dio instrucciones sobre estos asuntos y que nosotros no podemos rehusarnos a obedecer. El amor muestra nuestra obediencia; y muestra también la búsqueda de lo que es necesario para conocer su voluntad. Vamos, por tanto, a proseguir las investigaciones que están ante nosotros, con una oración ferviente, que el Espíritu Santo, quien nos guía a toda verdad, pueda ayudarnos a aprender la voluntad de aquel que amamos y adoramos supremamente. <br />
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Muchos Protestantes han comenzado a pensar que debido a que la iglesia no es esencial para el evangelio, no es importante para el evangelio. Esta es una conclusión no bíblica, falsa y peligrosa. Nuestras iglesias son la prueba del evangelio. En las reuniones de la iglesia, se leen las Sagradas Escrituras. En las ordenanzas de la iglesia, se representa el trabajo de Cristo. En la vida de la iglesia se evidencia el carácter de Dios mismo. Una iglesia seriamente comprometida en carácter hará lucir al evangelio como irrelevante. <br />
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La doctrina de la iglesia debido a que está atada al evangelio mismo. La iglesia es la apariencia del evangelio. Es lo que el evangelio muestra cuando se materializa en la vida de los creyentes. Quita la iglesia y estás quitando la manifestación visible del evangelio en el mundo. Los cristianos en las iglesias, entonces, son llamados a practicar “exhibe el evangelio”, y el mundo será testigo de que el Reino de Dios comenzó en una comunidad de gente hecha a su semejanza y renacida por su Espíritu. Los cristianos, no individualmente, sino como el pueblo de Dios reunido en las iglesias son la imagen más clara que ve el mundo del Dios invisible y de cuál es su voluntad para ellos. <br />
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Jesús dijo “De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Jn 13:35). Pablo añadió “El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales, conforme a su eterno propósito realizado en Cristo Jesús nuestro Señor. (Ef 3:10-11).999<br />
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<references /></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Una_Teolog%C3%ADa_para_la_IglesiaUna Teología para la Iglesia2010-07-01T13:17:35Z<p>Mahra: Página creada con '{{Info|A Theology for the Church}}'</p>
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<div>{{Info|A Theology for the Church}}</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/%22%C2%BFA_ti_qu%C3%A9%3F_%C2%A1T%C3%BA_s%C3%ADgueme!%22"¿A ti qué? ¡Tú sígueme!"2010-05-25T20:01:51Z<p>Mahra: </p>
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''Líberado de la comparación mediante palabras abruptas'' <br />
<br />
:'''Juan 21:18-22'''<br />
<br />
Después de resucitar de entre los muertos Jesús le preguntó tres veces a Pedro si él lo amaba. En las tres ocasiones Pedro le contestó que ''sí''. Jesús entonces le dijo a Pedro cómo sería su muerte – aparentemente crucificado. Pedro&nbsp;tuvo curiosidad de&nbsp;cómo le iría a Juan. Asi que le preguntó a Jesús,&nbsp;“¿Y qué con éste hombre?” Jesús no le hizo caso a la pregunta y dijo: “¿A ti qué? ¡Tú sígueme!” Aquí está&nbsp;el intercambio&nbsp;en&nbsp;su totalidad: <br />
<blockquote>''“En verdad, en verdad te digo: cuando eras más joven te vestías y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde no quieras. Esto dijo, dando a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios. Y habiendo dicho esto, le dijo: Sígueme. Pedro, volviéndose, vio que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y había dicho: Señor, ¿quién es el que te va a entregar? Entonces Pedro, al verlo, dijo a Jesús: Señor, ¿y éste, qué? Jesús le dijo: Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti, qué? Tú, sígueme”''</blockquote> <br />
Las palabras abruptas de Jesús - “¡No es asunto tuyo, sígueme!” – son música a mis oídos. Ellas me liberan del lazo deprimente de la comparación funesta. A veces, cuando escanéo los anuncios&nbsp;de 'Christianity Today' (todos los diez mil), me desanimo. No tanto como lo hacía hace veinticinco años, pero aún encuentro agobiante la avalancha de sugerencias ministeriales. <br />
<br />
Libro tras libro, conferencia tras conferencia, DVD tras DVD, - diciéndome cómo tener éxito en&nbsp;el ministerio. Y todos dándome sutilmente el mensaje de que no lo estoy haciendo bien. La adoración podría ser mejor. La predicación podría ser mejor. La evangelización podría ser mejor. La asistencia pastoral podría ser mejor. El ministerio juvenil podría ser mejor. Las misiones podrían ser mejor.&nbsp;!Esto es lo que funciona!&nbsp;!Compra esto!&nbsp;!Ve aquí!&nbsp;!Hazlo de esta manera! Y para añadir leña al fuego,&nbsp;!algunos de esos libros y conferencias son míos! <br />
<br />
Así que me sentí alentado por las palabras abruptas de Jesús hacia mí (y hacia ti): "¿Y a ti qué? ¡Tú sígueme!" Pedro acababa de escuchar una palabra muy fuerte: Tú morirás - con mucho dolor. Y su primer pensamiento fue la comparación. ¿Y qué con Juan? Si yo tengo que sufrir, ¿sufrirá él también? Si mi ministerio va a terminar de esa forma, ¿cómo terminará el suyo? Si no llego a vivir una larga vida de ministerio fructífero, ¿llegará a hacerlo él? <br />
<br />
De esa&nbsp;forma pensamos como pecadores. Comparar. Comparar. Comparar. Ansiamos saber en dónde estamos en comparación con otros. Hay algo de orgullo si podemos encontrar a alguien que sea menos efectivo que nosotros. ¡Ay! Aún recuerdo la pequeña nota que me dejó mi Asistente Residente en Elliot Hall durante mi último año en Wheaton: “Amar es&nbsp;dejar de comparar.” ¿Qué tiene que ver eso contigo, Piper? ¡Sígueme! <br />
<br />
*¿A ti qué te importa que David Wells tenga tan amplio conocimiento de los efectos dominantes del postmodernismo? ¡Tú sígueme! <br />
*¿A ti qué te importa que Voddie Baucham recite el Evangelio tan&nbsp;poderosamente ''sin usar&nbsp;notas?'' ¡Tú sígueme! <br />
*¿A ti qué te importa que Tim Keller vea tan claramente las conexiones&nbsp;entre el Evangelio&nbsp;y la vida profesional? ¡Tú sígueme! <br />
*¿A ti qué te importa que Mark Driscoll sepa al dedillo el lenguaje y la locura de la cultura pop? ¡Tú sígueme! <br />
*¿A ti qué te importa que Don Carson lea quinientos libros al año y combine la perspicacia pastoral con la profundidad y exhaustividad de un erudito? ¡Tú sígueme!<br />
<br />
Esa palabra&nbsp;causó en mí&nbsp;gran regocijo. Jesús no me juzga por mi superioridad o inferioridad respecto a otras personas. Ningún predicador. Ninguna iglesia. Ningún ministerio. Esos no son los estándares. Jesús tiene un trabajo para que yo haga (y uno diferente para ti). No es lo que le ha dado a otros a hacer. Hay gracia en hacerlo. ¿Confiaré en El por esa gracia y haré lo que me ha sido dado a hacer? Esa es la pregunta. ¡Oh! ¡La libertad que llega cuando Jesús nos fortalece! <br />
<br />
Espero que encuentres el ánimo y la libertad hoy, cuando escuches a Jesús decir a todas tus comparaciones: ¿A ti qué? ¡Tú sígueme! <br />
<br />
Aprendiendo a caminar en libertad contigo, <br />
<br />
Pastor John</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/%22%C2%BFA_ti_qu%C3%A9%3F_%C2%A1T%C3%BA_s%C3%ADgueme!%E2%80%9D"¿A ti qué? ¡Tú sígueme!”2010-05-25T20:01:27Z<p>Mahra: "¿A ti qué? ¡Tú sígueme!” trasladada a "¿A ti qué? ¡Tú sígueme!"</p>
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<div>#REDIRECCIÓN [["¿A ti qué? ¡Tú sígueme!"]]</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/%22%C2%BFA_ti_qu%C3%A9%3F_%C2%A1T%C3%BA_s%C3%ADgueme!%22"¿A ti qué? ¡Tú sígueme!"2010-05-25T20:01:23Z<p>Mahra: "¿A ti qué? ¡Tú sígueme!” trasladada a "¿A ti qué? ¡Tú sígueme!"</p>
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<div>{{ info | What is That to You? You Follow Me!}}''Líberado de la comparación mediante palabras abruptas'' <br />
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:'''Juan 21:18-22'''<br />
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Después de resucitar de entre los muertos Jesús le preguntó tres veces a Pedro si él lo amaba. En las tres ocasiones Pedro le contestó que ''sí''. Jesús entonces le dijo a Pedro cómo sería su muerte – aparentemente crucificado. Pedro&nbsp;tuvo curiosidad de&nbsp;cómo le iría a Juan. Asi que le preguntó a Jesús,&nbsp;“¿Y qué con éste hombre?” Jesús no le hizo caso a la pregunta y dijo: “¿A ti qué? ¡Tú sígueme!” Aquí está&nbsp;el intercambio&nbsp;en&nbsp;su totalidad: <br />
<blockquote>''“En verdad, en verdad te digo: cuando eras más joven te vestías y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde no quieras. Esto dijo, dando a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios. Y habiendo dicho esto, le dijo: Sígueme. Pedro, volviéndose, vio que les seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el que en la cena se había recostado sobre el pecho de Jesús y había dicho: Señor, ¿quién es el que te va a entregar? Entonces Pedro, al verlo, dijo a Jesús: Señor, ¿y éste, qué? Jesús le dijo: Si yo quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿a ti, qué? Tú, sígueme”''</blockquote> <br />
Las palabras abruptas de Jesús - “¡No es asunto tuyo, sígueme!” – son música a mis oídos. Ellas me liberan del lazo deprimente de la comparación funesta. A veces, cuando escanéo los anuncios&nbsp;de 'Christianity Today' (todos los diez mil), me desanimo. No tanto como lo hacía hace veinticinco años, pero aún encuentro agobiante la avalancha de sugerencias ministeriales. <br />
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Libro tras libro, conferencia tras conferencia, DVD tras DVD, - diciéndome cómo tener éxito en&nbsp;el ministerio. Y todos dándome sutilmente el mensaje de que no lo estoy haciendo bien. La adoración podría ser mejor. La predicación podría ser mejor. La evangelización podría ser mejor. La asistencia pastoral podría ser mejor. El ministerio juvenil podría ser mejor. Las misiones podrían ser mejor.&nbsp;!Esto es lo que funciona!&nbsp;!Compra esto!&nbsp;!Ve aquí!&nbsp;!Hazlo de esta manera! Y para añadir leña al fuego,&nbsp;!algunos de esos libros y conferencias son míos! <br />
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Así que me sentí alentado por las palabras abruptas de Jesús hacia mí (y hacia ti): "¿Y a ti qué? ¡Tú sígueme!" Pedro acababa de escuchar una palabra muy fuerte: Tú morirás - con mucho dolor. Y su primer pensamiento fue la comparación. ¿Y qué con Juan? Si yo tengo que sufrir, ¿sufrirá él también? Si mi ministerio va a terminar de esa forma, ¿cómo terminará el suyo? Si no llego a vivir una larga vida de ministerio fructífero, ¿llegará a hacerlo él? <br />
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De esa&nbsp;forma pensamos como pecadores. Comparar. Comparar. Comparar. Ansiamos saber en dónde estamos en comparación con otros. Hay algo de orgullo si podemos encontrar a alguien que sea menos efectivo que nosotros. ¡Ay! Aún recuerdo la pequeña nota que me dejó mi Asistente Residente en Elliot Hall durante mi último año en Wheaton: “Amar es&nbsp;dejar de comparar.” ¿Qué tiene que ver eso contigo, Piper? ¡Sígueme! <br />
<br />
*¿A ti qué te importa que David Wells tenga tan amplio conocimiento de los efectos dominantes del postmodernismo? ¡Tú sígueme! <br />
*¿A ti qué te importa que Voddie Baucham recite el Evangelio tan&nbsp;poderosamente ''sin usar&nbsp;notas?'' ¡Tú sígueme! <br />
*¿A ti qué te importa que Tim Keller vea tan claramente las conexiones&nbsp;entre el Evangelio&nbsp;y la vida profesional? ¡Tú sígueme! <br />
*¿A ti qué te importa que Mark Driscoll sepa al dedillo el lenguaje y la locura de la cultura pop? ¡Tú sígueme! <br />
*¿A ti qué te importa que Don Carson lea quinientos libros al año y combine la perspicacia pastoral con la profundidad y exhaustividad de un erudito? ¡Tú sígueme!<br />
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Esa palabra&nbsp;causó en mí&nbsp;gran regocijo. Jesús no me juzga por mi superioridad o inferioridad respecto a otras personas. Ningún predicador. Ninguna iglesia. Ningún ministerio. Esos no son los estándares. Jesús tiene un trabajo para que yo haga (y uno diferente para ti). No es lo que le ha dado a otros a hacer. Hay gracia en hacerlo. ¿Confiaré en El por esa gracia y haré lo que me ha sido dado a hacer? Esa es la pregunta. ¡Oh! ¡La libertad que llega cuando Jesús nos fortalece! <br />
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Espero que encuentres el ánimo y la libertad hoy, cuando escuches a Jesús decir a todas tus comparaciones: ¿A ti qué? ¡Tú sígueme! <br />
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Aprendiendo a caminar en libertad contigo, <br />
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Pastor John</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Totalmente_Por_Gracia/C%C3%B3mo_nos_es_dado_el_arrepentimientoTotalmente Por Gracia/Cómo nos es dado el arrepentimiento2010-05-18T12:21:18Z<p>Mahra: </p>
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<div>{{info|All of Grace/How Repentance Is Given}} <br />
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==== Exaltado para dar arrepentimiento ====<br />
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Volvamos al texto maravilloso: “A éste Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.” Nuestro Señor Jesucristo ascendió para que la gracia descienda. Él emplea su gloria para extender mejor su gracia. El Señor no ha dado un solo paso hacia lo alto sino con el objeto de llevar a los creyentes hacia lo alto con él. Ha sido exaltado para dar arrepentimiento, lo cual comprobaremos si recordamos varias grandes verdades. <br />
<br />
==== Jesús hace que el arrepentimiento sea posible, accesible y aceptable ====<br />
<br />
''La obra de nuestro Señor Jesús ha hecho que el arrepentimiento sea posible, accesible y aceptable.'' La ley no habla de arrepentimiento, si no que dice sencillamente: “El alma que pecare, esa morirá”. Si el Señor Jesús no hubiera muerto, resucitado y ascendido al Padre, ¿para qué servirían tu arrepentimiento o el mío? Podríamos sentir remordimiento de conciencia con todos sus horrores, pero no el verdadero arrepentimiento con sus esperanzas. El arrepentimiento, cuando es un sentimiento natural, es un deber común que no merece mayores elogios. Es un sentimiento tan comúnmente mezclado con el temor egoísta de ser castigado que, en el mejor de los casos, ni se tiene en cuenta. Si no hubiera intervenido Jesús, agregándole ricos méritos, nuestras lágrimas de arrepentimiento no valdrían más que unas gotas de agua derramadas en el suelo. Jesús es exaltado en las alturas para que en virtud de su intercesión ante Dios, nuestro arrepentimiento tenga valor. En este sentido nos da arrepentimiento, porque le otorga al arrepentimiento una posición en que es aceptable, que de otro modo jamás lo hubiera sido. <br />
<br />
==== El Espíritu de Dios ====<br />
<br />
Cuando Jesús fue exaltado en las alturas, ''el Espíritu de Dios fue derramado para producir en nosotros todos los dones de gracia que necesitamos.'' El Espíritu Santo crea en nosotros el arrepentimiento por medio de renovar nuestra naturaleza de un modo sobrenatural, y quitando de nuestro ser el corazón de piedra. ¡No te sientes frotándote los ojos para forzar que broten lágrimas imposibles! El arrepentimiento no proviene de una naturaleza rebelde, sino de la gracia gratuita y soberana. No entres en tu cámara a fin de pegarte el pecho para producir en un corazón de piedra sentimientos que no existen en él. En cambio, acude al Calvario y contempla la pasión y muerte de Jesús. Mira hacia lo alto de donde viene tu socorro. El Espíritu Santo ha venido expresamente para eclipsar el espíritu de los hombres y engendrar en ellos el arrepentimiento tal como antes se movía sobre el caos desordenado para producir orden. Eleva tu ruego a él: “Bendito Espíritu de Dios, mora en mí. Hazme blando y humilde de corazón para que aborrezca el pecado y me arrepienta sinceramente de él.” Él oirá tu clamor y te responderá. <br />
<br />
==== Consagrando todas las obras de la naturaleza y de la providencia ====<br />
<br />
Acuérdate también de que cuando el Señor Jesús fue exaltado, no solamente nos dio el arrepentimiento por medio de enviar el Espíritu Santo, sino también por medio de ''consagrar todas las obras de la naturaleza y de la Providencia para lograr la gran meta de nuestra salvación,'' a fin de que cualquiera de ellas pueda llamarnos al arrepentimiento, ya sea que cante, como el gallo que oyó Pedro, o retumbe, como el terremoto que espantó al carcelero de Filipos. Desde la diestra de Dios, nuestro Señor Jesús gobierna las cosas de la tierra haciéndolas obrar para la salvación de sus redimidos. Usa tanto lo amargo como lo dulce, las tristezas como las alegrías, para producir en los pecadores una mejor disposición hacia Dios. Sé agradecido por algún acto de la Providencia que te ha hecho pobre, enfermo o triste, porque Jesús obra en la vida de tu espíritu por medio de estas cosas y te acerca a él. La misericordia del Señor a menudo viene cabalgando hacia nuestra puerta sobre el corcel negro de la aflicción. Jesús se vale de toda la gama de nuestra experiencia para destetarnos del mundo y atraernos al cielo. Cristo ha sido exaltado al trono celestial y terrenal para que, por medio de todos los procesos de su providencia, someta los corazones endurecidos hasta lograr el bendito ablandamiento del arrepentimiento. <br />
<br />
==== Está obrando ahora mismo ====<br />
<br />
Además, está obrando ahora mismo por medio de todos sus susurros a la conciencia, por medio de su Libro inspirado, por medio de nosotros que hablamos basados en el Libro y por las oraciones de los amigos y de los corazones sinceros. Él te puede enviar una palabra que hiera tu corazón de piedra, como la vara de Moisés, y haga brotar ríos de arrepentimiento. Él puede traer a tu mente algún texto de las Sagradas Escrituras que quebrante tu corazón y te conquiste instantáneamente. Puede ablandarte misteriosamente y, cuando menos lo pienses, causar que un sentimiento de santidad invada tu alma. Puedes estar seguro de esto, que aquel que ha ascendido a la gloria, que ha sido ensalzado hasta el esplendor y majestad de Dios, tiene abundantes maneras de obrar el arrepentimiento en aquellos a quienes otorga perdón. ''En este mismo momento está esperando darte arrepentimiento.'' Pídeselo ya mismo. <br />
<br />
==== A los menos dignos ====<br />
<br />
Fíjate en el hecho, para tu consuelo, de que el ''Señor Jesucristo da este arrepentimiento a los menos dignos del mundo.'' Fue exaltado para dar arrepentimiento a ''Israel.'' ¡A Israel! En los días que dijo el apóstol esto, Israel era la nación que más había pecado contra la luz y contra el amor, coronando su obra de infamia con la crucifixión del Señor, hasta el colmo de decir: “Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.” ¡Estos israelitas eran los asesinos de Jesús; y no obstante, éste fue exaltado para darles el arrepentimiento! ¡Qué maravilla de gracia! Escucha pues; si tú has sido criado a la luz cristiana más resplandeciente pero la has rechazado, hay todavía esperanza para ti. Aun cuando hayas pecado contra tu conciencia, contra el Espíritu Santo, contra el amor de Jesús, todavía hay lugar para el arrepentimiento. Aunque estés tan endurecido como la Israel incrédula de antaño, todavía es posible tu ablandamiento, ya que Jesús ha sido exaltado y revestido de poder infinito. Jesús fue exaltado para dar arrepentimiento a los que han llegado al colmo de la perversidad, y han pecado con serios agravantes. ¡Dichoso quien, como yo, tiene un evangelio tan pleno para proclamar! ¡Dichoso tú que tienes el privilegio de escucharlo! <br />
<br />
Los corazones de los hijos de Israel se habían endurecido como una roca irrompible. Lutero creía imposible la conversión de un judío. Aunque distamos mucho de coincidir con él, tenemos que admitir que la simiente de Israel ha sido tremendamente obstinada en rechazar al Señor durante todos estos siglos. Dijo el Señor la verdad: “Israel nada quería de mí.” Jesús “vino a lo suyo, y los suyos no le recibieron.” No obstante, para bien de Israel nuestro Señor Jesús fue exaltado a fin de dar arrepentimiento y perdón de pecados. Mi lector probablemente no sea judío, pero a pesar de ello, puede tener un corazón muy obstinado que por muchos años se ha resistido al Señor Jesús. Si éste es tu caso, aún así puede nuestro Señor obrar el arrepentimiento. Bien puede ser que todavía tengas que escribir, constreñido por el amor divino, palabras como las del autor de las interesantes obras: “Libro de cada día,” quien en el pasado había sido un incrédulo obstinado. Vencido por la gracia soberana escribió: <br />
<blockquote>''“Al corazón más altanero''<br>''Has quebrantado, Dios, en mí;''<br>''El yo más terco y más fiero''<br>''Has bien domado para ti.'' </blockquote><blockquote><br />
''Tu voluntad cual mía quede:''<br>''Tu ley, la regla de mi ser;''<br>''Mi corazón, tu Santa sede,''<br>''Mi dicha, siempre obedecer.”''<br />
</blockquote><br />
El Señor puede dar arrepentimiento al menos digno, transformando en ovejas a los leones y en palomas a los cuervos. Confiemos en él para que se produzca en nosotros tan grande cambio. <br />
<br />
==== La contemplación de la muerte de Cristo ====<br />
<br />
Sin duda alguna reflexionar en la muerte de Cristo es uno de los modos más seguros y efectivos para alcanzar el arrepentimiento. No procures sacar el arrepentimiento de la fuente seca y corrupta de tu naturaleza. Suponer que puedes forzar que tu alma pase a ese estado de gracia es contrario a las leyes del razonamiento. Lleva tu corazón en oración al que lo comprende, diciendo: “Límpialo, Señor. Señor, renuévalo. Señor, obra tú el arrepentimiento en él.” Cuanto más procures producir sentimientos de arrepentimiento en ti mismo, más fracasarás, pero si con fe piensas que Jesús murió por ti, nacerá en ti el arrepentimiento. Medita, pues, en el Señor que de puro amor derramó la sangre de su corazón por ti. Reflexiona en la agonía y el sudor sangriento, en la cruz y la pasión, y al hacerlo así, aquel que cargó tanto dolor fijará su vista en ti y por medio de su mirada, hará contigo lo que hizo con Pedro, de manera que tú también saldrás para llorar amargamente. El que murió por ti puede hacer que mueras al pecado por medio de su Espíritu de gracia; y el que ha entrado en la gloria para tu bien puede atraer tu alma a él, apartándote del pecado. <br />
<br />
Me conformo con dejarte este pensamiento: no busques fuego debajo del hielo, ni esperes encontrar arrepentimiento en tu corazón natural. Mira al que vive para hallar vida. Confía en Jesús para darte todo lo que necesites entre las puertas del infierno y las puertas del cielo. No busques en ninguna otra parte nada de lo que a Jesús le encanta conceder; en cambio, acuérdate de que CRISTO ES TODO. <br />
<br />
==== Preguntas de estudio para la Parte 16: Cómo nos es dado el arrepentimiento ====<br />
<br />
''“A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecado.” ''- Acts 5:31 <br />
<br />
''Jesús hace que el arrepentimiento sea posible, accesible y aceptable'' <br />
<br />
1. ¿De qué manera(s) hace Jesús que nuestro arrepentimiento sea aceptable para Dios? <br />
<br />
''El Espíritu de Dios'' <br />
<br />
2. ¿Por qué necesitamos que el Espíritu Santo obre el arrepentimiento en nosotros, en lugar de obrarlo nosotros solos? <br />
<br />
''Consagrando todas las obras de la naturaleza y de la providencia'' <br />
<br />
3. a. ¿Qué papel cumplen las circunstancias negativas en su salvación? ¿Quién tiene control sobre todas las circunstancias?<br>b. ¿Cree usted esto? <br />
<br />
4. ¿Por qué permite un Dios de amor las aflicciones en la vida de los inconversos que no lo conocen? <br />
<br />
''Está obrando ahora mismo'' <br />
<br />
5. a. ¿De qué maneras está obrando ahora mismo Jesucristo para salvar a los que ama?<br>b. ¿De qué maneras está usted aprovechándolas? <br />
<br />
''A los menos dignos'' <br />
<br />
6. a. ¿Qué grupos se mencionan como los “menos dignos” a quienes el Señor Jesucristo da arrepentimiento? Describa el ‘corazón’ de cada grupo.<br>b. ¿En cuáles de estos grupos está usted? ¿Por qué lo dice? <br />
<br />
''La contemplación de la muerte de Cristo'' <br />
<br />
7. a. ¿Cuál será el resultado de reflexionar en que “Jesús murió por usted”?<br>b. Por favor dedique unos 30 minutos a solas y en un lugar silencioso, para reflexionar en todo el impacto de la muerte de Jesús en la cruz como su sustituto, pagando el castigo de sus pecados, a fin de que pudiera usted ser completamente perdonado y tener vida eterna con Dios. Lea Mateo 26:47 hasta 27:54. <br />
<br />
Cuando haya dedicado este tiempo a la reflexión, indíquelo en su hoja de respuestas. ¿Qué le dijo Dios a su corazón durante este momento?</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/SandboxSandbox2010-05-18T01:56:00Z<p>Mahra: </p>
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<div>{{#wdDisplayHomepage:}}</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/SandboxSandbox2010-05-18T01:55:48Z<p>Mahra: Página blanqueada</p>
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<div></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/SandboxSandbox2010-05-18T01:47:25Z<p>Mahra: </p>
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<div>{{#wdDisplayHomepage:}}</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Plantilla:InfoPlantilla:Info2010-04-20T11:41:06Z<p>Mahra: </p>
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<div><includeonly>{{#wdInfobox:{{{1}}}}}<br />
</includeonly></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/SandboxSandbox2010-04-14T14:48:18Z<p>Mahra: Página creada con '{{#wdTestHook:}}'</p>
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<div>{{#wdTestHook:}}</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Plantilla:InfoPlantilla:Info2010-04-02T13:31:29Z<p>Mahra: </p>
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<div><includeonly>{{#wdInfobox:{{{1}}}}}</includeonly></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/El_Otro_Intercambio_Oscuro:_La_Homosexualidad,_Parte_2El Otro Intercambio Oscuro: La Homosexualidad, Parte 22010-03-26T16:36:43Z<p>Mahra: </p>
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<div>{{ info | The Other Dark Exchange: Homosexuality, Part 2}}<br />
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'''Romanos 1.24-28'''<br />
<br />
&nbsp;Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen. <br />
<br />
==== Viendo a Dios Como el Centro ====<br />
<br />
Confieso que mi objetivo principal en estos dos mensajes no es persuadirlos de que la conducta homosexual sea incorrecta. Ella es incorrecta. Pero usted puede estar de acuerdo y no ser un cristiano. ¿Y en qué le es esto provechoso a un hombre, si a pesar de saber que esto está mal, pierde su alma? Mi objetivo es mucho más elevado que persuadirlos de que hay muchos desordenes sexuales en el mundo tanto homosexuales como heterosexuales. Mi objetivo es transformar la forma en que usted ve la realidad y poner la gloria de Dios de vuelta al centro, como el sol del sistema solar de la sexualidad (de la sexualidad y de todo lo demás) que mantiene a todos los planetas de nuestras pasiones en su debido orden. Cuando usted cambia al sol por un satélite hecho por el hombre, todos los planetas pierden su órbita y caen en el olvido. <br />
<br />
El asesinato de ''Matthew Shepard en Laramie, Wyoming'', fue cometido por hombres que habían cambiado el monitoreo centralizado de la gloria de Dios por el satélite de la autoexaltación. Y la autoexaltación o autodeterminación por encima y en contra de Dios no pueden mantener a los planetas de la pasión en su órbita. Esto lo aprendí de los versículos 28 y 29. Examínenlos conmigo. Romanos 1:28-29 a: “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios…” <br />
<br />
Ahí esta, ¿De dónde viene el asesinato? Viene de esto: “Ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios”. O como dice el versículo 23 ellos cambiaron “la gloria de Dios” por imágenes, en este caso por dinero y un detestable poder. Como dice el versículo 25: “cambiaron la verdad de Dios por la mentira.” <br />
<br />
==== La Raíz de Todos Nuestros Desórdenes y del Juicio de Dios ====<br />
<br />
Esto lo vimos en el texto de la semana pasada. La raíz de todos nuestros desordenes, sean sexuales, físicos o emocionales, es el cambio de la gloria de Dios por otras cosas. El sistema solar de nuestra alma y de nuestra sociedad fue creado para girar alrededor de la gloria de Dios como su sol. Y toda la raza humana ha cambiado la gloria de Dios, por ingrávidos satélites sustitutos que no tienen gravedad y no pueden mantener nada en su debida órbita. Por tanto, el mundo entero está desordenado, decayendo y avanzando hacia la destrucción. <br />
<br />
Sin embargo, la semana pasada vimos de este mismo texto algo aún más asombroso. Este desorden y esta decadencia en nuestras vidas, en nuestra sociedad y en nuestro universo, es el juicio de Dios, y él tiene la intención de que sea visto como la terrible representación del horrible mal espiritual subyacente. Esto lo vimos tres veces. Después de cada declaración de que hemos cambiado a Dios por otras cosas (versículos 23, 25, 28), dice: ‘por lo tanto Dios nos entregó a nuestra depravación para que nuestra alma y nuestra sociedad se desintegren en toda suerte de malas obras, enfermedades espantosas, muerte y destrucción’. <br />
<br />
Por ejemplo, el versículo 24: “Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos”. El versículo 26: “Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas”. Y aquí en los versículos 26-27 describe la conducta homosexual como un producto de estos desórdenes vergonzosos. Luego el versículo 28b: “Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen”. Y aquí en los tres versículos siguientes (29-31), describe otros 21 productos que son resultado de una mente depravada. Nadie se escapa, sean homosexuales o heterosexuales, hombres o mujeres, ancianos o jóvenes, religiosos o no religiosos; todos nosotros estamos bajo el dominio de una mente depravada. Como dice Romanos 3: 9-10: “hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. 10Como está escrito: No hay justo, ni aun uno”. <br />
<br />
La raíz de todos nuestros problemas en este mundo es que la raza humana ha cambiado la gloria de Dios por otras cosas y que Dios nos ha entregado a llevar el fruto de este cambio con diez mil penalidades, todo lo cual debe llamarnos al arrepentimiento y a la adoración, en lugar de a la rebelión y al ateísmo. Y cuando digo todas nuestras penalidades, me refiero realmente a todas. La semana pasada mencioné que aún nuestras enfermedades físicas y calamidades naturales se deben al juicio de Dios sobre la creación por nuestro intercambio de su gloria por otras cosas. <br />
<br />
==== ¿Que tal Si Hubieren Causas Genéticas Para el Desorden Sexual? ====<br />
<br />
Esto es crucial para tratar con las causas de la homosexualidad. No creo que alguien tenga la seguridad de conocer cuáles son los componentes físicos de la homosexualidad. ¿Pero que sucedería si se encontraran causas genéticas? ¿Que implicaría esto sobre la inmoralidad y el desenvolvimiento de ese comportamiento? Muy poco, si la misma naturaleza está desordenada y necesita redención. Entonces veamos más de cerca este asunto esta mañana. <br />
<br />
Consideren Romanos 8: 20-23, “Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza”. Note que toda la creación ha sido sujetada a vanidad: Las cosas no funcionan como originalmente, de acuerdo a como su diseño debían funcionar. Los vientos, lluvias, ríos, volcanes, bacterias, virus, instalación eléctrica del jet suizo, el revestimiento de los frenos, el infarto del anciano de 86 años conduciendo, al pasar por un cruce peatonal mientras un estudiante ciego cruzaba la calle, los salvajes glóbulos blancos en la sangre, la trisomía del cromosoma 21 y decenas de miles de infartos de un mundo caído; la creación fue sujetada a vanidad. <br />
<br />
¿Por quién? versículos 20 dice: “por causa del que la sujetó en esperanza.” Ese no es el hombre ni Satanás, sino Dios. Dios sujetó el mundo a vanidad “en esperanza”. Toda la vanidad de este mundo tiene la intención de despertarnos a los horrores de haber cambiado la gloria de Dios por otras cosas y hacernos depender, no de nosotros mismos, sino de Dios quien resucita a los muertos (2 Corintios 1: 8-9) y restaura la gloria (Romanos 8: 18-19). <br />
<br />
Sigan leyendo. Versículos 21 y 22: “…porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción [i.e., vanidad] a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora”. Pablo ilustra las miserias, vanidades y los dolores de la creación; como dolores de parto antes de la resurrección, cuando todo el dolor de nuestros desordenados cuerpos y sexualidad, será reemplazado por la gloria de Dios entre su pueblo. <br />
<br />
Pablo incluso aborda la acusante pregunta que planteamos la semana pasada: Ciertamente, si toda esta miseria, todo este desorden y toda esta disfunción es debida a que fuimos sentenciados por Dios a que Dios nos haya entregado al producto de nuestra impiedad, ¿Entonces no quitaría él la miseria, el desorden, la disfunción y el dolor de sus hijos que están arrepentidos y creen en el evangelio? En el versículo 23 da su respuesta: “y no solo ella [es decir, no solamente “toda la creación gime”], sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo” <br />
<br />
La respuesta es: ‘No, Dios no libra a su pueblo de una vez por todas de la vanidad de esta caída y sentenciada creación’. Él cambia los efectos de su juicio en instrumentos de gracia para su pueblo (Romanos 8:28). Y nos salva por etapas. “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira” (Romanos 5: 9-10). Ahora tenemos perdón para el pecado; después seremos liberados de todos los pecados. Ahora tenemos reconciliación con Dios; después tendremos una completa intimidad. Ahora tenemos las primicias y la entrega del Espíritu Santo; después tendremos la cosecha completa de su poder y su presencia. Ahora se nos sana algo (de nuestros desórdenes sexuales); después tendremos una total sanidad. Ahora vemos su belleza oscuramente a través de un cristal; después veremos cara a cara. Ahora tenemos paz con Dios; después tendremos perfección. Ese es el significado de Romanos 8:23. <br />
<br />
¿Qué es “natural”? El punto de todo esto es que, sean los orígenes del desorden homosexual en nuestra sexualidad físicos, sociales o personales, nada lo definirá como “bueno”, “natural” o “normal”. En un mundo donde Dios es el Creador y Diseñador de la Vida, “natural” significa en sincronía con los propósitos y diseños de Dios, no solo algo que tiene origen físico. El hecho de que algo tenga raíces físicas no lo hace correcto. Las tendencias agresivas que son ocasionadas por desórdenes físicos pueden llevar a un comportamiento violento, pero no las justificamos. Las tendencias apáticas ocasionadas por problemas físicos pueden llevar a la holgazanería y la negligencia, pero no las justificamos. Las tendencias frenéticas pueden llevar a la alteración y a obsesión con el trabajo. Una inclinación a la melancolía puede llevar a pensamientos de suicidio. Una inclinación a la ansiedad puede llevar a la paranoia. Las tendencias adictivas pueden llevar al alcoholismo, a enviciarse con el juego o al mortífero cigarro. Una leve desesperación en el umbral puede llevar a un arranque de ira. Fuertes deseos sexuales pueden llevar a la lujuria, o a la pornografía, o a la fornicación, o al adulterio, o a la poligamia. <br />
<br />
En otras palabras, en un mundo donde los efectos del pecado contaminan las raíces de la naturaleza y desordenan todas las áreas de la vida, no podemos definir como bueno y natural a algo que tenga raíces físicas. Debe existir una norma más elevada que la que establece esta naturaleza caída. Existen muchas anomalías en este mundo que son ocasionadas por problemas físicos. Por tanto, el hecho de que algo tenga una base u origen físico, no es motivo suficiente para justificarlo y definirlo como natural o bueno. <br />
<br />
¿Cómo pues viviremos y amaremos en este mundo desordenado? A riesgo de simplificar y excesiva y selectivamente, permítanme tratar de darles algunos breves consejos bíblicos en cuanto a la dimensiones personales, familiares y sociales de la homosexualidad. <br />
<br />
==== Consejos Bíblicos para quien Tenga deseos Homosexuales ====<br />
<br />
Primero, unas cuantas palabras a aquellos de entre nosotros que tengan deseos homosexuales. <br />
<br />
1. Reconozcan la presencia y el dolor de una sexualidad desordenada, teniendo en cuenta la ambigüedad de sus causas, tal como a los otros desórdenes y discapacidades. No defina la personalidad que Dios le ha dado, por su sexualidad desordenada. <br />
<br />
2. Ponga su fe solo en Cristo, para que le sean perdonados todos sus pecados, para que reciba el regalo de la justicia de Dios, y para que Dios cumpla sobre usted todas las promesas que ha hecho (Romanos 1: 16-17). El único pecador que puede luchar exitosamente contra sus pecados, es en que está justificado. En otras palabras, usted lucha contra sus pecados sexuales desde su relación con Cristo y no para alcanzar una relación con Cristo. <br />
<br />
3. Comience a reordenar su vida completa en torno a la centralidad de la gloria de Dios como su más alto tesoro. El pecado de la homosexualidad, como todos los otros pecados, es un resultado del cambio de la gloria de Dios por otras cosas. Así que vuelva a poner el sol que es la gloria de Dios en su lugar, en el centro de su alma y todos los planetas de sus deseos comenzarán a retornar a la órbita que Dios les dio. <br />
<br />
4. Decida vivir una vida casta, en el celibato si es necesario, por el poder del Espíritu de Dios, con la confianza de que si Dios no le sana ahora, lo hará en la era venidera; y toda la paciencia en pos de esta pureza valdrá la pena (Romanos 8:18). Quisiera que Dios le conceda a todas las personas solteras (y casadas) en Bethlehem, una pasión por la pureza. <br />
<br />
5. Busque amistades sanas con ambos sexos, especialmente en grupos. Aquí la carga descansa completamente sobre la iglesia para que sea un lugar donde esto pueda ocurrir. No estamos haciéndolo muy bien y por eso estoy instando -especialmente a las familias- a salirnos de nuestras costumbres e invitar a personas (especialmente personas solteras) a cenas y a otras reuniones. Mientras más hagamos las cosas en grupos, en lugar de en parejas, más oportunidades creamos para relaciones no sexuales sanas. <br />
<br />
6. Probablemente no necesito decirles que hay ministros que son como baluartes en nuestras ciudades, que tienen una perspicacia, experiencia, apoyo y consejos bíblicos de una profundidad para la conciencia que va más allá de lo que la mayoría de nosotros puede aportar. Esto puede ser algo que Dios utilizaría en sus vidas. <br>7. Tome una posición audaz y compasiva a favor de la verdad, como hizo ''Joe Hallett'', mantenga en pie los propósitos de Dios para la sexualidad humana, es decir, como expresión del amor de Cristo por la iglesia representada en el pacto de amor del matrimonio entre un hombre y una mujer. <br />
<br />
==== Consejo Bíblico a los Padres ====<br />
<br />
Permítanme ahora decir unas cuantas palabras a los padres. <br>1. Para los padres cristianos, los hijos rebeldes son más dolorosos que la muerte de un hijo. Porque usualmente la muerte no es intensificada por sentimientos de culpa, fracaso o vergüenza. Es imposible conocer a ciencia cierta cuántos de los sentimientos experimentados en estas situaciones son legítimos. La única esperanza para los padres es el evangelio, que cualquier cosa que hayamos hecho con mediocridad se nos perdona al confiar en Cristo, por una justicia que no es nuestra (Romanos 1: 16-17). <br />
<br />
2. Si conocemos nuestros defectos, debemos confesarlos a nuestros hijos y buscar que nos perdonen. <br />
<br />
3. Si tenemos hijos adultos con deseos homosexuales, debemos amarlos, orar por ellos y decirles verdades bíblicas cuando estén aptos para oírla. <br />
<br />
4. En el compañerismo de la iglesia, escudriñen las Escrituras y busquen consejos en relación al problema increíblemente complejo y doloroso de la relación con los hijos, si éstos siguen viviendo en el pasado. <br />
<br />
5. Si sus hijos son todavía pequeños o están por nacer, percátense de que, en gran medida, la salud de la sexualidad de ellos depende de la salud con que ustedes los atiendan, los enseñen, estén en contacto con ellos y los amen. Esto se los digo especialmente a ustedes, padres. Tanto para niños como para niñas, el desarrollo de una sexualidad saludable depende más de la fuerte, amorosa y piadosa figura masculina en sus vidas (más que la figura femenina) aunque ambas son muy importantes. Se puede demostrar bíblica, experimental y psicológicamente que el papel del padre (o de algún hombre importante) es primordial para el normal desarrollo sexual de chicos y chicas. <br />
<br />
Si usted se pregunta cuál es la sexualidad normal y saludable, qué significa para un niño crecer para volverse hombre y no mujer y qué significa para una niña crecer para volverse mujer y no hombre; si se pregunta esto, le ruego que piense en ello. He hecho lo mejor para responder ésta pregunta en ‘''What’s the Difference: Manhood and Womanhood Defined According to the Bible’, [Crossway, 1990'']. Además, le pediría que leyera el capítulo 17 escrito por George Rekers, en ''‘Recovering Biblical Manhood and Womanhood’'', [Crossway 1991]. El Dr. Rekers es un psiquiatra cristiano que enseña en la universidad de Carolina del Sur y ha dedicado gran parte de su carrera a demostrar que usted puede tomar un niño de cinco años, que ya tiene inclinaciones homosexuales y dirigirlo hacia un desarrollo heterosexual normal cuando la madre y el padre quieren y tienen la voluntad de hacer lo que se necesita para lograr los cambios necesarios. El capítulo se llama, ‘''Rearing Masculine Boys and Feminine Girls’.'' <br />
<br />
==== Hablen la Verdad con Amor ====<br />
<br />
Finalmente, unas breves palabras acerca de los temas sociales que rodean esta controversia de la homosexualidad, entiéndase: el matrimonio, los compañeros de cuarto, la vivienda, el empleo, la paternidad, la adopción, la educación, la diversidad de entrenamiento y el multiculturalismo. Cada uno de estos asuntos requiere una reflexión seria. No pienso que las respuestas sean fáciles. Y los exhorto a reflexionar, estudiar, orar y debatir. ¿Cómo una sociedad democrática, que está constitucionalmente gobernada y determina sus valores moldeando sus leyes alrededor de esos valores, preserva los derechos inalienables de “vida, libertad y búsqueda de la felicidad” mientras limita los comportamientos destructivos y protege a las minorías de las hostilidades de las mayorías? Estas no son preguntas fáciles y exigen lo mejor de nuestro razonamiento, no frases lapidarias o anuncios estridentes. <br>Ofreceré una directriz y una declaración a modo de conclusión. La directriz es ésta: normalizar el mal comportamiento, respaldar el mal comportamiento y entorpecer “el repliegue reflexivo” ante la mala conducta es, a largo plazo, dañino para las personas y destructivo para la sociedad. Un ejemplo: normalizar y respaldar el comportamiento homosexual debilitará profundamente la frágil norma del matrimonio heterosexual comprometido por largo tiempo y la crianza de niños, que son unidades esenciales para la supervivencia social. <br />
<br />
Mi declaración a modo de conclusión es ésta: Dios no nos ha llamado a ganar las elecciones, sino a ganar almas, corazones y mentes; no nos ha llamado a controlar el Congreso, sino a predicar el evangelio; no nos ha llamado a ser prudentes, sino a decir la verdad; no nos ha llamado a evitar el conflicto, sino a amar a todos (1ra a los Tesalonicenses 3:12). Así que, hablemos la verdad con amor, confiándole nuestra causa a Dios y manteniendo la gloria de Dios en el centro de nuestras almas, para que todos los planetas de nuestras pasiones sean empujados hacia sus respectivas órbitas.</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/La_Iglesia_Deliberante/Buscando_Algunos_Buenos_HombresLa Iglesia Deliberante/Buscando Algunos Buenos Hombres2010-03-17T15:56:32Z<p>Mahra: </p>
<hr />
<div>{{info| The Deliberate Church/Looking for a Few Good Men}}<br />
==== Introducción ====<br />
<br />
Parece que los pastores hoy día están mirando en casi toda dirección en busca de ayuda sobre como inculcar una visión, tirar de una cuerda, dirigir una iglesia y cambiar una cultura. En el proceso, a menudo encuentra ideas competitivas sobre que conlleva y que significa ser un líder de una iglesia. Como hemos visto en el capítulo anterior, el liderazgo de ancianos es el modelo bíblico para el liderazgo de la iglesia. La pregunta que queremos responder en este capítulo es, ¿Cómo hacer para buscar a los ancianos, y que es lo que buscamos exactamente? <br />
<br />
==== Reconocer Antes de Entrenar ====<br />
<br />
Cada pastor es responsable en desarrollar el liderazgo laico en la iglesia<ref>Esta sección supone que cada anciano gobernante es un anciano que enseña; esto es, que no hay distinción intencionada en 1 Timoteo 5, y que la esencia del oficio del anciano es enseñar. Si usted esta en una iglesia que distingue dos deberes como oficios separados, esta distinción afectaría el proceso de entrenamiento indudablemente.</ref>. En algunas ocasiones puede ser instintivo para los pastores el tomar una actitud de adiestramiento para desarrollar ancianos en particular. Esto es, escoger candidatos basados quizás en la fidelidad en la asistencia, disponibilidad para el servicio, y su capacidad para enseñar, guiándolo a través de un programa de entrenamiento de uno o dos años y luego nominarlo y confirmarlo como un anciano para aprender el resto del material sobre el trabajo. <br />
<br />
Claro, no existe nada intrínsecamente erróneo con esta estrategia. De hecho, discipular personas es algo que debemos estar haciendo, y entrenar a los ancianos que hemos reconocido como una parte integral de la responsabilidad (2 Tim. 2:2). Pero puede ser sabio reconocer hombres quienes ya estén calificados y estén haciendo la obra tipo anciano más que el “hacer” hombres ancianos solamente por el entrenamiento. <br />
<br />
“Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren después. Asimismo se hacen manifiestas las buenas obras; y las que son de otra manera, no pueden permanecer ocultas.” (1 Tim. 5:24-25). Estas palabras vienen en el contexto del nombramiento de ancianos. Pablo esta enseñando a Timoteo a reconocer hombres calificados para ser ancianos –así como aquellos que no califican- por su conductar. <br />
<br />
Al reconocer ancianos antes de poder entrenarlos, estamos simplemente reconociendo que un hombre ya esta viviendo con un carácter de calidad de anciano y haciendo una obra relacional tipo anciano sin tener un título. Entrenando ancianos antes de reconocerlos como tal, estaremos tomando a un hombre que no haya manifestado cualquiera de estos rasgos de carácter o hábitos de discipulado y tratándolo de modelar a una forma que no han tomado. La reunión de ancianos para reconocimiento nos habilita a reconocer a estos hombres en la congregación quienes serán probados verdaderamente por su estilo de vida que ellos son ancianos en realidad, aunque no en título. Sus acciones dan evidencia de que Dios lo esta levantando para el liderazgo en la iglesia, y que su preocupación desinteresada por la vida corporativa de la iglesia nos dice que tiene una perspectiva y madurez de anciano. <br />
<br />
Estas son las mejores clases de hombres para tener como ancianos, porque ellos ven al anciano no solo como un oficio para entrenarse y ejecutarlo, sino también como una manera sabia y piadosa de vivir sin considerar su capacidad oficial. Esta es la clase de hombre que es más probable que sea fructífero y fiel como anciano oficial. El ha adoptado un estilo de vida de anciano antes reasumir el oficio y es más probable de continuar en ese estilo de vida mucho después de que su ocupación oficial ha finalizado. <br />
<br />
Inmediatamente, sin embargo, la pregunta resurge: ¿Qué si no existe ninguna clase de hombres para ser reconocidos en nuestra iglesia local? ¿Qué otra alternativa tengo aparte de adiestrar? El mejor curso a seguir en este caso es mantenernos predicado la Palabra fielmente, manteniéndonos en el discipulado personal y enseñando a hombres sobre lo que significa ser maduro en el Señor, manteniéndonos en oración para que el Señor levante hombres así, y manteniéndonos buscándolos. Examine talvez sus propios estándares para el liderazgo -¿Son sus estándares mas altos que lo que la Biblia requiere que sean? Manténgase enseñando. Manténgase orando. Manténgase desarrollando una cultura de discipulado personal, manténgase paciente. <br />
<br />
¿Así pues, que se supone que debemos reconocer? ¿Qué es exactamente un anciano? Comenzaremos siendo sabios disipando algunos mitos comunes. <br />
<br />
==== Que no Es Un Anciano ====<br />
<br />
'''''Un anciano bíblico no es solo un varón de edad avanzada'''''. Existen abundantes hombres piadosos de edad avanzada que no reúnen las calificaciones de carácter para un anciano bíblico. ¡Espero que el Señor bendiga nuestra iglesia con más! Pero con el paso del tiempo, y aun cuando se casen honrando la membresía de la iglesia, no es suficiente para satisfacer los requerimientos citados en 1 Timoteo 3 y en Tito 1. De hecho, existen hombres de unos treinta años de edad (o aun más jóvenes) quienes están más calificados para ser ancianos que hombres con el doble de edad. La sola experiencia de la vida no califica a un hombre para ser anciano. <br />
<br />
'''''Un anciano bíblico no es solo un hombre de negocios exitoso'''''. De hecho, algunos de los principios o rasgos de carácter que llevan a algunos de los hombres de negocios a la cima de la escalera de los negocios puede en realidad pueden llevarlos al nivel mas bajo de la escalera del liderazgo de la iglesia<ref>E.g., siendo un amador del dinero, siendo amigo de las discusiones, no siendo apacible, no dirigiendo bien a su propia familia (1 Tim. 3:1-7).</ref>. No buscamos personas que “sepan lo que quieren y sepan como conseguirlo”. Tampoco buscamos personas que sepan como manejar a las personas, recaudar dinero, subir la escalera o cerrar un trato. El liderazgo en la iglesia es fundamentalmente diferente que el liderazgo en el mundo de los negocios (Marcos 10:35-45; Juan 13:1-17). La iglesia no es solo una empresa no lucrativa. Es el cuerpo de Cristo, y como tal es la institución corporativa más única en el mundo. Opera en los principios de la doctrina cristiana de forma muy peculiar, en servicio, en santidad, en fe, en esperanza y en amor. Claro, esto no es decir que es imposible ser un anciano bíblicamente calificado y un hombre de negocios exitosos al mismo tiempo. Es solo decir que el éxito y liderazgo en el mundo de los negocios no siempre o necesariamente garantizan existo en el liderazgo de la iglesia local. <br />
<br />
'''''Un anciano bíblico no es solo un miembro de la comunidad comprometido'''''. Ser elegido para formar parte del consejo de la ciudad o del vecindario es un privilegio estupendo y una oportunidad evangelística única para cualquier cristiano. Pero una vez más, tal logro no es necesario ni suficiente para reunir las calificaciones de un anciano. Un hombre puede ser presidente de la PTA (Sociedad de Padres y Maestros), entrenador de una pequeña liga, ser un concejal y guiar una tropa de Boy Scout y aun no estar calificado para ser un anciano. Servir ala comunidad en estas maneras ciertamente no impide a un hombre de ser calificado. Pero cuando miramos para ver quien puede cubrir los requisitos bíblicos, el servicio a la comunidad por si solo, no puede ser el criterio final. <br />
<br />
'''''Un anciano bíblico no es solo un “buen chico”'''''. Vivir en la misma locación y tener los mismos amigos o aun ser un miembro de la misma iglesia durante más de treinta años no hace anciano a un hombre. Servir en la capacidad de anciano en una iglesia local no debe ser depender en que un hombre este dispuesto a “colaborar”, o si él forma parte de una correcta cadena social, o si el proviene de una correcta parte de la ciudad (o pueblo, ¡dependiendo de donde viva!). Ser agradable puede a menudo ser decepcionante. <br />
<br />
'''''Un anciano bíblico no es una mujer'''''. El criterio dado en 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9 asume un liderazgo varonil en la iglesia. El oficio de anciano es un oficio que requiere que sean aptos para enseñar. Enseñar es un acto autoritativo, y la mujer tiene prohibido ejercer autoridad sobre el hombre en la iglesia (1 Tim. 2:9-15). Pablo arraiga esta prohibición en el orden de la creación en Génesis 1 y 2: Adán fue creado antes que Eva, dándole Dios a Adán en lugar del liderazgo sobre ella. Ambos fueron igualmente creados a la imagen de Dios, pero Dios les dio roles diferentes y complementarios para cumplirse en la casa y en la iglesia<ref>Para un tratamiento exegético completo sobre los roles de los géneros en la iglesia y en el hogar, vea John Piper y Wayne Grudem, eds., Recovering Manhood and Womanhood: A Biblical Response to Evangelical Feminism (Recuperando la feminidad y la Masculinidad: Una Respuesta Bíblica al Feminismo Evangélico) (Wheaton, Ill: Crossway, 1993). Para un tratamiento específico de 1 Timoteo 2:9-15, vea a Andreas Köstenberger, Thomas Schreiner, y H. Scott Baldwin, eds., Women in the Church: A Fresh Analisis of 1 Timothy 2:9-15 (La Mujer en la Iglesia: Un Análisis Freso de 1 Timoteo 2:9-15) (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1995).</ref> <br />
<br />
'''Un anciano bíblico no es un político''' El oficio bíblico de un anciano es un oficial elegido. Pero el hombre que lo ocupa no debe ser uno quien hábilmente o abiertamente hace una campaña en favor de él, o uno quien es perceptiblemente deja oír voces respecto a la promoción de puestos políticos en el contexto de la iglesia local. <br />
<br />
===== GABINETE DE ESTRATEGIA =====<br />
<br />
#¿Cómo escoge su iglesia a sus líderes? ¿Cuál son los criterios dominantes? ¿Por qué estos? <br />
#¿Qué debe creer un hombre con el fin de ser un anciano en su iglesia?&nbsp;&nbsp;<br />
<br />
==== ¿Qué Es Un Anciano? ====<br />
<br />
¿Qué es, pues, un anciano bíblico? Esta pregunta puede ser respondida primero en términos del oficio y segundo en términos del hombre. El oficio de anciano es un oficio designado para el liderazgo de la iglesia a través de la enseñanza de la Palabra<ref>Este se distingue del oficio del diácono, el cual es designado para el servicio de la iglesia a través de atender las asuntos físicos y financieros del cuerpo.</ref>. El carácter del hombre que esta calificado para ocupar este oficio es descrito en 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:6-9. Un anciano es simplemente un hombre ejemplar, un carácter semejante a Cristo quien es capaz de dirigir el pueblo de Dios enseñándoles la Palabra de Dios en una manera que los beneficie espiritualmente. Así pues, buscamos hombres que ''manifiesten'' un carácter ejemplar y que ''demuestren'' tanto una actitud como fertilidad en la enseñanza de la Palabra de Dios<ref>Trataremos en la necesidad práctica de este carácter con mas cuidado en el capítulo 15, y que significa ser “apto para enseñar” en el capítulo 16.</ref>. Esta definición puede servir como una buena foto espiritual o un perfil de la clase de hombre que usted busque para ser ancianos. <br />
<br />
==== Cuadrantes de Calificación ====<br />
<br />
Una manera provechosa de pensar acerca del criterio para escoger líderes puede ser en términos de los cuadrantes en la Fig. 14.1. Una vez más, el llamado a ser un anciano es un llamado al liderazgo a través de la enseñanza bíblica. Esto significa que, en un mínimo indispensable, usted necesita hombres quienes, ante todo, tengan un entendimiento bíblico y profundo de los fundamentos de la teología cristiana y del evangelio. Las áreas a considerar primero son la autoridad y la suficiencia de la Escritura, la soberanía de Dios, la divinidad y exclusividad de Cristo, y la expiación. Ningún hombre que titubee en los fundamentos de la doctrina bíblica debe ser considerado para ser anciano, no importa que tan dotado o agradable pueda ser. La Palabra edifica la iglesia, y como tal simplemente no puede ser sano que cualquiera de nuestros ancianos tenga reservas acerca de las verdades cristianas fundamentales. <br />
<br />
Una vez que haya sido determinado que un candidato sea sano en las doctrinas bíblicas centrales, es nuestra práctica confirmar que el candidato comparta nuestros distintivos doctrinales en particular –en nuestro caso, por ejemplo, la necesidad del bautismo del creyente para la membresía de la iglesia local. Estos temas, mientras no son necesarios para la salvación, no obstante son importantes para el como hemos decidido conducirnos en la vida juntos como iglesia. Tales distintivos varían obviamente dependiendo de las convicciones de la congregación. El principio, sin embargo, es simplemente que los líderes de una congregación deben entender y ser defensores concienzudos de las doctrinas distintivas de la iglesia local. Los ancianos necesitan estar de acuerdo en estos asuntos con el propósito de que su propia unidad no sea dañada, y puedan proveer una dirección unificada a seguir para la congregación: <br> <br />
<center><br />
{| width="85%" cellspacing="1" cellpadding="1" border="0" class="FCK__ShowTableBorders"<br />
|- valign="top"<br />
| '''Centro de teología'''<br>• La Autoridad y la Suficiencia de la Escritura<br>• La Soberanía de Dios<br>• La Divinidad y Exclusividad de Cristo<br>• La Expiación<br> <br />
| '''Distintivos Doctrinales'''<br>• Bautismo de Creyentes<br>• Congregacionalismo<br><br />
|- valign="top"<br />
| '''Amor por la Congregación<br>'''• Asistencia Regular<br>• Discipulando desinteresadamente<br>• Sirviendo Consistentemente<br> <br />
| '''Distintivos Culturales<br>'''• Los Roles de Género e la Casa y en la Iglesia<br>• Oposición a la Homosexualidad<br><br />
|}<br />
<br />
<br> <br />
'''Fig. 14.1 –Cuadrantes de Calificación'''</center> <br />
Tercero, es sumamente provechoso asegurar que el candidato sea suficientemente valiente para estar en contra de la cultura en ciertos temas bíblicos claros, tales como el rol de la mujer en la iglesia. Un anciano debe modelar para congregación tanto en fortaleza como en buena voluntad para vivir un estilo de vida contracultural en áreas donde existe conflicto entre Cristo y la cultura. Si, como anciano, un hombre se rinde y conforma ante las presiones de la cultura n asuntos bíblicos bien definidos, su ejemplo y enseñanza llevará a la iglesia a parecerse más al mundo. <br />
<br />
Finalmente, necesitamos ser capaces de discernir de la participación relacional del candidato en la iglesia que el en verdad ama a la congregación. Queremos ser capaces de reconocer su amor por los demás miembros de la iglesia por el hecho de que el ya esta involucrado en hacer la obra tipo anciano, aun antes de que s ele fuera dado el título. Así pues esperamos razonablemente que un hombre que es reconocido como anciano regularmente asista, hacer el bien espiritual alo s demás, y servir a la iglesia fielmente como el pueda. <br />
<br />
===== GABINETE DE ESTRATEGIA =====<br />
<br />
#¿Cuál es la diferencia entre reconocer y entrenar ancianos? <br />
#¿Por qué podría ser mas sabio reconocer ancianos antes que entrenarlos? <br />
#¿Quién en su iglesia podría estar calificado para servir como anciano?<br />
<br />
==== Conclusión ====<br />
<br />
Una de las dinámicas más significativas humanas en el continuo crecimiento espiritual y salud de la iglesia es la clase del liderazgo que esta siguiendo. Cuando hombres bíblicamente calificados están dirigiendo a una iglesia con carácter y habilidad, hay una bendición profunda y amplia para la unidad, la santidad y el crecimiento espiritual de la iglesia. Ponerlo negativamente, muchos dolores y errores potenciales pueden ser evitados solamente asegurando que solo aquellos hombres quienes sean bíblicamente calificados lleguen a ser ancianos. <br />
<br />
Escoger ancianos, pues, es crucial en la vida de una iglesia en vías de desarrollo –tanto es así, que de hecho, continuaremos pensando en evaluar el carácter, habilidad y la aptitud de los ancianos potenciales en las páginas que siguen. <br><br><references /></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Archivo:Share-email.pngArchivo:Share-email.png2010-02-10T15:39:03Z<p>Mahra: </p>
<hr />
<div></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Archivo:Share-stumbleupon.pngArchivo:Share-stumbleupon.png2010-02-10T15:36:41Z<p>Mahra: </p>
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<div></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Archivo:Share-facebook.pngArchivo:Share-facebook.png2010-02-10T15:36:28Z<p>Mahra: </p>
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<div></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Archivo:Share-twitter.pngArchivo:Share-twitter.png2010-02-10T15:36:17Z<p>Mahra: </p>
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<div>{{ info | What Difference Does It Make?}} <br />
<br />
<div style="text-indent: 0in !important; padding-top: 3px; padding-right: 3px; padding-bottom: 3px; padding-left: 3px; border-top-width: 0px; border-right-width: 0px; border-bottom-width: 0px; border-left-width: 0px; border-style: initial; border-color: initial; margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; font-size: 10pt; font-family: Verdana;"><br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">Pocas doctrinas, si es que hay alguna, generan tanto debate y rencor entre los cristianos como la doctrina de la elección. Es una de esas doctrinas que divide a las personas de manera tan drástica que llegan a denominarla como tema de no tener fin, cuando se discute sobre esta.</span> <br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">La elección es también una doctrina acerca de la cual pocos se muestran indiferentes. Las pasiones se inflaman de lado y lado de la línea divisoria. Quienes se oponen, la ven como algo que denigra la importancia de la libertad humana y arroja una sombra oscura sobre la bondad de Dios. Los que la adoptan, aman la seguridad y el confort que les provee, así como el triunfo de la gracia divina que revela.</span><br> <br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">Pero bueno, si es tan divisiva, ¿por qué molestarnos con ella? Siendo alguien que tiene pasión por la doctrina, me preguntan a menudo: "¿Qué diferencia hace?" Estoy seguro de que a Martín Lutero le hicieron la&nbsp;<span style="text-indent: 0in !important;">&nbsp;</span>misma pregunta varias veces. Tal vez por eso manifestó que la doctrina de la elección era el "corazón de la iglesia". Es interesante el hecho que el cuerpo de Lutero apenas estaba frío en la tumba cuando sus seguidores alteraron radicalmente y suavizaron su opinión sobre las futuras generaciones de luteranos, creando así contienda en el corazón de su iglesia.</span><br> <br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">La elección importa en primer lugar, porque tiene que ver con el tema de la verdad de Dios. Si la opinión agustiniana de la elección es la opinión bíblica, y si la Biblia es verdad, entonces, esa doctrina de la elección es la verdad de Dios y todos los que son "de la verdad" tienen el deber de adoptarla y proclamarla. Por otro lado, si la opinión agustiniana/reformada no es bíblica y/o no es cierta, distorsiona la verdad de Dios y debe ser repudiada y abandonada.</span><br> <br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">En segundo lugar, la doctrina de la elección está vinculada a la garantía de nuestra salvación y por ella a nuestra santificación. Cuando Pedro enuncio las virtudes que marcan el progreso de nuestra santificación, una lista sorprendentemente similar a la de Pablo sobre el fruto del Espíritu, añadió:</span> <br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">"</span><span style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">Así que, hermanos, sed tanto más diligentes para hacer firme vuestro llamado y elección de parte de Dios; porque mientras hagáis estas cosas nunca tropezaréis; pues de esta manera os será concedida ampliamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Por tanto, siempre estaré listo para recordaros estas cosas, aunque vosotros ya las sabéis y habéis sido confirmados en la verdad que está presente en vosotros</span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">" (2 Pedro 1:10-12).</span><br> <br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">Este es un fuerte y sobrio llamado apostólico a la debida diligencia. Es diligencia con respecto a la elección. Cuando un cristiano comprende la elección, la acepta y adquiere la seguridad de contarse entre los elegidos, se encuentra firmemente sólido en la verdad de Dios – tan establecido en esta verdad, que es liberado de la propensión a tropezar. La confianza y el crecimiento espiritual en santidad, van de la mano.</span><br> <br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">Pedro refuerza este llamado más adelante, cuando declara que Dios no quiere que ninguno perezca (2 Pedro 3:9). "Ninguno" se refiere a la palabra "nosotros" como su antecedente, y el "nosotros", a su vez, a aquellos a quienes se les habla en las epístolas de Pedro, es decir, los elegidos. Este versículo, lejos de perturbar o refutar la elección como afirman los enemigos de la elección, en realidad la confirma.</span> <br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">En tercer lugar, la doctrina de la elección reafirma la plena soberanía de Dios y descarta cualquier noción humanística o pagana de que la soberanía de Dios se ve limitada por la libertad humana. Tal opinión blasfema, coloca la Biblia al revés y hace que el hombre sea soberano en lugar de Dios. El punto de vista bíblico es que la libertad humana es real en la medida que se da, pero siempre está limitada por la soberanía de Dios.</span> <br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">En cuarto lugar, la doctrina de la elección vuelve pedazos cualquier fundamento para el orgullo y mérito humano. En esta doctrina, la misericordia de la gracia se manifiesta plenamente mientras la criatura se da cuenta de que no tiene nada de que presumir, porque su salvación es un don de gracia, sin mezcla alguna de mérito humano o acción determinante.</span><br> <br />
<br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 11pt; line-height: 150%; font-family: Arial; text-indent: 0in !important;">Por último, debido a las razones anteriormente mencionadas y otras no exploradas aquí, la excelencia y majestad de Dios son tan exaltadas que la criatura, por medio del Espíritu Santo, despertará a la verdadera adoración. Ahora honramos a Dios como Dios y le declaramos nuestro mayor agradecimiento.</span> <br />
<br />
<br> <br />
</div></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/MediaWiki:SidebarMediaWiki:Sidebar2009-12-17T19:54:02Z<p>Mahra: </p>
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<hr />
<div>{{ info |Cosmic Treason (January 2007)}} La pregunta, "¿Qué es pecado?" se plantea en el Catecismo Menor de Westminster. La respuesta que se le da a esta pregunta catequística es simplemente que "El pecado es cualquier falta de conformidad o transgresión a la ley de Dios."<br><br>Veamos algunos de los elementos de esta respuesta catequística. En primera instancia, el pecado se identifica como algún tipo de falta o carencia. En la Edad Media, los teólogos cristianos trataron de definir el mal o el pecado en términos de privación (''privatio'') o negación (''negatio''). En estos términos, el mal o pecado se define por su falta de conformidad a lo bueno. La terminología negativa asociada con el pecado puede ser observada en palabras bíblicas, tal y como la '''''des'''''<i>obediencia</i>, '''''im'''''<i>piedad</i>, o '''''in'''''<i>moralidad</i>. En todos estos términos, vemos que se hace énfasis en lo negativo. Otros ejemplos incluyen palabras tal y como, ''deshonor'', ''anticristo'', y otros.<br><br>Sin embargo, para obtener una visión completa de pecado, tenemos que ver que este incluye más de una negación a lo bueno, o que es más que una simple falta de virtud. Si el pecado es definido exclusivamente en términos negativos, podríamos inclinarnos a pensar que es simplemente una ilusión. Pero los estragos del pecado demuestran dramáticamente la realidad de su poder, realidad que no podría explicarse basándose en una mera ilusión. Los reformistas agregaron a la idea de ''privatio'', la noción de la realidad o actividad, de manera que el mal puede observarse en la frase, "''privatio actuosa''". Esto enfatiza el carácter activo del pecado. En el catecismo, el pecado se define no sólo como una falta de conformidad, sino como un acto de transgresión, una acción que implica el sobrepasar o violar un parámetro.<br><br>Para poder entender plenamente lo que significa el pecado, no podemos definirlo fuera de la relación que tiene con la ley, pues es la ley de Dios la que determina lo que es pecado. En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo, en Romanos especialmente, elabora el punto de que hay una relación inseparable entre el pecado y la muerte, y entre el pecado y la ley. La fórmula sencilla es la siguiente: "No pecado" es igual a "no muerte". "No ley" es igual a "no pecado". El apóstol afirma que donde no hay ley, no hay pecado, y donde no hay pecado, no hay muerte. Esto se basa en la premisa de que la muerte invade la vida humana como un acto de sentencia divina en juicio al pecado. El alma que peca es la que morirá. Sin embargo, sin la ley no puede haber pecado. La muerte no puede entrar en la experiencia humana, hasta que primero la ley de Dios sea revelada. Es por esta razón que el apóstol afirma que la ley moral estaba en efecto antes de que Dios le diera a Israel el código Mosaico. El argumento se basa en la premisa de que la muerte ya estaba en el mundo antes del suceso del Sinaí, y que reino desde Adán a Moisés. Esto sólo puede significar que la ley moral de Dios le fue dada a sus criaturas mucho antes de que las tablas de piedra le fueran entregadas a la nación de Israel.<br><br>Esto da alguna credibilidad a la afirmación de Immanuel Kant sobre un imperativo moral universal que él denominaba el ''imperativo categórico'', que se encuentra en la conciencia de toda persona sensible. Dado que es la ley de Dios la que define la naturaleza del pecado, solo nos queda el afrontar las terribles consecuencias de nuestra desobediencia a la ley. Lo que el pecador requiere, a fin de ser rescatado de los aspectos punitivos de esta ley, es lo que Solomon Stoddard denomina una justicia de la Ley. Habiéndo definido el pecado como una falta de conformidad o transgresión a la Ley, el único antídoto para tal transgresión es la obediencia a la ley. Si poseemos tal obediencia a la Ley de Dios, ya no estaremos en peligro de ser juzgados por Dios.<br><br>Solomon Stoddard, el abuelo de Jonathan Edwards, escribió en su libro, ''La Justicia de Cristo'', el siguiente resumen sobre el valor de la justicia de la Ley: "Es suficiente para nosotros si tenemos la justicia de la ley. No hay peligro de extravío, si tenemos esa justicia. La seguridad de los ángeles en el cielo es debida a que tienen la justicia de la ley, y es una seguridad suficiente para nosotros si tenemos la justicia de la ley. Si tenemos la justicia de la ley, no estamos sujetos a la maldición de la ley. No somos amenazados por la ley, no estamos provocando a la justicia; la condenación de la ley no puede apoderarse de nosotros; la ley no tiene nada que objetar en contra de nuestra salvación. El alma que tiene la justicia de la ley está fuera del alcance de las amenazas de la ley. Donde hay respuesta a la demanda de la ley, la ley no encuentra ninguna culpa. La ley solo maldice la falta de obediencia perfecta. Además, donde hay la justicia de la ley, Dios se ha comprometido a dar vida eterna. Dichas personas son los herederos de la vida, de acuerdo con la promesa de la ley. La ley los declaró herederos de la vida, Gálatas 3:12, 'El hombre que hiciere estas cosas vivirá por ellas'" (''La Justicia de Cristo'', p. 25).<br><br>La única justicia que satisface los requerimientos de la Ley es la justicia de Cristo. Es sólo por la imputación de esta justicia que el pecador puede tener la justicia de la Ley. Esto es crítico para nuestro entendimiento hoy en día cuando la imputación de la justicia de Cristo está siendo ampliamente atacada. Si abandonamos la noción de la justicia de Cristo, no tenemos ninguna esperanza, porque la Ley nunca es negociada por Dios. Mientras la Ley exista, estamos expuestos a su juicio a menos que nuestro pecado esté cubierto por la justicia de la Ley. La única cobertura que podemos&nbsp; poseer de tal justicia, es la que nos viene como resultado de la obediencia activa de Cristo, quien Él mismo cumplió toda jota y toda tilde de la Ley. Su cumplimiento de la Ley en Sí mismo, es un acto vicario por el cual Él obtiene la recompensa que proviene de tal obediencia. Esto lo hace no para Sí mismo, sino para Su pueblo. Es en la base de esta justicia imputada, este rescate de la condena de la Ley, esta salvación de los estragos del pecado, que está el telón de fondo de la santificación del cristiano, en el que debemos mortificar el pecado que permanece en nosotros, ya que Cristo murió por nuestros pecados. <br></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/%C2%BFAlimentando_a_las_ovejas_o_entreteniendo_a_los_cabritos%3F¿Alimentando a las ovejas o entreteniendo a los cabritos?2009-11-11T04:55:05Z<p>Mahra: Página creada con '{{Info|Feeding Sheep or Amusing Goats?}} Un pecado habita en el campamento declarado del Señor de una manera tan desagradable y tan reveladora que hasta el más miope difíci...'</p>
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<div>{{Info|Feeding Sheep or Amusing Goats?}} <br />
<br />
Un pecado habita en el campamento declarado del Señor de una manera tan desagradable y tan reveladora que hasta el más miope difícilmente puede dejar de verlo. Durante los últimos años se ha desarrollado a un ritmo anormal pecado tras pecado. Ha trabajado como levadura, hasta que toda la masa se fermenta. El diablo pocas veces ha hecho una cosa más inteligente que insinuar a la Iglesia que parte de su misión es proporcionar entretenimiento para la gente, con la idea de ganarlos. <br />
<br />
Para hablar como lo hacían los puritanos, la Iglesia ha degradado su testimonio, primero hizo un gesto y justificó las frivolidades del día. Después las toleró en sus fronteras. Ahora ella las ha adoptado bajo el argumento de que está alcanzando a las masas. <br />
<br />
Mi primer argumento es que proporcionar entretenimiento a la gente en ningún lugar de las Escrituras se menciona como una función de la Iglesia. Si esto fuera un trabajo cristiano, ¿por qué Cristo no habló de ello? “''Id y predicad el evangelio a toda criatura''”. Eso es suficientemente claro. Así sería si Él hubiera agregado, “''Y proporcionen entretenimiento a todos aquellos que no disfrutan el evangelio''.” Sin embargo, no se encuentran estas palabras. No parece que se le hubieran ocurrido a Él. <br />
<br />
Entonces otra vez, “''A unos puso Dios en la iglesia como apóstoles, como profetas, como pastores y maestros, para el trabajo en el ministerio''.” ¿Dónde caben aquí los artistas? El Espíritu Santo guarda silencio respecto a ellos. ¿Los profetas fueron perseguidos porque ellos entretenían a la gente o porque los rechazaron? El concierto no tiene función de mártir. <br />
<br />
Además, proporcionar entretenimiento está directamente en contra de la enseñanza y la vida de Cristo y de todos Sus apóstoles. ¿Cuál era la actitud de la Iglesia hacia el mundo? “Vosotros sois la sal,” -no dice el azúcar dulce- es algo que el mundo escupe, algo que no se traga. Corta y afilada es la declaración, “Dejad que los muertos entierren a sus muertos.” ¡Él hablaba con terrible seriedad! <br />
<br />
Si Cristo hubiera introducido más elementos brillantes y placenteros dentro de Su misión, Él sería más popular cuando ellos regresaran, a causa de la naturaleza de Su enseñanza. Yo no escucho a Él decir, “Corre detrás de esa gente, Pedro, y diles que tendremos un estilo diferente de servicio mañana, algo corto y atractivo con poca predicación. Tendremos una tarde placentera para la gente. Diles que estén seguros que lo disfrutarán. ¡Rápido, Pedro, debemos traer a la gente de alguna manera!” Jesús compadeció a los pecadores, suspiró y lloró por ellos, pero nunca buscó entretenerlos. <br />
<br />
En vano buscaremos en las Epístolas para encontrar cualquier rastro de diversión en el evangelio. Su mensaje es, “Salgan, guarden, mantengan limpio!” Cualquier cosa que se aproxime a un engaño es evidente por su ausencia. Ellos tenían confianza infinita en el evangelio y no empleaban otra arma. <br />
<br />
Después de que Pedro y Juan fueron encerrados por predicar, la Iglesia tuvo una reunión de oración, pero ellos no oraron, “Señor concede a Tus siervos que por el uso inocente y astuto de una diversión podamos mostrar a esa gente lo felices que somos.” Si ellos no cesaron de predicar a Cristo, ellos no tenían tiempo de arreglar entretenimientos. Dispersados por la persecución, ellos fueron a todos lados predicando el evangelio. Ellos “voltearon al mundo de cabeza.” ¡Esa es la diferencia! Señor, limpia a tu Iglesia de toda la podredumbre y basura que el diablo ha impuesto sobre ella, y tráela a los métodos apostólicos. <br />
<br />
Últimamente, la misión de entretenimiento falla en lograr el fin deseado. Trabaja en destruir a los jóvenes convertidos. Dejen que los negligentes y los burladores, quienes agradecen a Dios porque la Iglesia los encontró en el medio del camino, hablen y testifiquen. ¡Dejen que hablen los que están cargados y que encontraron paz en medio de un concierto! ¡Dejen que se levante el borracho a quien el espectacular entretenimiento ha sido su vínculo con Dios en la cadena de su conversión! No habrá nadie que responda. La misión del entretenimiento no produce convertidos. <br />
<br />
La necesidad de la hora del ministerio actual es la erudición unida a una ferviente espiritualidad, brotando una de la otra como un fruto desde la raíz. La necesidad es doctrina bíblica, así entendida y sentida, la que encenderá a los hombres.</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Plantilla:InfoPlantilla:Info2009-10-15T14:32:57Z<p>Mahra: </p>
<hr />
<div><includeonly>{{#wdInfobox:{{{1}}}}} </includeonly></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Plantilla:InfoPlantilla:Info2009-10-15T14:02:49Z<p>Mahra: </p>
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<div><includeonly>{{#wdInfobox:{{{1}}}}}</includeonly></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Libros_y_Sermones_Cristianos:Acerca_deLibros y Sermones Cristianos:Acerca de2009-10-13T12:01:13Z<p>Mahra: Redirigiendo a Página Principal</p>
<hr />
<div>#REDIRECT [[Página_Principal]]</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Gracia_SoberanaGracia Soberana2009-09-24T02:51:32Z<p>Mahra: </p>
<hr />
<div>{{ info | Sovereign Grace}}''Él nos escogió en él antes de la fundación del mundo'' – Efesios 1:4 <br />
<br />
== Primeras Impresiones ==<br />
<br />
El autor James Cantelon presenta esta conmovedora y perspicaz recapitulación de su experiencia de conversión: <br />
<blockquote>“Las primeras impresiones son impresiones perdurables”, dice el antiguo refrán, y sospecho que en la mayoría de los casos es verdad. Mi primera impresión de Dios está conmigo hasta el día de hoy. Ocurrió en el campamento de una decrépita y vieja iglesia en Saskatchewan Central, Canadá. Yo tenía cinco años. <br>En aquellos días estaban de moda los tabernáculos. No solamente la mayoría de nuestras iglesias se llamaban tabernáculos, sino que nuestros edificios de reunión en el campamento también recibían este nombre del Antiguo Testamento en referencia a las tiendas de campaña. En un día especialmente caluroso mis padres estaban en el tabernáculo para adultos y yo, junto con mis pequeños compañeros campistas, estaba en el tabernáculo para niños. La profesora nos estaba llevando a través del ''Progreso del Peregrino'' de Bunyan. <br>Después de la lección los niños estallaron rumbo a la luz solar para jugar. Yo me quedé. La señorita Brown parecía saber por qué.<br>“¿Puedo ayudarte, Jimmy?” preguntó gentilmente. Yo asentí aturdidamente, mordiendo mi repentinamente tembloroso labio inferior, lágrimas brotando en mis ojos.<br>“Vamos al cuarto de atrás y oremos”, dijo ella. No puedo explicar lo que ocurrió… Pero diré esto: a la edad de cinco años, de repente sentí como si yo fuera el peor pecador que jamás había vivido. Mi percepción de pecado casi aplastaba mi pequeño corazón. La oración, sin embargo, no había terminado. Empezó con pesadumbre, se tornó en gozo. Sentí ese peso recientemente descubierto descargado de mi frágil alma. La presencia de Dios me abrumó. Sin que yo lo buscara, o preguntara por él - en realidad, sin ningún conocimiento de mi necesidad de él – Dios vino buscándome a mí, preguntando por mí… un niño de cinco años. <ref>James Cantelon, ''Theology for Non-Theologians'' (New York, NY: Macmillan, 1988) p.3</ref></blockquote> <br />
Las primeras impresiones son verdaderamente impresiones perdurables. La descripción del señor Cantelon acerca de su experiencia de conversión es reveladora: “Dios vino buscando por mí”. ¿Cómo entiendes tu experiencia de conversión? ¿Quién buscó a quién? ¿Dios buscó por ti? ¿O parece que, en esencia, tú estabas buscando a Dios? ¿Qué sobresale más para ti: la iniciativa de Dios y su intervención, o tu arrepentimiento y tu fe? <br />
<br />
{{LeftInsert|''Cuando estaba viniendo a Cristo, pensaba que lo estaba haciendo todo yo mismo, y aunque buscaba al Señor ardientemente, no tenía idea de que el Señor me estaba buscando a mí. Pienso que el recién convertido no está consciente de esto al principio. Puedo recordar con precisión el día y la hora cuando recibí por primera vez esas verdades [de la doctrina de la elección] en mi propia alma - cuando fueron, como dijo John Bunyan, selladas en mi corazón como con un hierro caliente, y puedo recordar cómo sentí que había crecido repentinamente de un bebé a un hombre - que había hecho progreso en el conocimiento de la Escritura, al haber hallado, de una vez y para siempre, la señal de la verdad de Dios.<br>Una noche de la semana, cuando estaba sentado en la casa de Dios, no estaba pensando mucho en el sermón del predicador, porque no lo creía. El pensamiento me sacudió.'' '''¿Cómo llegaste a ser cristiano?''' ''Busqué al Señor.'' '''¿Pero cómo llegaste a buscar al Señor?''' ''La verdad relampagueó por mi mente en un instante – no le habría buscado a no ser que habría existido una influencia previa en mi mente que'' '''me hizo''' ''buscarlo. Oré, pensé, pero entonces me pregunté'' '''¿Cómo llegué a orar?''' ''Fui estimulado a orar al leer las Escrituras'' '''¿Cómo llegué a leer las Escrituras? ''' ''Las leí, pero ¿qué me empujó a hacerlo? Entonces, en un instante, vi que Dios estaba en el fondo de todo, y que él era el Autor de mi fe, y así la doctrina de la gracia se me reveló, y de esa doctrina no me he alejado hasta el día de hoy, y deseo hacer de esta mi constante confesión: “Atribuyo mi cambio completamente a Dios”.<br>- Charles Spurgeon'' �UNIQ1ac4f30f5a367821-ref-00000002-QINU}}Estas no son preguntas académicas. El cristiano que no entiende o malinterpreta la causa primordial de su conversión puede ser vulnerable al legalismo, orgullo, confianza en sí mismo, ingratitud, condenación y falta de seguridad. Pero cuando comprendemos correctamente la naturaleza de nuestra conversión – es decir, cuando entendemos claramente el rol de la gracia soberana de Dios en la elección – nos posicionamos a nosotros mismos para gozar continuamente de los beneficios maravillosos y transformadores de nuestra vida que están disponibles solamente a través del evangelio. <br />
<br />
== Fuera de Nuestro Nivel ==<br />
<br />
La elección es, por supuesto, una doctrina que surge del extremo profundo de la laguna teológica. Tan pronto como la encontramos, todos debemos reconocer que está muy por encima de nuestras cabezas. Este es un lugar de misterio, un lugar que produce cientos de preguntas, todas ellas variaciones de una única pregunta: “¿Cómo reconciliar la soberanía divina con la responsabilidad humana?” <br />
<br />
En la materia del misterio teológico, hallo de mucha ayuda esta cita de J. Rodean Williams: “Debido a que todas las doctrinas cristinas están relacionadas con Dios, quien está en última instancia fuera de nuestra comprensión, habrá inevitablemente un elemento de misterio, o de trascendencia, que no puede ser reducido al entendimiento humano. Sin embargo, dentro de estos límites, el esfuerzo teológico debe ser mantenido”. <ref>J. Rodman Williams, ''Renewal Theology'' (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1988) p.16</ref> <br />
<br />
En realidad, Dios ha anunciado este convenio que no es negociable: “Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios, mas las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre” (Deuteronomio 29:29). <br />
<br />
Como alguien quien ama los secretos, mi orgullo no responde bien a tal declaración. Así que, en parte como ayuda para mi humildad, Dios me ha permitido vivir cerca de Washington, DC. Aquí, entre los miembros de la iglesia que tengo el privilegio de servir, hay un número de personas que deben ser más bien reservadas acerca de los detalles de sus oficios relacionados con el gobierno. Algunas veces, al hablar con uno u otro de ellos, emergen mi orgullo y la importancia que me autoatribuyo, y empiezo a desear un poco de acceso interno. ¿Por qué no comparten alguna cosa emocionante conmigo? ¿No confían en mí? ¿No pueden hacer una excepción por su pastor? Para su crédito, nunca satisfacen mi deseo orgulloso. Usualmente ni siquiera admiten que saben algún secreto. <br />
<br />
{{RightInsert|''El factor definitivo que determina quién debe ser salvado del pecado no es la decisión de los seres humanos afectados, sino la gracia soberana de Dios – aunque la decisión humana juega un rol significativo en el proceso… Por tanto, debemos afirmar ambos: la soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre; ambos: la gracia soberana de Dios y nuestra activa participación en el proceso de salvación. Sólo podemos hacer justicia a la enseñanza bíblica si mantenemos firmemente ambos lados de la paradoja. Pero como Dios es el Creador y nosotros sus criaturas, Dios debe tener la prioridad. Entonces, debemos sostener que en el proceso de nuestra salvación el factor decisivo concluyente es la gracia soberana de Dios. <br>- Anthony Hoekema'' �UNIQ1ac4f30f5a367821-ref-00000004-QINU}}Yo puedo comportarme de la misma forma con Dios. Le imploro que me explique algún misterio teológico, asumiendo arrogantemente que mi cerebro no será carbonizado al ser expuesto a tal iluminación divina. Pero en su bondad, sabiduría y misericordia, él tampoco me dice ningún secreto. <br />
<br />
¿Cuán cómodo estás con las cosas secretas de Dios?… ¿con las difíciles de entender?... ¿con las paradojas?... ¿las aparentes contradicciones? ¿Estás en paz en el extremo profundo de la laguna? En la Escritura, Dios ha afirmado tanto la soberanía divina como la responsabilidad humana, sin buscar armonizarlas completamente. Pero están ciertamente armonizadas en su infinita sabiduría, y eso debería ser suficiente para nosotros. <br />
<br />
Juan Calvino ofrece un sabio consejo en este asunto: <br />
<blockquote>El tema de la predestinación, que en sí mismo presenta notable dificultad, es considerado muy confuso, y por tanto peligroso, por la curiosidad humana, la cual no puede ser impedida de vagar por rutas prohibidas… Esos secretos de su voluntad que Él ha visto por conveniente manifestar, están revelados en su Palabra – revelados en la medida en que Él sabía que serían conductivos para nuestro interés y bienestar… Por tanto, que nuestra primera regla sea que el desear cualquier otro conocimiento sobre la predestinación aparte del que ha sido explicado por la Palabra de Dios, no es menos presuntuoso que transitar donde no hay camino o buscar luz en la oscuridad… La mejor regla de sobriedad es no sólo aprender a ir dondequiera que Dios guía, sino también dejar de querer ser sabio cuando Él termina de enseñar. <ref>J.I. Packer, ''God’s Words'' (Downers Grove, IL: InterVarsity, 1981) p.158</ref></blockquote> <br />
Yo creo que la madurez cristina incluye una progresiva comodidad con el misterio divino y una creciente confianza en Dios, de modo que podamos decir con David: “OH Señor, mi corazón no es soberbio, ni mis ojos altivos; no ando tras las grandezas, ni en cosas demasiado maravillosas para mí” (Salmo 131:1). <br />
<br />
Mientras uno crece en Cristo, no habrá menos misterio. Pero debe existir más humildad para que podamos estar más en paz en presencia de misterio divino. Que para nosotros sea suficientemente grandioso y maravilloso saber que la doctrina de la elección es sólida y confiable, representando la clara enseñanza de la Escritura. <br />
<br />
Así que nadie entretenga vanas esperanzas. Este artículo no responderá preguntas sin respuestas hasta el momento. No alineará ingeniosamente conceptos que, a nuestras mentes limitadas, parecen desalineados. Y ciertamente no eliminará de la doctrina de la elección ese valioso elemento de misterio. Recuerda – las mentes más talentosas y mejor equipadas en la historia de la iglesia, sin importar cuán hondo se han sumergido en la laguna teológica, han fallado al medir las profundidades de la elección. Entretanto, muy por encima de ellos, mis delgadas piernas pueden sólo ser ocasionalmente vislumbradas, apenas bajo la superficie, desesperadamente manteniéndome a flote. <br />
<br />
== Aclaraciones Preliminares ==<br />
<br />
Antes de explorar la maravillosa doctrina de la elección, los siguientes puntos deben ser resaltados en un esfuerzo de minimizar potenciales malentendidos. <br />
<br />
#Ya que en la Escritura encontramos tanto la soberanía divina como la responsabilidad humana, debemos enseñar ambos, a la vez enfatizando que en la Escritura el acento está en la elección: la soberanía de Dios en la salvación. <br />
#La doctrina de la elección, aunque de vital importancia, no define a los ''Ministerios de Gracia Soberana''. El evangelio nos define. <br>La elección juega un papel crítico en relación al evangelio de la gracia. Protege y preserva el evangelio, pero no es completamente sinónimo del evangelio. El evangelio es la persona y la obra de Jesucristo. Somos salvados al confiar en él y su obra perfecta. “Porque yo os entregué como de primera importancia lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (1 Cor. 15:3-4). No tenemos mayor pasión por la elección que por el evangelio. La elección es una doctrinal vital, pero sólo el evangelio es de primera importancia. <br />
#Una persona no tiene que creer, entender o estar de acuerdo con la doctrina de la elección para ser salva. Una relación salvífica con Dios requiere arrepentimiento del pecado y confianza en Cristo solamente, para salvar por gracia solamente, mediante fe solamente. Aunque la doctrina de la elección es importante, y creencias equivocadas acerca de la misma pueden tener consecuencias negativas, una aceptación de la doctrina de la elección es claramente no necesaria para la salvación. <br />
#La doctrina de la elección es para cristianos, no para los que no son cristianos. No debería ser enseñada ni referida en ningún contexto de evangelismo. El teólogo Bruce Milne ha manifestado sabiamente que la doctrina de la elección “no es una parte explícita del evangelio que el cristiano presenta al incrédulo. No debe inhibir la apelación universal del evangelismo cristiano” <ref>Bruce Milne, ''Know the Truth'' (Leicester, England: InterVarsity, 1982) p.183</ref>. El reformador inglés John Bradford dijo: “Dejen a un hombre ir a la escuela gramatical de la fe y el arrepentimiento antes de ir a la universidad de la elección y la predestinación”. <br />
#Nuestra unidad con cristianos fuera de este ministerio no requiere completo acuerdo con la doctrina de la elección. Afirmamos estas palabras de Charles Spurgeon: <blockquote>“Damos nuestra mano a todo hombre que ama al Señor Jesucristo, lo que sea que fuere o quien sea que fuere. La doctrina de la elección, como el gran acto de elección mismo, no tiene la intención de dividir entre Israel e Israel sino entre Israel y los egipcios. No entre santo y santo, sino entre los santos y los hijos del mundo. Un hombre podría ser evidentemente de la familia escogida de Dios y, aunque elegido, todavía podría no creer en la doctrina de la elección. Sostengo que hay muchos salvíficamente llamados y que no creen en el llamado eficaz y que hay muchísimos que perseveran hasta el fin y no creen en la doctrina de la perseverancia final. Confiamos que los corazones de muchos son considerablemente mejores que sus cabezas. No suponemos sus nociones equivocadas como oposición voluntaria contra la verdad que es en Jesús, sino simplemente como un error en su juicio el cual oramos Dios corrija. Esperamos que si ellos también piensan que estamos equivocados, reciprocarán la misma cortesía cristiana. Y cuando nos reunimos alrededor de la cruz, esperamos que siempre sintamos que somos uno en Cristo Jesús.” <ref>Iain Murray, ''Spurgeon vs. Hyper-Calvinism'' (Carlisle, PA: Banner of Truth, 1995) pp.111-112</ref></blockquote><br />
<br />
== El Glorioso Misterio ==<br />
<br />
Efesios 1:4 es un texto definitivo para adquirir un entendimiento bíblico de la experiencia de conversión de uno. Y aunque está lejos de ser el único texto en el tema de la elección divina, es claro, autoritativo, conciso y suficiente para nuestros propósitos presentes. Aquí, a pesar de la continua presencia de misterio, hay claridad que la mente humana puede sujetar firmemente. Este verso explica lo que realmente estaba tomando lugar en el momento de conversión: la consumación de una elección divina hecha en la eternidad pasada. <br />
<br />
El verso nos dice que nuestra transición de muerte a vida, de pecador a santo, de objeto de ira a objeto de misericordia, fue exclusivamente y enteramente el resultado de gracia soberana. ¿Tu primera impresión de tu conversión sugiere otra cosa? Si es así, deja que esa impresión sea ajustada por la verdad: <br />
<blockquote>''Él nos escogió <br>en él <br>antes de la fundación del mundo''</blockquote> <br />
En este verso, Pablo nos lleva detrás del escenario. Vuelca nuestra atención lejos de nuestra experiencia personal limitada hacia el Soberano, reinando en la eternidad pasada. Inspirado por el Espíritu, Pablo quiere que haya absoluta claridad en este punto: la salvación fluye de la elección divina. Toda conversión, en toda era, en toda tierra, ha ocurrido solamente por gracia soberana. <br />
<br />
Con Efesios 1:4 como nuestro guía, concentrémonos ahora en lo que es claro y seguro en relación a esta doctrina. Exploremos las glorias de la elección, para que podamos derivar de la misma los beneficios completos que Dios tiene en mente. <br />
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<br><span id="Ef_1_3-14"></span>{{RightInsert|''Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de El. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado. En El tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia que ha hecho abundar para con nosotros. En toda sabiduría y discernimiento nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se propuso en El, con miras a una buena administración en el cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En El también hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad, a fin de que nosotros, que fuimos los primeros en esperar en Cristo, seamos para alabanza de su gloria. En El también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en El con el Espíritu Santo de la promesa, que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de su gloria. <br> - Efesios 1:3-14 [LBLA]''}}''Él nos escogió en él…'' <br />
<br />
Mientras comenzamos a desempaquetar esta frase, debemos hacerlo en el contexto de los versos 3-14, que en el griego aparecen como una sola oración. Esa oración empieza con Pablo celebrando las bendiciones espirituales: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual”. Entonces Pablo desenvuelve una vertiginosa colección de bendiciones, comenzando con el hecho que “Él nos escogió”. El efecto de esa bendición inicial es reiterada luego varias veces más en el pasaje – en palabras como: “predestinó”, “adopción”, “redención” y “perdón” – mientras Pablo explora las maravillas de nuestra salvación inmerecida. <br />
<br />
Aprendemos en este pasaje de la Escritura que la elección divina precede a la respuesta humana. En vista de mi pecaminosidad, extensa depravación y perversa hostilidad hacia Dios. Debo coincidir con Charles Spurgeon en que esto es lo que precisamente ocurrió en mi caso. <br />
<blockquote>Yo creo en la doctrina de la elección porque estoy seguro que, si Dios no me hubiera elegido a mí, yo nunca lo habría elegido a él; y estoy seguro que me escogió antes que naciera, o sino nunca me habría elegido después; y me debió haber elegido por razones desconocidas para mí, porque yo nunca podría encontrar ninguna razón en mí mismo por la cual él debería haberme visto con amor especial. <ref>Charles Spurgeon, quoted in ''Table Talk'', September 8, 1994 </ref></blockquote> <br />
Cuando lees esta cita, ¿se eleva tu espíritu en afirmación? ¿Eres rápido en concurrir? ¿Ves que él te escogió y no viceversa? ¿Y ves que el te escogió no por quién eras, eres o lo que aún serás, sino simplemente por su propia misericordia? Si no es así, tal vez sostienes un malentendido común en relación a la elección, uno que es brillantemente tratado en esta anécdota de Mark Webb, que comienza con él enseñando una clase. <br />
<blockquote>Después de dar una breve reseña de estas doctrinas de gracia soberana, solicité preguntas de la clase. Una dama, en particular, estaba muy perturbada. Ella dijo: “¡Esta es la cosa más terrible que he oído! Usted lo hace sonar como si Dios estuviese intencionalmente rechazando hombres que serían salvos, recibiendo sólo a los elegidos”. Yo le respondí es esta forma: “Usted malentiende la situación. Usted está visualizando que Dios está parado en la puerta del cielo, y que los hombres se están amontonando para llegar a la puerta, y que Dios está diciendo a varios: ‘Sí, tú puedes entrar, pero tú no, o tú, o tú…’. La situación es difícilmente ésta. Más bien, Dios está en la puerta del cielo con sus brazos extendidos, invitando a todos a venir. Pero todos los hombres sin excepción están corriendo tan fuerte como pueden en la dirección opuesta, hacia el infierno. Así que Dios, en la elección, con gracia alcanza y detiene a éste, y a aquél, y éste por aquí, y aquél por allá, efectivamente atrayéndolos hacia sí mismo, cambiándoles sus corazones, haciéndoles desear que vengan. La elección no deja a nadie fuera del cielo que de otra manera hubiera podido estar allí, pero mantiene a una grandiosa multitud de pecadores fuera del infierno que de otra manera habrían estado allí. Si no fuera por la elección, el cielo sería un lugar vacío, y el infierno estaría reventando hasta los topes”. Esa clase de respuesta, que pienso está fundada en la verdad de la Escritura, pone las cosas en una perspectiva diferente, ¿no es así? <br>Si pereces en el infierno, échate la culpa a ti mismo, ya que es completamente tu falta. Pero si llegas al cielo, ¡dale el crédito a Dios, porque es enteramente su obra! A Él solamente le pertenece toda la honra y la gloria, porque la salvación es ''completamente por gracia'' de principio a fin. <ref>Mark Webb, ''“What Difference Does it Make?” Reformation and Revival Journal'', Vol. 3, No. 1, Winter 1994, pp.53–54</ref></blockquote> <br />
{{LeftInsert|''El verbo elegir significa “seleccionar o escoger”. La doctrina bíblica de la elección es que antes de la Creación Dios seleccionó de entre la raza humana, prevista como caída, a aquellos a quienes él redimiría, traería a la fe, justificaría y glorificaría en y por medio de Jesucristo… Esta elección divina es una expresión de gracia soberana y gratuita, porque es irrestricta e incondicional, no ganada por algo presente en los que son sus recipientes. Dios no debe a los pecadores misericordia de ningún tipo, sólo condenación; así que es una maravilla, y razón de alabanza incesante, que él escogiera para salvar a cualquiera de nosotros; y doblemente cuando su elección implicó el ofrecimiento de su propio Hijo para sufrir como portador de pecados por los elegidos. <br> - J.I. Packer'' �UNIQ1ac4f30f5a367821-ref-0000000A-QINU}}¿Te das cuenta que él te detuvo en tu precipitación voluntaria y desenfrenada hacia las puertas del infierno? La Escritura habla de nosotros, en nuestra condición no regenerada, como enemigos de Dios, denotando odio y hostilidad activos (Col. 1:21, Rom. 5:10, Fil. 3:18-19). Sin embargo, antes de Génesis 1:1, este Dios a quien tú odiabas determinó salvarte. Y con el tiempo, mediante la proclamación del evangelio, te llamó por nombre, deteniéndote en tu ávido vuelo. ¿Por qué lo hizo? Ciertamente no porque había algo encantador en ti. Este es el misterio de su misericordia. Porque te había escogido ''en'' su Hijo, te detuvo ''debido'' a su Hijo. ¿No hallas eso sorprendente? Cuanto más consciente estés de la iniciativa divina de Dios y tu propia corrupción, tanto más estarás asombrado por la gracia. <br />
<br />
Recordemos: tú y yo estábamos muertos en nuestros pecados (Efe. 2:1, Col 2:13). Dios puso esa frase en la Biblia intencionalmente. No estábamos debilitados. No estábamos heridos. No estábamos enfermizos o languideciendo. En relación a Dios y la salvación estábamos muertos. Inactivos. Difuntos. Éramos un montón de cadáveres. <br />
<br />
Al mismo tiempo, estábamos extremadamente vivos con respecto al pecado y nuestro yo. Amábamos las tinieblas, y ese amor nos hizo enemigos de Dios y hostiles contra él. Le odiábamos. Por favor, no te adules a ti mismo pensando de otra manera. Deja que la clara enseñanza de la Escritura ilumine tu entendimiento. No estabas buscando a Dios. No descubriste a Dios. No encontraste a Dios (Él no se estaba escondiendo). Tampoco eres neutral con respecto a Dios. Eras activa y arrogantemente hostil y opuesto, odiabas a Dios como tu enemigo. Bien podrías haber estado atraído a una caricatura de Dios. Podrías haber estado persiguiendo una falsa experiencia religiosa que involucraba a una deidad humano-complaciente hecha de vanas esperanzas y pecaminosa imaginación. Pero al Dios viviente y verdadero – soberano, autosuficiente, preexistente – a él lo despreciabas. Era directamente lejos de él, lejos del estándar inflexible de su perfecta santidad, que estabas corriendo, y corriendo impetuosamente. <br />
<br />
¿Cómo podría un Dios santo escoger pecadores como nosotros? La Escritura provee la respuesta a esta pregunta de suma importancia. Nos escogió “en él”. Esto es, en el Salvador, quien en los primeros 14 versos de Efesios es mencionado no menos de 15 veces. Él es el medio por el cual se logra la elección de Dios para salvar. La gracia soberana está en él. Soy escogido en Cristo, y solamente debido a Cristo. No soy escogido aparte de Cristo, o por algo en mí. La elección, redención, adopción y perdón de pecados están en él, y ninguno de éstos puede existir aparte de él. Él fue el Cordero inmolado antes de los Tiempos. Dios nos escogió en él… <br />
<br />
<br>''…antes de la fundación del mundo'' <br />
<br />
Aquí está una extraña referencia bíblica sobre algo que Dios estaba haciendo antes de la creación. Estaba escogiendo pecadores como tú y yo. Antes de Génesis 1:1, fuimos separados, seleccionados para salvación. Para mí, este es un territorio de sobrecarga cerebral. Quedo deshecho por la gracia soberana exhibida en esta frase. El Dios ha quien yo odiaba determinó salvarme y, a su tiempo, mediante la proclamación del evangelio, me llamó por mi nombre, declarando: “Detente. No irás al infierno. En cambio, perdón de pecados y gozo infinito son tuyos en mi Hijo”. Y todo fue decidido antes de la fundación del mundo. <br />
<br />
== Nuestra Digna Respuesta ==<br />
<br />
“Cuando [Pablo] introduce [la elección] en su enseñanza”, escribe J.I. Packer, “es con un solo fin: para ayudar a los cristianos a ver cuán grande es la gracia que los ha salvado, y para moverlos a una digna respuesta en alabanza y vida.” <ref>J.I. Packer, ''God’s Words'', p.157 </ref>Realmente, aferrarse a un entendimiento bíblico de la elección es vivir una vida de “digna respuesta”. Aprender que fuimos escogidos antes de los Tiempos nos capacita para vivir por él, en el tiempo, con gozo, pasión y claridad de propósito que están enraizados más allá del tiempo. <br />
<br />
En mi experiencia, un entendimiento claro y completo de la gracia de Dios en la elección promueve, como mínimo, humildad delante de Dios, seguridad de Dios, gratitud hacia Dios y un extensivo sentido de misión para la gloria de Dios. Por la gracia de Dios, estas “respuestas dignas” han caracterizado en gran medida las iglesias de los Ministerios de Gracia Soberana hasta ahora. Es mi objetivo el asegurar que ellas continúen haciéndolo así, y en medidas crecientes, para que Dios sea crecientemente glorificado. <br />
<br />
=== Humildad delante de Dios ===<br />
<br />
{{RightInsert|''Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte; y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para anular lo que es; para que nadie se jacte delante de Dios. <br> - 1 Corintios 1:26-29 [LBLA]''}}En 1 Corintios 1:26-29, Pablo menciona la elección cuatro veces y entonces asocia la doctrina de la elección con la humildad, “para que nadie se jacte” (v.29). “Dios diseñó la salvación intencionalmente de modo que ningún hombre pudiese jactarse de ella”, escribe Mark Webb. “No solamente la ordenó para que la jactancia fuera disuadida o guardada al mínimo. Él la planeó de manera que la jactancia fuese absolutamente excluida. La elección hace precisamente eso”. <ref>Mark Webb, ''“What Difference Does it Make?”'' p.52 </ref> <br />
<br />
La elección no deja espacio para la auto-congratulación, porque excluye toda contribución humana. Si tu arrepentimiento habría contribuido a tu salvación eterna, si habría ayudado en alguna forma a producir tu resurrección de la muerte espiritual a la vida eterna, si habría persuadido a Dios de alguna manera para cambiar su parecer acerca de tu destino eterno, bueno, ese sería un muy buen truco. Yo estaría muy impresionado y tú tendrías algo de qué jactarte delante de Dios y el hombre. Pero, como Philip Ryken señala: “El arrepentimiento no es un método especial para salvarnos a nosotros mismos; es una forma de admitir que no podemos salvarnos a nosotros mismo en lo absoluto. Es una manera de lanzarnos nosotros mismos sobre la misericordia de Dios y rogar al Salvador que nos salve”. <ref>Philip Ryken, ''The Message of Salvation'' (Downers Grove, IL: InterVarsity, 2001) p.60 </ref> <br />
<br />
Una razón por la que estoy tan agradecido a Dios por permitirnos tener el nombre ''Ministerios de Gracia Soberana'' es porque anticipo que este nombre ayudará a limitar el orgullo y promover la humildad. La “gracia soberana”, por supuesto, engloba mucho más que la elección. Habla de todos los atributos y actos de gracia de Dios que se relacionan con todo en la vida, porque todas las cosas están bajo el cuidado soberano, lleno de gracia y atento de Dios. Nunca nada de lo que el hombre hace por Dios es acerca de logro humano. Es acerca de la misericordia, la bondad y la capacitación por gracia de Dios. “¿Qué tienes que no recibiste? Y si lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?” (1 Cor. 4:7). Una buena comprensión de la gracia siempre promoverá humildad. Así que veo este nombre como un regalo, un medio hacia la humildad, efectivo hoy, pero también enviado por adelantado a alguna generación futura que no veré. <br />
<br />
=== Seguridad de Dios ===<br />
<br />
Me encuentro con demasiadas personas que parecen inseguras o inconscientes del amor de Dios por ellas personalmente. Saben que Dios ama a otros cristianos. Saben que ama a su pastor. Saben que Dios ama a los miembros de su iglesia. Pero están muchísimo menos seguros de que su Creador ama al individuo que lleva su nombre, sus huellas digitales, su ADN único. <br />
<br />
Recientemente, un hombre cristiano me reconoció en un avión. Cuando aterrizamos, se presentó a sí mismo y dijo: “Hallé gran consuelo cuando vi que usted estaba en el vuelo. Sabía que no tendríamos un accidente”. Sentí cierta impotencia en ese momento. No había suficiente tiempo para abordar todas las suposiciones defectuosas que su comentario reveló. Traté de asegurarle que si él era convertido, el amor de Dios por él era perfecto, específico y suficiente. Pero mientras conversábamos se tornó más evidente que no estaba todavía completamente consciente de esta gran verdad. <br />
<br />
A menudo, tales creyentes piensan de sí mismos como amados por Dios en virtud de su membresía en un grupo. ''Dios ama a los cristianos. Yo soy un cristiano. Por tanto, como Dios extiende su amor a los cristianos, yo puedo como que obtenerlo bajo el grifo de agua y ser tocado por el amor generalizado que Dios tiene por los santos''. <br />
<br />
Eso es entenderlo al revés. Eres un cristiano – estás entre los redimidos y adoptados, eres un heredero de las riquezas infinitas de Dios – solamente porque Dios te ha escogido y te ama a ''ti''. Personalmente. <br />
<br />
Tener aún un mínimo entendimiento de la elección significa experimentar el amor de Dios a un nivel personal. Noten cómo Pablo, cuando explora las complejidades de la doctrina de justificación comenzando en Gálatas 2:15, no podía evitar el moverse rápidamente a lo que esto significaba para él personalmente: “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive '''en mí'''; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual '''me amó''' y se entregó a sí mismo '''por mí'''” (v. 20, énfasis añadido). <br />
<br />
Philip Ryken nos transfiere una ilustración que captura la maravilla de hallarse a uno mismo como recipiente de la gracia electora de Dios. <br />
<blockquote>El famoso maestro de la Biblia Americana Donald Grey Barnhouse (1895-1960) frecuentemente usaba una ilustración para ayudar a la gente entender la elección. Les pedía que imaginasen una cruz como sobre la que Cristo murió, aunque tan grande que tenía una puerta. Sobre la puerta estaban estas palabras de Apocalipsis: “Quienquiera que desea puede venir”. Estas palabras representan el ofrecimiento gratuito y universal del evangelio. Por la gracia de Dios, el mensaje de salvación es para todos. Cada hombre, mujer y niño que vendrá a la cruz es invitado a creer en Jesucristo y entrar a la vida eterna. <br>En el otro lado de la puerta espera una feliz sorpresa al que cree y entra. Desde adentro, cualquiera que echa una ojeada hacia atrás puede ver estas palabras de Efesios escritas sobre la puerta: “Escogidos en Cristo antes de la fundación del mundo”. La elección es mejor entendida en retrospectiva, porque es sólo después de venir a Cristo que uno puede saber si ha sido escogido en Cristo. Los que toman una decisión por Cristo descubren que Dios tomó una decisión por ellos en la eternidad pasada. <ref>Ibid, p.68–69</ref></blockquote> <br />
La elección es una explicación de tu conversión posterior a la experiencia. ¡Feliz sorpresa, verdaderamente! <br />
<br />
Que la frase por la cual este ministerio es conocido promueva una seguridad continua y cada vez más profunda del amor infalible y eterno de Dios. Ese amor divino comenzó en la eternidad pasada. Es inmune a los efectos de la era actual. Permanece fuera del tiempo y la creación, y continuará para siempre. <br />
<br />
¡Qué feliz sorpresa es esa! Saber del amor de Dios por ''ti'' – personalmente. Siéntelo. Experiméntalo. Voltea hacia atrás y mira sobre la puerta: <br />
<blockquote>''Escogidos en Él Antes de la Fundación del Mundo''</blockquote> <br />
=== Gratitud hacia Dios ===<br />
<br />
Efesios 1:3-14 (ver [[Arriba|arriba]]) es una explosión ininterrumpida de alabanza. Ese es el efecto de comprender la gracia soberana de la elección. Bruce Milne escribe sobre este pasaje: “Pablo no está inmóvil en su escritorio, enfrascado en argumentación dialéctica; más bien está sobre sus rodillas, perdido en alabanza adoradora.” <ref>Bruce Milne, ''Know the Truth'', p.184 </ref>La doctrina de la elección no debe ser un punto de disputa teológica. Es un llamado a alabar. <br />
<br />
Mi oración y exhortación es que el nombre de este ministerio sirva como continuo recordatorio de la iniciativa de gracia de Dios hacia su pueblo, y por lo tanto como un llamado a alabar. Que nuestras vidas personales e iglesias estén caracterizadas por una distintiva ausencia de quejas y una característica presencia de exaltación y alabanza a Dios con pasión y gratitud. <br />
<br />
Que estas expresiones externas hacia Dios nunca se vuelvan superficiales o meramente rutinarias. Antes de la fundación del mundo, Él me escogió en Cristo. La única respuesta apropiada a un entendimiento incluso básico de la doctrina de la elección es una gratitud apasionada – exaltación y alabanza todos los días de mi vida, hasta mi último suspiro. <br />
<br />
=== Misión para la Gloria de Dios ===<br />
<br />
Antes de la creación, Dios estaba haciendo alguna elección. Él ha estado ocupado en la eternidad pasada y tiene trabajo salvífico que hacer en el presente. Y Él hace el trabajo cuando su pueblo proclama las buenas nuevas. Como una familia de iglesias, Dios está llamando a los ''Ministerios de Gracia Soberana'' al evangelismo localmente y la implantación de iglesias globalmente. <br />
<br />
En este mundo, vivimos entre hombres, mujeres y niños que no han experimentado la salvación. Debido a la doctrina de la elección, sabemos que la eventual salvación de individuos específicos entre ellos es absolutamente segura. No sabemos – en realidad, no podemos saber – por adelantado quiénes son estas personas. Pero sabemos que están allí, en cada tribu, lengua y nación. Y sabemos que, para cada uno escogido antes de los Tiempos, existirá ese momento en el tiempo cuando una sola presentación del evangelio es usada por Dios para producir salvación. <br />
<br />
En su misericordia, Dios nos ha otorgado un entendimiento bíblico de la salvación, como lo ha hecho con un sinnúmero de creyentes antes de nosotros. Saber que nuestra salvación fue fundamentalmente lograda por Dios en lugar de por nosotros alimenta nuestra confianza y edifica nuestra fe para ver a otros regenerados. Esta “primera impresión” de nuestra salvación con la que Dios nos ha equipado es una impresión duradera, que tiene gloriosas ramificaciones para la vida diaria y el ministerio. Así equipados, vamos al mundo llenos de fe, sabiendo que el evangelio es el poder de Dios y que el triunfo del evangelio fue asegurado antes que el tiempo comenzara. <br />
<br />
En relación a la implantación de iglesias, tanto doméstica como internacionalmente, no hemos sido ambiciosos. Cuando nos movemos adelante buscando edificar y fortalecer iglesias, descubrimos que no hemos llegado antes que Dios, o al mismo tiempo que Dios, sino que descubrimos que Él ha ido delante de nosotros. Toda la gloria por cualquier fruto o expansión que hemos experimentado o podríamos experimentar debe ir a Él. <br />
<br />
Lejos de debilitar el evangelismo o la implantación de iglesias, una comprensión apropiada de la doctrina de la elección vigoriza ambas actividades y nos asegura su éxito final. Cuán bueno es saber que el evangelio del Salvador crucificado y resucitado no retorna vacío. Nuestro Dios tiene un plan “en el cumplimiento de los tiempos… de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra” (Efesios 1:10). Por gracia, este plan del Soberano será en efecto cumplido. Cualquier rol extremadamente pequeño que este ministerio pueda jugar en este cumplimiento, gracia soberana ha sido sin duda nuestra historia. Gracia soberana será nuestro futuro. <br />
<br />
== Notas ==<br />
<br />
<references /></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Gracia_Soberana_y_el_Glorioso_Misterio_de_la_Elecci%C3%B3nGracia Soberana y el Glorioso Misterio de la Elección2009-09-24T02:51:05Z<p>Mahra: Gracia Soberana y el Glorioso Misterio de la Elección trasladada a Gracia Soberana</p>
<hr />
<div>#REDIRECCIÓN [[Gracia Soberana]]</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Gracia_SoberanaGracia Soberana2009-09-24T02:51:05Z<p>Mahra: Gracia Soberana y el Glorioso Misterio de la Elección trasladada a Gracia Soberana</p>
<hr />
<div>{{ info | Sovereign Grace and the Glorious Mystery of Election}}''Él nos escogió en él antes de la fundación del mundo'' – Efesios 1:4 <br />
<br />
== Primeras Impresiones ==<br />
<br />
El autor James Cantelon presenta esta conmovedora y perspicaz recapitulación de su experiencia de conversión: <br />
<blockquote>“Las primeras impresiones son impresiones perdurables”, dice el antiguo refrán, y sospecho que en la mayoría de los casos es verdad. Mi primera impresión de Dios está conmigo hasta el día de hoy. Ocurrió en el campamento de una decrépita y vieja iglesia en Saskatchewan Central, Canadá. Yo tenía cinco años. <br>En aquellos días estaban de moda los tabernáculos. No solamente la mayoría de nuestras iglesias se llamaban tabernáculos, sino que nuestros edificios de reunión en el campamento también recibían este nombre del Antiguo Testamento en referencia a las tiendas de campaña. En un día especialmente caluroso mis padres estaban en el tabernáculo para adultos y yo, junto con mis pequeños compañeros campistas, estaba en el tabernáculo para niños. La profesora nos estaba llevando a través del ''Progreso del Peregrino'' de Bunyan. <br>Después de la lección los niños estallaron rumbo a la luz solar para jugar. Yo me quedé. La señorita Brown parecía saber por qué.<br>“¿Puedo ayudarte, Jimmy?” preguntó gentilmente. Yo asentí aturdidamente, mordiendo mi repentinamente tembloroso labio inferior, lágrimas brotando en mis ojos.<br>“Vamos al cuarto de atrás y oremos”, dijo ella. No puedo explicar lo que ocurrió… Pero diré esto: a la edad de cinco años, de repente sentí como si yo fuera el peor pecador que jamás había vivido. Mi percepción de pecado casi aplastaba mi pequeño corazón. La oración, sin embargo, no había terminado. Empezó con pesadumbre, se tornó en gozo. Sentí ese peso recientemente descubierto descargado de mi frágil alma. La presencia de Dios me abrumó. Sin que yo lo buscara, o preguntara por él - en realidad, sin ningún conocimiento de mi necesidad de él – Dios vino buscándome a mí, preguntando por mí… un niño de cinco años. <ref>James Cantelon, ''Theology for Non-Theologians'' (New York, NY: Macmillan, 1988) p.3</ref></blockquote> <br />
Las primeras impresiones son verdaderamente impresiones perdurables. La descripción del señor Cantelon acerca de su experiencia de conversión es reveladora: “Dios vino buscando por mí”. ¿Cómo entiendes tu experiencia de conversión? ¿Quién buscó a quién? ¿Dios buscó por ti? ¿O parece que, en esencia, tú estabas buscando a Dios? ¿Qué sobresale más para ti: la iniciativa de Dios y su intervención, o tu arrepentimiento y tu fe? <br />
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{{LeftInsert|''Cuando estaba viniendo a Cristo, pensaba que lo estaba haciendo todo yo mismo, y aunque buscaba al Señor ardientemente, no tenía idea de que el Señor me estaba buscando a mí. Pienso que el recién convertido no está consciente de esto al principio. Puedo recordar con precisión el día y la hora cuando recibí por primera vez esas verdades [de la doctrina de la elección] en mi propia alma - cuando fueron, como dijo John Bunyan, selladas en mi corazón como con un hierro caliente, y puedo recordar cómo sentí que había crecido repentinamente de un bebé a un hombre - que había hecho progreso en el conocimiento de la Escritura, al haber hallado, de una vez y para siempre, la señal de la verdad de Dios.<br>Una noche de la semana, cuando estaba sentado en la casa de Dios, no estaba pensando mucho en el sermón del predicador, porque no lo creía. El pensamiento me sacudió.'' '''¿Cómo llegaste a ser cristiano?''' ''Busqué al Señor.'' '''¿Pero cómo llegaste a buscar al Señor?''' ''La verdad relampagueó por mi mente en un instante – no le habría buscado a no ser que habría existido una influencia previa en mi mente que'' '''me hizo''' ''buscarlo. Oré, pensé, pero entonces me pregunté'' '''¿Cómo llegué a orar?''' ''Fui estimulado a orar al leer las Escrituras'' '''¿Cómo llegué a leer las Escrituras? ''' ''Las leí, pero ¿qué me empujó a hacerlo? Entonces, en un instante, vi que Dios estaba en el fondo de todo, y que él era el Autor de mi fe, y así la doctrina de la gracia se me reveló, y de esa doctrina no me he alejado hasta el día de hoy, y deseo hacer de esta mi constante confesión: “Atribuyo mi cambio completamente a Dios”.<br>- Charles Spurgeon'' �UNIQ1ac4f30f5a367821-ref-00000002-QINU}}Estas no son preguntas académicas. El cristiano que no entiende o malinterpreta la causa primordial de su conversión puede ser vulnerable al legalismo, orgullo, confianza en sí mismo, ingratitud, condenación y falta de seguridad. Pero cuando comprendemos correctamente la naturaleza de nuestra conversión – es decir, cuando entendemos claramente el rol de la gracia soberana de Dios en la elección – nos posicionamos a nosotros mismos para gozar continuamente de los beneficios maravillosos y transformadores de nuestra vida que están disponibles solamente a través del evangelio. <br />
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== Fuera de Nuestro Nivel ==<br />
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La elección es, por supuesto, una doctrina que surge del extremo profundo de la laguna teológica. Tan pronto como la encontramos, todos debemos reconocer que está muy por encima de nuestras cabezas. Este es un lugar de misterio, un lugar que produce cientos de preguntas, todas ellas variaciones de una única pregunta: “¿Cómo reconciliar la soberanía divina con la responsabilidad humana?” <br />
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En la materia del misterio teológico, hallo de mucha ayuda esta cita de J. Rodean Williams: “Debido a que todas las doctrinas cristinas están relacionadas con Dios, quien está en última instancia fuera de nuestra comprensión, habrá inevitablemente un elemento de misterio, o de trascendencia, que no puede ser reducido al entendimiento humano. Sin embargo, dentro de estos límites, el esfuerzo teológico debe ser mantenido”. <ref>J. Rodman Williams, ''Renewal Theology'' (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1988) p.16</ref> <br />
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En realidad, Dios ha anunciado este convenio que no es negociable: “Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios, mas las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre” (Deuteronomio 29:29). <br />
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Como alguien quien ama los secretos, mi orgullo no responde bien a tal declaración. Así que, en parte como ayuda para mi humildad, Dios me ha permitido vivir cerca de Washington, DC. Aquí, entre los miembros de la iglesia que tengo el privilegio de servir, hay un número de personas que deben ser más bien reservadas acerca de los detalles de sus oficios relacionados con el gobierno. Algunas veces, al hablar con uno u otro de ellos, emergen mi orgullo y la importancia que me autoatribuyo, y empiezo a desear un poco de acceso interno. ¿Por qué no comparten alguna cosa emocionante conmigo? ¿No confían en mí? ¿No pueden hacer una excepción por su pastor? Para su crédito, nunca satisfacen mi deseo orgulloso. Usualmente ni siquiera admiten que saben algún secreto. <br />
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{{RightInsert|''El factor definitivo que determina quién debe ser salvado del pecado no es la decisión de los seres humanos afectados, sino la gracia soberana de Dios – aunque la decisión humana juega un rol significativo en el proceso… Por tanto, debemos afirmar ambos: la soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre; ambos: la gracia soberana de Dios y nuestra activa participación en el proceso de salvación. Sólo podemos hacer justicia a la enseñanza bíblica si mantenemos firmemente ambos lados de la paradoja. Pero como Dios es el Creador y nosotros sus criaturas, Dios debe tener la prioridad. Entonces, debemos sostener que en el proceso de nuestra salvación el factor decisivo concluyente es la gracia soberana de Dios. <br>- Anthony Hoekema'' �UNIQ1ac4f30f5a367821-ref-00000004-QINU}}Yo puedo comportarme de la misma forma con Dios. Le imploro que me explique algún misterio teológico, asumiendo arrogantemente que mi cerebro no será carbonizado al ser expuesto a tal iluminación divina. Pero en su bondad, sabiduría y misericordia, él tampoco me dice ningún secreto. <br />
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¿Cuán cómodo estás con las cosas secretas de Dios?… ¿con las difíciles de entender?... ¿con las paradojas?... ¿las aparentes contradicciones? ¿Estás en paz en el extremo profundo de la laguna? En la Escritura, Dios ha afirmado tanto la soberanía divina como la responsabilidad humana, sin buscar armonizarlas completamente. Pero están ciertamente armonizadas en su infinita sabiduría, y eso debería ser suficiente para nosotros. <br />
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Juan Calvino ofrece un sabio consejo en este asunto: <br />
<blockquote>El tema de la predestinación, que en sí mismo presenta notable dificultad, es considerado muy confuso, y por tanto peligroso, por la curiosidad humana, la cual no puede ser impedida de vagar por rutas prohibidas… Esos secretos de su voluntad que Él ha visto por conveniente manifestar, están revelados en su Palabra – revelados en la medida en que Él sabía que serían conductivos para nuestro interés y bienestar… Por tanto, que nuestra primera regla sea que el desear cualquier otro conocimiento sobre la predestinación aparte del que ha sido explicado por la Palabra de Dios, no es menos presuntuoso que transitar donde no hay camino o buscar luz en la oscuridad… La mejor regla de sobriedad es no sólo aprender a ir dondequiera que Dios guía, sino también dejar de querer ser sabio cuando Él termina de enseñar. <ref>J.I. Packer, ''God’s Words'' (Downers Grove, IL: InterVarsity, 1981) p.158</ref></blockquote> <br />
Yo creo que la madurez cristina incluye una progresiva comodidad con el misterio divino y una creciente confianza en Dios, de modo que podamos decir con David: “OH Señor, mi corazón no es soberbio, ni mis ojos altivos; no ando tras las grandezas, ni en cosas demasiado maravillosas para mí” (Salmo 131:1). <br />
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Mientras uno crece en Cristo, no habrá menos misterio. Pero debe existir más humildad para que podamos estar más en paz en presencia de misterio divino. Que para nosotros sea suficientemente grandioso y maravilloso saber que la doctrina de la elección es sólida y confiable, representando la clara enseñanza de la Escritura. <br />
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Así que nadie entretenga vanas esperanzas. Este artículo no responderá preguntas sin respuestas hasta el momento. No alineará ingeniosamente conceptos que, a nuestras mentes limitadas, parecen desalineados. Y ciertamente no eliminará de la doctrina de la elección ese valioso elemento de misterio. Recuerda – las mentes más talentosas y mejor equipadas en la historia de la iglesia, sin importar cuán hondo se han sumergido en la laguna teológica, han fallado al medir las profundidades de la elección. Entretanto, muy por encima de ellos, mis delgadas piernas pueden sólo ser ocasionalmente vislumbradas, apenas bajo la superficie, desesperadamente manteniéndome a flote. <br />
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== Aclaraciones Preliminares ==<br />
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Antes de explorar la maravillosa doctrina de la elección, los siguientes puntos deben ser resaltados en un esfuerzo de minimizar potenciales malentendidos. <br />
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#Ya que en la Escritura encontramos tanto la soberanía divina como la responsabilidad humana, debemos enseñar ambos, a la vez enfatizando que en la Escritura el acento está en la elección: la soberanía de Dios en la salvación. <br />
#La doctrina de la elección, aunque de vital importancia, no define a los ''Ministerios de Gracia Soberana''. El evangelio nos define. <br>La elección juega un papel crítico en relación al evangelio de la gracia. Protege y preserva el evangelio, pero no es completamente sinónimo del evangelio. El evangelio es la persona y la obra de Jesucristo. Somos salvados al confiar en él y su obra perfecta. “Porque yo os entregué como de primera importancia lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (1 Cor. 15:3-4). No tenemos mayor pasión por la elección que por el evangelio. La elección es una doctrinal vital, pero sólo el evangelio es de primera importancia. <br />
#Una persona no tiene que creer, entender o estar de acuerdo con la doctrina de la elección para ser salva. Una relación salvífica con Dios requiere arrepentimiento del pecado y confianza en Cristo solamente, para salvar por gracia solamente, mediante fe solamente. Aunque la doctrina de la elección es importante, y creencias equivocadas acerca de la misma pueden tener consecuencias negativas, una aceptación de la doctrina de la elección es claramente no necesaria para la salvación. <br />
#La doctrina de la elección es para cristianos, no para los que no son cristianos. No debería ser enseñada ni referida en ningún contexto de evangelismo. El teólogo Bruce Milne ha manifestado sabiamente que la doctrina de la elección “no es una parte explícita del evangelio que el cristiano presenta al incrédulo. No debe inhibir la apelación universal del evangelismo cristiano” <ref>Bruce Milne, ''Know the Truth'' (Leicester, England: InterVarsity, 1982) p.183</ref>. El reformador inglés John Bradford dijo: “Dejen a un hombre ir a la escuela gramatical de la fe y el arrepentimiento antes de ir a la universidad de la elección y la predestinación”. <br />
#Nuestra unidad con cristianos fuera de este ministerio no requiere completo acuerdo con la doctrina de la elección. Afirmamos estas palabras de Charles Spurgeon: <blockquote>“Damos nuestra mano a todo hombre que ama al Señor Jesucristo, lo que sea que fuere o quien sea que fuere. La doctrina de la elección, como el gran acto de elección mismo, no tiene la intención de dividir entre Israel e Israel sino entre Israel y los egipcios. No entre santo y santo, sino entre los santos y los hijos del mundo. Un hombre podría ser evidentemente de la familia escogida de Dios y, aunque elegido, todavía podría no creer en la doctrina de la elección. Sostengo que hay muchos salvíficamente llamados y que no creen en el llamado eficaz y que hay muchísimos que perseveran hasta el fin y no creen en la doctrina de la perseverancia final. Confiamos que los corazones de muchos son considerablemente mejores que sus cabezas. No suponemos sus nociones equivocadas como oposición voluntaria contra la verdad que es en Jesús, sino simplemente como un error en su juicio el cual oramos Dios corrija. Esperamos que si ellos también piensan que estamos equivocados, reciprocarán la misma cortesía cristiana. Y cuando nos reunimos alrededor de la cruz, esperamos que siempre sintamos que somos uno en Cristo Jesús.” <ref>Iain Murray, ''Spurgeon vs. Hyper-Calvinism'' (Carlisle, PA: Banner of Truth, 1995) pp.111-112</ref></blockquote><br />
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== El Glorioso Misterio ==<br />
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Efesios 1:4 es un texto definitivo para adquirir un entendimiento bíblico de la experiencia de conversión de uno. Y aunque está lejos de ser el único texto en el tema de la elección divina, es claro, autoritativo, conciso y suficiente para nuestros propósitos presentes. Aquí, a pesar de la continua presencia de misterio, hay claridad que la mente humana puede sujetar firmemente. Este verso explica lo que realmente estaba tomando lugar en el momento de conversión: la consumación de una elección divina hecha en la eternidad pasada. <br />
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El verso nos dice que nuestra transición de muerte a vida, de pecador a santo, de objeto de ira a objeto de misericordia, fue exclusivamente y enteramente el resultado de gracia soberana. ¿Tu primera impresión de tu conversión sugiere otra cosa? Si es así, deja que esa impresión sea ajustada por la verdad: <br />
<blockquote>''Él nos escogió <br>en él <br>antes de la fundación del mundo''</blockquote> <br />
En este verso, Pablo nos lleva detrás del escenario. Vuelca nuestra atención lejos de nuestra experiencia personal limitada hacia el Soberano, reinando en la eternidad pasada. Inspirado por el Espíritu, Pablo quiere que haya absoluta claridad en este punto: la salvación fluye de la elección divina. Toda conversión, en toda era, en toda tierra, ha ocurrido solamente por gracia soberana. <br />
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Con Efesios 1:4 como nuestro guía, concentrémonos ahora en lo que es claro y seguro en relación a esta doctrina. Exploremos las glorias de la elección, para que podamos derivar de la misma los beneficios completos que Dios tiene en mente. <br />
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<br><span id="Ef_1_3-14"></span>{{RightInsert|''Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de El. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado. En El tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia que ha hecho abundar para con nosotros. En toda sabiduría y discernimiento nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se propuso en El, con miras a una buena administración en el cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En El también hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad, a fin de que nosotros, que fuimos los primeros en esperar en Cristo, seamos para alabanza de su gloria. En El también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en El con el Espíritu Santo de la promesa, que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de su gloria. <br> - Efesios 1:3-14 [LBLA]''}}''Él nos escogió en él…'' <br />
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Mientras comenzamos a desempaquetar esta frase, debemos hacerlo en el contexto de los versos 3-14, que en el griego aparecen como una sola oración. Esa oración empieza con Pablo celebrando las bendiciones espirituales: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual”. Entonces Pablo desenvuelve una vertiginosa colección de bendiciones, comenzando con el hecho que “Él nos escogió”. El efecto de esa bendición inicial es reiterada luego varias veces más en el pasaje – en palabras como: “predestinó”, “adopción”, “redención” y “perdón” – mientras Pablo explora las maravillas de nuestra salvación inmerecida. <br />
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Aprendemos en este pasaje de la Escritura que la elección divina precede a la respuesta humana. En vista de mi pecaminosidad, extensa depravación y perversa hostilidad hacia Dios. Debo coincidir con Charles Spurgeon en que esto es lo que precisamente ocurrió en mi caso. <br />
<blockquote>Yo creo en la doctrina de la elección porque estoy seguro que, si Dios no me hubiera elegido a mí, yo nunca lo habría elegido a él; y estoy seguro que me escogió antes que naciera, o sino nunca me habría elegido después; y me debió haber elegido por razones desconocidas para mí, porque yo nunca podría encontrar ninguna razón en mí mismo por la cual él debería haberme visto con amor especial. <ref>Charles Spurgeon, quoted in ''Table Talk'', September 8, 1994 </ref></blockquote> <br />
Cuando lees esta cita, ¿se eleva tu espíritu en afirmación? ¿Eres rápido en concurrir? ¿Ves que él te escogió y no viceversa? ¿Y ves que el te escogió no por quién eras, eres o lo que aún serás, sino simplemente por su propia misericordia? Si no es así, tal vez sostienes un malentendido común en relación a la elección, uno que es brillantemente tratado en esta anécdota de Mark Webb, que comienza con él enseñando una clase. <br />
<blockquote>Después de dar una breve reseña de estas doctrinas de gracia soberana, solicité preguntas de la clase. Una dama, en particular, estaba muy perturbada. Ella dijo: “¡Esta es la cosa más terrible que he oído! Usted lo hace sonar como si Dios estuviese intencionalmente rechazando hombres que serían salvos, recibiendo sólo a los elegidos”. Yo le respondí es esta forma: “Usted malentiende la situación. Usted está visualizando que Dios está parado en la puerta del cielo, y que los hombres se están amontonando para llegar a la puerta, y que Dios está diciendo a varios: ‘Sí, tú puedes entrar, pero tú no, o tú, o tú…’. La situación es difícilmente ésta. Más bien, Dios está en la puerta del cielo con sus brazos extendidos, invitando a todos a venir. Pero todos los hombres sin excepción están corriendo tan fuerte como pueden en la dirección opuesta, hacia el infierno. Así que Dios, en la elección, con gracia alcanza y detiene a éste, y a aquél, y éste por aquí, y aquél por allá, efectivamente atrayéndolos hacia sí mismo, cambiándoles sus corazones, haciéndoles desear que vengan. La elección no deja a nadie fuera del cielo que de otra manera hubiera podido estar allí, pero mantiene a una grandiosa multitud de pecadores fuera del infierno que de otra manera habrían estado allí. Si no fuera por la elección, el cielo sería un lugar vacío, y el infierno estaría reventando hasta los topes”. Esa clase de respuesta, que pienso está fundada en la verdad de la Escritura, pone las cosas en una perspectiva diferente, ¿no es así? <br>Si pereces en el infierno, échate la culpa a ti mismo, ya que es completamente tu falta. Pero si llegas al cielo, ¡dale el crédito a Dios, porque es enteramente su obra! A Él solamente le pertenece toda la honra y la gloria, porque la salvación es ''completamente por gracia'' de principio a fin. <ref>Mark Webb, ''“What Difference Does it Make?” Reformation and Revival Journal'', Vol. 3, No. 1, Winter 1994, pp.53–54</ref></blockquote> <br />
{{LeftInsert|''El verbo elegir significa “seleccionar o escoger”. La doctrina bíblica de la elección es que antes de la Creación Dios seleccionó de entre la raza humana, prevista como caída, a aquellos a quienes él redimiría, traería a la fe, justificaría y glorificaría en y por medio de Jesucristo… Esta elección divina es una expresión de gracia soberana y gratuita, porque es irrestricta e incondicional, no ganada por algo presente en los que son sus recipientes. Dios no debe a los pecadores misericordia de ningún tipo, sólo condenación; así que es una maravilla, y razón de alabanza incesante, que él escogiera para salvar a cualquiera de nosotros; y doblemente cuando su elección implicó el ofrecimiento de su propio Hijo para sufrir como portador de pecados por los elegidos. <br> - J.I. Packer'' �UNIQ1ac4f30f5a367821-ref-0000000A-QINU}}¿Te das cuenta que él te detuvo en tu precipitación voluntaria y desenfrenada hacia las puertas del infierno? La Escritura habla de nosotros, en nuestra condición no regenerada, como enemigos de Dios, denotando odio y hostilidad activos (Col. 1:21, Rom. 5:10, Fil. 3:18-19). Sin embargo, antes de Génesis 1:1, este Dios a quien tú odiabas determinó salvarte. Y con el tiempo, mediante la proclamación del evangelio, te llamó por nombre, deteniéndote en tu ávido vuelo. ¿Por qué lo hizo? Ciertamente no porque había algo encantador en ti. Este es el misterio de su misericordia. Porque te había escogido ''en'' su Hijo, te detuvo ''debido'' a su Hijo. ¿No hallas eso sorprendente? Cuanto más consciente estés de la iniciativa divina de Dios y tu propia corrupción, tanto más estarás asombrado por la gracia. <br />
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Recordemos: tú y yo estábamos muertos en nuestros pecados (Efe. 2:1, Col 2:13). Dios puso esa frase en la Biblia intencionalmente. No estábamos debilitados. No estábamos heridos. No estábamos enfermizos o languideciendo. En relación a Dios y la salvación estábamos muertos. Inactivos. Difuntos. Éramos un montón de cadáveres. <br />
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Al mismo tiempo, estábamos extremadamente vivos con respecto al pecado y nuestro yo. Amábamos las tinieblas, y ese amor nos hizo enemigos de Dios y hostiles contra él. Le odiábamos. Por favor, no te adules a ti mismo pensando de otra manera. Deja que la clara enseñanza de la Escritura ilumine tu entendimiento. No estabas buscando a Dios. No descubriste a Dios. No encontraste a Dios (Él no se estaba escondiendo). Tampoco eres neutral con respecto a Dios. Eras activa y arrogantemente hostil y opuesto, odiabas a Dios como tu enemigo. Bien podrías haber estado atraído a una caricatura de Dios. Podrías haber estado persiguiendo una falsa experiencia religiosa que involucraba a una deidad humano-complaciente hecha de vanas esperanzas y pecaminosa imaginación. Pero al Dios viviente y verdadero – soberano, autosuficiente, preexistente – a él lo despreciabas. Era directamente lejos de él, lejos del estándar inflexible de su perfecta santidad, que estabas corriendo, y corriendo impetuosamente. <br />
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¿Cómo podría un Dios santo escoger pecadores como nosotros? La Escritura provee la respuesta a esta pregunta de suma importancia. Nos escogió “en él”. Esto es, en el Salvador, quien en los primeros 14 versos de Efesios es mencionado no menos de 15 veces. Él es el medio por el cual se logra la elección de Dios para salvar. La gracia soberana está en él. Soy escogido en Cristo, y solamente debido a Cristo. No soy escogido aparte de Cristo, o por algo en mí. La elección, redención, adopción y perdón de pecados están en él, y ninguno de éstos puede existir aparte de él. Él fue el Cordero inmolado antes de los Tiempos. Dios nos escogió en él… <br />
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<br>''…antes de la fundación del mundo'' <br />
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Aquí está una extraña referencia bíblica sobre algo que Dios estaba haciendo antes de la creación. Estaba escogiendo pecadores como tú y yo. Antes de Génesis 1:1, fuimos separados, seleccionados para salvación. Para mí, este es un territorio de sobrecarga cerebral. Quedo deshecho por la gracia soberana exhibida en esta frase. El Dios ha quien yo odiaba determinó salvarme y, a su tiempo, mediante la proclamación del evangelio, me llamó por mi nombre, declarando: “Detente. No irás al infierno. En cambio, perdón de pecados y gozo infinito son tuyos en mi Hijo”. Y todo fue decidido antes de la fundación del mundo. <br />
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== Nuestra Digna Respuesta ==<br />
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“Cuando [Pablo] introduce [la elección] en su enseñanza”, escribe J.I. Packer, “es con un solo fin: para ayudar a los cristianos a ver cuán grande es la gracia que los ha salvado, y para moverlos a una digna respuesta en alabanza y vida.” <ref>J.I. Packer, ''God’s Words'', p.157 </ref>Realmente, aferrarse a un entendimiento bíblico de la elección es vivir una vida de “digna respuesta”. Aprender que fuimos escogidos antes de los Tiempos nos capacita para vivir por él, en el tiempo, con gozo, pasión y claridad de propósito que están enraizados más allá del tiempo. <br />
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En mi experiencia, un entendimiento claro y completo de la gracia de Dios en la elección promueve, como mínimo, humildad delante de Dios, seguridad de Dios, gratitud hacia Dios y un extensivo sentido de misión para la gloria de Dios. Por la gracia de Dios, estas “respuestas dignas” han caracterizado en gran medida las iglesias de los Ministerios de Gracia Soberana hasta ahora. Es mi objetivo el asegurar que ellas continúen haciéndolo así, y en medidas crecientes, para que Dios sea crecientemente glorificado. <br />
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=== Humildad delante de Dios ===<br />
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{{RightInsert|''Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte; y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para anular lo que es; para que nadie se jacte delante de Dios. <br> - 1 Corintios 1:26-29 [LBLA]''}}En 1 Corintios 1:26-29, Pablo menciona la elección cuatro veces y entonces asocia la doctrina de la elección con la humildad, “para que nadie se jacte” (v.29). “Dios diseñó la salvación intencionalmente de modo que ningún hombre pudiese jactarse de ella”, escribe Mark Webb. “No solamente la ordenó para que la jactancia fuera disuadida o guardada al mínimo. Él la planeó de manera que la jactancia fuese absolutamente excluida. La elección hace precisamente eso”. <ref>Mark Webb, ''“What Difference Does it Make?”'' p.52 </ref> <br />
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La elección no deja espacio para la auto-congratulación, porque excluye toda contribución humana. Si tu arrepentimiento habría contribuido a tu salvación eterna, si habría ayudado en alguna forma a producir tu resurrección de la muerte espiritual a la vida eterna, si habría persuadido a Dios de alguna manera para cambiar su parecer acerca de tu destino eterno, bueno, ese sería un muy buen truco. Yo estaría muy impresionado y tú tendrías algo de qué jactarte delante de Dios y el hombre. Pero, como Philip Ryken señala: “El arrepentimiento no es un método especial para salvarnos a nosotros mismos; es una forma de admitir que no podemos salvarnos a nosotros mismo en lo absoluto. Es una manera de lanzarnos nosotros mismos sobre la misericordia de Dios y rogar al Salvador que nos salve”. <ref>Philip Ryken, ''The Message of Salvation'' (Downers Grove, IL: InterVarsity, 2001) p.60 </ref> <br />
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Una razón por la que estoy tan agradecido a Dios por permitirnos tener el nombre ''Ministerios de Gracia Soberana'' es porque anticipo que este nombre ayudará a limitar el orgullo y promover la humildad. La “gracia soberana”, por supuesto, engloba mucho más que la elección. Habla de todos los atributos y actos de gracia de Dios que se relacionan con todo en la vida, porque todas las cosas están bajo el cuidado soberano, lleno de gracia y atento de Dios. Nunca nada de lo que el hombre hace por Dios es acerca de logro humano. Es acerca de la misericordia, la bondad y la capacitación por gracia de Dios. “¿Qué tienes que no recibiste? Y si lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?” (1 Cor. 4:7). Una buena comprensión de la gracia siempre promoverá humildad. Así que veo este nombre como un regalo, un medio hacia la humildad, efectivo hoy, pero también enviado por adelantado a alguna generación futura que no veré. <br />
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=== Seguridad de Dios ===<br />
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Me encuentro con demasiadas personas que parecen inseguras o inconscientes del amor de Dios por ellas personalmente. Saben que Dios ama a otros cristianos. Saben que ama a su pastor. Saben que Dios ama a los miembros de su iglesia. Pero están muchísimo menos seguros de que su Creador ama al individuo que lleva su nombre, sus huellas digitales, su ADN único. <br />
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Recientemente, un hombre cristiano me reconoció en un avión. Cuando aterrizamos, se presentó a sí mismo y dijo: “Hallé gran consuelo cuando vi que usted estaba en el vuelo. Sabía que no tendríamos un accidente”. Sentí cierta impotencia en ese momento. No había suficiente tiempo para abordar todas las suposiciones defectuosas que su comentario reveló. Traté de asegurarle que si él era convertido, el amor de Dios por él era perfecto, específico y suficiente. Pero mientras conversábamos se tornó más evidente que no estaba todavía completamente consciente de esta gran verdad. <br />
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A menudo, tales creyentes piensan de sí mismos como amados por Dios en virtud de su membresía en un grupo. ''Dios ama a los cristianos. Yo soy un cristiano. Por tanto, como Dios extiende su amor a los cristianos, yo puedo como que obtenerlo bajo el grifo de agua y ser tocado por el amor generalizado que Dios tiene por los santos''. <br />
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Eso es entenderlo al revés. Eres un cristiano – estás entre los redimidos y adoptados, eres un heredero de las riquezas infinitas de Dios – solamente porque Dios te ha escogido y te ama a ''ti''. Personalmente. <br />
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Tener aún un mínimo entendimiento de la elección significa experimentar el amor de Dios a un nivel personal. Noten cómo Pablo, cuando explora las complejidades de la doctrina de justificación comenzando en Gálatas 2:15, no podía evitar el moverse rápidamente a lo que esto significaba para él personalmente: “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive '''en mí'''; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual '''me amó''' y se entregó a sí mismo '''por mí'''” (v. 20, énfasis añadido). <br />
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Philip Ryken nos transfiere una ilustración que captura la maravilla de hallarse a uno mismo como recipiente de la gracia electora de Dios. <br />
<blockquote>El famoso maestro de la Biblia Americana Donald Grey Barnhouse (1895-1960) frecuentemente usaba una ilustración para ayudar a la gente entender la elección. Les pedía que imaginasen una cruz como sobre la que Cristo murió, aunque tan grande que tenía una puerta. Sobre la puerta estaban estas palabras de Apocalipsis: “Quienquiera que desea puede venir”. Estas palabras representan el ofrecimiento gratuito y universal del evangelio. Por la gracia de Dios, el mensaje de salvación es para todos. Cada hombre, mujer y niño que vendrá a la cruz es invitado a creer en Jesucristo y entrar a la vida eterna. <br>En el otro lado de la puerta espera una feliz sorpresa al que cree y entra. Desde adentro, cualquiera que echa una ojeada hacia atrás puede ver estas palabras de Efesios escritas sobre la puerta: “Escogidos en Cristo antes de la fundación del mundo”. La elección es mejor entendida en retrospectiva, porque es sólo después de venir a Cristo que uno puede saber si ha sido escogido en Cristo. Los que toman una decisión por Cristo descubren que Dios tomó una decisión por ellos en la eternidad pasada. <ref>Ibid, p.68–69</ref></blockquote> <br />
La elección es una explicación de tu conversión posterior a la experiencia. ¡Feliz sorpresa, verdaderamente! <br />
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Que la frase por la cual este ministerio es conocido promueva una seguridad continua y cada vez más profunda del amor infalible y eterno de Dios. Ese amor divino comenzó en la eternidad pasada. Es inmune a los efectos de la era actual. Permanece fuera del tiempo y la creación, y continuará para siempre. <br />
<br />
¡Qué feliz sorpresa es esa! Saber del amor de Dios por ''ti'' – personalmente. Siéntelo. Experiméntalo. Voltea hacia atrás y mira sobre la puerta: <br />
<blockquote>''Escogidos en Él Antes de la Fundación del Mundo''</blockquote> <br />
=== Gratitud hacia Dios ===<br />
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Efesios 1:3-14 (ver [[Arriba|arriba]]) es una explosión ininterrumpida de alabanza. Ese es el efecto de comprender la gracia soberana de la elección. Bruce Milne escribe sobre este pasaje: “Pablo no está inmóvil en su escritorio, enfrascado en argumentación dialéctica; más bien está sobre sus rodillas, perdido en alabanza adoradora.” <ref>Bruce Milne, ''Know the Truth'', p.184 </ref>La doctrina de la elección no debe ser un punto de disputa teológica. Es un llamado a alabar. <br />
<br />
Mi oración y exhortación es que el nombre de este ministerio sirva como continuo recordatorio de la iniciativa de gracia de Dios hacia su pueblo, y por lo tanto como un llamado a alabar. Que nuestras vidas personales e iglesias estén caracterizadas por una distintiva ausencia de quejas y una característica presencia de exaltación y alabanza a Dios con pasión y gratitud. <br />
<br />
Que estas expresiones externas hacia Dios nunca se vuelvan superficiales o meramente rutinarias. Antes de la fundación del mundo, Él me escogió en Cristo. La única respuesta apropiada a un entendimiento incluso básico de la doctrina de la elección es una gratitud apasionada – exaltación y alabanza todos los días de mi vida, hasta mi último suspiro. <br />
<br />
=== Misión para la Gloria de Dios ===<br />
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Antes de la creación, Dios estaba haciendo alguna elección. Él ha estado ocupado en la eternidad pasada y tiene trabajo salvífico que hacer en el presente. Y Él hace el trabajo cuando su pueblo proclama las buenas nuevas. Como una familia de iglesias, Dios está llamando a los ''Ministerios de Gracia Soberana'' al evangelismo localmente y la implantación de iglesias globalmente. <br />
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En este mundo, vivimos entre hombres, mujeres y niños que no han experimentado la salvación. Debido a la doctrina de la elección, sabemos que la eventual salvación de individuos específicos entre ellos es absolutamente segura. No sabemos – en realidad, no podemos saber – por adelantado quiénes son estas personas. Pero sabemos que están allí, en cada tribu, lengua y nación. Y sabemos que, para cada uno escogido antes de los Tiempos, existirá ese momento en el tiempo cuando una sola presentación del evangelio es usada por Dios para producir salvación. <br />
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En su misericordia, Dios nos ha otorgado un entendimiento bíblico de la salvación, como lo ha hecho con un sinnúmero de creyentes antes de nosotros. Saber que nuestra salvación fue fundamentalmente lograda por Dios en lugar de por nosotros alimenta nuestra confianza y edifica nuestra fe para ver a otros regenerados. Esta “primera impresión” de nuestra salvación con la que Dios nos ha equipado es una impresión duradera, que tiene gloriosas ramificaciones para la vida diaria y el ministerio. Así equipados, vamos al mundo llenos de fe, sabiendo que el evangelio es el poder de Dios y que el triunfo del evangelio fue asegurado antes que el tiempo comenzara. <br />
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En relación a la implantación de iglesias, tanto doméstica como internacionalmente, no hemos sido ambiciosos. Cuando nos movemos adelante buscando edificar y fortalecer iglesias, descubrimos que no hemos llegado antes que Dios, o al mismo tiempo que Dios, sino que descubrimos que Él ha ido delante de nosotros. Toda la gloria por cualquier fruto o expansión que hemos experimentado o podríamos experimentar debe ir a Él. <br />
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Lejos de debilitar el evangelismo o la implantación de iglesias, una comprensión apropiada de la doctrina de la elección vigoriza ambas actividades y nos asegura su éxito final. Cuán bueno es saber que el evangelio del Salvador crucificado y resucitado no retorna vacío. Nuestro Dios tiene un plan “en el cumplimiento de los tiempos… de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra” (Efesios 1:10). Por gracia, este plan del Soberano será en efecto cumplido. Cualquier rol extremadamente pequeño que este ministerio pueda jugar en este cumplimiento, gracia soberana ha sido sin duda nuestra historia. Gracia soberana será nuestro futuro. <br />
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== Notas ==<br />
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<references /></div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/%C2%BFPor_Qu%C3%A9_los_Grupos_Peque%C3%B1os%3F/C%C3%B3mo_Usar_Este_Libro¿Por Qué los Grupos Pequeños?/Cómo Usar Este Libro2009-09-22T22:44:44Z<p>Mahra: </p>
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<div>{{info|Why Small Groups?/How to Use This Book}}<br />
''¿Por qué los grupos pequeños?'', como cada libro en la serie En Búsqueda de la Santidad, este esta diseñado para uso en grupo, o individual. La serie es la consecuencia lógica de cuatro convicciones profundamente sostenida:<br />
<br />
<blockquote><br />
*La Biblia es nuestro estándar infalible para la fe, la doctrina, y la practica. Aquellos que resisten su autoridad perderán el rumbo por sus propios sentimientos y la tendencia cultural.<br />
*El conocimiento sin aplicación no tiene vida. En orden para poder ser transformados, debemos de aplicar la verdad de la palabra de Dios diariamente en nuestras vidas.<br />
*La aplicación de estos principios es imposible apartados del Espíritu Santo. Mientras que debamos participar en el cambio, el es la fuente de nuestro poder.<br />
*La iglesia es el contexto planeado por Dios para el cambio, Dios nunca planeó que nosotros viviésemos aislados o independiente de otros cristianos. Mediante el compromiso de participar en la iglesia local, encontramos instrucción, estímulo, corrección y oportunidades para salir adelante hacia la madurez en Cristo.<br />
</blockquote><br />
<br />
Al usted estudiar estas paginas, confiamos que cada una de estas convicciones fundamentales sean reforzadas en su corazón.<br />
<br />
Con la posible excepción de las preguntas en las “Discusiones de Grupo”, el formato de este libro es de igual manera apropiado para estudiar individualmente o en grupos pequeños. Una variedad de diferente elementos han sido incluidos para hacer de cada capitulo lo mas posible interesante y beneficiario. Para aquellos que no puedan recibir lo suficiente de un tópico en particular, hemos listado al final de cada capitulo uno o varios títulos de libros que le ayudaran a crecer en el Señor.<br />
<br />
Mientras que a usted se le anima para que experimente en su uso de este libro, la discusión en grupo será mejor empleada cuando los miembros trabajan en el material por adelantado. Y recuerde que usted no esta recorriendo este libro solo. El Espíritu Santo es su tutor. Con Su ayuda, este libro tiene el potencial de cambiar su vida.</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/%C2%BFPor_Qu%C3%A9_los_Grupos_Peque%C3%B1os%3F/C%C3%B3mo_Usar_Este_Libro¿Por Qué los Grupos Pequeños?/Cómo Usar Este Libro2009-09-22T22:33:22Z<p>Mahra: </p>
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<div>{{info|Why Small Groups?/How to Use This Book}}<br />
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''¿Por qué los grupos pequeños?'', como cada libro en la serie En Búsqueda de la Santidad, este esta diseñado para uso en grupo, o individual. La serie es la consecuencia lógica de cuatro convicciones profundamente sostenida:<br />
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*La Biblia es nuestro estándar infalible para la fe, la doctrina, y la practica. Aquellos que resisten su autoridad perderán el rumbo por sus propios sentimientos y la tendencia cultural.<br />
*El conocimiento sin aplicación no tiene vida. En orden para poder ser transformados, debemos de aplicar la verdad de la palabra de Dios diariamente en nuestras vidas.<br />
*La aplicación de estos principios es imposible apartados del Espíritu Santo. Mientras que debamos participar en el cambio, el es la fuente de nuestro poder.<br />
*La iglesia es el contexto planeado por Dios para el cambio, Dios nunca planeó que nosotros viviésemos aislados o independiente de otros cristianos. Mediante el compromiso de participar en la iglesia local, encontramos instrucción, estímulo, corrección y oportunidades para salir adelante hacia la madurez en Cristo.<br />
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Al usted estudiar estas paginas, confiamos que cada una de estas convicciones fundamentales sean reforzadas en su corazón.<br />
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Con la posible excepción de las preguntas en las “Discusiones de Grupo”, el formato de este libro es de igual manera apropiado para estudiar individualmente o en grupos pequeños. Una variedad de diferente elementos han sido incluidos para hacer de cada capitulo lo mas posible interesante y beneficiario. Para aquellos que no puedan recibir lo suficiente de un tópico en particular, hemos listado al final de cada capitulo uno o varios títulos de libros que le ayudaran a crecer en el Señor.<br />
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Mientras que a usted se le anima para que experimente en su uso de este libro, la discusión en grupo será mejor empleada cuando los miembros trabajan en el material por adelantado. Y recuerde que usted no esta recorriendo este libro solo. El Espíritu Santo es su tutor. Con Su ayuda, este libro tiene el potencial de cambiar su vida.</div>Mahrahttp://es.gospeltranslations.org/wiki/Plantilla:InfoPlantilla:Info2009-09-22T00:18:42Z<p>Mahra: </p>
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