La Perversión de Simón de las Señales y las Maravillas

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English: Simon's Perversion of Signs and Wonders

© Desiring God

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Por John Piper sobre Figuras Bíblicas
Una parte de la serie Acts: What Jesus Did After the Beginning

Traducción por Silvia Griselda Buongiorne


Hechos 8: 9-24

Pero había un hombre llamado Simón que anteriormente había practicado la magia en la ciudad y asombró a la nación de Samaria, diciendo que él mismo era alguien grandioso. Todos le prestaron atención, desde el menor hasta el mayor, diciendo: "Este es el que se llama el Gran Poder de Dios". Y le prestaron atención, porque durante mucho tiempo los había sorprendido con su magia. Pero cuando creyeron a Felipe mientras predicaba buenas nuevas sobre el reino de Dios y el nombre de Jesucristo, fueron bautizados, tanto hombres como mujeres. Incluso el propio Simón creyó, y después de ser bautizado, continuó con Felipe. Y viendo señales y grandes milagros realizados, se sorprendió. Cuando los apóstoles en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, que descendieron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; porque aún no había caído sobre ninguno de ellos, pero solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Luego les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo. Cuando Simón vio que el Espíritu había sido entregado por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero y les dijo: " Dadme también a mí esta autoridad, de manera que todo aquel sobre quien ponga mis manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Que tu plata perezca contigo, porque pensaste que podías obtener el don de Dios con dinero. No tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Por tanto, arrepiéntete de esta tu maldad, y ruega al Señor que si es posible se te perdone el intento de tu corazón. Porque veo que estás en hiel de amargura y en cadena de iniquidad. Pero Simón respondió y dijo: Rogad vosotros al Señor por mí, para que no me sobrevenga nada de lo que habéis dicho.”

Pasaremos dos semanas en texto porque hay dos sermones aquí. Una tiene que ver con la forma en que Simón el mago respondió al Espíritu Santo, y el otro tiene que ver con la forma en que los samaritanos respondieron al Espíritu Santo. El propósito de Lucas al hablarnos sobre Simón es el de darnos una advertencia. Y su propósito al decirnos acerca de los samaritanos es para darnos una invitación.

Hoy hablamos de Simón y la advertencia. Es una advertencia para las personas que están viendo o quieren ver señales y maravillas sobrenaturales. No es una acusación en contra de las señales y maravillas; pero es una advertencia de que una persona puede pensar y sentir sobre las señales y maravillas de una manera que es muy destructiva.

Contenido

Una Ilustración Del Error De Simón

La forma más sencilla en que puedo pensar para ilustrar el error de Simón es una experiencia que ha tenido cada madre de niños pequeños. Supongamos que tiene un niño de un año sentado en su regazo y de repente en la ventana hay un pájaro hermoso y extiende la mano para señalar al pájaro y decir: "Mira, mira al pájaro". ¿Qué mira el niño? Él mira tu mano y la señal que estás haciendo con tus dedos. Incluso podría tratar de imitar el signo sacando su dedo índice.

Él ve la señal. Él está emocionado porque tu lo estás. Trata de imitarte lo mejor que puede. Pero el problema es que nunca ve al pájaro. El propósito de la señal se pierde . Eso es lo que le sucedió a Simón el mago aquí en Hechos 8. Vio las señales que Felipe estaba haciendo. Eran mejores que su propia señales mágicas Él se emocionó con ellos. Él siguió a Felipe y quiso imitarlos. Pero nunca vio el pájaro en la ventana. Nunca vio la fealdad de su propio pecado, la necesidad del arrepentimiento y la gloria de Cristo en el Evangelio quien perdona y hace todo nuevo y limpio.

Cuatro Pasos En La Advertencia De Lucas Para Nosotros

Permítanme desarrollar esto del texto en cuatro pasos, como advertencia para nosotros.

1. Simón Tenia Una Fe Que No Ofrecía Salvación

Primero, hay un tipo de "fe", y un tipo de "creyente" que no salva, aunque se puede manifestar en la presencia de la verdadera predicación y de los verdaderos milagros.

El versículo 12 dice que Felipe estaba predicando buenas nuevas sobre el reino de Dios en el nombre de Jesucristo. El versículo 13b dice que Felipe estaba haciendo "señales y grandes milagros". Así que la predicación verdadera y los verdaderos milagros se llevaban a cabo en Samaria por medio de Felipe el diácono (Hechos 6: 5).

Simón "Creyó"

Luego notamos que el versículo 13 dice: "Incluso el propio Simón creyó, y después de ser bautizado, continuó con Felipe".

Pero luego sucede algo que muestra que esta "creencia" es falsa. Los apóstoles bajan y ponen las manos sobre los samaritanos para que reciban el Espíritu Santo. Luego, comenzando en el versículo 18, esto es lo que sucedió:

Cuando Simón vio que el Espíritu había sido entregado por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero y les dijo: "" Dadme también a mí esta autoridad, de manera que todo aquel sobre quien ponga mis manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Que tu plata perezca contigo, porque pensaste que podías obtener el don de Dios con dinero. No tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Por tanto, arrepiéntete de esta tu maldad, y ruega al Señor que si es posible se te perdone el intento de tu corazón. Porque veo que estás en hiel de amargura y en cadena de iniquidad.”

Considero que esto significa que Simón no estaba verdaderamente convertido. Él no tiene parte o suerte en este asunto del cristianismo. Su corazón no está bien con Dios. Él todavía necesita arrepentirse. Él todavía está esclavizado a la amargura y la iniquidad. Él todavía está en su pecado y aún no se ha convertido. Esto está confirmado por toda la tradición de la iglesia primitiva que dice que Simón llegó a ser un hereje y no un verdadero cristiano (cf. Justin Martyr, Ireneo, Jerome, etc.).

Y, sin embargo, Lucas dice en el versículo 13a: "Incluso el propio Simón creyó". La conclusión que saco de esto es que hay una "fe" o un "creer" que no salva, aunque se levanta en la presencia de la verdadera predicación y de los verdaderos milagros.

Otros paralelos bíblicos

Lo mismo se encuentra en Juan 2: 23-25,

Cuando Jesús estaba en Jerusalén en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre cuando vieron las señales que él [note las similitudes a los señales de Felipe]; pero Jesús no confiaba en ellos, porque él conocía a todos los hombres y no necesitaba a nadie para dar testimonio del hombre; porque él mismo sabía lo que había en el hombre.

Esta "fe" o "creencia" no era genuina y Jesús podía ver en el corazón y sabía que no era así.

El mismo tipo de "fe" se ve en la parábola de las cuatro semillas. En Lucas 8:13, Jesús describe la segunda semilla así: " Y aquéllos sobre la roca son los que, cuando oyen, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíz profunda; creen por algún tiempo, y en el momento de la tentación sucumben." La fe no es una verdadera fe salvadora.

Pablo enseñó la misma posibilidad en 1 Corintios 15: 1-2 cuando dijo: "el evangelio que os prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes, por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os prediqué, a no ser que hayáis creído en vano." Existe algo como "creer en vano". Santiago la llamó fe "estéril" o fe "muerta" (Santiago 2:20, 26).

Así que concluyo que la cuestión de Lucas aquí en Hechos 8, es que la "fe" de Simón -su "creer" (descrito en el v. 13) - no es una fe salvadora sino una fe falsa, muerta, estéril, vacía. Ese es el primer paso en la advertencia de Lucas para nosotros. Existe tal fe y puede manifestarse justamente en la presencia de la verdadera predicación y los verdaderos milagros.

2. El Objeto De La Fe De Simón

El segundo paso de la advertencia de Lucas es que el objeto de la fe de Simón, aquello en lo que él cree, es el poder de los fenómenos sobrenaturales, el poder de los milagros que puedes ver con el ojo físico, no Jesucristo y la gloria de su gracia .

Simón era un hechicero. Eso significa que trataba con poderes sobrenaturales antes de haber oído a Felipe predicar o haber oído acerca de Jesucristo. Usó sus artes mágicas durante mucho tiempo en Samaria (según Hechos 8: 9-11), y asombró a la gente. Él reconoció el poder real cuando lo vio.

Así que cuando Felipe llegó a la ciudad y no solo predicó, sino que realizó señales sanando a la gente y echando fuera demonios (Hechos 8: 7), Simón sabía que el poder era real, y que era más fuerte que su poder. Entonces él estaba listo para cambiar de bando. Incluso trató de comprar el poder con dinero porque lo deseaba tanto (v. 18).

Entonces el objeto de su fe era el poder de los señales y maravillas. Esto es lo que él creía: creía que Felipe era un verdadero hacedor de milagros. Hay un poder real aquí. Él no lo dudaba. Él no era un escéptico. Estaba listo para dejar sus propias artes mágicas para unirse a Felipe y usar este nuevo poder.

Felipe extendió el dedo de señales y maravillas para señalar la gloria de Jesús, y Simón se había fijado en el dedo. Él creyó en eso. Él quería poder señalar así. Pagaría dinero por señalar de esa manera. Pero nunca volvió la cabeza para mirar hacia la ventana.

La gloria de Jesucristo, el Hijo de Dios, crucificado por los pecadores resucitado en poder, el reinar sobre un pueblo humilde y santo no era el objeto de la fe de Simón. Y, por lo tanto, no era una verdadera fe salvadora. ¿Qué era?

3. La "Fe" De Simón Como Simple Asombro

El tercer paso de la advertencia de Lucas es que la experiencia de la "fe" de Simón fue simplemente asombro - asombro ante las señales de Felipe, no quebrantamiento por el pecado y no confianza humilde en Jesús como Señor y Salvador.

Simón Se Quedo Atónico Y Se Sorprendió

Mira cómo Lucas nos lo aclara. Él usa la palabra "asombro" tres veces. En el versículo 9 dice que Simón había "asombrado" a la nación de Samaria con su magia (hechicería). Luego, en el versículo 11 dice nuevamente que Simón los había "asombrado" por su magia durante mucho tiempo. Luego, en el versículo 13b, después de que Felipe mostró el poder de Dios, dice: " estaba atónito al ver las señales y los grandes milagros que se hacían.".

En otras palabras, lo que Simón había estado produciendo en los samaritanos con su hechicería, ahora estaba experimentando en él mismo cuando vio los milagros de Felipe, es decir, el asombro.

Y el asombro ante el poder sobrenatural no es fe salvadora. Creer que el poder sobrenatural está presente y asombrarse tanto por lo que tú quieres no es una experiencia de fe verdadera.

Lo Que A Simón Le Faltaba

El versículo 22 señala lo que faltaba. Pedro le dice a Simón: " arrepiéntete de esta tu maldad, y ruega al Señor que si es posible se te perdone el intento de tu corazón ". Lo que faltaba era un reconocimiento sincero de ser pecador y un volverse hacia Jesús con una confianza quebrantada y humilde para el perdón. El asombro y la emoción acerca de las señales y maravillas no es fe salvadora.

Las señales y las maravillas son el dedo que señala a Jesús. La verdadera fe viene cuando vemos la gloria de Dios en el rostro de Jesús. Podemos tener todas las experiencias espirituales posibles mirando el dedo del poder. Pero hasta que recurramos al Señor mismo, no habrá verdadera fe.

4. Corazón Deshonesto de Simón

El paso final en la advertencia de Lucas es que la raíz de la fe falsa de Simón es un corazón deshonesto.

Verso 21: " No tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios ". La raíz de la fe falsa de Simón era un problema cardíaco. Y así es con cada uno de nosotros. Su corazón no era recto ante Dios; estaba torcido. Su corazón necesitaba ser cambiado.

No era un simple niño de un año sentado en el regazo de su madre mirando inocentemente su dedo acusador en lugar de mirar por la ventana. Era un hombre con un corazón torcido que deliberadamente reprimió el conocimiento del verdadero Dios, cuyo Espíritu no puede ser comprado.

Se fijó en el dedo del poder de Felipe porque en el fondo todavía deseaba ser un gran intermediario de poderes, tal como dice en el versículo 9b: "decía que él mismo era alguien grandioso".

Entonces ahí está. La advertencia de Lucas para nosotros: hay una fe falsa que no salva; su objeto es el poder de las señales y maravillas sobrenaturales, no es Jesús y la gloria de su gracia; su naturaleza o experiencia es el asombro, no el quebrantamiento por el pecado y confianza humilde en Jesús como Señor y Salvador; su raíz es un corazón deshonesto y vano.

No Aplique Incorrectamente La Advertencia

Ahora cierro con una suplica de que no apliquemos mal la advertencia. Sé que hay muchos hoy en día que dirían: "Bueno, si las señales y las maravillas son responsables de ese tipo de mal uso, ¿por qué no simplemente evitarlos?" Especialmente, algunos dicen, en vista del hecho de que vivimos en un día en que lo oculto, el New Age, la brujería, el satanismo y las drogas están galopantes; y la enseñanza racional, objetiva, clara y basada en la Biblia es tan rara. ¿No le damos ventaja directamente a la emotividad, el subjetivismo, el relativismo y el individualismo de nuestros días al pedirle al Señor que extienda su mano sobrenaturalmente para sanar, dar a luz y hablar?

Mi respuesta es esta: seguramente no debería haber disminución de la enseñanza sólida, objetiva y bíblica. Pero nuestro día no es muy diferente a la situación en Samaria. Samaria estaba saturada de hechizos y artes mágicas y lo oculto. Verso 11b dice que "durante mucho tiempo Simón había asombrado a la gente". Todos fueron atrapados en la "nueva era". Eran presa fácil para el subjetivismo sobrenatural. Y en esa situación, Felipe (no un apóstol, sino un "diácono") vino predicando el reino de Dios y el nombre de Jesús (vv. 5, 12) Y haciendo señales sobrenaturales de sanidad y liberación (vv. 7, 13).

Creo que el diácono Felipe haría lo mismo hoy. Ninguno de los dos, o ambos, sino / y

El Peligro Puede Aplicarse A Muchas Otras Cosas

Una de las razones por las que creo que lo haría es que no orar por la sanidad sobrenatural, la liberación y la guíanza no resuelve el problema de la fijación en el dedo índice. Supongamos que el dedo que señala a Jesús es un sermón. ¿No es cierto que mucha gente solo habla sobre el sermón en lugar de mirar la realidad?

O supongamos que el dedo es un musical para niños que señala la necesidad de permanecer en el camino estrecho y perseverar en la fe y confiar en el Dios que siempre está allí y ama a los miembros más débiles del cuerpo. ¿La mayoría de la gente vuelve a casa no pensando en estas cosas sino mas bien hablando más sobre toda la labor y la memorización y la buena actuación? O supongamos que el dedo que señala a Jesús es un himno o un coro o un drama del Comité de Refresco o un folleto llamado "La Búsqueda del Gozo” o un libro acerca de “Los placeres de Dios” ¿Alguno de esos indicadores es inmune a atraer la atención hacia ellos mismos en vez de a Jesús?

De hecho, sugeriría que si pudiéramos clasificar todos los indicadores de Jesús hoy -sermones, folletos, himnos, musicales, drama, libros, señales y maravillas, etc.- con aquellos en la parte superior que atraen menos atención a ellos mismos y la mayoría a Jesús, y aquellos en el fondo que atraen la mayor atención a ellos mismos y menos a Jesús, no creo que las señales y las maravillas estén en el fondo. Quizás tampoco en la parte superior. Esa no es la cuestión.

La cuestión es esta: cuando escuchamos la advertencia sobre el peligro de las señales y maravillas, seamos justos y comprendamos que se aplica a todas las formas de testimonio cristiano.

Lo que significa que ya sea que prediquemos, cantemos, actuemos, escribamos o curemos, dependemos absoluta y desesperadamente de la obra del Espíritu Santo para enderezar los corazones torcidos y hacer que las personas aparten su mirada de nosotros y se dirijan a Jesús, el único que puede salvar.



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