Orando con el Salmista

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Revisión a fecha de 20:23 22 dic 2009; JoyaTeemer (Discusión | contribuciones)
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English: Praying with the Psalmist

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Por Donald Whitney sobre Alabanza
Una parte de la serie Worship God Conference 2008: Rediscovering the Psalms

Traducción por Antonio Canchola Castro


Muchos cristianos se sienten derrotados en sus vidas de oración. Orar por lo menos de cinco a siete minutos parece una eternidad y sus mentes divagan la mayor parte de ese tiempo. “Creo que soy yo”, concluyen muchos. “Soy solo un cristiano de segunda.” No, si en usted reside el Espíritu Santo y busca vivir obedeciendo la palabra de Dios, entonces el problema seguramente no es usted, sino su método. Por supuesto que no existe método que avive la oración de aquellos que no tengan al Espíritu Santo. Pero aquellos en quienes mora el Espíritu han recibido de Dios “el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones clamando: ¡Abba, Padre!” (Romanos. 8:15; Gal. 4:6). Aquellos a quienes ha sido dado el Espíritu Santo tienen por ese mismo Espíritu una nueva orientación hacia el Padre, una nueva orientación hacia al cielo. En otras palabras, aquellos en quienes vive el Espíritu Santo verdaderamente quieren orar. Y aun así, mientras ellos creen en la oración y quieren orar y no pueden siquiera imaginar lo que sería abandonar por completo la oración, cuando oran resulta frustrante. Sus corazones con frecuencia están fríos, sus mentes no pueden permanecer enfocadas en la oración, y con franqueza, la oración es aburrida con frecuencia. Por tanto muchos concluyen: “Soy un cristiano de segunda.”

Contenido

I. EL PROBLEMA

A. Tenemos la tendencia a orar las mismas viejas cosas acerca de las mismas viejas cosas.

B. Orar de esa manera es con frecuencia aburrido. Cuando la oración es aburrida, no sentimos ganas de orar. Y cuando no sentimos deseos de orar, es difícil concentrarse en la oración y orar largamente.

C. Nuestro problema no es que oremos acerca de las mismas viejas cosas. Orar acerca de su familia, futuro, finanzas, trabajo o estudios, iglesia o ministerio, y la “crisis actual” es normal. Estas cosas son su vida.

D. Nuestro problema en la oración no es que oremos acerca de las mismas viejas cosas, sino que decimos las mismas viejas cosas acerca de las mismas viejas cosas. Eso es lo aburrido. Cuando la oración es aburrida, no tenemos ganas de orar. Y cuando no tenemos ganas de orar, es difícil hacerlo cualquiera que sea el tiempo y con consistencia.

II. LA SOLUCIÓN

¿Cuál es la solución? Debe ser fundamentalmente simple. Dios tiene hijos de todas las edades, cocientes intelectuales, niveles educativos, y demás. Si Él espera (e invita) a todos Sus hijos a orar, entonces la oración consistente, llena de significado debe poder hacerse por todo tipo de personas. Y si esto no fuera posible para usted, con todas sus ventajas cristianas (tales como proximidad a buenas iglesias, acceso a libros cristianos, grabaciones y otros recursos) para tener una vida de oración significativa, entonces, ¿que será de los diez millones de cristianos sin estas cosas?

He aquí la solución: cuando ore, hágalo a través de un pasaje de la Escritura, en especial, un salmo.

III. EL MÉTODO

A.

B. Deje que las palabras de la Escritura se conviertan en las palabras de sus oraciones. Por ejemplo, si usted ora a través del salmo 23, lea “El señor es mi pastor”, y agradézcale a Él por ser su pastor. Pídale que pastoree a su familia ese día, que los guíe, que los proteja y que provea para ellos. Ore para que Él haga de los miembros de su familia Sus ovejas; que ellos puedan buscarlo a Él como su pastor. Pídale a Él que lo pastoree en las decisiones que tome relacionadas con su futuro. Ore para que Él bendiga al pastor de su iglesia y lo pastoree como este lo hace con la iglesia y así otras cosas. Cuando nada más venga a la mente, vaya a la siguiente línea, “nada me faltará”, y continúe orando.

C. Simplemente vaya a través del pasaje, línea por línea, orando lo que usted encuentre en el texto o lo que le traiga a la mente. Si nada viene a la mente, o si no comprende el versículo, vaya al siguiente. Usted puede elegir si se extiende en un versículo. De manera opuesta, puede haber solo algunas cosas que provocan oración cuando pasa usted por muchos versículos. Nada dice que usted deba orar sobre cada versículo.

D. Continúe de esta manera hasta que: (1) se le acabe el tiempo, o (2) se le acaben los salmos.

E. Una manera de elegir un salmo para orar es la forma de “los salmos del día.” Esto divide a los 150 salmos en 5 salmos para cada uno de los 30 días en un mes. Tome el día del mes como su primer salmo. Luego añada 30 al número que obtuvo hasta que tenga 5 salmos. De esta manera, cuando sea el día 15 del mes, su primer salmo será el 15, le añade 30 y vaya al siguiente salmo que es el 45. A este seguirían el 75, luego el 105 y el 135. (El día 31 emplee el salmo 119). Tome 30 segundos para revisar estos salmos y luego escoja uno para orar a través de él. Una ventaja de este método es que le otorga dirección cuando es tiempo de orar y combate la falta de rumbo.

F. Los salmos son el mejor lugar de la Escritura a partir de la cual se puede orar la Escritura. Esto se debe al propósito y empleo original de los salmos. Estos eran cantos inspiradas por Dios con el propósito de reflejarse hacia Él. Aún mas, hay un salmo para cada suspiro del corazón. El rango completo de la emoción humana se registra en los 150 salmos.

G. Tal vez el segundo mejor lugar en la Escritura a partir de la cual orar la Escritura sean las cartas del Nuevo Testamento. Estas se encuentran tan densamente empacadas con verdad que casi cada versículo sugiere algo por lo que orar.

H. Es también edificante orar a través de los pasajes narrativos de la Escritura. A diferencia de orar por medio de los salmos o las cartas del Nuevo Testamento, se requiere una manera distinta con los pasajes narrativos. En lugar de ver cada versículo casi de manera microscópica, en un pasaje narrativo usualmente es más fácil considerarlo párrafo a párrafo, buscando las ideas principales de la historia.

I. Una vez que usted haya experimentado orar a través de un pasaje de la Escritura, usted será capaz de ir a cualquier parte de la Biblia y orar a través de ella. No necesitará de estas notas para recordar como hacerlo por segunda ocasión. Al igual que conducir una bicicleta, esto no se olvida.

J. Al orar a través de un pasaje de la Escritura, usted se encontrará orando acerca de la mayoría de “las mismas viejas cosas” pero en formas novedosas. Usted también se encontrará orando por cuestiones por las que nunca pensó que oraría.

K. No intente guiar a un grupo a orar por medio de la Escritura hasta que la mayor parte de los miembros del grupo estén familiarizados con el orar por medio de la Escritura como individuos. Cuando ore por medio de la Escritura con un grupo, ya sea que se trate de la familia, una clase o una reunión de oración de la iglesia, considere las siguientes sugerencias:

  1. Lo bueno: Asigne un versículo a cada persona y que cada quien ore por medio de ese versículo en particular.
  2. Mejor: Lea el salmo en voz alta ( o que cada quien lo lea en silencio), luego pida que cada quien ore por un versículo que le haya impresionado en particular.
  3. Lo mejor: Lea el salmo, luego (usted como líder de oración) indique las frases o versículos que piense sean las que conduzcan mejor a la oración. Aquellos que quieran orar lo harán como se sientan inclinados a hacerlo sobre una o más de las frases que usted indique.

El testimonio de George Mueller. [1]

La observación de Charles Spurgeon. [2]

Los ejemplos de Jesús en Mateo 27:46 y Lucas 23:46, y la iglesia en Hechos 4:23-26.

IV. LA CONCLUSIÓN

Jesús oraba los salmos.

La iglesia primitiva (o sea la primera) oraba los salmos.

Grandes cristianos como George Mueller oraban los salmos.

¿Usted porqué no?


NOTAS

  1. En diciembre de 1835, George Mueller escribió en su diario: “Si yo, un pobre hombre, solo por la oración y por la fe, obtuvo sin pedir los medios a ningún individuo los medios para establecer y sostener un orfanato, entonces esto sería un prueba visible que Dios ES FIEL AUN Y QUE AUN ESCUCHA LA ORACIÓN”. El diario de George Mueller cuenta la historia de lo que sucedió luego: (diciembre 7)”Hoy recibí la primera moneda para el orfanato”; (diciembre 9) “Esta tarde el primer mueble fue dado: un gran guardarropa.” Mueller nació en Prusia en 1805 y murió en Inglaterra en 1898.
    El único testimonio de su vida fue que él fundó cinco grandes orfanatos durante el siglo diecinueve, en los cuales mas de 10,000 niños fueron completamente cuidados por un periodo de sesenta y dos años. Más de siete millones de dólares pasaron por las manos de Mueller para el cuidado de los huérfanos, sin que él pidiera un solo centavo al hombre. El confiaba únicamente en la fe y en la oración para suplir todas las necesidades.
  2. “Si alguno de ustedes me preguntara por un resumen de la fe cristiana, debería decir que está en una palabra: oración. Viva y muera sin oración y orará bastante cuando llegue al infierno.”

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