¿Cuál es el equilibrio entre ser Audaz y ser Apacible?

De Libros y Sermones Bíblicos

La siguiente es una transcripción editada de la grabación en audio.

¿Cuál es el equilibrio entre ser Audaz y ser Apacible?

Esa es realmente una buena pregunta. Recién estuve repasando el primer capítulo de mi libro La Vida es un Vapor, y formulé la siguiente pregunta, “¿Debería importarnos lo que otros piensen?” La respuesta es Sí y No.

Por un lado, debemos hablar la verdad de parte de Cristo y dejar que las fichas caigan donde deban caer.

Por otro lado, debe importarnos la posibilidad de estar pisando los dedos de los pies a los demás, de ser percibidos como rudos e insensibles, y si las personas entiendien o no lo que decimos. No podemos limitarnos a parlotear sin tomar en cuenta lo que queremos decir y la manera en como lo decimos.

Entonces sí hay un equilibrio. Debemos estar conscientes de ambos. Por un lado, la Biblia nos llama a ser valientes y audaces, abriendo nuestra boca para decir lo que necesita ser dicho sin temor a las consecuencias negativas o dolorosas. Y la Biblia también dice que debemos convertirnos en todo para las personas, para que de alguna manera sean salvos algunos. Eso incluye el preocuparnos de que ellos entiendan nuestro lenguaje y que ellos puedan ser alcanzados y conquistados con lo que decimos.

A veces Jesús decía, “¡Víboras! ¿Quién os ensenó a huir de la ira venidera?” Esa palabra no suena muy atractiva que digamos. Vas a alejar a las personas con semejantes palabras. Y en otras ocasiones el decía, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” Jesús nos muestra como un discurso valeroso puede ser a veces muy fascinante y tierno, ayudando a que las personas se acerquen a tí. Él también nos muestra como un discurso valeroso puede a veces plantear un asunto fuerte, convirtiéndose en ofensivo para algunos.

Solo debemos dejar que las fichas caigan en su lugar y orar para que el Espíritu Santo nos de discernimiento de cuando un método es más apropiado que otro.

¿Es posible para nosotros estar verdaderamente en paz si el Señor no es Soberano sobre cada decisión y acción humana?

Probablemente es posible que una persona encuentre la paz sin creer en la total soberanía de Dios. Pero esto solo ocurriría si la persona está engañada respecto a algo. En otras palabras, si rechazas la verdadera soberanía de Dios—lo cual debería darte paz, porque El gobierna sobre todas las cosas y promete que todas las cosas te ayudan a bien—puede que seas capaz de encontrar una experiencia subjetiva similar de paz.

Y para eso vas a tener que permitir algunos errores en tu mente. Tendrás que llegar a la conclusión de que la situación no es tan mala como parece o realmente es, o que, aunque creas que Dios no es soberano a un resultado, cierto desenlace no ocurrirá. Si vas a rechazar la verdad—la verdad de la soberanía de Dios—como el fundamento de tu paz, entonces vas a tener que dejar que un error sea el fundamento de tu paz.

No estoy diciendo que no hay teologías defectuosas que puedan llevar a la gente hacia algunas experiencias de paz auténtica. ¡Pero esa no es la meta¡ ¡No es ahí donde queremos estar¡ Al final, una teología defectuosa no nos será tan útil como una teología bíblica completa.

Por eso quiero ondear la bandera de la soberanía de Dios como la base bíblica apropiada del por qué, en medio del gran cáos y dolor, podemos tener confianza y paz. Y eso se debe a que Dios es por nosotros, y El puede hacer que todas las cosas ayuden---incluso las cosas dolorosas que El ordenó que sucedieran—para nuestro bién.