Amar a Jesús más que a la vida

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English: Loving Jesus More Than Life

© Desiring God

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Por John Piper sobre Hedonismo Cristiano
Una parte de la serie Small Talk

Traducción por Mariana Ramirez


Pensemos en la relación entre nuestro amor por Dios y nuestro amor por Jesús. Son dos mandamientos (o demandas) fundamentales en los Evangelios. Todos sabemos que Jesús respondió a la pregunta: “¿Cuál es el gran mandamiento de la ley?” “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento” (Mateo 22:37–38 LBLA). Otro Evangelio dice: y con toda tu fuerza. Entonces, amar a Dios con tu corazón y con todo lo que eres es el primer y gran mandamiento de Jesús.

Luego en Mateo 10:37, “El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí” Jesús dice. “El que ama al hijo o la hija más que a mí, no es digno de mí” (Mateo 10:37). Ahora tienes dos mandamientos poderosos, profundos, transformadores. Ama a Dios el Padre con todo tu corazón, alma, mente y fuerza. Ama a Jesús más de lo que amas a tus hijos, padres, seguramente, más de lo que amas cualquier cosa.

¿Qué pensamos de estos amores? Tengo cuatro preguntas:

  1. ¿Cuál es la relación entre ellos?
  2. ¿Cuál es la naturaleza del amor?
  3. ¿De dónde viene? ¿Cómo llegas a ser así?
  4. ¿Qué tan importante es?

Veamos una por una.

¿Amas a Dios o a Jesús?

¿Cuál es la relación entre amar a Dios y amar a Jesús? ¿Por qué es algo tan importante? Bueno, una razón por la que está en mi primer plano es porque es muy relevante para el evangelismo musulmán. Seguro que no te esperabas que dijera algo así. Un problema al que nos enfrentamos una y otra vez en una situación multicultural en donde muchas religiones se están uniendo es: ¿No adoramos todos al mismo Dios? Tú pasas por Jesús; yo por otro profeta.

Jesús miró directamente a los ojos de los fariseos, los líderes judíos, y dijo, “Si Dios fuera vuestro Padre, me amaríais” (Juan 8:42). Le está diciendo a los más religiosos, los más orientados a Dios, las personas más saturadas del Viejo Testamento en el planeta; Ustedes no lo conocen. Él no es su Padre. De hecho, llega a decir que son de su padre el diablo. Eso es alucinante. ¿Cuál es el papel tornasol para saber si alguien es amante de Dios? Respuesta: ¿Aman a Jesús? ¿Aceptan a Jesús como quien es realmente? No solo como un maestro humano, no sólo como un profeta de entre muchos otros, sino como el mismísimo Hijo de Dios.

¿Qué hay de Juan 5:42-43? Jesús le dice a esos mismos líderes, “pero os conozco, que no teneis el amor de Dios en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís”. ¿Ves la implicación? No tienes el amor de Dios en ti. ¿Cómo lo sé? No me recibes. Entonces, estoy aquí tratando con una persona musulmana que dice: Yo adoro al Dios real justo como tú adoras al Dios real. Jesús diría: Tú no conoces al verdadero Dios si no recibes al Hijo de Dios.

Entonces, ¿Cuál es la relación entre amar a Dios y amar a Jesús? No puedes tener uno sin el otro. Amar a Jesús es la prueba de si amas a Dios. Amar a Dios es la prueba de si realmente amas a Jesús.

¿Qué es el amor?

Segundo ¿Cuál es la naturaleza de este amor? ¿El amor es principalmente hacer lo que Jesús dijo - entonces amas a Jesús si haces lo que él dijo- o es algo más profundo que tiene que ver con el corazón y sus afecciones? Él dice, “ Si amas a tu padre o madre más que a mí, no eres digno de mí. Si amas a tu hijo o hija más que a mi, no eres digno de mí”. Esto significa que él está pensando en tu amor por Jesús como piensa en tu amor por tus hijos.

Bueno, no amas a tus hijos haciendo lo que dicen, ¿Verdad? Son tu tesoro. Morirías por esos niños. Son muy preciados para ti. No los venderás por billones y billones de dólares. Son tu tesoro. Bueno, si Jesús no es un mejor tesoro, un tesoro más alto, no eres digno de Jesús.

Tuve un profesor en la universidad que me hizo leer un libro llamado Ética de situación. El argumento fue hecho (todo estudiante parecía asombrado): El amor no puede ser una emoción o un afecto porque está ordenado, y no puedes controlar las emociones. Tenía 20 años al leer esto y no me parecía bien.

No está bien, la razón por la que no es correcto es porque la premisa número uno es falsa. Por supuesto que Jesús controla las emociones. La Biblia está llena de mandatos de las emociones. Deberíamos de temer. Deberíamos de estar agradecidos. Debemos ser compasivos. Debemos ser serios. Debemos de tener esperanza. Todas estas son emociones. Por supuesto, Dios tiene el derecho de controlar nuestras emociones. El hecho de que seamos tan corruptos y muertos que no podemos hacer la emoción correcta no es problema de Dios. Es nuestro problema. Es nuestra corrupción.

Nada menos que un sentimiento

¿No es amar a Jesús más que hacer? Juan 14:15 LBLA dice, “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”. Mucha gente dice: Aquí lo dice. Si me amas, guardarás mis mandamientos. El amor es obediencia. No es sentir nada en particular por Jesús. Es hacer lo que él dice.

Yo diría: Pero eso no es lo que acabas de decir. Dijiste, “Si me amas”, entonces harás esta otra cosa llamada guardar mis mandamientos. Amar a Jesús es profundo, fundacional y transformador, porque lo atesoras sobre todas las cosas. Es por ese amor, por ese atesoro de él, que haces lo que él ordena.

Entonces, ¿Cuál es la naturaleza del amor? Si, por supuesto, incluiría la obediencia, pero no es nada menos que ser transformado por amor por él - atesoro, admiración, deleitarse en, estar satisfecho con este Tesoro, el más hermoso de todo. La naturaleza del amor es: “yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor” (Filipenses 3:8).

El amor solo viene del amor

¿De dónde viene este amor? ¿Recuerdas la historia acerca del fariseo que le pidió a Jesús que cenara con él en Lucas 7? No lavó los pies de Jesús. No besó a Jesús. No hizo nada para mostrarle afecto a Jesús. De repente una “mujer de la calle”, una prostituta, se inclinó llorando a los pies descalzos de Jesús. Las lágrimas caen sobre sus pies sucios y ella toma su cabello y lava los pies de Jesús. Esto es increíblemente provocador. El fariseo se sintió ofendido y dice: Si este fuera un profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, que es una pecadora (Lucas 7:39).

Jesús le cuenta al fariseo una historia. Un hombre que tenía dos deudores. Uno le debía $5,000. Otro le debía $5. Él perdonó a ambos. ¿Quién lo amará más? El fariseo dice, “Supongo que aquel a quien le perdonó más” (Lucas 7:43). Jesús dijo, “Has juzgado correctamente” (Lucas 7:43). Él dice: Cuando entré aquí, no me besaste. No lavaste mis pies. Pero desde que entre, ella lloró sobre mis pies, los lavó con sus lágrimas, los limpió con sus cabellos - porque a ella se le ha perdonado mucho.

Entonces, ¿De dónde viene el amor? Viene de estar aturdidos por el amor de Dios, ¿Cierto? Este amor viene de estar abrumados por la persona de Jesús muriendo por nosotros y levantándose de nuevo, aunque en nosotros no tengamos ningún mérito. Cuando eso te atrapé, entonces probaras lo que es atesorar a Jesús, deleitarse en Jesús y estar satisfecho en Jesús.

¿Por qué es importante?

¿Qué tan importante es esto? Jesús dice, “Si no me amas más de lo que amas a tus padres, no eres digno de mí. Si no me amas más que a tus hijos, no eres digno de mí”. ¿Qué significa no ser digno de él? Significa que no lo tendrás. Si no amas a Jesús, no tendrás a Jesús. Pablo dice: Si alguno no ama al Señor, que sea anatema (1 Corinthians 16:22).

El cristianismo, lo que Jesús nos exige, no son las decisiones más profundas y fundamentales de la voluntad. Eso viene después. Profunda y fundamentalmente el cristianismo es un nuevo nacimiento - una transformación profunda de lo que atesoramos, de lo que amamos. Si ese amor tan profundo y pleno no es por Jesús, entonces no somos dignos de Jesús. Ser dignos de Jesús no significa merecer a Jesús. Significa ser apto, como alguien redimido y perdonado, para estar en su presencia. Cuando él es tu Tesoro supremo, perteneces a él.


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