Dios a Juicio: La Apologética de C.S. Lewis

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English: God in the Dock: The Apologetics of C.S. Lewis

© Ligonier Ministries

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Por Roger Nicole sobre Biografía Cristiana
Una parte de la serie Tabletalk

Traducción por Pilar Peña


En inglés moderno, las palabras apología [apology] y apologizar [apologize] indican un arrepentimiento ya que alguna afirmación o acción ha sido ofensiva o incorrecta. Esto no es el caso de la “apologética” en teología, en esa disciplina tiene el significado de que “un punto de vista es correcto.” Se dirige a conquistar a aquellos que difieren o a confirmar la verdad que testifica el apologista, a aquellos que están de acuerdo.

Es en este sentido que C.S. Lewis se reconoce como un “apologista”, por un número de sus obras son destinadas manifiesta la adecuación del punto de vista cristiano contra una posición “naturalista,” la que afirma que el universo se trata simplemente de una gran masa de material que funciona en cuanto a sus propios mecanismos o leyes sin la intervención del exterior y específicamente sin el poder creativo o regido por una mente. C.S. Lewis se encontraba bastante preparado para esta tarea puesto que hasta sus veinte tardíos fue partidario del ateísmo sin ninguna referencia a Jesucristo y contaba con 29 años antes de convertirse y adoptar la visión del mundo y la vida cristiana. Por tanto, él era más entendido que muchos apologistas cristianos que conocen las opiniones que sólo debaten desde el exterior. También experimentó de manera personal la gravedad de los problemas que un ateo debe enfrentar y la manera en que tales problemas pueden obligar a una persona íntegra a mirar más allá del ateísmo por un punto de vista filosófico y religioso adecuado. C.S. Lewis escribió sobre su propia experiencia en un volumen autobiográfico titulado El Regreso del Peregrino en 1933, al estilo de John Bunyan y de nuevo en Sorprendido por la Dicha (1955).

Su primera contribución a la apologética se titulaba El Problema del Dolor, publicado en octubre de 1940 como parte de La Serie del Reto Cristiano (fue reimpreso diez veces para 1943). Ahí trató abiertamente la siguiente pregunta: “Si Dios es todopoderoso y sumamente bondadoso, por qué permite el dolor en el universo?”. Mostró cómo el dolor resultaba inevitable para las personas reales dondequiera exista el pecado. ¿Quién puede imaginarse lo aterrador que puede ser el mundo si el pecado creciera sin limitación alguna? C.S. Lewis procede con su análisis ordenada y lúcidamente, tratando este tema complejo de manera que cualquier laico pueda entender fácilmente. De vez en cuando, realizó comentarios sorprendentes, que resultan difíciles de olvidar tales como: "Un hombre no puede apagar la gloria divina rechazando adorarle como un lunático no puede ocultar el sol escribiendo la palabra “oscuridad” en las paredes de su celda" (pág. 41). Desde 1941-44, ha realizado una serie de 33 charlas emitidas por radio cuyos títulos describen claramente los contenidos:

1941: Lo Correcto e Incorrecto como Pista del Significado del Universo (5 charlas)
1942: Lo que Creen los Cristianos (5 charlas)
1943: Los Comportamientos Cristianos (12 charlas)
1944: Más Allá de la Personalidad; o, Los primeros pasos de la Doctrina de la Trinidad (11 charlas)

Al principio publicadas separadamente en tres volúmenes, estas charlas se recopilaron juntas con el título El Cristianismo Mero y volvieron a publicarse a menudo. El término mero en el título significa “puro”, como en inglés antiguo. El énfasis se pone en tratar las opiniones principales en gran parte comunes a todas las denominaciones de la cristianidad.

En 1943, surgieron Las Cartas de Screwtape y probablemente sea la obra más popular de C.S. Lewis. Aquí se muestra un curso por correspondencia en el que un demonio maestro, Screwtape, instruye a Wormwood, un novato, en el arte de tentar a los seres humanos y prevenirles de su parte de una lealtad verdadera a Dios y al Evangelio. Esto ofrece la oportunidad de considerar las peticiones cristianas desde abajo, por así decirlo, no con algunos adornos artificiales proporcionados por el autoengaño o la caridad al considerar a los demás, sino con una especie de realismo cínico que se introduce en los motivos actuales que las personas intentan ocultar habitualmente. C.S. Lewis puede emitir una evaluación crítica de muchos movimientos y motivos que florecen debajo del paraguas del cristianismo auténtico. Con un criterio agudo y un control espléndido del lenguaje, obtenido quizás de sus estudios universitarios de literatura inglesa primitiva, su ingenio y criterio aparecen en cada página tales como muestran algunas de las siguientes citas:

“Hemos ganado a muchas almas mediante el placer. Todo es invención [divina], no nuestra. El creó el placer: todas nuestras investigaciones hasta el momento no nos han permitido reproducir una” (pág. 41).

“Una religión moderada es tan buena para nosotros como no tener religión — y más divertido” (pág. 43).

“El tamaño del pecado no tiene importancia, ya que su efecto acumulativo puede colocar al hombre fuera de la Luz y dentro de la Nada. El asesinato no es mejor que las cartas si éstas se pueden usar para engañar. Es más, el camino más seguro hacia el infierno es gradual” (pág. 56).

“Un buen número de escritores cristianos de política creen que el cristianismo se inició actuando mal y partiendo de la doctrina de su fundador en una fase temprana. Ahora, esta idea debe usarse para alentar de nuevo el concepto de un Jesús histórico hallado para subsanar posteriormente las ‘adiciones y perversiones’ y luego contrastarlo con toda la tradición cristiana. En la última generación se promocionó la construcción de tal ‘Jesús histórico’ en líneas liberales y ‘humanitarias’; ahora se está proponiendo un ‘Jesús histórico’ nuevo en líneas marxistas, catastróficas y revolucionarias. La ventaja de estas construcciones, que se intenta cambiar cada 30 años más o menos, se manifiesta. En primer lugar, todos tienden a dirigir la devoción del hombre hacia algo que no existe, para cada uno el ‘Jesús histórico’ no es histórico” (pág. 106).

Si estas pocas citas despierta su apetito, obtén el libro y podrá encontrar más como este ejemplo. El volumen titulado Milagros: Un Estudio Preliminar surgió en 1947, poco tiempo después el Dr. E.W. Barnes, Obispo de Birmingham, publicó El Surgimiento del Cristianismo en el que negó la objetividad de todos los milagros documentados en el Nuevo Testamento, que incluye aquellos acerca de la vida y el ministerio de Jesucristo. La palabra preliminar del titulo no debe confundirse con elemental, ya que se trata de una vindicación técnica del supernaturalismo contra el naturalismo definido como la opinión de que nada existe excepto la naturaleza, es decir, el entramado gigantesco de todas las partículas de la materia existentes desde la noche de los tiempos. La naturaleza no puede explicar el origen del pensamiento racional e incluso menos proporcionar la base de la moralidad y la consciencia.

Se nos conduce por tanto a reconocer una realidad poderosa y con sentido más allá del mundo material, que es la creadora y sustentora de todo lo que existe. Con esto en mente, no resulta extraño que existan ocasiones donde la interacción entre el poder y Su mundo tenga lugar donde las leyes que rigen la materia no funcionan como suelen hacer.

C.S. Lewis entonces dedica un capítulo vital al “Gran milagro” en la encarnación de la segunda persona de la Trinidad. Luego discute los milagros de la antigua creación con “El hombre divino que se centra por nosotros en lo que el Dios de la naturaleza ya ha realizado a mayor escala” (pág. 169). Los milagros de la nueva creación son aquellos en lo que se manifiesta una “inversión” principalmente la resurrección, que resulta fundamental para todo el cristianismo.

Un epílogo breve y dos apéndices concluyen el libro. Desde el principio al fin se puede apreciar las grandes cualidades de C.S. Lewis, su fidelidad, su atención meticulosa para no dejar ninguna laguna en su razonamiento, su compromiso concienzudo con las Escrituras y su estilo maravilloso. Tratándose de las objeciones al nacimiento virgen de Cristo, dice que algunos opositores de esto “piensan que en este milagro ven una difamación acerca del acto sexual (aunque puede que también vean en la alimentación de los cinco mil un insulto a los panaderos)” (pág. 115). ¡Ese paréntesis merece el precio del libro!


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