El Arma Sirve al Poder que la Empuña

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English: The Weapon Serves the Wielding Power

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Por John Piper sobre Oración

Traducción por Manuel Bento Falcón


Efesios 6:17-20 (LBLA)
Tomad también el yelmo de la Salvación, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.18 Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y así, velad con toda perseverancia y súplica por todos los santos;19 y orad por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio, 20 por el cual soy embajador en cadenas; que al proclamar lo hable con denuedo, como debo hablar.

Contenido

La Oración es un Walkie-Talkie en Tiempo de Guerra

Como he realizado mi encuesta anual sobre la enseñanza Bíblica de la oración en preparación para la semana de oración, he quedado más impresionado que nunca de que Dios nos haya dado la oración no como un intercomunicador para aumentar la comodidad en nuestros recluidas casas de campo, sino como un walkie-talkie que conecta el cuartel general con la línea de transporte y el hospital de campaña con la artillería del frente. La oración no es una campanilla para llamar a los sirvientes y satisfacer algún deseo que se nos antoje, sino un transmisor en el campo de batalla para permanecer en contacto con el general.

Creo que es obvio en el texto. Pablo dice (en el versículo 12) que nuestra batalla no es contra carne y sangre sino contra fuerzas espirituales. Después nos llama a tomar las armas (en los versículos 13-17). Entonces dice, “Orad en todo tiempo en el Espíritu, con toda oración y súplica. Con ese objetivo manteneos alerta con toda perseverancia....” Claramente es un lenguaje de combate. ¡Manteneos alerta!¡Perseverad!

Pero entonces comencé a ver evidencias de esto en cualquier lugar que mirase. Por ejemplo en Juan 15:16 Jesús dice, “Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a vosotros, y os designé para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.”

Fijaos: ¿Por qué va el Padre a dar a los discípulos lo que ellos pidan en nombre de Jesús? Respuesta: Porque han sido enviados para llevar fruto. La razón por la que el Padre da a los discípulos el don de la oración es porque Jesús les ha dado una misión. De hecho la gramática de Juan 15:16 implica que la razón por la cual Jesús les da su misión es que ellos puedan disfrutar el poder de la oración. “Os envío para llevar fruto...así que cualquier cosa que pidáis al Padre...él la puede dar.”

¿No queda claro entonces que el propósito de la oración es cumplir una misión? es como si el comandante de campo (Jesús) llamase a las tropas, les diese una misión crucial (ir y dar fruto), les diese a cada uno un transmisor personal codificado con la frecuencia del cuartel general, y dijese “Camaradas, el general tiene una misión para vosotros. Y espera verla cumplida. Y para ello me ha autorizado a daros a cada uno acceso personal a él a través de estos transmisores. Si permanecéis fieles a esta misión y buscáis su victoria en primer lugar, él siempre estará tan cerca como vuestro transmisor, para daros consejos tácticos y enviar cobertura aérea cuando la necesitéis.”

Lo que se hizo más claro para mí en días recientes es que muchos de nuestros problemas en la oración y muchas de nuestras debilidades en la oración vienen del hecho de que no estamos al completo en servicio activo, y aún así intentamos utilizar el transmisor. Hemos tomado un walkie-talkie de guerra y lo hemos convertido en un intercomunicador civil.

Tomemos otro ejemplo de la Escritura. En Lucas 21:34-36 Jesús advierte a sus discípulos que venían tiempos de gran angustia y oposición. Entonces les dijo, “Mas velad en todo tiempo, orando para que tengáis fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y podáis estar en pie delante del Hijo del Hombre.” En otras palabras, seguir a Jesús inevitablemente nos llevará a un conflicto serio con el mal. Nos rodeará y nos atacará y amenazará con destruir nuestra fe. Pero Dios nos ha dado un transmisor. Si nos vamos a dormir no nos aprovechará. Pero si estamos alerta y pedimos ayuda en el conflicto, los refuerzos vendrán y el general no dejará que se niegue su corona de victoria en la presencia del Hijo del hombre a sus fieles soldados.

¿Qué hay de Orar por la Paz?

1 Timoteo 2:1-4 parece que pueda ser una excepción a esta imagen de la oración como campo de batalla. Pablo dice que quiere que oremos por los reyes y por todos los que están en posiciones altas “para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad.” Eso suena muy doméstico, civil y pacífico.

Pero continuemos leyendo. La razón para orar de esa forma es altamente estratégica. Los versículos 3-4 dicen, “Porque esto [orar por la paz] es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad.” Dios busca salvar gente de toda tribu y gente de toda lengua y nación. Pero uno de los grandes obstáculos para la victoria es cuando la gente está siendo barrida por conflictos políticos y militares que distraen su atención y creatividad y su fuerza de la batalla real del universo.

El objetivo de Satanás es que ninguno se salve y llegue al conocimiento de la verdad. Y una de sus estrategias clave es comenzar batallas en el mundo que distraen nuestra atención de la batalla real por la salvación de los perdidos y la perseverancia de los santos. Él sabe que la batalla real, como dice Pablo “no es contra carne y sangre.” Así que cuantas más guerras y conflictos y revoluciones de carne y sangre pueda comenzar, mejor por lo que a él respecta.

Así, cuando Pablo nos dice que oremos por la paz porque Dios desea que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad, no está pintando la oración como algún tipo de intercomunicador doméstico inofensivo para aumentar nuestras comodidades civiles. Él está ejemplificándolo como un mensaje urgente al cuartel general pidiendo que no se permita al enemigo desviar ninguna potencia de fuego a conflictos de distracción de carne y sangre.

Estoy más convencido que nunca, al comenzar 1985, de que Dios nos ha dado la oración porque Jesús nos ha dado una misión. Estamos en esta tierra para empujar atrás las fuerzas de la oscuridad, y se nos da acceso al cuartel general mediante la oración para avanzar esta causa --eso es todo. Cuando tratamos de convertirlo en un intercomunicador civil para aumentar nuestras comodidades, deja de funcionar, y nuestra fe comienza a fallar.

La Oración es por el Reino

En un número reciente de la revista Cristiano Mundial David Bryant nos cuenta sobre una joven trabajadora social Hindú que vino a América y se alojó en su casa. Él y su esposa la llevaron una noche a cenar a casa de un amigo. Por el camino la mujer Hundú “dio testimonio” a David Bryant y su mujer Robyne. Les mostró la foto de un gurú que había muerto hace 45 años. Ella y su familia lo adoraban y le oraban.

Cuando Bryant exclamó, “¡Pero él está muerto!” ella no estuvo de acuerdo y dijo que en respuesta a sus oraciones le había dado una vida muy buena y rodeado con muchas bendiciones.

Cuando llegaron al hogar donde tomarían la cena David Bryant esperaba que su amigo Cristiano le ayudase a llevar un testimonio creíble a esta mujer Hindú. Pero quedó consternado cuando en la mesa su anfitrión dijo, “Maravillosa casa, ¿verdad? se que he puesto más en ella de lo que puedo esperar recuperar nunca. Pero no me importa. Planeamos quedarnos aquí los próximos 45 años de todas formas, si es la voluntad de Dios. Estamos tan agradecidos. El Señor nos ha bendecido de tantas formas. No sé que haríamos sin él.”

Bryant se sentó en su patio trasero el día siguiente preguntándose: ¿Ese es el objetivo de la oración--tratar a Dios como una Coca Cola? Algunos dicen que las cosas van mejor con Coca Cola. Otros dicen que las cosas van mejor con Cristo. Algunos dicen que las cosas van mejor con un gurú. Un pájaro se dio un chapuzón en una pila para pájaros cercana y eso envió la mente de Bryant a Mateo 6. Sí, se supone que debemos ser tan libres y pacíficos como los pájaros. Pero ¿por qué? ¡para buscar primero el Reino!

El poder de la oración no fue dado a la iglesia para ganar comodidades sino para empuñar un arma.

El tema de nuestro Avance de Oración en 1985 es “El Arma y el Poder que la Empuña.” El arma que tenemos en mente es la de Efesios 6:17--la espada del Espíritu, es decir, la palabra de Dios. Y el poder que tenemos en mente--el poder que empuña el arma--es la oración. En el Griego original Efesios 6:18 no comienza una nueva frase. Conecta con el versículo 17 así: “Tomad la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios, orando con toda oración y súplica en toda ocasión...”Tomad la espada...orando. La oración es el poder que empuña el arma de la palabra. Y con la palabra de Dios batallamos contra el pecado y la incredulidad en nuestras propias vidas y en el mundo.

Esa es la verdad que me ha aferrado más firmemente durante las pasadas semanas de reflexión sobre la oración. Hablaremos sobre como la oración potencia la palabra la próxima semana bajo el título "El Poder que Empuña el Arma."

Pero aquí al comienzo de la semana de oración necesitamos centrarnos en una verdad más básica sobre la relación entre la oración y el arma de la palabra. No es tan sólo que la oración empuñe el arma de la palabra, sino que el arma sirve al poder que la empuña. Ese es el título del mensaje de hoy. Hoy quiero que centremos nuestra atención en algunas formas en las que la palabra nos ayuda a orar.

La palabra de Dios es un arma viva y activa. Cuando la mano de la oración la toma, no es un peso muerto en la mano. Envía sus propios impulsos hacia el brazo de la oración. En eso es en lo que queremos pensar en el tiempo que nos queda esta mañana. ¿Cómo sirve el arma al poder que la empuña? ¿Cómo sirve la palabra a la oración?

Mencionaré cinco formas.

Cinco Formas en las que la Palabra de Dios Sirve a Nuestras Oraciones

1. La palabra revela a un Dios que se deleita en las oraciones de su pueblo.

El estímulo más básico para nosotros en esta semana es la verdad de que Dios se deleita en nuestras oraciones. Proverbios 15:8 dice, “El sacrificio de los impíos es abominación al SEÑOR, mas la oración de los rectos es su deleite.” En el libro de Apocalipsis Juan describe copas de oro llenas de incienso que llenan el salón del trono de Dios con un aroma agradable. Y las copas de incienso son las oraciones de los santos.

¿No te estimularía a pasar más tiempo en oración esta semana si de verdad creyeses que cada vez que inclinas tu cabeza en oración el Señor del universo lo disfruta? Es como si tomase su comida favorita. Y cuando oras el puede olfatear el aroma desde la cocina mientras le preparas su plato favorito.

Lo mejor de todo es que la comida que más ama Dios es responder a la oración. Cuando Dios tiene hambre de una satisfacción especial, busca una oración que responder. Nuestra oración es el dulce aroma de la cocina que asciende hasta los aposentos del Rey haciéndolo sentir hambre por la comida. Pero el verdadero disfrute de la comida es su propia obra en respuesta a nuestra oración. la comida de Dios es la respuesta a nuestras oraciones.

La cosa más maravillosa de la Biblia es que revela un Dios que solamente puede satisfacer su apetito de gozo contestando oraciones. No tiene faltantes en si mismo que necesiten ser llenadas, así que obtiene toda su satisfacción llenando los faltantes de la gente que ora.

“¿Acaso he de comer carne de toros, o beber sangre de machos cabríos?” dice el Señor. No. Por tanto “ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias...e invócale en el día de la angustia; y Él te librará.” (Salmos 50:13-15). Una oración contestada es una comida de Dios. Así que si quieres alimentarle con el único tipo de gozo del que es capaz, levanta la copa de la oración y deja que Él la llene.

Así que la primera forma en la que la palabra de Dios sirve al arma de la oración es revelando un Dios que se deleita en las oraciones de su pueblo. (Ver también Romanos 8:26 donde Dios ama nuestras oraciones tanto que ordena a su Espíritu a orar a través nuestro cuando tenemos dificultad en nuestra oración.)

2. La palabra sirve a la oración ordenándola

La orden más básica de la Biblia es que seamos gente de oración--que seamos gente que mire fuera de nosotros y nuestros propios recursos hacia Dios. Dios quiere ser Dios para nosotros. Él quiere ser nuestro tesoro y recompensa y defensa y esperanza y paz y gozo. Y cuando ordena la oración simplemente está diciendo, “sed el tipo de gente que quiere que yo sea todo eso para vosotros, en lugar de buscar en el mundo vuestro tesoro y recompensa y esperanza y defensa y gozo.”

“Orad sin cesar.” (1 Tesalonicenses 5:17)
“Perseverad en la oración.” (Colosenses 4:2)
“En todo, mediante oración y súplica, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.” (Filipenses 4:6)
“Buscad al SEÑOR mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cerca.” (Isaías 55:6)


Los mandamientos a la oración abundan a través de la Escritura. Dios ha sembrado las páginas de la Biblia con invitaciones para compartir su comida favorita--la oración contestada. Deja que los mandatos a orar te muevan esta semana para dedicar nuevos tiempos a la mezcla de tu copa de oro de oración con el plato favorito de Dios.

3. La palabra sirve al poder que la empuña de la oración ofreciendo promesas para darnos esperanza en nuestras oraciones.

Tomad unos ejemplos para estimularos durante la semana de oración.

“y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra.” (2 Crónicas 7:14, LBLA)
“El SEÑOR está cerca de todos los que le invocan, de todos los que le invocan en verdad.19 Cumplirá el deseo de los que le temen, también escuchará su clamor y los salvará.” (Salmos 145:18-19)
“Porque yo sé los planes que tengo para vosotros, declara el SEÑOR, planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.12 Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y yo os escucharé.13 Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón.14 Me dejaré hallar de vosotros, declara el SEÑOR, y restauraré vuestro bienestar y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os expulsé, declara el SEÑOR, y os traeré de nuevo al lugar de donde os envié al destierro." (Jeremías 29:11-14)
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho.” (Juan 15:7)
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.8 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.” (Mateo 7:7-8)

En otras palabras, como Dios es el tipo de Dios que se deleita en la oración y que se alimenta a si mismo contestando oraciones, no solo da la fuerza del mandamiento sino que también proporciona el incentivo de la promesa. Maravillosas promesas--para animarnos a orar esta semana con todo nuestro corazón.

Pero eso no es todo. También nos provee con un libro de historia de oraciones contestadas.

4. El arma de la palabra sirve al poder que la empuña de la oración estimulándolo con historias de tremendos éxitos en oración.

Nos cuenta como Jesús oró toda la noche antes de tomar la decisión sobre quiénes servirían como los doce apóstoles de su iglesia (Lucas 6:12). Entonces los eligió y cambiaron el curso de la historia mundial más allá de toda imaginación.

Nos cuenta como Salomón oraba por entendimiento para poder gobernar bien (1 Reyes 3:9). Entonces Dios le responde y le da tanta visión que la gente vino de alrededor del mundo para escuchar la sabiduría de Salomón.

Nos cuenta como Elías oró para que no lloviese durante tres años. Y no cayó lluvia. Y entonces oró pidiendo fuego en el Monte Carmelo y derrotó a los sacerdotes de Baal. Y finalmente oró pidiendo lluvia mientras se inclinaba ante el Señor, solo en la montaña. Y hubo una gran lluvia (1 Reyes 17:1; 18:1, 42-45)

La palabra es una historia de cómo Dios obra en respuesta a la oración. Y las historias están escritas para darnos esperanza en nuestras oraciones (Romanos 15:4)

5. Finalmente, la palabra ayuda en nuestra oración dándonos el contenido de nuestras oraciones.

1 Juan 5:14 (LBLA) dice, “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” Debemos orar de acuerdo a su voluntad. Y ¿qué mejor forma de orar de acuerdo a su voluntad que orando sus mismas palabras?

El arma de la palabra de Dios sirve al poder que la empuña de la oración dándole palabras a la oración. Y ahora podéis ver, conforme nos acercamos al final, que el poder que empuña la espada del Espíritu no es realmente nuestro. La espada está llena de la electricidad de Dios. Cuando la tocamos con la oración, la corriente del poder divino corre hacia arriba por nuestro brazo. Y el poder que la empuña se convierte en el mismo poder de Dios.

Haz de la primera semana completa de 1985 en una semana de oración.

Deja que la palabra revele a un Dios que ama el aroma de la oración y satisface sus anhelos respondiendo a la oración.

Ábrete a los mandamientos de la palabra para orar sin cesar.

Anímate a orar por las maravillosas promesas que se hacen a aquellos que claman a Dios con todo su corazón.

Imagínate a ti mismo en una de esas grandes historias de la Biblia sobre oraciones contestadas.

Y luego llena tu oración con las mismas palabras de la Escritura.

Creo con todo mi corazón que si nos dedicamos a la palabra y la oración de esta forma en esta semana, será una semana que cambie el mundo.


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