Por el amor de Dios, volumen 1/18 de octubre

De Libros y Sermones Bíblicos

18 DE OCTUBRE

1 Reyes 21, 1 Tesalonicenses 4, Daniel 3, Salmo 107

EN 1 TESALONICENSES 4, Pablo una vez más ofrece instrucción explícita a sus conversos sobre cómo vivir (ver meditación del 4 de octubre). Aunque su tiempo con los tesalonicenses fue breve, Pablo puede recordar esas pocas semanas y comentar: “Finalmente, hermanos, os indicamos cómo vivir para agradar a Dios, como de hecho se vive” (4:1). En lo que sigue en este capítulo, hay cuatro áreas de instrucción de este tipo, y aún más en el próximo capítulo, aunque no vamos a estudiarlas aquí. Los tres primeros de estos párrafos en “cómo vivir” están mezclados con la terminología teológica y las motivaciones, y el cuarto es principalmente teológico en su argumentación, pero la razón de escribir es totalmente práctico.

(1) Pablo insiste en que la voluntad de Dios por los tesalonicenses es que sean “santificados” (4:3). Aunque para Pablo la santificación es a menudo de definición o posición, por ejemplo, él está pensando en la manera de que los creyentes han sido santificados en Cristo en el momento de su conversión, es decir, dejar de lado a Dios ya su uso; véase la meditación del 27 de agosto, aquí está pensando en las implicaciones de la conversión en el camino los creyentes viven. En particular, se refiere a la esfera sexual. El texto griego del versículo 4 podría significar “aprender a controlar su propio cuerpo” en el terreno sexual, o “aprender a vivir con su propia esposa” en armonía sexual honorable, no explotación o manipulación sexual, o incluso aprender “como adquirir una esposa” de manera honorable, no en una relación basada en nada más que la lujuria. El hecho de que “Dios no nos ha llamado a ser impuros, sino a vivir una vida santa” (4:7) que tiene influencia inmediata en nuestra conducta sexual.

(2) El amor en la comunidad cristiana es un signo de que una iglesia ha sido “enseñada por Dios.” Sin importa lo excelente que la reputación de los tesalonicenses tengan en este sentido, Pablo exhorta a que mejoren (4:9-10).

(3) La ambición cristiana debe tener como objetivo la fidelidad callada, preocupándose en sus propias cosas y trabajando duro para no ser una carga para los demás. A juzgar por la frecuencia con la que Pablo regresa a este tema, se sospecha que más de unas pocas personas ociosas se unían a la iglesia en Tesalónica (5:14;. 2 Tesalonicenses 3:11-13).

(4) El último párrafo (4:13-18) se refiere a “los que duermen”, a quien el contexto muestra como cristianos que han muerto. ¿Qué les acontece? Al parecer, Pablo no había tenido tiempo de profundizar en estas cuestiones mientras todavía estaba con ellos. No queriendo ser ignorante (4:13), él explica lo que sucede. Pero el punto a observar es que esta doctrina tiene la forma de calmar cualquier dolor que le suceda a los creyentes afligidos: tenemos dolor, pero no “como el resto de los hombres, que no tienen esperanza” (4:13). La instrucción sobre la manera de vivir se extiende incluso a la forma de duelo.